Hermanos Moreau

Ella simplemente me dio la espalda y subió cargando la sandalia en las manos, desde que atendió esa maldita llamada en el restaurante y salió sin que yo supiera con quién, estoy furioso, mi noche había acabado en el momento exacto en que abrí la puerta y me encontré con Camille.

En cuanto Kira se fue no tenía ganas de estar allí, pedí la cuenta incluso con ella insistiendo en que nos quedáramos a comer el postre. Ella quiso ir detrás de mí a casa y yo estaba tan ido que no quise discutir, en cuanto llegamos fui al taller y me encerré allí.

Me imagino con quién se habrá encontrado Kira, dónde estará y lo peor de todo, si ya había planeado esto antes.

Empiezo un nuevo dibujo con la mente a mil por hora cuando termino ya es de madrugada, subo a mi habitación y me encuentro con Camille durmiendo sólo con lencería, voy al baño a darme una ducha, salgo con la toalla en la cintura cuando Camille se despierta toda mimosa, la ignoro poniéndome un pijama del armario y acostándome. Por mucho que ella intente de todas las formas que ceda a sus encantos ¡lo único que consigo pensar es en dónde está Kira!

viendo que no iba a conseguir nada de mí se acuesta en mi pecho y se duerme, yo por otro lado apenas cierro los ojos hasta que suena el despertador.

Cuando por fin llegó toda llena de sí misma, se negó a darme cualquier información haciendo que mi ira aumentara, ya estaba sin maquillaje y sin los pendientes, el pelo que antes llevaba recogido en una coleta ahora lo lleva suelto sobre los hombros sin los pendientes cuajados de diamantes y con los tacones en la mano, sube haciéndonos reír a Camille. La fulmino con la mirada cuando deja de reír y traga saliva.

—¿Qué pasa, Nero? Deja que la chica te aproveche, ya fuiste joven y tuviste su edad, sabes cómo están las hormonas. ¡Por lo visto ella aprovechó más que nosotros dos la noche!

—Camille, si no tienes nada constructivo que decir, cállate, ¿de acuerdo?

¡Voy a coger mis cosas y me voy!

Corre a la habitación a coger su bolso y los zapatos y baja conmigo, la dejo en su casa de camino y sigo hacia la empresa.

Paso por delante de Sabine dándole sólo los buenos días y sigo hacia mi despacho, me concentro en los documentos que tengo delante para quitármela de la cabeza. Oigo que llaman a la puerta y a continuación entra Tom.

—¡Buenos días!

—Vaya, ¿con esa cara? Menos mal que lo que tengo aquí te va a animar.

Levanta una carpeta mientras la balancea.

—Lo dudo mucho, pero vamos allá, ¿a qué debo el honor?

—Me encanta tu sentido del humor a estas horas de la mañana, ¡ja, ja! Aquí tienes un adelanto de las fotos para que elijas tu favorita para poner en la web la fecha de lanzamiento.

Me la entrega y entonces abro la carpeta y ¡joder! Kira está guapísima y como imaginaba las joyas le quedan perfectas, de hecho fueron hechas para ella.

Me tiende un pañuelo y no lo entiendo.

—¡Es para limpiarte la baba que se te está cayendo!

—¡Idiota!

—Se fotografiaron sólo las piezas en oro blanco, las otras serán el viernes las de mayor valor.

Elijo la foto que más me llama la atención y se la entrego.

—Puedes poner ésta en la web.

—De acuerdo.

—Las fotos han quedado increíbles, ¡mucho mejor de lo que imaginaba!

—La modelo ayudó mucho, sobre todo después de que recibiera unas flores de cierto alguien...

Tiro el bolígrafo sobre la mesa y luego aparto la silla relajándome un poco.

—¿Problemas en el paraíso?

—¿Cómo lo sabes?

—Estás preocupado y con el ceño fruncido, ¡somos amigos!

—Kira pasó la noche fuera de casa y esta mañana cuando la he preguntado me ha contestado mal y no me ha hablado...

—Y yo pensando que habías sido tú quien había enviado las flores.

—¿Tulipanes rosas? ¡He sido yo!

—Entonces no entiendo nada...

Le cuento todo lo que pasó, Tom presta atención ya que se sabe que estoy en la empresa necesito hablar con alguien o esto me va a consumir.

—Que lío, amigo. Bueno, sobre Kira parece que Dios te está ayudando.

—Acabo de contarte todo esto ¿y me estás diciendo que Dios está en el ajo?

—La vi en el pub ayer.

—Me estás tomando el pelo, ¿por qué no me lo has dicho desde el principio?

—Porque me gusta ver tu desesperación por ella, ¡ja, ja!

—Habla ya, ¿con quién estaba?

—Con una chica, muy guapa por cierto. Así que o Kira salió con una amiga o es lesbiana.

—No juegues conmigo, Tomás.

—Llegaron juntas, se sentaron en una mesa apartada, tomaron unas copas y hablaron bastante, estuvieron unas dos o tres horas y se fueron juntas.

—¿Sólo eso?

—Exacto, ningún hombre, sólo ellas dos.

—¡Maravilla!

—Ya ves, como tienes que resolver pronto este asunto tuyo, Nero, deshazte de Camille, no la amas ¿para qué seguir adelante con esta relación? No me vengas con que es para olvidar o alejar a Kira, que es lo correcto porque tú sabes mejor que nadie que eso no va a funcionar.

—¿Y tú qué quieres que haga? ¿Que me declare?

—¡Ya sería algo!

—¿Para que piense que soy un pervertido que desea locamente a su hermana?

—¡Creo que te vas a llevar una sorpresa si tienes el valor de hacerlo! ¡Aquel estudio entero y yo vimos su cara con las flores y con la tarjeta, la vi recibir un regalo de Nico y ni de lejos las reacciones fueron las mismas! ¡Kira también está interesada en ti!

—Voy a pensarlo.

—Esa es una buena señal, ahora déjame ir a trabajar que dentro de poco tenemos la reunión del anuncio.

Tom se va dejándome aliviado, Kira debía de estar con la tal Atena de la que habló. Tengo que aprender a controlar estos celos idiotas que me consumen o me volveré loco del todo.

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