Capítulo cuatro: Pesadillas.

Los rayos del sol calan demasiado en mis hinchados ojos, estuve llorando tanto tiempo, no sé en qué momento me quede dormida, ahora solo me siento peor físicamente.

La posición en la que dormí contra el suelo, hizo que mis músculos se tensaran, me duele el cuello y se siente muy frío mi brazo con el que estuve apoyada toda la noche. Me siento en el suelo y veo el retrato de James, en algún punto de la noche y del llanto, quite el lienzo de su lugar y lo abrace, con dificultad por el tamaño, sin embargo, me pegue a si retrato toda la noche. Verlo solo hace que quiera llorar.

Desde que desperté en un nuevo lugar, aunque era difícil de creer en un inicio, me concentré en cualquier otra cosa que no fuera el miedo y la tristeza.

No quería morir, cuando Leonhart me sostuvo del cuello y presionó con fuerza, a parte de la desesperación por intentar salvar al ser que estaba creciendo en mi vientre, también pensé en que no quería morir. No sé si esta es la otra vida, lo que espera después de la muerte. No lo sé.

Nunca fui creyente, pero era bastante interesante el tema de la reencarnación, no obstante, nunca leí algo que dijera que podía reencarnar con los recuerdos de mi anterior vida y a una edad adulta. El cuerpo es diferente, la vida en este momento es completamente diferente.

Según Amalia, compartimos fragmentos de nuestras almas. Saber cómo paso no me servirá de nada, el por qué, tal vez me ayude con mi verdadera meta aquí.

Quería vivir, eso es lo que estoy haciendo, incluso si esto es un sueño o el más allá, estoy bien con esto, no es como lo imagine, pero es lo que pedí. Miro el rostro pintado de James y sonrío levemente.

—Voy a vivir bien.

Estuve trabajando sin cesar, teniendo poco tiempo para pensar y encerrarme en mi mente, y cuando tenía el tiempo, disparataba sobre encontrar a James y a nuestro hijo.

Pero es difícil, no sé si James tenga la misma cara, no creo reconocer a ninguno de los dos. Tal vez estoy siendo demasiado optimista.

Me levanto del suelo sintiendo dolores, este cuerpo es joven, pero no va a durar conmigo y mi irresponsabilidad. Debería hacer ejercicio. Si esta es mi nueva vida y mi nuevo cuerpo, debo mantenerlo, porque ahora son míos. Y debo aprovecharlos.

Aunque mi idea sonaba descabellada en un momento, ahora, con más claridad, no estaría mal salir del palacio. Esta no es la vida que yo quiero, nunca fue mi sueño tener por esposo a un Emperador, menos a uno con más amantes, ni siquiera en donde yo vengo la poligamia es tan intensa como aquí. No, no...

Me iré de aquí, una vez que pueda reunir el dinero suficiente para viajar y sobrevivir, al menos hasta que encuentre otro oficio con una paga decente.

Tomo el retrato y lo llevo conmigo, pegado a mi pecho. Cuando abro la puerta escucho pequeños ruidos, hasta que me interceden, Bell y las chicas.

—¡Mama! —chillan las tres muchachas, parpadeo varios veces seguidas, Amalia no tiene una mala vida.

—¿Podemos volver? —quiero ducharme, mi voz suena extraña hasta para mí.

—Mama, ese cuadro... —Bell mira fijamente al lienzo que tengo entre mis brazos.

—Quiero llevarlo a mi habitación y colgarlo —cuando me vaya de aquí, me lo llevaré conmigo, será lo único que me lleve de este lugar. No me siento cómoda con todas las cosas de Amalia, no son mías y no son mi gusto.

—Le preparáremos un baño y su desayuno, anoche no ceno nada, Mama —Bell hace una ligera reverencia, sonrío levemente y asiento.

Me gusta conocer gente, sin embargo, no es lo mismo aquí. Aquí no tengo a nadie, si me pego demasiado a Bell y a las muchachas, será difícil para mí querer salir al exterior.

Es un mal hábito mío, aferrarme a las personas que me muestran un poco de cariño, a falta de ello desde joven, al más pequeño acto de bondad, me conquistan. Lo bueno es que solo gente amable me ha extendido la mano, la primera persona en hacerlo fue James.

—Mama, ¿puedo preguntar quién es el hombre que retrató? —pregunta Bell mientras avanzamos por el pasillo hacia la habitación de la Emperatriz, veo la imagen de James y mis ojos arden, no sé cuándo dejaré de sentir esa sensación de ahogo cada vez que lo vea o recuerde.

—Es el amor de mi vida, Bell —confieso, tal vez ella no lo entienda, pero desde que llegue aquí, pude entender que Bell no pasó parte de su vida pegada a Amalia, solo desde que Amalia entró al palacio—. Hace unos años, prometimos casarnos —fue años, considerando el tiempo de este lugar con el lugar de donde vengo, diría que miles de años, pero sería muy ilógico para Bell.

Antes tenía miedo hablar de James, porque sabía que me rompería, que extrañaría mi vida anterior, creí que me retrasaría, pero hablar con Rasmus me hizo entrar en razón.

—¿Acaso está recordando algo de su pasado? —niego con la cabeza.

—Puedo olvidar todo o a todos, pero jamás lo olvidaría a él —murmuro delineando la pintura con la yema de mi dedo índice.

Llegamos a mi habitación, las muchachas abren las puertas y corren hasta el cuarto de baño. Extrañaré estos lujos, pero debo avanzar y quedarme aquí no me llevará a ningún lado.

—Después del baño y el desayuno, vamos a trabajar con los siguientes divorcios, todavía faltan concubinos y la última lista de aquellos que son útiles —Bell asiente.

El baño tarda un poco, pero es porque lo disfruto, dejo mi mente en blanco, aunque es difícil dejar de llorar, creí que pararía, sin embargo, no pude soltar todo en una noche, es imposible.

En algún momento de la tristeza, me agarra el coraje. Si el maldito de Leonhart no fuera un enfermo, si yo no lo hubiera contratado, si me hubiera dado cuenta que algo estaba mal en él, si la policía hubiera hecho bien su trabajo... yo no estaría muerta.

Sollozo y tiro algunas cosas de baño, asustando a Esmeralda y Martha quiénes me ayudan a bañarme, abrazo mis piernas y escondo mi rostro en mis rodillas.

—Te odio tanto... te detesto con todo mi ser, espero que te mueras... solo puedo desearte lo peor, ten una larga y saludable vida, infeliz, para que cada segundo de esa larga vida sea una tortura —sollozo.

En algún punto dejo de llorar y me hundo en la enorme tina, con los ojos abiertos, mirando las burbujas que salen de mi boca, veo los rostros de las muchachas preocupadas algo borroso desde el fondo de la tina. Me jalan de los brazos mientras chillan.

—¡Mama! Mama, no haga eso, por favor... —respiro hondo cuando salgo del agua, me siento culpable. ¿Ellas tenían una buena relación con Amalia? Si descubrieran que no soy Amalia, ¿me repudiarían? ¿O solo sirven a la Emperatriz?

Me levanto de la tina, aún llorando, las dos muchachas me ayudan a secarme y me ponen una bata de seda.

Camino lentamente fuera del baño, el desayuno esta listo y el ambiente en la habitación es incómodo. Lo primero que veo es el cuadro de James, que no esta en un lugar totalmente visible. Miro a todos lados hasta encontrar el lugar perfecto para poner su retrato.

—Bell, que quiten ese cuadro y pongan el que dibuje —sus ojos se agrandan.

—¿Quiere quitar el retrato de su boda? —un bello cuadro pintado, del Emperador y la Emperatriz, la mirada fría de un hombre sin sentimientos a su cónyuge y la dulce y esperanzada mirada de una joven mujer con sueños por cumplir. ¿Está es la vida que quería Amalia?

—Sí. Me estorba —una vez que me vaya, alguien más ocupará esta habitación, alguien más pondrá el retrato de su boda con el Emperador, debo evitar dejar mi esencia en este lugar para que la próxima Emperatriz no se sienta abrumada por el peso de los sentimientos y el corazón roto de Amalia y mi tristeza—. A partir de ahora, retiren todos los cuadros del Emperador junto conmigo o de mí misma, que hayan en este palacio.

—Mama... —Bell me quiere interrumpir, pero continúo.

—No quiero ver más retratos del Emperador, ni de mi boda. No quiero saber nada del Emperador al menos que sea una urgencia —nada nos ata, debo poder alejarme de él lo más rápido que pueda, la relación que tenía con Amalia, no era agradable, no entiendo cómo es que pudieron estar casados por cuatro años y soportar esta atmósfera, a Amalia no la querían, el Emperador odiaba a Amalia, ahora me odia a mí, pero eso no me importa.

—Como ordene, Majestad.

Desayuno en silencio. Salimos de la habitación y voy directo al estudio, donde el mayordomo Thread esta esperando. Cuando me ve, no puede ocultar su sorpresa.

—Majestad, sus ojos...

—¿Demasiado hinchados? —pregunto incómoda, carraspea y niega con la cabeza bajando la mirada—. Continuemos con el trabajo, señor Thread. Me imagino que todos los concubinos se han enterado de la limpieza. Envíe los papeles de divorcio a cada uno de ellos y que lo firmen, tienen hasta esta tarde para que todos firmen. Si alguien se niega, obliguenlo —es la forma más rápida de terminar con esto, solo alargue las cosas para distraerme, divorciarme de los concubinos es uno de las tantas cosas que debo hacer.

—Me encargaré de ello personalmente, Majestad —dice Bell de repente, sale del estudio y yo me siento para volver a trabajar.

—Majestad —levanto la mirada para ver al mayordomo, se ve realmente preocupado—. ¿Se encuentra bien? —sonrío levemente.

—No, pero lo estaré. Señor Thread, hay algo de lo que quisiera hablar con usted, esperando que mantenga nuestra conversación entre nosotros, le pido discreción, porque si alguien más se entera, sabré que fue usted quien lo divulgo, ¿de acuerdo? —asiente torpemente, respiro hondo y hablo—. Quiero divorciarme del Emperador —su rostro palidece y parece que le va a dar un infarto.

—Mama... ¿por qué...? De repente... —tartamudea inseguro, no esperaba que se lo tomará con calma, no obstante, tampoco esperaba esa reacción. En especial, porque desde un inicio se lo dije.

—Lo he reconsiderado estos días... quiero vivir mi vida de la manera en que yo lo deseo —la vida es corta y más cuando alguien viene y te la arrebata, debo aprovechar esta vida—. Además quiero encontrar a alguien.

—¿Al joven del retrato? —arqueo mis cejas y se sonroja—. Solo he escuchado rumores —no voy a preguntar de donde, eso no manchará la reputación de Amalia, un amante más un amante menos, da lo mismo. Todo eso ya lo sabe y aún parece sorprendido—. Majestad, puede meterlo al palacio como concubino, puede ser su primer esposo luego del Emperador.

—No quiero hacerle eso a él, Thread. Es demasiado especial para mí, como para ponerlo en un segundo lugar. Además, ¿de qué te preocupas? El Emperador encontrará a alguien mejor para suplantarme —trato de verle el lado bueno, para que no se desanime.

—Para que alguien más se adapte a la posición de Emperatriz, es difícil Mama. No cualquier dama puede ocupar ese lugar —tiene una mirada de súplica, niego con la cabeza.

—No es tan complicado —eso es lo que puedo suponer—. Con mi pérdida de memoria, no creo que yo sea mejor que alguna otra dama —duda unos segundos, pero se ve firme con respecto a su decisión.

—Mama, la familia de la que viene, es la que consigue la estabilidad del Imperio, si usted se marcha, ¿qué va a pasar con el Imperio? No solo el Emperador sufrirá pérdidas, la gente, su gente, usted es la madre del Imperio, una madre no debería abandonar a sus hijos —ese fue un golpe bajo y demasiado metafórico.

—Hay buenas madrastras —sonrío—. Lo hablaré con el Emperador y con mi familia para tomar una decisión, si la mayoría se opone, supongo que estaré atada aquí —o tal vez finja mi muerte y escape, dejando viudo al Emperador tan joven, que mala suerte—. Por ahora, sigamos trabajando.

Todo el día, me la paso encerrada en el estudio, incluso como y ceno en el estudio en compañía de Bell y Thread, me doy cortos tiempos libres para buscar algunos libros que entienda para leer. Aprendí muchas lenguas muertas gracias a James y mi curiosidad, eso me ayuda para leer algunos libros.

Gracias James, por insistir en tonterías como aprender lenguas muertas.

Parezco una experta aquí, cuando en mi verdadero lugar era innecesario, me esforcé al doble en mi lugar de origen.

—Mama, debería ir a la cama, no ha descansado bien —tiene razón, el llanto de anoche no fue bueno, me causó dolor de cabeza, todavía no me recupero completamente, pero necesitaba distraerme un poco y hacer más dinero.

—Es hora de descansar, Thread. Mañana continuamos con lo que falta —la primera delegación en llegar para la celebración, es de un país vecino que vendrá en unos días, aceleraron su llegada por motivos comerciales, no lo sé, no lo explican demasiado bien y aún tengo que acostumbrarme al idioma, aunque lo entienda, no significa que soy una experta que puede hablar y escribir la biblia en este idioma.

Me levanto de la silla y tengo acalambradas las piernas y el trasero, aunque es un lindo y relleno trasero, no significa que este cuerpo este acostumbrado a sentarse todo el día, mis músculos están tensos y en cualquier momento me volveré loca, eso es lo que presiento.

—Nos vemos mañana, Mama —hace una reverencia, le sonrío y salgo del estudio. La única en acompañarme es Lourdes, ya que el resto se fue a no sé dónde.

—¿No se esta exigiendo demasiado, Majestad? —pregunta preocupada, le sonrío, es tan tierna, recuerdo algunos niños del orfanato, pero en cuanto cumplí la mayoría de edad, salí del orfanato y trabaje en diferentes lugares, a quienes conocí de niña, no los volví a ver y a quienes se quedaron cuando me fui, nunca supe de ellos. No sé si fue por mi descuido y mi afán por salir adelante, porque cada uno estaba iniciando una nueva etapa de vida. Pero me hubiera gustado ver cómo crecieron, las niñas, ¿serán tan altas como Lourdes? ¿Tan tiernas como Esmeralda? ¿Tan inteligentes como Martha? Lo niños... ni de que hablar de esos diablillos. Hubo muchas cosas que no hice en el otro mundo, que ahora es cuando me doy cuenta de mi error.

—Trabajar en exceso es malo, sin embargo, aún no llego a mi límite —le doy un apretón en su hombro y asiente más tranquila. Llegando a la habitación, Bell me recibe agradable y me visten para dormir. Ya he cenado y me siento muy cansada para algo más—. Mañana, quiero dormir más horas, ¿pueden despertarme para el almuerzo? —Bell asiente y las chicas se despiden.

—Volveremos a nuestros lugares, si necesita algo, solo llame por medio de la campana —señala una tira de listón que se pierde en la pared, lindo servicio.

—Gracias, Bell. Que descansen —hacen una reverencia y se marchan, me acuesto en la cama y me cobijo. Esta noche puedo dormir un poco tranquila.

Mientras estoy dormitando, siento un movimiento a mi lado, la cama se hunde, tal vez estoy soñando, jalan el edredón, como si alguien más se arropará, es un sueño... solo es un sueño.

Una mano se cuela hasta mi cintura y siento una respiración cercas de mi cabeza, incluso si es un sueño, no permitiré esto, me levanto de golpe y pateo a la persona que se atrevió a meterse a mi cama. Escucho un quejido, me apresuro a tomar la vela que siempre dejan a un lado de mí encendida dentro de un vidrio, una vieja lámpara. Acerco la lámpara al extraño y veo al Emperador.

—¿Emperador? —la mirada de odio que me dirige es molesta—. ¿Qué hace usted aquí? —jalo del edredón y me cubro tanto como puedo, no estoy desnuda, pero tampoco es de mi agrado que me vean en un camisón transparente.

El Emperador enciende más velas y ya es un poco más claro el lugar, dejo la lámpara en su sitio y espero a la explicación del sujeto.

—Es nuestra noche juntos del mes —me dice sin emoción en su voz, había olvidado ese detalle.

—Estoy demasiado cansada, por favor, vuelca a su alcoba —bufo molesta y masajeo mi frente.

—No tenemos que hacer nada...

—Tampoco quiero dormir con usted, vuelva a su alcoba y que alguien más lo entretenga —interrumpo su oración, su mirada de confusión me molesta más y el dolor de cabeza que tengo desde la mañana, solo empeora, mi humor no es bueno.

—Es nuestra noche juntos —murmura lentamente para hacerme entender.

—Ya dije que no. Solo vaya de vuelta a su habitación, de todos modos, ignorarme no es demasiado difícil para usted, Majestad —le recuerdo. Resopla y se acerca, estaba en la orilla de la enorme cama, ahora se esta acercando a mí, me levanto de la cama y me alejo tanto como puedo, tomo la bata y me cubro con ella.

—¿Qué pasa contigo? ¿Realmente has perdido la memoria? —sale de la cama y me sigue, aunque intento mantener una distancia entre los dos, me acorrala contra una esquina.

—Si perdí la memoria o no, no importa. Solo fuera de la habitación —señalo la puerta, para que quede muy clara mi señal. Su mirada chispea de furia, niega con la cabeza.

—Ayer, ¿por qué estabas llorando? —mi ceño se frunce, golpea su palma contra la pared, dejándome encarcelada con sus brazos, mis latidos se aceleran y recuerdos escalofriantes vuelven a mi cabeza.

—¿Cómo lo supo?

—Nadie me lo contó, lo escuche yo mismo. ¿Por qué llorabas Amalia? ¿O debo decir, por quién? —mi ceño se frunce—. ¿Es por él? —señala furioso el retrato de James que ahora cuelga en el lugar donde antes estaba el cuadro de bodas de Amalia y el Emperador.

—No es de su incumbencia. Solo déjeme tranquila, Majestad —aprovecho que dejo una abertura, para pasar y salir de su encarcelamiento, camino rápido hasta la cama y sin esperarlo, me jala del brazo para encararlo.

—¿Qué es lo que estás tramando algo? ¿Ahora qué estás jugando? Estoy harto de ti y de tus malditas acciones con intenciones ocultas, eres un maldito dolor de cabeza que solo quiero que desaparezca —su tono es cruel, derrocha odio por Amalia y ahora por mí, su agarre en mi brazo me hace temblar y recuerdo a Leonhart.

—Por favor... déjeme ir —me encojo de hombros asustada. No quiero recordarlo.

—¿Qué es lo que quieres ahora? ¿Atraer mi atención con ese maldito retrato? ¿O quieres que me fije en ti por tu pérdida de memoria? No importa qué cambie en ti, Amalia. Siempre serás la misma zorra —me empuja y caigo contra la cama, reboto un poco y antes de reaccionar se cierne sobre mí, a horcajadas de mi cuerpo, mi estómago se revuelve. El rostro de Leonhart aparece en mi cabeza.

El rostro del Emperador desaparece para que el de Leonhart aparezca. Mis ojos arden y siento perder mi sangre.

—¿Esto es lo que quieres, no? Atención —intento mover mi cuerpo, pero estoy paralizada—. Pues ahora tienes toda mi atención, Amalia.

—¿Es mi culpa? Cada vez que me veías sonreías, usabas escote para que te viera, tus faldas eran tan cortas para invitarme a tocarte.

Puedo escuchar su voz, tiemblo y mi garganta se cierra.

—Todo este tiempo fingiendo tu falta de recuerdos, para esto —el Emperador extiende sus brazos, se encuentra de rodillas a horcajadas de mí, tengo miedo, tengo mucho miedo—. Debió costarte mucho trabajo fingir, por eso y solo por eso, te recompensaré.

—Hablemos... —tartamudeo, mi respiración es errática, mi pecho se oprime.

—¿Hablar? Más que hablar, cada vez que venía rogabas porque te tocará, ahora te cumpliré tu deseo, solo porque te has portado bien. Después de esto, deja de fingir y engañar a los demás —se lanza sobre mí y empieza a besar mi barbilla, para bajar a mi cuello.

—Detente... —murmuro muy bajo, no sé si me escucho, intento empujarlo, pero detiene mis manos y las levanta por encima de mi cabeza.

—¿Tanto me deseas que no dejas de llorar? —besa mi barbilla y luego va a mi cuello.

Su voz sigue murmurando en mi oído, su asqueroso toque, todo lo estoy recordando, la primera lágrima sale.

Recuerdo todo, cómo me estaba tocando, como intente defenderme en un principio y luego por intentar salvar mi bebé, me golpeó.

Las bofetadas, su mirada furiosa, sus ojos oscuros, todo vuelve... no sabía que estaba tan afectada, sabía que me causaría un trauma, tal vez un pequeño miedo, pero esto que siento es sofocante.

—Detente... —sollozo, mis ojos se llenan de lágrimas, el hombre que esta encima de mí (ya ni siquiera sé quién es, si el Emperador o Leonhart), levanta mi camisón y su mano fría y áspera toca mi piel—. Basta... —me remuevo, cuando su mano baja hasta mi entrepierna, es cuando grito—. ¡Ah! ¡Detente! ¡Basta! ¡Quiero que te detengas! ¡Ayuda! ¡Por favor, alguien...! ¡Ayuda!

Mis gritos parecen confundirlo y escucho pasos y una puerta abrirse.

—¡Mama! —escucho la voz de Bell, las lágrimas no me dejan ver, pero cuando se derraman de mis ojos, Bell está quieta sorprendida.

—Ayúdame —suplico, alguien vino, alguien me salvo... alguien... Bell se acerca y me toma del brazo para alejarme del agarre del Emperador.

—Mama, ¿qué esta pasando? —abrazo a Bell y sollozo sin control—. Emperador...

—Bell, fuera. Estoy con la Emperatriz... —me giro con brusquedad para verlo.

—¡Vete! ¡Te dije muchas veces que te fueras! ¡Quiero que te largues! —limpio con fuerza mis lágrimas, la mirada del Emperador esta llena de confusión—. ¡Lárgate! —grito con todas mis fuerzas, vuelvo a sollozar, sin poder controlar mis emociones—. Te pedí que te detuvieras y me ignoraste —murmuro enojada—. Quiero que te largues de mi vista —nadie dice nada, escucho más pasos detrás de mí.

—Mama —susurra una voz de mujer, Bell toma una manta y me envuelve en ella, me siento segura, me siento más valiente.

—A partir de ahora y hasta que dé la orden de lo contrario, nadie más que yo y mis sirvientes entrarán a esta habitación. En la noche nadie tiene permitido, entrar a mi alcoba. Quien entre sin mi permiso, será decapitado —escucho jadeos.

—Soy el Emperador, ¿lo olvidas?

—Prefiero matarte y luego morir que ser violada —le respondo. Me pasa de lado, molesto y sale de la habitación, cuando escucho el portazo, me dejo caer al suelo.

—Mama, está bien. Ahora todo está bien —lloro con fuerza y me aferro a los brazos de Bell, tengo miedo, tengo mucho miedo, James.

-

—Majestad, debe intentar dormir, a este paso, su salud se deteriora rápidamente —me aconseja el médico real, llevo varios días sin poder dormir, porque cuando lo intento, tengo pesadillas, despierto casi enseguida, gritando y llorando por el miedo, porque en todas mis pesadillas aparece Leonhart y me mata, una y otra vez, pero antes me viola.

—No puedo dormir —susurro con la voz ronca, he gritado tanto en sueños que mi garganta arde y mis cuerdas vocales están heridas o no sé qué, que dijo el médico. Llevo mi uña a mi boca y la mordisqueo.

—Las pesadillas no son simples de quitar, deberíamos traer a un chamán —¿eso existe aquí? Los de mi época, la mayoría son charlatanes o con los que me he topado—. ¿Desde cuándo que iniciaron las pesadillas?

—Hace tres días —contesta Bell.

—¿Paso algo hace tres días? —se miran entre ellas nerviosas, no es fácil decir que el Emperador intentó violar a la Emperatriz, el médico parece entender el silencio.

—Majestad, ¿de qué tratan sus pesadillas? —lo miro y de solo recordar, mi cuerpo tiembla, me abrazo y niego con la cabeza.

—No... no... —tartamudeo. El único que podía detener mis pensamientos o temblores era James, sin él aquí... el médico parece acomplejado.

—Majestad, las pesadillas son miedos y heridas del alma. Si usted no habla sobre ello, no esta tratando la herida. Esa herida, solo se infectará y causará más daño con el paso del tiempo —mi labio inferior tiembla y mi vista se vuelve borrosa por las lágrimas. El médico suspira y las puertas de la habitación se abren con brusquedad.

—¿Amalia? Hija mía —los reconozco, los padres de Amalia, se apresuran a la cama, como la primera vez que desperté.

Mis temblores cesan cuando me abrazan. La madre de Amalia llora.

—Esta es la segunda vez que te pasa algo tan fuerte para dejarte en cama, Amalia, habla con mamá. Mamá siempre te escuchará y te consolará —mis ojos vuelven a nublarse por las lágrimas, pero esta vez, no es por el miedo, es porque estoy conmovida. Sus dulces palabras y su cálido abrazo me recuerda al cariño que la madre de James me tenía. Yo no tuve una familia, pero James y su familia se volvió como la mía.

Me siento culpable por el engaño, pero Amalia me dejó tomar su vida y en su vida, vienen sus padres, si ellos pueden controlar mi miedo, ¿puedo quedarme un poco más con ellos?

Abrazo a la madre de Amalia y ella me regresa el abrazo con más fuerza.

—Mi linda niña, yo siempre voy a cuidar de ti.

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Comments

MarlingJCF

MarlingJCF

Divorciarte y vete con tus padres

2024-05-02

0

Lali💜🖤

Lali💜🖤

Podría decir que ella es demasiado llorica, si no fuera por todo lo que pasó. Es que de verdad tuvo alguien que la amo con todo su ser, quedó embarazada del amor de su vida, y un weon psicópata va y la mata, y lo peor tiene a una escoria como esposo en su nueva vida. Esta chica ya tiene suficiente, quiero que se divorcie y viva su vida como ella le plazca. Yo no podría soportar tanto. Espero de verdad que James este en ese nuevo mundo y se encuentren, para que vivan la vida que no pudieron vivir.
Por cierto estamos de acuerdo en que James es el mejor personaje en una novela, tiene todo y su amor era muy profundo.

2023-12-31

1

Barbarasl73 🇨🇱

Barbarasl73 🇨🇱

puf, a quién le importa hdp 😡.

2023-11-04

0

Total
Capítulos
1 Sin amor.
2 Prólogo.
3 Capítulo uno: Sigo viva.
4 Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5 Capítulo tres: Amar.
6 Demián Mehmet.
7 Capítulo cuatro: Pesadillas.
8 Demián Mehmet.
9 Capítulo cinco: Aliados.
10 Capítulo seis: Enemigos.
11 Demián Mehmet.
12 Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13 Demián Mehmet.
14 Capítulo ocho: Esposos.
15 Capítulo nueve: Clases.
16 Capítulo diez: Trampas.
17 Demián Mehmet.
18 Capítulo once: Despertar.
19 Capítulo doce: Trueque.
20 Capítulo trece: Afrodisíacos.
21 Capítulo catorce: Rojo.
22 Demián Mehmet.
23 Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24 Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25 Capítulo diecisiete: Encerrada.
26 Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27 Demián Mehmet.
28 Capítulo diecinueve: El número uno.
29 Demián Mehmet.
30 Capítulo veinte: Recuerdo.
31 T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32 T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33 T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34 T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35 T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36 T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37 T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38 T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39 T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40 T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41 T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42 T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43 T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44 T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45 T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46 T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47 T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48 T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49 T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50 T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51 T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52 T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53 T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54 T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55 T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56 T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57 T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58 T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59 T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60 T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61 T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62 T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63 T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64 T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65 T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66 T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67 T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68 T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69 T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70 T3. Capítulo sesenta: Votos.
71 T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72 T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73 T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74 T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75 T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76 T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77 T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78 T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79 T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80 T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81 T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82 T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83 T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84 T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85 T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86 T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87 T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88 T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89 T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90 T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91 T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92 T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93 T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94 T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95 T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96 T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97 T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98 T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99 T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100 T4. Capitulo noventa: Todo.
101 T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102 T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103 T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104 T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105 T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106 T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107 T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108 T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109 T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110 T4. Capítulo cien: Mátame.
111 T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112 T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113 T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114 T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115 T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116 T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117 T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118 T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119 T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120 T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121 T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122 T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123 T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124 T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125 T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126 T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127 T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128 T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129 T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130 T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131 T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132 T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133 T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134 Capítulo final.
135 Epílogo.
136 Nota de la autora.
137 Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138 Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139 Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.
Capítulos

Updated 139 Episodes

1
Sin amor.
2
Prólogo.
3
Capítulo uno: Sigo viva.
4
Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5
Capítulo tres: Amar.
6
Demián Mehmet.
7
Capítulo cuatro: Pesadillas.
8
Demián Mehmet.
9
Capítulo cinco: Aliados.
10
Capítulo seis: Enemigos.
11
Demián Mehmet.
12
Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13
Demián Mehmet.
14
Capítulo ocho: Esposos.
15
Capítulo nueve: Clases.
16
Capítulo diez: Trampas.
17
Demián Mehmet.
18
Capítulo once: Despertar.
19
Capítulo doce: Trueque.
20
Capítulo trece: Afrodisíacos.
21
Capítulo catorce: Rojo.
22
Demián Mehmet.
23
Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24
Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25
Capítulo diecisiete: Encerrada.
26
Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27
Demián Mehmet.
28
Capítulo diecinueve: El número uno.
29
Demián Mehmet.
30
Capítulo veinte: Recuerdo.
31
T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32
T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33
T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34
T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35
T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36
T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37
T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38
T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39
T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40
T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41
T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42
T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43
T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44
T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45
T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46
T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47
T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48
T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49
T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50
T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51
T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52
T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53
T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54
T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55
T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56
T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57
T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58
T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59
T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60
T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61
T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62
T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63
T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64
T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65
T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66
T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67
T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68
T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69
T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70
T3. Capítulo sesenta: Votos.
71
T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72
T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73
T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74
T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75
T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76
T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77
T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78
T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79
T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80
T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81
T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82
T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83
T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84
T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85
T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86
T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87
T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88
T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89
T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90
T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91
T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92
T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93
T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94
T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95
T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96
T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97
T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98
T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99
T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100
T4. Capitulo noventa: Todo.
101
T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102
T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103
T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104
T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105
T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106
T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107
T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108
T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109
T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110
T4. Capítulo cien: Mátame.
111
T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112
T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113
T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114
T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115
T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116
T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117
T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118
T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119
T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120
T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121
T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122
T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123
T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124
T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125
T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126
T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127
T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128
T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129
T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130
T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131
T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132
T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133
T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134
Capítulo final.
135
Epílogo.
136
Nota de la autora.
137
Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138
Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139
Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.

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