Reencarne en un mundo mágico.
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Nuevo Mundo
Querido diario:
Estos últimos días, han sido los días más locos todo mi vida... hace muy poco, era una simple chica, que estudiaba y se preparaba para ser una gran chef y por la noche trabajaba en el negocio de mi familia. Cuando iba de salida del instituto, en mi pequeño scooter sentí el sonido y un golpe muy fuerte... después todo se volvió oscuridad, y sí había muerto... era tan frustrante, haberme estado preparando por meses, para tener un buen futuro y que todo acabara en unos segundos... aunque no acabó del todo... porque aparecí en una cueva, oscura y húmeda, al lado de una hermosa mujer de cabello plateado, que me decía que yo era la enviada y que había sido mandada a salvarla... hablaba muchas cosas, pero yo solo me concentraba en que estaba desnuda, en la mitad de la nada, que mi voz era diferente y que al verme se notaba que mi cuerpo también había cambiado... le intenté explicar que yo no era quien estaba esperando, pero hubo algo que me llamó mucho la atención... se llamaba Mistral como uno de los personajes de los juegos que conseguí en una venta de garage... era un juego alternativo y tenía una historia bastante peculiar, se trataba de un mundo mágico, en el cual se tenían que cumplir misiones, hasta ahí bien, pero lo raro era que a medida que avanzaba la historia, más se debilitaban los personajes... pensé que era una falla y por eso el precio, ya que la mayoría de las veces, se sube de nivel y se suben los poderes... además la historia careció un poco de sentido, porque había que ayudar a los seres mágicos, pero eran otros seres mágicos que también los cazaban... Y a diferencia de la mayoría de las historias, los humanos, no eran necesariamente malos. Después de darme cuenta, le pregunté si acaso era la madre de dragones, ella se sonrió y me dijo que cómo podía yo negar, que era la enviada si tenía el don de profecías... le intenté explicar que había conocido la historia a través de un juego, pero en ese momento ella se comenzó a quemar y no lo escribo en el sentido figurado, literalmente a quemar, pequeñas llamas de tonos azules, comenzaron a rodear sus pies y algunas lágrimas caían por su rostro, intenté acercarme, pero el calor era muy intenso, aunque a ella parecía afectarle de otra manera, cuando las llamas iban a alcanzar sus rodillas, me dijo que tenía que hacerle una promesa y cuidar de su hijo... yo inmediatamente miré hacia los lados y no vi a nadie y ella no dejaba de gritar que tenía que prometerlo, las llamas ya le llegaban a su cintura y para tranquilizarla le dije que le prometía, que le prometía que iba a cuidar a su hijo y me sonrió, pero era una sonrisa de despedida... sus últimas palabras fueron... ¡cuídalo!...
lo recuerdo muy bien... después... todo su cuerpo se envolvió en una gran llama azul y en el lugar solo quedó su ropa. Estaba tan sorprendida, que recuerdo que me quedé mucho tiempo, solo contemplando la tela en el suelo, hasta que después de un rato, me di cuenta que esa tela comenzó a moverse... Recuerdo que dije varios insultos y tomé una pequeña vara del piso y lo moví, definitivamente algo vivo estaba ahí, con la misma vara levanté la tela y creo que nunca olvidaré lo que vi... era un mini bebé dragón, era tan pequeño que su tamaño se podía comparar con un gatito... era negro completamente negro, tenía unas alitas y unos ojos amarillos, que me miraban confundidos, yo estaba paralizada casi no se movía... solo me miraba, quizás, estuvimos así, cerca de una hora, nunca había tenido hermanos, ni siquiera primos pequeños, no sabía qué hacer tampoco había tenido mascotas, creo que una vez tuve un conejito y se arrancó y ahora le había prometido a una mujer que daba luz a dragones que le cuidaría a su hijo... y solo pensé... y si tiene hambre y en mi mente escuché su respuesta... tengo hambre
salté hacia atrás como si me hubiese quemado...
- ¿En serio me puedes escuchar, me entiendes lo que digo?
[- sí ]
Me senté en el suelo y me cubrí
con las pocas telas que había encontrado para vestirme, las cuales no alcanzaban a tapar la mitad de mi cuerpo... estaba en la mitad de la nada, sin dinero sin comida y con la promesa de que cuidaría a un bebé dragón en mi hombros.