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MI PEQUEÑA ESPOSA༆

MI PEQUEÑA ESPOSA༆

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Completas / Matrimonio arreglado / Diferencia de edad / Casada con el millonario
Popularitas:2.2M
Nilai: 4.6
nombre de autor: Beatriz. MY

Mi nombre es Isabel del Castillo y, a la edad de dieciocho años, mi vida experimentó un cambio radical. Me vi obligada a contraer matrimonio con Alejandro Williams , un hombre enigmático y de gran poder, lo que me llevó a quedar atrapada en una relación desprovista de amor, llena de secretos y sombras. Alejandro, quien quedó paralítico debido a un accidente automovilístico, es reconocido por su frialdad y su aguda inteligencia. Sin embargo, tras esa fachada aparentemente impenetrable, descubrí a un hombre que lucha con sus propios demonios.

NovelToon tiene autorización de Beatriz. MY para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El regalo

            ༺Narra : Isabel ༻

Me encontraba sentada en la acogedora sala de estar junto a mi madre, disfrutando de una cálida y fragante taza de té de jazmín. El delicado aroma floral se esparcía por el aire, envolviéndonos en una atmósfera de serenidad y paz. Al otro lado de la habitación, Giselle estaba completamente concentrada en su teléfono, enviando mensajes de forma incesante, con la mirada fija en la pantalla y una expresión de entusiasmo en su rostro. De pronto, el sonido del timbre resonó en el ambiente, interrumpiendo la calma que nos rodeaba. Una de las empleadas, con paso rápido, se dirigió a abrir la puerta y, tras un breve momento, regresó apresurada.

—Señorita Isabel, la buscan a usted —anunció con cierta urgencia.

—¿Quién es? —pregunté, sintiéndome un poco sorprendida por la visita inesperada.

—El señor dice que viene de parte del Señor Alejandro.

Mi madre, sorprendida y llena de curiosidad, le indicó a la empleada que hiciera pasar al visitante. En ese instante, apareció Oliver, el asistente personal de Alejandro, y mi interés por su llegada creció aún más. Me levanté de mi asiento para saludarlo.

—Hola, Oliver, ¿qué te trae por aquí? —le pregunté, intrigada por su presencia inusual.

—Estoy aquí para entregarte este pequeño obsequio de parte del Señor Alejandro —respondió él, mientras se acercaba con una elegante caja negra, decorada con un lazo blanco que destacaba por su simplicidad y elegancia.

Tomé la caja con cuidado y la abrí lentamente, disfrutando del momento. Dentro de ella, descubrí un hermoso collar que emanaba una luz radiante, como si tuviera vida propia. No podía creer que Alejandro, conocido por su habitual frialdad y distancia emocional, fuera capaz de hacer un regalo tan impresionante y significativo.

—¿Por qué me envía esto? —le pregunté a Oliver, todavía incrédula ante la sorpresa que tenía en mis manos.

—El Señor Alejandro quería expresar su aprecio y compromiso hacia usted —me explicó Oliver, mientras dibujaba una sonrisa amable en su rostro que contrastaba con la seriedad que solía tener Alejandro.

En ese instante, mi madre, que había estado observando la escena con sorpresa, me arrebató la caja de las manos y, con un tono lleno de emoción, exclamó:

—¡No puede ser! Este es un Collar L'Incomparable, cuyo valor se estima en 55 millones de dólares.

Mis ojos se abrieron sorprendidos, incapaz de creer lo que escuchaba.

—¿Qué? —exclamé, llena de incredulidad. Tomé el collar nuevamente entre mis manos, sintiendo su peso y la magnificencia de su diseño, y me levanté con la intención de devolvérselo a Oliver.

—Devuélvele esto al Señor Alejandro —le dije con firmeza, decidida a actuar.

Sin embargo, Oliver sacudió la cabeza en señal de rechazo.

—Él lo eligió con mucho esfuerzo —respondió, defendiendo su punto de vista—. Además, este collar representa su compromiso. Sería una falta de respeto devolverlo ahora.

Con esas palabras, se despidió y se marchó. Giselle, quien había estado observando la situación con una combinación de sorpresa y envidia, se levantó y me quitó el collar.

—Es increíble, él nunca me ha obsequiado algo tan valioso —comentó.

Mi madre la miró con una expresión de firmeza.

—No es que tú lo merecieras —respondió, sin rodeos.

—¡Siempre tienes buena suerte! —exclamó antes de abandonar la sala, dejando tras de sí un ambiente cargado de tensión.

—Mamá, necesito salir—dije, intentando romper el incómodo silencio que había envuelto la habitación.

Ella movió la mirada en mi dirección, todavía sosteniendo el collar entre sus dedos, y me interrogó:

—¿A dónde te diriges?

—Voy a visitar al Señor Alejandro—respondí, tomando el collar de sus manos con suavidad.

Sin vacilar, me dirigí hacia la puerta. Al salir de la casa, el aire fresco me recibió, y el bullicio de la ciudad me envolvió. Llamé al chófer, quien esperaba junto al vehículo.

—¿A dónde desea que la lleve, señorita? —preguntó con una sonrisa cortes.

—Por favor, lléveme a la oficina del señor Alejandro —solicité.

Mientras el automóvil avanzaba por las calles, mi mente se inundaba de preguntas. ¿Por qué Alejandro me había obsequiado algo tan valioso? ¿Qué representaba realmente ese collar?

El trayecto fue corto y pronto nos encontramos frente a la elegante fachada de la empresa. Al descender del vehículo, tomé una profunda respiración y me dirigí hacia la entrada.

Al ingresar al edificio, me encontré con un ambiente sofisticado y profesional. Los empleados se desplazaban con agilidad, y el murmullo de las conversaciones llenaba el aire.

—¿En qué puedo ayudarte? —preguntó, apenas levantando la mirada de la pantalla de su computadora.

—He venido a ver al Señor Alejandro —respondí, intentando mantener la calma a pesar de la situación.

La asistente me observó de pies a cabeza, como si estuviera evaluando mi apariencia y mi idoneidad para estar en aquel lugar.

—¿Tienes cita? —preguntó de manera directa, con un tono que dejaba entrever que no estaba particularmente impresionada por mi presencia.

—No, pero es urgente —respondí, esforzándome por mantener la compostura.

Ella suspiró, visiblemente molesta, y siguió tecleando en su computadora sin prestarme atención.

—El señor Alejandro se encuentra ocupado —indicó, con desdén—. No puedo interrumpirlo.

—¿Podrías informarle que Isabel del Castillo está aquí? —solicité.

La asistente apenas levantó la vista.

—Lamento informarle que no puedo avisarle. Se encuentra en una reunión importante. Deberá esperar —respondió, sin mostrar interés.

—¿Acaso no es que no deseas realizar tu trabajo, que ni siquiera te has tomado el tiempo de informarle?

—No dispongo de tiempo para eso —respondió ella, sin prestarme atención una vez más,

Con cierta frustración, tomé la decisión de no quedarme de brazos cruzados.

— Está bien, dado que no estás cumpliendo con tus responsabilidades, buscaré yo misma su oficina. — Al decir esto, me dispuse a caminar, pero rápidamente fui interceptada por ella, quien se levantó de inmediato y me bloqueó el camino.

— Te dije que no puedes entrar.

—¿Qué ocurre aquí? —inquirió Oliver, dirigiendo su mirada hacia la asistente, quien se apresuró a contestar.

—Solo es esta señorita que desea ver al Señor Alejandro, pero ya le indiqué que se retirara.

Oliver frunció el ceño, visiblemente incómodo.

—¿Acaso el Señor Alejandro te ha autorizado a tomar decisiones en su nombre? —replicó, con un tono que evidenciaba su falta de tolerancia hacia más desaires.

Luego se volvió hacía mí, y su expresión se suavizó ligeramente.

—Señorita Isabel, ¿qué la trae por aquí?

—He venido a hablar de un asunto con su jefe, pero parece que está ocupado —respondí, mientras observaba a la joven.

—No se preocupe, la llevaré con él —dijo Oliver, conduciéndome con confianza hacia la oficina de Alejandro.

1
Nurismeidis Carcases Breffe
Excelente
Eva González
cómo q equivocada si bien sabía lo q así eso es impermeable
vale
muy lindo ☺️
RINA DEL CARMEN ROJAS
Es un grupo de olgazanas, que no trabajan y le dan todo servido, el cerebro no les da para más que la envidia y los celos.🤨🤨😵‍💫
MARTITA
CÓMO VA A SER TAN DESCUIDADO Y DEJAR LA PUERTA ABIERTA!
ESPERO QUE NO OCURRA NADA QUE PERJUDIQUE A ÉSTA PEQUEÑA FAMILIA.
Isabel Ortiz
Excelente
MARTITA
EN CUANTO SE ENCIENDA LA MECHA Y SURJA UNA TREMENDA EXPLOSIÓN DE AMOR, LA CIGÜEÑA VA A APARECER SILENCIOSAMENTE HASTA QUE LA DESCUBRAN, SI NO ES MUY PRETENCIOSA HASTA PUEDE TRAER DOS
MARTITA
LISTO! ÉSTOS DOS SOLO NECESITAN EL MOMENTO OPORTUNO PARA DEBORARSE MUTUAMENTE
MARTITA
CUANDO LLEGUE TU HORA NADA TE SALVARÁ DE LA CÁRCEL HIPÓCRITA, MALVADO, ENVIDIOSO, MALA PERSONA, MAL NACIDO!
MARTITA
SÓLO ESPERO QUE NO LE TIRE ALGO CALIENTE PARA OBLIGARLO A PARARSE, POBRE ALEJANDRO
MARTITA
ÉSTE GESTO DE ISA LO VA A ENAMORAR MÁS A ALE!
MARTITA
SÓLO ESPERO QUE ÉSTA LECCIÓN LE QUEDE TAN GRAVADA QUE JAMÁS LES VUELVA ATENDER EL TELÉFONO Y LOS BLOQUEE.
SI NO APRENDE NUNCA ESTARÁ A SALVO Y ALEJANDRO NO SIEMPRE LLEGARÁ A TIEMPO
Yessenia Cadena
Excelente
MARTITA
ISABEL DEBERÍA INFORMARLE A SU ESPOSO QUE SE VA A ENCONTRAR CON ESOS DOS!
ES ESTÚPIDA! CÓMO NO SE VA A PONER A SOSPECHAR DE ESOS DOS!
SU INOCENCIA YA RAYA EN LA ESTUPIDEZ! ALEJANDRO NO PUEDE ESTAR TAN AL PENDIENTE DE LO QUE ELLA HACE!
YA NO PUEDO CON ÉSTA MUJER!
Eva González
exacto ese es el error
MARTITA
PARA COMPLETAR A LOS ENEMIGOS APARECE UN EX GENERANDO CELOS Y PROBLEMAS.
Mercedes Barrera
Excelente
Irma Rangel
se confunde. a las personas en fin se le va el avión a la autora
Nancy Negrin
me encanto felicito a la escritora
Rosaura Román
Isabel es demasiado estúpida para pensar que Giselle y Frederick son de confiar
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