De Regreso a Mis Días de Escuela

Después de que terminara el partido, Daniel le propuso a su esposa regresar a casa de inmediato. Al principio, Sandra no quería porque todavía quería ver a su hija.

Sin embargo, la llamada de un cliente de Daniel la hizo ceder. Podría ir al apartamento de su hijo para conocer a Clarissa en persona.

Mientras tanto, Clarissa estaba en el vestuario. No se sentía muy cómoda con la ropa deportiva que llevaba puesta.

"Gracias, Cla... si no estuvieras tú, tal vez nuestra escuela habría perdido", dijo una de las jugadoras llamada Gladys.

"No soy tan buena", esquivó Clarissa suavemente. Todavía pensaba que todo era una coincidencia.

"Es verdad lo que dice. Eso fue solo una coincidencia. Ka_"

"¿Coincidencia dices? Hola... Piensa con el cerebro, no con las rodillas. No recuerdas que durante dos rondas estuvimos vacíos. Si no fuera por Clarissa, nuestra escuela habría sido avergonzada. Recuerda eso, ¡vamos, Cla!" regañó Gladys, molesta.

Gladys tomó el brazo de Clarissa y la sacó de la habitación. Ahora la chica estaba sola en la habitación.

"Todavía no puedo creer que puedas jugar así", dijo Gladys mientras caminaban.

"Ni siquiera yo lo creo. Sabes que normalmente solo me gusta ver jugar a Steven".

"Hola, ¿podemos conocernos?"

De repente, dos estudiantes de otra escuela los detuvieron. Era uno de los jugadores que ya había terminado de competir.

"Claro. Yo soy Gladys y ella es Clarissa", respondió Clarissa, mencionando su nombre y el de Clarissa.

"Yo soy Revan y este es mi amigo Anjar".

"Hola...", saludó Anjar con una sonrisa.

"¿A dónde van?"

"Vamos a la cantina. Tenemos hambre, claro", respondió Gladys.

Mientras tanto, Clarissa había estado callada todo el tiempo. Quién sabe qué tenía en mente en ese momento.

"¿Podemos ir con ustedes?"

"¿Qué dices, Cla?"

"Por supuesto... Nadie lo prohíbe".

"Gracias."

Luego, las cuatro personas caminaron juntas hacia la cantina. Sus pasos se convirtieron en el tema de conversación de algunos estudiantes ociosos.

Casualmente, en la cantina también estaba el grupo de Steven. Steven miró fijamente a Clarissa. En lo más profundo de su corazón, sentía celos de ver a Clarissa caminar con otro hombre.

"¿Qué estás mirando, Stev?" preguntó Bella suavemente.

"Nada", respondió Steven mientras apartaba la mirada y comía las albóndigas que había ordenado.

Bella dudaba un poco de la respuesta de Steven. Así que miró hacia donde Steven había estado mirando antes. Pero Clarissa ya estaba sentada en un lugar un poco lejos. Finalmente, creyó lo que Steven había dicho.

"Todavía no puedo creer que Clarissa pueda jugar tan bien", dijo Rangga entre bocados.

¡Deg!

Bella apretó su mano derecha con fuerza. No le gustaba que nadie elogiara a Clarissa.

"Tienes razón y sus movimientos son muy ágiles. Ni siquiera yo puedo hacer eso todavía. Entonces, ¿por qué nunca quiso unirse a los entrenamientos?" continuó Baim, sin entender a su compañera de clase.

"¿Por qué están hablando de esa chica? Solo arruina mi estado de ánimo", dijo Aurora con cinismo.

Bella se quedó callada. Estaba tratando de que nadie supiera de su odio hacia Clarissa. A menudo defendía a Clarissa frente a ellos.

"Vives en la misma casa que esa chica, ¿verdad, Bel?" preguntó Rangga, interrumpiendo los pensamientos de Bella.

"¿Por qué?"

"¿Alguna vez la has visto entrenar?"

"Ni hablar... esa chica es demasiado perezosa para hacer ejercicio", respondió con sinceridad.

"¿De verdad?" preguntó Rangga, como si todavía no creyera lo que Bella había dicho.

"Puedes creerlo o no, no es asunto mío".

"¿Pero cómo puede jugar tan bien?"

"¿Pueden callarse?" dijo Steven con énfasis.

Se quedaron en silencio. Para ellos, si Steven ya había hablado así, era mejor callarse.

Mientras tanto, en el lugar de Clarissa, estaba disfrutando de sus fideos con pollo favoritos. Sentía que había pasado mucho tiempo desde que había comido esa comida.

Revan había estado mirando a Clarissa con entusiasmo todo el tiempo. Incluso ignoró su propia comida.

"Come, oye... No llenarás tu estómago solo mirando la cara de esta chica", exclamó Gladys con picardía.

"Ehm... solo me alegro de ver a Clarissa comer así", respondió Revan sin apartar la mirada de Clarissa.

"Cuit cuit... parece que alguien se está enamorando", bromeó Gladys.

La cara de Revan se puso roja. No sabía lo que sentía, pero estaba fascinado por la impresionante acción de Clarissa.

"Me voy primero, ¿sí? Lo siento, todavía tengo una cita con mi hermana", dijo Clarissa, que comenzaba a sentirse incómoda con la situación frente a ella.

"Eh... lo siento, Cla. Solo estamos bromeando, ¿verdad, Van?"

Gladys no esperaba que sus bromas incomodaran a Clarissa. Clarissa le sonrió.

"Está bien. ¿Me conoces, verdad?"

"¿Pero tu comida?"

"Ya terminé. Lo siento mucho, Van, Jar, tengo que irme".

Sin esperar una respuesta de ellos, Clarissa caminó inmediatamente fuera de la cantina. Siguió caminando sin mirar atrás.

"Lo siento, en realidad esa chica ya tiene novio", dijo Gladys mientras hacía una mueca.

"No importa, pero realmente me gusta ella. ¿Puedes ayudarme?" preguntó Revan con seriedad.

"Lo siento... No es que no quiera. Pero no somos cercanas. Es la primera vez que caminamos juntas", dijo Gladys dando una explicación.

"¿De verdad?" preguntó Revan, sin creer lo que Gladys había dicho.

"¿Por qué mentiría? Nunca hemos estado en la misma clase. Y no tiene más amigas que Aileen".

"¿Aileen?"

"Sí... Aileen es su única amiga desde el décimo grado. Pero Clarissa no es la única amiga de Aileen".

"¿Cómo es eso posible?"

"No me preguntes. Ni siquiera lo sé. Pero lo cierto es que todos saben que Clarissa está muy enamorada de Steven".

"¿Steven del equipo de baloncesto de tu escuela?"

"Sí."

"Tienes un rival pesado", dijo Anjar mientras palmeaba el hombro de su amigo.

"Todavía tienes una oportunidad", dijo Gladys de repente.

"¿Qué quieres decir?"

"Por lo que sé... Steven nunca le ha correspondido a esa chica. En cambio, está más cerca de su prima, que también es amiga de ella".

"¡Loco!"

"Tu oportunidad todavía es amplia, ¡ánimo!" dijo Anjar, animando a su amigo.

"Por supuesto. Mientras no haya un anuncio de matrimonio, todavía tengo muchas oportunidades", dijo Reven con entusiasmo.

"¡Bien!"