Jade Chandler, después de morir en su mundo como una villana, reencarna en el mundo moderno en el cuerpo de una nerd que es maltratada por su prometido y familia.
—No me toques maldito enfermo.
—Callate, te he repetido miles de veces que cuándo yo hablo tu cierras la maldita boca zorra.
recibido una bofetada de su asquerosa mano y yo solo lo miro con una sonrisa mientras sostengo mi mejilla.
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Capitulo:03
EMMA:
La ropa fue quitada y con besos torpes y toques que para mi cuerpo era extraño llegamos a la cama.
—Tócame, cuándo estoy con una mujer me gusta que me toque.
Murmura en mi oído y mi cuerpo tiembla un poco sintiéndose extraño.
Mis tímidas manos tocan su grande y ancha espalda haciendo que mi rostro se vuelva rojo.
—Que tierna eres... Mi dulce y bella secretaria en mi cama... Esto es un sueño ¿Verdad?
Sus palabras me confunden un poco, pero dejo de pensar cuándo mi jefe entra de golpe dentro de mí haciendo que grite de dolor.
—Aaahh.
—Maldición, maldición... ¿Acaso eres virgen? Maldita sea.
Maldice mientras permanece quieto dentro de mí.
—¿Eras virgen Emma?
Sus eléctricos ojos azules me miran fijamente y respondo con un audible.
—Sí
Puedo ver el tormento en los ojos de mi jefe y este suspira mordiendo sus carnosos labios.
— Estoy borracho maldita sea ¿por qué no me dijiste?
—Eso ya no importa... Continúa...
Respondo dispuesta para llegar al fin de esto, terminar e irme con el amor de mi vida.
Sus dedos frotan algo que hace estremecer mi cuerpo y luego lentamente comienza a moverse dentro de mí.
La sensación es placentera, pero cierro los ojos para pensar en David y no en el rostro sonrojado y lleno de placer de mi jefe.
Sus embestidas aumentan mientras este no deja de besar mi cuerpo en cada parte hasta que siento como algo se derrama dentro de mí y este cae con la respiración agitada encima de mí.
—Perdón... Me siento muy mareado...
Murmura antes de caer a un lado dormido.
Permanezco unos minutos acostada con la mirada perdida mientras me pregunto si lo que hice es lo correcto.
—¿Lo hice bien? Supongo que sí, David estará feliz por haber hecho esto
Murmuro muy bajo mientras me levanto y busco mi vestido, me lo coloco con prisa sintiéndome sucia y comienzo a tirar fotos que serán las pruebas para ponerle una demanda millonaria al empresario italiano Alexandro Moretti.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras a prisa, pido un taxi y le doy la dirección del departamento de David.
En el camino suspiro varias veces rogando de que todo salga bien y que mi prometido no se moleste por nada.
Al llegar a su departamento el guardia me deja pasar con una sonrisa.
—Buenas noches señorita Emma.
—Buenas noches Rafaello ¿cómo estás?
—Muy bien ¿Usted?
—Bien, supongo.
Le doy media sonrisa y entro.
Subo el ascensor hasta el segundo piso que es donde está mi prometido, y con una sonrisa abro la puerta con una copia de lleves que David me entregó y sonrío.
Confía tanto en mí que hasta una copia de llaves me entregó.
Pienso abriendo la puerta lentamente en caso de que esté dormido.
Dejo mi cartera en el mueble y me dirijo a su habitación donde escucho sonidos extraños.
—¿David?
Llamo frunciendo el ceño, pero nadie me responde, así que camino a pasos rápidos a su habitación.
El sonido se va haciendo más claro y creo escuchar ¿gemidos?
Con el corazón en la garganta camino de prisa y abro la puerta de su habitación de golpe quedándome en shock.
—¿Emma? ¿Qué haces aquí?
Pregunta haciendo aún lado la chica que estaba montada encima de él.
—¿Qué significa esto David?
Pregunto con los ojos brillosos por las lágrimas que se están acomulando y miro a la chica junto a él con el corazón arrugado.
—Stacy... ¿Por qué?
Mi hermana menor se cubre con las sabanas y puedo ver una sutil sonrisa en sus labios.
—Lo lamento, caí sin darme cuenta...
—Cállate Stacy... No es lo que crees Emma...
—¿Qué es lo que creo David? Después de todo... ¿Me engañas con mi hermana?
Le reclamo y este solo se encoge de hombros.
—Tú eres muy mojigata y tú hermana se me ofreció en bandeja de plata, lo siento, soy hombre y tengo mis necesidades.
—Necesidades...
Sonrío mientras las lágrimas mojan mis mejillas.
—Le entregué mi maldita virginidad a otro hombre por tí... Y tú solo piensas... ¿En tus malditas necesidades?
—Baja la voz Emma, cuidado como me hablas...
—¿Si no qué? ¿vas a golpearme? Vamos hazlo, de todas maneras me has destruido por dentro... Solo falta que lo hagas físicamente.
—Ve al balcón.
—¿Qué?
—Ve al balcón, hablaremos ahí más calmados.
Dice y yo muerdo mis labios antes de hacer lo pedido y me dirijo al balcón.
Por la gran ventana observo como mi hermanita y mi prometido hablan, ella le dan un beso en los labios y luego se dirige al baño mientras él se coloca un bóxer y sale dónde estoy.
—David...
—No estoy para discutir Emma... Dime ¿Usó condón?
—¿Qué?
David me mira con fastidio y luego vuelve a decir.
—El maldito ¿Usó condón para protegerse?
Frunzo el ceño y agrego.
—No...
—Excelente, probablemente quedes embarazada y si no es así, busca tener un hijo de él, así nuestra fortuna estará asegurada, un heredero de Alexandro y luego seremos millonario con ese niño o niña.
Frunzo el ceño y lo miro sin entender.
—David... Eso no eran los planes.
—Los planes cambiaron Emma, ahora necesito que tangas un hijo de ese imbécil.
—No quiero tener un hijo de él... No, eso no...
No termino de hablar y mi rostro gira con una fuerte bofetada.
—Será mejor que haga lo que yo diga, tendrás un hijo de la basura de Alexandro, y no se diga más.
Dice antes de mirarme con desdén y se retira a la habitación mientras yo lloro amargamente en el balcón.
—No, jamás voy a tener un hijo de Alexandro, tampoco volveré a acostarme con él... Prefiero morir antes que eso.
murmuro mientras miro hacia abajo del balcón.
Observo la silueta de David en la habitación y sonrío de medio lado.
Esta noche le entregué mi cuerpo a alguien que no eras tú David... Y me aseguraré de que nadie vuelva a tocarme.
Susurro mientras me lanzo del balcón con un último pensamiento...
Te amo, David.
Siento el fuerte impacto de mi cuerpo y exhalo mi último respiro mientras una lágrima baja por mi mejilla.
—No, esta mujer está loca.
Menciona Jade mientras mira ese último suceso en una pantalla grande.
—Asi es, y tú tomarás su cuerpo.
—¡Jamás!
Digo con los ojos bien abiertos.
Me encantó esta hermosa parte, amo los arcos de bebés y más cuando están pendientes a ellos