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Entre La Razón Y La Piel

Entre La Razón Y La Piel

Status: En proceso
Genre:Dominación / Malentendidos / Traiciones y engaños / Amor-odio / Atracción entre enemigos
Popularitas:2.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Poire

El odio entre Liam y Allison siempre ha sido evidente, cada enfrentamiento es una guerra intelectual. Ella es una chica lista y vengativa y él, un genio soberbio que cree estar siempre por encima de todos.

Pero lo que ambos ignoran es la afilada línea que separa su codicia por el poder, con sus impulsos y la atracción.

NovelToon tiene autorización de Poire para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El infierno es una chica odiosa

~Liam

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Apostaría lo que fuera a que Allison Rizzo estaba maldiciéndome a mí, y a todo el personal presente en ese despacho de mil y una formas posibles dentro de su reducida cabecita. Lo veía en la forma en cómo sus ojos querían degollar a la doctora que acaba de extenderle la mano. ¿Cómo se podía ser tan falsa?

¿Y qué podía hacer yo? Me mantuve como un espectador privilegiado de aquél drama silencioso suyo. No era mi culpa que mi nivel intelectual estuviera muy por encima del de ella. Me causaba mucha gracia verla ahí, intentando controlar su compostura sabiendo perfectamente que se estaba revolviendo por dentro. Juraría que incluso le vi clavarse la uña del pulgar en la otra palma. La tipa estaba loca, cuanto menos. A menudo, me gustaba compararla con un chihuaha rabioso, con ese complejo de inferioridad.

Cuando salimos del despacho, me había declarado estar cansada de mí, pero ¿a mí qué me importaba eso? Por último, lo único que me producía era una risa contenida. Y estaba burlándome internamente de su espectáculo personal hasta que decidió soltar esa burrada. Esas sugerencias acerca de mi persona estaban manchando mi reputación desde hacía un tiempo. No era la primera vez que oía algo parecido, unos cuantos idiotas más habían tenido la osadía de repetírmelo en la cara un par de veces. A simple vista, podría parecer de lo más inocente, pero he escuchado de muchos aquí meterse en problemas por rumores así.

Y bueno, no eran del todo falsas. Era cierto que más de una vez había atrapado a alguna maestra lanzándome miradas que cruzaban lo educativo. Y por más que la ignorante de Allison pensara que disfrutaba de ello y que llenaba mi orgullo, no lo fomentaba; no me provocaba más que repulsión. No era algo que yo pudiese controlar, pero no buscaba ese tipo de atención. ¿Cómo podría? La sola idea de ser el objeto de deseo de las solteronas urgidas cuya ética dejaba mucho que desear, me daba asco. Y mucho menos me gustaba que todo mi mérito fuera opacado por ese asunto.

Me molesté más al confirmar lo que Allison había estado insinuando, pero quise mantener la calma y solo dejé que mi voz sonara seria al responderle. Ella siempre pensaba que era mejor que yo, tenía esa fijación por superarme, y no perdía la mínima oportunidad para querer demostrarlo. Yo ni siquiera me esforzaba en ello, tenía un don natural. Había nacido con una capacidad de retención, en cuanto a información, de prácticamente cualquier cosa que trajera a mi mente a voluntad.

El caso es que, aunque la ingenua de Allison se esforzara tanto en igualar mi conocimiento, no podría alcanzarme, porque simplemente escapaba a su capacidad. Y era insoportable ver cómo se esmeraba en hacerlo una y otra vez. No mentiré, la chica no era nada tonta, eso era innegable, y no estaba en discusión. Pero como ya he dicho, contra mí no podría.

En la clase de filosofía el maestro Morales se había dedicado una serie de alabanzas sobre mi desempeño para quedar en la clasificación final, no era para menos, era un reconocimiento importante que además servían como gasolina para el fuego. Sabía que la chismosa de Allison tenía las orejas en punta para escucharlo todo. ¿Qué diría ahora? ¿Diría que también estaba coqueteando con los catedráticos masculinos para que me favorecieran de alguna forma? Porque sentí su presencia bajando las escaleras lentamente, y claro que, del mismo modo, noté su expresión de fastidio cuando avanzó hasta la salida. Sin embargo, no hice ningún comentario al respecto solo porque estaba frente a él.

Podía llegar a comportarse como toda una berrinchuda, aunque si se lo decías a la cara, seguro te acusaría a ti de serlo.

Al final, el maestro terminó por irse a su oficina para arreglar algunos asuntos, dejándome libre de halagos, y yo aproveché para guardar mis cosas dentro del maletín, y acercarme a ella. Estaba sentada fuera del aula. No tenía intenciones de discutir, hablo con total honestidad cuando digo que traté de ser lo más amable y razonable que pude, pidiéndole que dejara de tomar sus actitudes infantiles, pero no me lo puso fácil y me dio la razón, ignorándome explícitamente con los audífonos puestos.

No voy a negar que ese gesto me molestó, no era la primera vez que evadía sus problemas de esa forma. Quedé como un estúpido tratando de llamar su atención, pero si seguía simplemente hablándole, no iba a funcionar. Ni siquiera escucharía la alarma de incendios con tal cantidad de volumen que llevaba encima.

Entonces, le quité los audífonos obteniendo como resultado la reacción que esperaba. Contuve el enojo ante sus respuestas tajantes, era como discutir con una adolescente en su etapa de rebeldía, hasta me echaba de su vista con ademanes de desprecio, como si ella estuviera por sobre mí para tratarme de esa forma. Tendría que haberle dejado los audífonos puestos para que se quedara sorda.

Era mi culpa, eso me ganaba por intentar ser civilizado con personas de esa índole. ¿Qué ganaba yo con insistir? Nada. Absolutamente nada. Lo único que estaba haciendo era darle la atención que quería. Así que me di la vuelta y me fui de su vista.

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Bettzi Iseth Nieto Peralta
éste prndejo no sabe cómo llamar la atención de la chica 🙄
Geral Vilela
Excelente
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