Mi vida se desmoronó de un día a otro, todo lo que creía se perdió en un instante, las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza una y otra vez, "siempre da sin esperar nada a cambio, pero tampoco des demasiado, al final dirán que nadie te lo ha pedido".
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UNA NOCHE FRIA.
Se dice que a lo largo de nuestra vida experimentamos muchas situaciones, algunas son malas y otras buenas, en la mayoría son las que no podemos elegir y salen de nuestras manos, otras más son las que nosotros mismos provocamos, mi madre solía decirme, no des algo sin esperar algo a cambio, así como tampoco des todo de ti, nadie está preparado cara corresponder, quizá ella lo decía por sus mismas experiencias, pero también es cierto que nadie experimenta en cabeza ajena, tal como es mi caso.
Mi nombre es Miranda Duarte, y todo comenzó de la manera más caótica e inimaginable, esta es mi historia:
Hoy es navidad, y ya que en la oficina donde trabajo nos han dado el día libre por las fechas, decidí preparar una cena para mi familia, tengo 40 años de los cuales 18 son de matrimonio, si me case joven,
Quede embarazada a los 18, mi madre dijo que podía quedarme con ella sin necesidad de casarme, pero yo estaba totalmente enamorada de Gabriel, además que él y sus padres decidieron apoyarme, me case y seguir estudiando, por lo que me pude graduar como contadora, él siempre fue muy gentil y cariñoso conmigo, bueno lo era hasta apenas hace unos años, nuestra primera pelea real creo que fracturó nuestro matrimonio, él es gerente del banco más importante de la ciudad, cuando lo ascendieron me pidió que dejara mi trabajo, pero me negué, quería seguirme sintiendo útil, ya que mis hijos prácticamente eran independientes, ellos se ocupaban de sus propios asuntos, pues mi hija Fanny tenía 16 y Frederick mi hijo 14, ambos preferían sus actividades que quedarse en casa, dejar el trabajo en ese entonces era innecesario pensé, pero Gabriel se molestó conmigo por mi decisión, y aunque después arreglamos las diferencias, nada volvió a ser igual.
Son casi las once de la noche, marco a Gabriel, pero él jamás responde mis llamadas, decido llamar a mi hija
-Que sucede madre?, su tono molesto no pasa desapercibido, supongo que le molesta que la llame para saber dónde está, el ruido de la música se escucha al fondo
- Es tarde a qué hora llegas a casa? Guardo la calma y pregunto
Estoy con unos amigos, ya te había dicho que pasaría fuera de casa
- No sabía que sería hoy!
-Sí, tengo que colgar adiós! Ella ni siquiera espera a que pueda decir algo más, me corta la llamada inmediatamente, mi última opción es Frederick, mi hijo,
- Mamá, que sucede todo bien?
Él a diferencia de Fanny, es más amable
- me preguntaba si llegarás pronto a casa? Digo vacilante
- No, no recuerdas que te dije que vendría de campamento con la familia de Ángel?
- es verdad, lo lamento lo había olvidado, miento, la verdad es que mis hijos han crecido y ahora ya no me consultan sus planes
- Pero si pasa algo entonces regreso! Me dice con voz preocupada
- no mi amor, no pasa nada, solo … ¡diviértete, feliz navidad! Le digo sin poder evitar llorar un poco
- feliz navidad mamita, te amo! Él dice para inmediatamente terminar la llamada, y es así como me encuentro completamente sola en la noche de navidad, miro la mesa perfectamente organizada y todo lo que se ha desperdiciado está noche, solo tomo un poco de ponche antes de regresar a mí recámara.
Son las tres de la mañana y Gabriel apenas se digna a llegar a casa, su estado des alineado es muy evidente
- por qué estás despierta? El se saca los zapatos lanzandolos lejos de la cama, mientras se desabotona la camisa
- es navidad donde estabas? No puedo evitar preguntar
- fue la fiesta de navidad en la empresa
- la fiesta, por qué no me dijiste
- tenía que hacerlo?, de todas maneras para que, no hubieras podido ir, tu trabajo parece ser muy importante
- lo hubiera hecho lo sabes
- bien, no era necesario que fueras! Dice con frialdad mientras se adentra en el baño, miro su ropa tirada en el piso y decido levantarla al sexto de ropa sucia, pero... El olor a perfume invade mis fosas nasales, sé que es de mujer y un enorme hueco se apodera de mi estómago, no, no, inmediatamente descartó esa idea, después de todo él tiene muchas compañeras, pero él ha cambiado mucho, siempre llega tarde aunque el banco sierra a la ocho, ya no tenemos intimidad y... Acéptalo Miranda, ¿qué más pruebas quieres?
Aún pensando en la sinceridad de mi esposo decido comprobar, me pongo un camisón atrevido mientras espero que salga
- que llevas puesto?, ya no deberías usar esas cosas, ya no estás en edad! Dice y mi corazón se rompe, antes él decía que era la mujer más sexy del mundo ahora le parezco ridícula,
- Gabriel, nosotros...
- olvídalo vengo cansado y a decir verdad ya ni te me antojas!
- hay alguien más? La pregunta del millón, es inevitable no hacerla mientras mis lágrimas salen
- a, por favor, no salgas con tonterías, ves la hora que es?, a quien se le ocurre tener sexo a esta hora? No hace falta que haya alguien más, mírate, has cambiado no eres ni la mitad de lo que eras, ya tienes 40, estás descuidada y en un par de años más empezarás con la menopausia,
- soy tu esposa, la madre de tus hijos, evidentemente, cambie por tenerlos
- ahora es mi culpa? Te recuerdo que tú fuiste la que no tuvo precauciones al quedar embarazada
- era responsabilidad de ambos, yo no me arrepiento, amo a mis hijos
- pero te descuidaste, mírate, mínimo ponle tinte a esas canas!, sus palabras hieren profundamente mi corazón, por qué el cambio tanto contigo,
- No has respondido mi pregunta, ahí alguien más?, digo ya molesta
- ya te dije lo que tenía que decir, duerme la edad también afecta el estado de sueño! Dice mientras se mete entre las sábanas y Sierra los ojos, yo salgo de la habitación, no es necesario que me lo diga directamente, sé que hay alguien más, mi pecho duele demasiado mientras descubro nuevamente con dolor que mi madre que en paz descanse nuevamente tenía razón" no des demasiado al final nadie te lo agradecerá! Lo único que realmente agradezco no haber dejado mi carrera de lado, sino ahora sería una mujer engañanda dependiendo de un matrimonio fracasado.