EL PRECIO DE LA DESESPERACIÓN

Esmeralda mira como él levanta su mano como si quisiera golpearla, se le acerca más y le dice. - ¿Quieres golpearme? Vamos hazlo, atrévete, dame el pretexto perfecto para poder terminar con todos lo que me ata a ti, de esta manera puedo ir con tu abuelo y acusarte de golpearme.

Caspian baja la mano, cierra sus ojos y respira profundamente para calmar su enojo; ella lo hacía perder el control a tal grado que le levanto la mano y a él no le gustaba golpear mujeres, pero Esmeralda siempre poniéndose en su contra.

Golpearla era algo que no podía hacer, pero en su enojo, en su desesperación por mostrarle quien mandaba se acercó a ella, la acorralo entre la pared del elevado y su cuerpo, la dejo sin poder moverse, rápido toma su rostro con sus manos, pega sus labios a los de ella, sin darle oportunidad de decir nada, le da un beso apasionado, intenso.

Ella trata de aventarlo, de alejarlo, de negarse a ese beso, pero le fue imposible, Caspian se apodero de sus labios, la controlo por un momento, no puado defenderse de ese hombre fuerte, que por un momento la obligó a ese beso tan intenso, que la dejo sin aliento.

Caspian olvido no estaba y en el problema que estaba metido, ese beso le gusto tanto que no quería parar, pero lo mejor fue que ella empezaba a ceder, a responderle hasta dejo de empujarlo, en ese momento cuando él baja sus manos, las deja en su cintura, la puerta del elevador se abre.

Dos de los paparazis ya estaban ahí, tomando bastantes antes fotos antes de que Caspian se separa de ella; rápido la cubre ocultando su rostro en su pecho y la saca de ahí, pero fuera del hospital estaba peor, había demasiados reporteros, no pudo evitar que le tomaran más fotos, hasta que entraron al carro.

Caspian dio un fuerte golpe a la puerta del carro y dijo. – Maldita sea, tú eres mi desgracia, si no me hubieras provocado hubiera pensado en cómo salir del hospital sin que nadie nos viera.

Esmeralda se sentía algo extraña ese beso fue tan intenso, que la hizo ceder a su pasión y eso no era bueno; su corazón latía con fuerza, ni siquiera escuchaba lo que le decía, estaba sumergida en sus pensamientos, tratando de entender que era lo que había pasado, hasta que él la toma del brazo, la hace que voltee a verlo y le dice. – Eres responsable de todo esto, así que piensa en algo para sacarme de este problema y poder calmar a mi abuelo.

Escúchame bien, si mi abuelo no se calma y sigue molesto conmigo, terminare haciendo lo que él me ordene, aunque eso signifique casarme contigo, algo que va a ser malo para ti, porque pienso desquitarme contigo, te are…

Esmeralda jala su brazo con brusquedad y hace que la suelte, al mismo tiempo le dice. – No me amenaces, no creas que me quedare con las manos cruzadas viendo cómo me lastimas; si tú me lanzas una piedra yo te lanzare dos, pero no creas que dejare que me hagas daño y esto que está pasando es solo tu culpa, que no piensa en las consecuencias de sus actos.

Tu no debiste citarme en ese hotel, hubiera sido mejor que nos hubiéramos visto en la empresa, pero haces las cosas mal, por eso está pasando todo esto, ahora quieres que yo lo soluciones, cuando no tengo culpa de nada. 

Soy yo la que te exige que soluciones este problema y de la mejor forma para que mi imagen sea limpiada; yo tampoco quiero que mis padres se enojen conmigo, mucho menos que se sientan tristes por mí por algo que no he hecho, ni siquiera estoy enamorada de ti para que se diga que me partiste el corazón, no soy una tonta que caería en las palabras de amor de un tonto como tú.

Caspian la toma de los hombres, acerca su rostro al de él, en ese momento le dice. – Eres demasiado astuta y tienes una lengua afilada, contigo realmente no puedo, lo mejor va a ser que me aleje lo más rápido posible de ti.

Me are cargo de todo, te voy a llevar a tu casa y será mejor que no salgas hasta que no resuelva este problema, una vez que le quite a la idea a mi abuelo del matrimonio no volveré a verte; sobre el problema de la empresa, mi pago será no volver a verte, con eso quedare satisfecho, sin tener relación contigo.

Esmeralda le sostiene la mirada y le dice. – No quiero nada de ti, te pagaremos en dos años y no te preocupes no tendrás que verme, mi hermano se hará cargo del acuerdo de pago.

Me quedare en casa, pero más te vale hacer las cosas bien, si miro que manchas mi reputación no me quedare quieta, soy capaz de ir hablar con tu abuelo y explicarle todo.

Caspian la soltó y se acomodó en el asiento, cerro sus ojos, respiro profundamente quería calmarse, ella lo hacía perder el control, siempre contestando, pero lo que más le molestaba eran sus amenazas.

Ya no dijo nada, ni siquiera volteo a verla, solo quería dejarla y no volver a verla, pero al llegar a la casa de Esmeralda, el chofer le dijo. – presidente, no creo que sea bueno que bajen del carro, la casa de la señorita está rodeada de periodistas y Paparazis.

Esmeralda voltea a ver a Caspian y le dice. – No pienso bajar del carro y exponerme a toda esa gente, me mandarían al hospital; será mejor que pienses a donde llevarme, necesito descansar y mi familia no tiene otra casa en la ciudad.

Caspian sin nada de ganas ordena ir a su departamento, mientras pensaba como solucionar todo ese problema, por el momento solo importaba que nadie hablara con ella, hasta ponerse de acuerdo en lo que se haría.

Al llegar al departamento los dos bajaron del carro, para su suerte en el lugar no había nadie; hizo que la siguiera, pero en silencio; entraron al departamento, ella quiso darse un baño, pero ahí no tenía ropa de mujer, le presto una playera de manga corta que le quedaba algo larga, casi a media pierna y le presto un bóxer, que nunca había usado.

El bóxer le quedo como un pequeño short y la playera la cubría bien, tuvo que quedarse en esas dos piezas de ropa, mientras que su secretario particular le conseguía ropa adecuada para ella.

Ella tenía hambre y apenas salió de bañarse le ordeno que pidiera comida de algún restaurante, que no pensaba perderse la comida por su culpa; él sin nada de ganas lo hizo.

Los dos se quedaron sentados en la sala en silencio, pero él no podía dejar de verla, se miraba hermosa, seductora y con su ropa puesta era aún más grande la tentación, no sabían cómo dejar de verla.

Esmeralda se daba cuenta de sus miradas lascivas, pero no le importaba, para ella lo importante era no dejar que la tocara, si sufría por verla, era su problema y no pensaba preocuparse por eso, tenía hambre, solo esperaba comer, después ir a la habitación a dormir.

Esperaron 20 minutos cuando alguien toco la puerta, a Caspian le pareció extraño, su secretario tenía llaves, no tenía que tocar la puerta, se levanta y va a ver qué pasaba; Esmeralda no se quedó quieta se fue detrás de él, pensando que era la comida, pero cual fue su sorpresa, al abrir la puerta vieron a Enrique y a Cali (madre de la protagonista) estaban parados frente a ellos, que se le quedaron viendo a Esmeralda, al ver lo que traía puesto.