Amir Sarante, un hombre de 35 años, empresario exitoso y muy reconocido en los medios de comunicación por su gran imperio, era un hombre que le gustaba los clubes nocturnos, las mujeres, tener relaciones con dos y tres en la misma noche, era un hombre que le gustaba el libertinaje; pero detrás de su fachada de éxito y poder, Amir se sentía vacío y solo, así tuviera miles de mujeres a su lado, su felicidad no era completa.
Geisy, una mujer de 25 años, tenía tres años de casada, su esposo se había ido de viaje a otra ciudad donde tenia que estar por un mes, era el administrador de una empresa de lacteos; Geisy estaba descuidada por su esposo, era más lo que pasaba sola que con él. Ella era secretaria de un ingeniero que tenía su propia microempresa, tenía un año en funcionamiento, y Geisy tenía seis meses trabajando en ella.
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EL VACIO INTERIOR
Amir Sarante, un hombre de 35 años, empresario exitoso y muy reconocido en los medios de comunicación por su gran imperio, era un hombre que le gustaba los clubes nocturnos, las mujeres, tener relaciones con dos y tres en la misma noche, era un hombre que le gustaba el libertinaje; pero detrás de su fachada de éxito y poder, Amir se sentía vacío y solo, así tuviera miles de mujeres a su lado, su felicidad no era completa.
Sus relaciones eran superficiales, basadas en la conveniencia y el beneficio mutuo, más que en la empatía y la comprensión. Sus empleados lo respetaban, pero no lo conocían de verdad. La sociedad lo admiraba, pero no sabía nada de sus luchas internas, no había una mujer que le dijera lo que estaba mal, al contrario, lo insitaban a gastar y beber sin control alguno, pero todo eso lo hacía a escondidas, las mujeres con las que estaba no podían divulgar lo que sucediera, todo era confidencial porque quería cuidar su imagen.
Amir quería organizarse con una mujer, pero todas eran interesadas, pero era porque la estaba buscando en lugares equibocados, el se estaba cansando de la fachada y anhelaba algo más auténtico, el se dio cuenta de que el éxito no lo era todo, no le estaba dando felicidad completa, Amir sentado en su oficina decidió no frecuentar más los lugares que acostumbraba, pensó bien y se dio cuenta de que en esos lugares se le iba hacer difícil encontrar una mujer sería.
pasaron quince días, los mismos días que tenía Amir sin intimidad, se autocomplacía para descansar un poco, pero no era lo mismo que estar con una mujer, él se encontraba en un dilema. Por un lado, sentía una profunda soledad y deseaba conexión e intimidad con alguien, por otro lado, no quería fallarse a sí mismo, quería cumplir con lo que se había propuesto.
La idea de ir a bares o clubes no era la mejor decisión, no quiso pensar en nada más y se dedico a su trabajo, se dedico a hacer crecer más su imperio Era un galán adinerado y eso lo hacía más atractivo, más codiciado y más deseado por muchas mujeres, incluso sus empleadas, el lo sabía, sabía que ellas querían estar debajo de él, pero conocia los motivos, y sus motivos eran puro interés.
Algunas querían saber que tan bueno era en la cama, pero no lo podían confirmar porque él no las dejaba acercar a él, todo tenía que ser tratado con su secretaria, una mujer de cuarenta y cinco años que era fiel a él. Amir era un hombre muy misterioso con su vida privada, por eso las mujeres que estaban con él firmaban contrato de confidencialidad, al igual que los dueños de los lugares donde él llegaba por diversión.
En la oficina las cosas se hacían a su manera, no había nadie más que tomara una decisión por encima de él, tenía un piso completo para él y su secretaria, nadie tenía permitido subir sin la autorización de la secretaria, el que subiera por casualidad sin ser autorizado, era despedido, todos conocían esa regla desde el primer día qué fueron contratados.
La secretaría de Amir era considerada, por sus compañeras, la mujer más afortunada del universo, ella era la única que entraba y salía de su oficina las veces que quería, y además, estaba durante todo el día en contacto con el jefe.
Amir había nacido para hacer negocios, siempre estaba dispuesto a sellar un trato, a comprar nuevas propiedades, a aceptar los proyectos que el resto había rechazado y hasta en invertir en
empresas que estaban al borde de la quiebra, pero, que a su parecer tenían el potencial suficiente para salir a flote con la cantidad de dinero necesaria y algunos cambios que él mismo sugería, Amir era de buenas en los negocios, contaba con mucha suerte, pero en cuanto a lo sentimental era todo lo contrario.
POR OTRO LADO.
Geisy, una mujer de 25 años, tenía tres años de casada, su esposo se había ido de viaje a otra ciudad donde tenia que estar por un mes, era el administrador de una empresa de lacteos; Geisy estaba descuidada por su esposo, era más lo que pasaba sola que con él. Ella era secretaria de un ingeniero que tenía su propia microempresa, tenía un año en funcionamiento, y Geisy tenía seis meses trabajando en ella.
Geisy estaba descuidada por su esposo porque ya tenían su situación clara, el fue sincero con ella, le contó que tenía una relación con su secretaria, Geisy aceptó romper la relación, ya no había cupo para ella en el corazón de su esposo, ya tenían un año de haber terminado con su relación, el vivia en Barranquilla, no se habian divorciado porque no lo vieron necesario, a ella al principio le dolió la sinceridad de su esposo, pero también sabía que él le había dado señales, por eso no le dio tan duro; despues de haber terminado, durante ese año tuvieron s*xo sin compromiso dos veces solo para satisfacción mitua cuando el llegaba al apartamento por algún motivo.
Mientras Amir tenía complicaciones por falta de sex*, Geisy estaba sentada en su puesto de trabajo, ya tenía cuatro meses sin sex* y estaba desesperada, ella era muy activa, no sabía cómo hacer para quedar completamente satisfecha, su autocomplacencia no le estaba ayudando mucho, la deja con más ganas. Ella y su jefe trabajaban prácticamente en una pequeña bodega, su jefe la llamó a su pequeña oficina, ella entró y él le dijo que se acercara para explicarle lo que iba a hacer con unos documentos; ella se acercó y comenzó a explicar.
Geisy se le dificulto respirar, la voz de su jefe cerca la hizo sentir más exc*tación, ella lo miró y el hizo lo mismo, no sabía qué pasaba, pero lo entendió cuando ella lo besó, el quedó inmóvil y sorprendido por la situación, pero ella le agarró una mano y la puso en uno de sus s*nos para que la acariciara.
sin tanto capitulo, y sin meter tantos enemigos
Algo diferente a lo que he leído 💯
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