Capítulo tres: Amar.

—Vaya, eres muy buena —exclama Martha detrás de mí, sonrío triunfante.

—Lo sé nena, lo sé —trato de imitar la voz de Edna, de la película de Los Increíbles, pero no me sale. Suspiro, al fin termine el retrato—. Una vez que se seque la pintura, cúbrelo con una sábana —dejo los pinceles dentro del pequeño bote con agua para que se remojen, luego tendré que lavarlos.

—¿Lo va a ocultar? —arqueo mis cejas hacia Martha que parece embelesada por el retrato—. Me refiero a que, tan hermoso retrato debería ser expuesto para que todos lo aprecien, no creo que exista alguien en el Imperio que haya podido terminar un retrato sin el modelo cercas —sonrío con nostalgia.

—Es porque su imagen esta grabada en mi memoria y en mi corazón, jamás olvidaría ningún detalle —le guiño el ojo, desabrocho por mí sola el overol, ya me dejan vestirme sola o desvertirme, es más difícil de lo que creí y la ropa es pesada.

—¿Quién es el modelo que pinto, Majestad? —pregunta Bell, observando el retrato fijamente, mis habilidades como artista jamás se perderán, buajaja.

Como no escucha ninguna respuesta, Bell me observa y yo solo ensancho mi sonrisa, entrecerrando mis ojos.

—Ahora, termine mi trabajo de este semana y se me acabo la inspiración para pintar y la duquesa volvió a sus tierras por una tormenta que destruyó la presa e inundó el pueblo —hago una mueca de pesar, me la paso genial con la duquesa cada vez que viene, después de tanto esfuerzo, ella consiguió abrir su corazón para mí y soy la persona más dichosa.

Después de esa cena fatídica, tuve que comer en mi cuarto y cuando el Emperador me invitaba a sus cenas, decía una excusa y salía victoriosa, sin ver su cara.

—Majestad, tengo la lista de los cincubinos clasificada, justo como la pidió —veo al mayordomo que estaba sentado en una esquina de la habitación, lejos para que no pudiera ver el retrato.

—¿En serio? Entonces, ya sé lo que debería hacer ahora. Todos los días, traigan a un concubino para pasar el día entero conmigo, vamos a recortar trabajadores —murmuro motivada, me encanta despedir gente—. Iniciemos con los que no aportan nada, Bell prepara los papeles de divorcio.

—No creo que acepten el divorcio como si nada, Mama —sonrío de manera maliciosa.

—Leí muchos libros de estafa, ellos van a firmar con una sonrisa en su rostro, créeme —les guiño un ojo. Salgo de la habitación tatareando. Es hora de la actuación.

-

Al día siguiente.

—¡Esposa! —dejo de ver al jardinero al que le estaba dando órdenes, para ver a un niño correr hacia mí, digo niño, pero al menos creo que debería tener la mayoría de edad, mi edad mental es de treinta y dos y mi cuerpo de veintidós, ¿cuántos años tiene ese mocoso?

—Te dejo los rosales, gracias por todo —me despido del jardinero que tiene una dulce sonrisa en su rostro.

—Gracias Mama, que los Dioses la bendigan —tan tierno. Se marcha y el niño llega hasta mí. Tengo buena memoria, así que sé quién es, hijo de una casa noble y un bueno para nada que solo gasta y gasta, maltrata a sus sirvientes y pide y pide dinero al contador de la familia real, como parte de la realeza —según él— cree que puede pedir lo que quiera sin dar nada a cambio.

Sonrío de manera agradable y falsa.

—Estoy tan feliz de que al fin me hablará esposa, no sabe lo solo que me he sentido sin usted —pequeña rata mentirosa, sé que acosas a las sirvientas y conseguiste una amante, a Amalia nunca le importaron sus consortes, solo los recolectaba como estúpida porque quería conseguir alguna reacción por parte del Emperador, que tonta niña.

—Ya veo, lamento tanto que los haya desatendido, pero debido a mi pérdida de memoria, adaptarme fue difícil, tenía que iniciar desde cero, espero me comprendas —toma mis manos con confianza, sin pedir permiso, mocoso atrevido.

—Está bien, esposa. Me alegre demasiado al saber que me había llamado.

—¿Te parece si damos un paseo? —asiente, aunque sé que por dentro debe estar quejándose—. ¿Cuánto tiempo llevamos casados?

—¿No lo ha investigado ya?

—Me gustaría saberlo por ti, poner algo de atención hacia ti —ladeo la cabeza, me suelto de su agarre y tomo la distancia apropiada entre los dos para no enloquecer y golpearlo.

—Llevamos cuatro meses casados.

—¿Cómo fue nuestra boda? —lo observo, parece pensativo.

—Fue en el salón del palacio principal, hubo muchos invitados, pero debido a que se sintió mal, tuvo que retirarse antes.

—¿Entonces no pasamos la primera noche juntos? —asiente—. ¿Tuvimos algún otro encuentro? —su mirada decae, y hace unos ojitos de borrego a medio morir.

¡Entonces muere borrego inútil!

—Ocurrieron problemas en el palacio principal con el Emperador y una de sus concubinas, además de que su favor estaba inclinado por uno de los consortes, paso lo del veneno y su pérdida de memoria.

Tiene razón, nos casamos antes de la tormenta.

—Lo lamento —su mirada brilla y sonríe despreocupado.

—Ahora estoy con usted, eso me hace feliz.

Asiento, creyendo en sus falsas palabras.

Pasamos el resto del día juntos, comemos juntos, hacemos actividades ordinarias juntos, dentro del palacio, platicamos, me cuenta de sus gustos y más que tener una charla bilateral, él solo habla y se halaga en sobremanera, llegados a la cena, me preparo para la estafa.

—Para resumir, te gustan los festivales porque están llenos de colores, tu postre preferido es la tarta de queso, odias las verduras, te fascina la carne, eres alérgico a la fresa, te gusta comprar telas preciosas porque tu piel es sensible y no quieres dañarla con ropa de pordiosero —le voy a pegar, déjenme pegarle.

Veni, veni, que no te voy a hacer nada.

—Así es, ¿lo recordó todo a la perfección? Y eso que solo lo dije una vez.

—Tengo una buena memoria —sonrío, veo a Bell y ella entiende mi mirada, me pongo de pie, rodeo la mesa hasta estar detrás de él, lo abrazo de espaldas—. Realmente me siento culpable por mi ausencia, en especial cuando eres un hombre muy agradable —mi voz se escucha melosa, acerco mi rostro al suyo, no se mueve—. Para eximir mi culpa, quisiera recompensarte con algo. Pídeme lo que quieras, si esta en mis manos te lo daré —susurro cercas de su oído, se gira entre mis brazos para encararme, su rostro brilla por la avaricia.

—¿Lo que sea?

—Por supuesto, aquello que te haga feliz, mi deber como esposa es hacer feliz a mi consorte —contiene la respiración y su mirada va a mi armario, estamos cenando en mi habitación, para que no haya inconvenientes o imprevistos.

—Hace unos días vi que paseaba vistiendo una hermosa tela brillante de color azul, el azul resalta mi piel blanca, desde que lo vi, lo quise —atrevido y avaricioso, asiento, Bell parece rechistar, pero abre mi armario.

—¿Es todo lo que quieres? —pregunto en una voz sensual, seducir es sencillo, más cuando llevo años de experiencia.

—Nada me haría más feliz que es tela, esposa —sí, se nota tu felicidad bastardo.

—Yo también tengo un deseo, ¿crees que puedas cumplirlo? —parpadea varias veces, mi tono cada vez es más seductor y sexual, así que su sonrisa se ensancha y me escanea con la mirada, Martha entrega el vestido en una caja, bien doblado, también me entrega los papeles de divorcio y una pluma y tinta. Dejo la caja con el vestido en la mesa, antes de dárselo le entrego los papeles—. Debes firmar para que la tela pase a tu posesión —no sabe que eso es mentira, alguien que esta acostumbrado a dar órdenes no piensa por sí mismo y no se sabe proteger, con los ojos llenos de avaricia y la mente nublada por obtener el vestido, toma la pluma y sin mirar qué papel tiene en manos, firma, tomo los papeles y se los entrego a Bell—. Te di tu regalo, ¿quieres darme el mío? —acerca su rostro al mío y antes de besarme me quito, camino hasta las puertas de la habitación y las abro, descubriendo al mayordomo Thread y algunos baúles.

—¿Qué es esto?

—Tu despido. Mi deseo es que tomes tus cosas y salgas del palacio, puedes llevarte el vestido azul que tanto te gustó —me cruzo de brazos, se pone de pie molesto.

—¡Emperatriz! ¡¿Cómo puede correrme de repente?! El palacio es mi hogar, soy su consorte.

—Eras, ahora estamos divorciados —señalo con la barbilla hacia el papel que firmó descuidadamente, palidece—. Toma lo que te di y vete. He gastado mucho en ti y nada has dado, cuatro meses fueron suficientes para acabarte un fondo de ahorro. En los baúles llevas las cosas con las que llegaste, lo que compraste con el dinero de la familia real, se queda, se subastara para intentar recuperar los fondos perdidos, ahora largo —señalo la puerta con un rápido movimiento de mi mano. Tiembla de furia.

—Esto no se va a quedar así —sale sin dirigir ninguna mirada, veo al mayordomo.

—Que los guardias se encarguen de llevarlo de regreso a su casa, el día de mañana que les llegue la notificación del divorcio a la familia y al arzobispo igual, nunca tuvimos relaciones, así que no debe ser complicado el divorcio. Si alguien viene a quejarse, muestra las pruebas que sacamos sobre su abuso a los sirvientes y su amante. Que no olvide sus cosas. Bell, tú te encargarás de que todo lo que compró entre en la próxima subasta, lo obtenido irá a la cuenta de la familia real, le avisaré al contador y al primer ministro para que estén al pendientes, y que nadie se entere que comenzó la limpieza, no hasta que haya terminado con la limpieza profunda.

—Sí, Mama.

Ahora sí, me voy a divertir.

-

—¿Te fascina el vino? —pregunto con una sonrisa inocente, el consorte con nombre que no intento recordar asiente mientras se bebe de un trago todo el vino de su copa—. ¿Qué te parece si jugamos? —me mira emocionado.

—Lo que usted quiera, esposa —sumiso hasta cierto punto, pero un alcohólico que derrocha dinero en vinos altamente costosos, incluso se acabó una reserva del Emperador con los mejores y más costosos vinos.

—Es un juego nuevo que aprendí, piedra, papel o tijera —entre las sirvientas se observan confundidas, es un juego clásico que aquí todavía no existe.

Le enseño las reglas básicas y hacemos una demostración.

—Si tú ganas te daré un vino altamente costoso que viene de familia —sus ojos se agrandan, en el primer juego lo dejo ganar, hago un puchero fingiendo sentirme mal—. Bueno, yo cumplo lo que prometo, por ende, Martha, ¿puedes traerme la botella? —Martha saca el vino de un cajón y me lo entrega—. ¿Volvemos a jugar? —asiente emocionado, creo que el alcohol ya lo esta afectando—. Piedra, papel o tijera —vuelvo a perder—. Bien, como volviste a ganar, te entregaré una reserva que tengo a mi nombre —le hago una señal a Esmeralda que me pasa los papeles de divorcio, la pluma y la tinta—. Firma para que pasen a tu nombre —ya esta borracho, creo que fue el más sencillo de todos los que llevo corriendo, sin dudarlo firma.

—¡Tengo una reserva! —vitorea, me pongo de pie y chasqueo los dedos, Thread abre las puertas, dos guardias entran a la habitación y cargan al consorte alcohólico.

—No tienes ninguna reserva —digo con fastidio—. A partir de este momento, debido a la enorme deuda generada por tu irresponsabilidad y alcoholismo, por acabar con la reserva del Emperador, trabajarás como cochero personal de las concubinas del Emperador durante diez años, sin descanso, hasta que termines de pagar tu deuda de la reserva, en caso de que se te descubra con aliento alcohólico, serás despedido y tu vida dependerá de la decisión del Emperador o su concubina —el alcohol acaba de abandonar su sistema en cuanto entiendo lo que digo.

—Pero... estamos casados, soy uno de los consortes de la Emperatriz.

—Eras, ya firmaste los papeles de divorcio.

—¡Me estafaste!

—Y tú robaste, eres un alcohólico inservible e inútil, tienes suerte de que soy misericordiosa y no te mate por la vergüenza que me causaste como mi consorte —replico molesta, el mayordomo toma la botella de vino y lo detengo, le hago una señal para que se acerque, es una botella realmente cara y conservada, el padre de Amalia se la dio como regalo de bodas, nunca la usó, según Bell, es porque estaba esperando el momento indicado, pero ese momento no existe y no existirá—. Esta botella es de tu propiedad, pero pensándolo bien, para no tener que lidiar contigo en el futuro, tomaré la botella como pago de la deuda que tienes, al igual que tu pequeña colección de vinos especiales, se venderán y recolectaremos el dinero para pagar tu deuda, ahora vete del palacio y de mi vista, no te quiero volver a ver —palidece e intenta forcejar contra los guardias para llegar a mí y atacarme, pero lo sostienen con fuerza.

Fue buena idea traer a más guardias solo por la noche, para que me protejan. Desde que el quinto concubino del que me divorcie, intentó atacarme luego de que lo corrí.

Pude salir viva porque Thread entró justo a tiempo, ordene que lo castigaran y lo tire sin nada a la calle.

Suspiro cansada una vez que cierran las puertas.

—¿Ya terminamos? —pregunto agotada, me acuesto en la cama y me estiro.

—Así es, la lista de los consortes inútiles y buenos para nada, se ha terminado.

—La mayoría de esos inútiles o más bien todos, son hijos de familias importantes, ¿no?

—Correcto, Mama.

—Con razón son tan arrogantes. ¿Quiénes son los siguientes? —miro a Lourdes que saca una lista de sus ropas.

—Son los consortes que encontró en las calles o que conoció en el palacio como sirvientes.

—¿Qué han hecho ellos?

—Al parecer toman poco dinero de la cuenta de la familia real, para utilizarlo con los pobres.

—Almas caritativas —sonrío aliviada—. Será más fácil lidiar con ellos, reúnan a esas almas caritativas mañana, será más fácil lidiar con ellos.

—¿Es necesario que se divorcie de ellos? Ellos no son parásitos —me río divertida al escuchar la nueva palabra que les enseñe en la boca de Esmeralda.

—No son parásitos, pero te aseguro que más de uno quiere vivir su propia vida, como consorte no puedes abandonar el palacio sin un permiso especial, ellos son pobres, por eso es que trabajan al doble. Personas como ellos, merecen el cielo —cierro mis ojos y me quedo dormida.

-

—Hilary, ¿qué dibujaste en ese lienzo? —estoy tomando el té con la duquesa en mi cuarto personal de pintura, aprovecho cada tiempo libre que tengo para pintar nuevas cosas, en su mayoría paisajes, el otro día hice un plano sobre un edificio, nadie lo entiende, pero es hermoso, si fuera todavía arquitecta, sería mi mayor trabajo. Veo hacia donde apunta con la mirada Rosse y dejo de sonreír.

Siguiendo mis órdenes, el primer cuadro que pinte, lo han cubrido con una sábana.

—No es nada —vuelvo a sonreír, esta vez un poco incómoda, nota la indirecta.

—Por cierto, he estado escuchando raros rumores sobre ti —me encanta que me hable sin honoríficos y escuchar que me digan Hilary es la gloria.

—¿Qué tipos de rumores? ¿Que me estoy muriendo? ¿Que el Emperador esta pensando en mi asesinato? ¿O, mi favorita en lo personal, que finjo mi amnesia para llamar la atención del Emperador? —me burlo del último rumor.

—No, ed uno nuevo, sobre que te estás divorciando de tus concubinos, dicen que ellos ya no soportan vivir atados a ti y que ruegan por el divorcio —mi mirada viaja hacía Bell que palidece, me río.

—Una parte es cierta, estoy haciendo limpieza de concubinos, tener tantos es agotador, más cuando ni siquiera sé por qué me case con ellos —me encojo de hombros—. La diferencia es que ellos firman sin saber que es el divorcio, hay que mover la basura en su lugar. Parásitos como ellos es mejor aniquilarlos de inmediato —bufo molesta, no me preocupan los rumores, sé que la mayoría piensa que estoy loca, o que me volví inestable por el rechazó del Emperador y por haber bebido veneno.

—¿Esa es la razón de tus divorcios?

—Quiero arreglar las cosas —antes de irme, su mirada preocupada me conmueve—. En serio, eres una verdadera amiga —tomo su mano y le doy un apretón. Me siento tan agradecida por conocer a alguien como ella.

-

Bell y las chicas reparten los papeles de divorcio a cada uno de los consortes presentes, al parecer los que don útiles hasta cierto punto, son demasiados, no puedo lidiar con todos en un solo día, hoy haré una parte y mañana otra. Todos miran los papeles confundidos, en medio de ellos y yo hay una pequeña mesa con pluma y tinta. Me cruzo de brazos.

—Sé que la mayoría aquí presente, solo me han visto una o dos veces, la primera cuando los conocí y la segunda en nuestra boda, sinceramente, debido a mi pérdida de memoria ni siquiera sé por qué me case con ustedes, ustedes tampoco lo sabrán. Tal vez ni siquiera les di la oportunidad de decidir por ustedes mismos, por ello, esta vez quiero dejarlos que tomen la decisión que marcará un antes y un después en sus vidas —les explico con calma—. Aquí tienen dos opciones, firman el divorcio o siguen casados conmigo, como lo prefieran —se miran entre ellos.

Los murmullos se escuchan suaves.

—Entiendo que ven el lado malo de divorciarse y ya no obtener los mismos privilegios, pero ya que ustedes generan buenas obras, como recompensa y a la vez mi manera de disculparme es lo siguiente: cada uno de ustedes, esta generando apoyo al pueblo de manera gratuita. Un ejemplo de eso, es el chico de los oasis —las miradas van dirigidas a un joven muchacho de piel muy morena, se sonroja por la atención.

>> Un ejemplo, di te divorcias de mí, te ayudaré a que sigas creando oasis, podemos formar un negocio de ello, por cada oasis que creas los señores del pueblo deberán pagar una indemnización, o como bien conocen, impuestos, no se cobrara a los plebeyos, solo a los señores y nobles, se ofrecerá un oasis gratuito por ciudad, quienes pidan más tendrán un costo mensual y anual, las ganancia obtenidas se repartirán en setenta-treinta. Te quedarás con el setenta por cierto de lo obtenido y yo con el treinta por ciento, seré tu socia —su mirada se ilumina.

Los oasis son necesarios en ciertos lugares, pero incluso en ciudades que no necesiten oasis los solicitarán por la atracción que genere a los turistas, he investigado el trabajo que realiza y los oasis que lleva construidos son bastante famosos y generan incremento de turistas y economía en las ciudades, es un buen negocio.

—Si te divorcias, ese es mi trato, junto con una cantidad de dinero, será como un pago por haber estado sirviéndome —el chico se pone de pie enseguida y se acerca a la mesita—. También, si no se quieren divorciar, los seguiré apoyando con sus futuros negocios, pero jamás recibirán atención de mi parte, no esperen que les muestre cariño, si quieren ser felices o encontrar su felicidad, les recomiendo que firmen los papeles de divorcio.

>> Sobre los futuros negocios, pueden hablarlo con el contador y el primer ministro, ambos están enterados de la situación y están de acuerdo, el dinero que les voy a dar, pueden pedirlo, en ropa, joyas o monedas, como sea su preferencia.

Cuando termino de hablar, todos los consortes, se ponen de pie y hacen una fila para firmar, cada papel de divorcio se entrega a Bell y a las chicas, el mayordomo se hará cargo de oficiar el divorcio y eso es todo.

—Por todo hasta ahora, gracias —es lo último que les digo antes de salir de la habitación.

—Eso fue rápido —me dice Esmeralda, la única que me sigue ya que el resto sigue recogiendo los papeles.

—Son personas inteligentes que fueron acorraladas, cuando liberas el camino, es obvio que seguirán con el suyo —sigo sin saber por qué Amalia tenía tantos esposos—. Retrasa la plática de mañana con los siguientes consortes, quiero descansar y se me ha junto algunas tareas —Esmeralda asiente.

-

—¿Le has puesto mucho fertilizante? —le pregunto al jardinero, ambos estamos mirando con fijeza uno de los rosales que sigue sin crecer y sacar retoños.

—La misma cantidad que los anteriores —nos quedamos en silencio.

—¿Cuántas horas le da el sol?

—En comparación con las otras menos.

—Creo que deberíamos cambiarlas de posición, un lugar donde le dé más sol —el jardinero asiente emocionado, sonrío.

—¿Mama? —me giro para encontrarme con un joven muy atractivo, cabello negro, piel acaramelada, ojos miel, algo y deslumbrante. Parpadeo sin saber quién es este semejante hombre.

—¿Me necesitas para algo?

—Sí, perdón, olvide que todavía no recuerda nada. Soy su consorte, Rasmus —trato de recordar ese nombre, es uno de los consortes con el que hablaré mañana, ¿qué hace aquí?

—¿Hay algún problema, Rasmus? —mira al jardinero que sigue a lado de mí revisando los rosales, luego inspecciona el jardín hasta llegar a ver a Bell y el resto de las chicas, es como si quisiera decirme algo importante, pero debido a la multitud no puede—. ¿Quisieras caminar conmigo? Tengo que supervisar los tulipanes que plante —asiente, me ofrece su brazo y lo tomo, solo porque no me genera desconfianza.

Veo a Bell y le hago una señal para que caminen muy atrás de nosotros.

—¿Hay algo que me quieras decir? —pregunto cuando ya estamos más solos, mira detrás de nosotros, luego me ve.

—Mama, perdone si estoy siendo grosero, pero quisiera saber, ¿usted sigue enamorada del Emperador? —mis ojos se agrandan por su pregunta, la reputación de Amalia es más difícil de borrar de lo que creí.

—No recuerdo nada, pero de aseguro que cuando veo su rostro mi corazón no se acelera, tampoco me desbordo de felicidad.

—Entonces, ¿usted ha amado a alguien? —el rostro de James viene a mi cabeza.

—Sí, amo a alguien.

—¿Es alguno de sus concubinos? —niego con la cabeza—. ¿Puedo saber quién es? —mi pecho se oprime.

—Ya no importa.

—¿No puede estar con él? —me detengo abruptamente.

—Rasmus. habla con claridad, odio que se anden por las ramas —suelto su brazo y lo encaro.

—Entonces, lo ama, pero no puede estar con él —mi garganta se cierra, no me esta preguntando, lo esta afirmando.

Camino lentamente hacia la habitación donde pinto. Bell y las chicas me siguen de cercas, después de hablar con Rasmus, tuve el impulso de venir a este cuarto, me detengo enfrente de las puertas, miro a Bell y le pido el candelabro, ella parece confundida.

—Mama, podemos volver mañana, ya es bastante tarde y aún no ha cenado —niego con la cabeza.

—¿Qué fue lo que le dijo ese hombre? —murmura molesta Esmeralda, tomo el candelabro, abro la puerta con una llave, desde que termine el primer cuadro, cerré la habitación con llave.

—Nadie entre, que nadie me moleste, no voy a cenar, si alguien intenta entrar, será decapitado —las cuatro jadean cuando hablo. Empujo la puerta y entro sola, la luz de las velas me permite ver mi camino. Cierro la puerta detrás de mí.

—*Mama, ¿alguien le dijo por qué decidió casarse conmigo?

—No he preguntado.

—Yo trabaja para el Emperador, era un simple mensajero, pero el Emperador me trató bien. En ese tiempo, usted estaba inestable por el rechazó del Emperador... —se detiene incómodo.

—Puedes hablar, mientras más específico seas, entenderé mejor de lo que quieres decirme.

—Usted creyó que haría sentir miserable al Emperador si me tomaba, o eso fue lo que me dijo en nuestra boda, no pude negarme al matrimonio, porque fue una orden imperial, tenía que obedecer o sería decapitado —maldita Amalia, psicópata—. Usted sabe lo que es amar, Mama. Porque puedo verlo en su mirada.

—¿Qué te dice mi mirada?

—Que se esta quemando por dentro. ¿Puedo preguntar por qué no están juntos?

—No podemos, no es posible que nuestros caminos de vuelvan a juntar —decirlo en voz alta me hace recapacitar de aquello que he estado pensando, pero de lo que no soy capaz de hablar. Incluso si me encuentro al James de esta época, las cosas no serán iguales, él no es mi James.

—Debe de doler demasiado, Mama —mis ojos se llenan de lágrimas—. Yo también tengo a alguien en mi corazón, grabada en mi alma —entiendo a donde quiere llegar—. Un amigo mío, fue su consorte, me contó que ayer estuvo ofreciendo divorcios y apoyo, Mama, por favor —se arrodilla enfrente de mí, retrocedo incómoda—. Por favor, deme el divorcio. No quiero nada a cambio, solo el divorcio, es todo lo que pido.

—No —sus ojos se agrandan—. Jamás te voy a dar el divorcio, primero muerta que aceptar eso —su rostro palidece y yo me río—. Lo siento, solo quería probarlo una vez en mi vida —no puedo evitar la risa—. De todos modos, mañana iba a hablar con los siguientes consortes, tú estabas entre ellos, solicitaré el divorcio y les ofreceré apoyo. Mi decisión no ha cambiado, Rasmus. Sin embargo, veo lo desesperado que estás. Puedes ir con el mayordomo Thread y solicitar el divorcio, luego ve con el contador y el primer ministro para hablar sobre tu negocio, aunque digas que no lo necesitas, quiero ayudarte, porque has sufrido por mi culpa —sus ojos se llenan de lágrimas, besa el dorso de mis manos con desesperación, como si no hubiera manera de hacerme entender lo agradecido que se siente, suelto una de mis manos y me quito un anillo ostentoso, se lo dejo en sus manos, me mira confundido.

—Majestad...

—Es mi regalo de bodas, cásate con esa jocencita y sé feliz Rasmus, es una orden —asiente y derrama algunas lágrimas*.

Después de hablarlo con él, lo entendí. No podía evitar la realidad. Siempre trato de estar ocupada, de tener mi mente en otro lado y no en lo que en verdad pienso. Retiro la sábana y veo el rostro de James.

Mis ojos se llenan de lágrimas. Lo amo tanto, tanto que me duele el pecho, dejo el candelabro en una mesa y toco el lienzo. Su bello rostro, sus lunares poco notables, su cabello rebelde, su sonrisa intensa.

—Perdóname —cuando éramos jóvenes, prometimos no separarnos, asegurando que iríamos hasta el otro extremo del mundo para encontrarnos, pero en este lugar donde él ya no existe y en ese lugar, donde yo no existo.

Sostengo el lienzo con fuerza y sollozo.

—Perdóname. Lo siento tanto, James —chillo, quito el lienzo de su lugar y abrazo la pintura, es lo último que puedo tener de mi James.

Caigo al suelo, sintiéndome débil.

—Dios, duele demasiado —grito tratando aliviar mi dolor, pero no funciona, solo duele más, porque sé lo que tengo que hacer—. James... por favor... sigue sin mí —pego mi frente a la pintura—. Por favor... vive... es lo último que te pido... vive bien —si yo hubiera perdido a James, no creo haberme recuperado, lo conozco, nos volvimos tan dependientes del otro, que tengo miedo que su vida de arruine por mi ausencia.

Aunque no lo tengo aquí, sé que esta vivo donde quiera que este, pero él no sabe que sigo viva por algún motivo.

Abrazando su cuadro, gritando, sollozando y llorando, paso la noche entera aferrada a su única imagen.

¿Esto es amor? Lo amo tanto que desgarra, pero me motiva a seguir adelante, porque eso es lo que espero que él haga.

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Comments

MarlingJCF

MarlingJCF

Por eso es que no debemos depender emocionalmente de otra persona! en la vida estamos de paso, todo es prestado o momentaneo.

2024-05-02

1

MarlingJCF

MarlingJCF

Este es Mariachi o que??

2024-05-02

0

ljp

ljp

jovencita

2024-01-11

0

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Capítulos
1 Sin amor.
2 Prólogo.
3 Capítulo uno: Sigo viva.
4 Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5 Capítulo tres: Amar.
6 Demián Mehmet.
7 Capítulo cuatro: Pesadillas.
8 Demián Mehmet.
9 Capítulo cinco: Aliados.
10 Capítulo seis: Enemigos.
11 Demián Mehmet.
12 Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13 Demián Mehmet.
14 Capítulo ocho: Esposos.
15 Capítulo nueve: Clases.
16 Capítulo diez: Trampas.
17 Demián Mehmet.
18 Capítulo once: Despertar.
19 Capítulo doce: Trueque.
20 Capítulo trece: Afrodisíacos.
21 Capítulo catorce: Rojo.
22 Demián Mehmet.
23 Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24 Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25 Capítulo diecisiete: Encerrada.
26 Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27 Demián Mehmet.
28 Capítulo diecinueve: El número uno.
29 Demián Mehmet.
30 Capítulo veinte: Recuerdo.
31 T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32 T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33 T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34 T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35 T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36 T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37 T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38 T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39 T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40 T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41 T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42 T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43 T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44 T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45 T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46 T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47 T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48 T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49 T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50 T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51 T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52 T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53 T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54 T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55 T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56 T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57 T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58 T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59 T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60 T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61 T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62 T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63 T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64 T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65 T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66 T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67 T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68 T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69 T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70 T3. Capítulo sesenta: Votos.
71 T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72 T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73 T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74 T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75 T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76 T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77 T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78 T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79 T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80 T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81 T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82 T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83 T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84 T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85 T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86 T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87 T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88 T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89 T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90 T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91 T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92 T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93 T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94 T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95 T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96 T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97 T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98 T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99 T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100 T4. Capitulo noventa: Todo.
101 T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102 T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103 T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104 T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105 T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106 T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107 T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108 T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109 T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110 T4. Capítulo cien: Mátame.
111 T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112 T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113 T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114 T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115 T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116 T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117 T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118 T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119 T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120 T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121 T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122 T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123 T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124 T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125 T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126 T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127 T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128 T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129 T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130 T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131 T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132 T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133 T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134 Capítulo final.
135 Epílogo.
136 Nota de la autora.
137 Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138 Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139 Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.
Capítulos

Updated 139 Episodes

1
Sin amor.
2
Prólogo.
3
Capítulo uno: Sigo viva.
4
Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5
Capítulo tres: Amar.
6
Demián Mehmet.
7
Capítulo cuatro: Pesadillas.
8
Demián Mehmet.
9
Capítulo cinco: Aliados.
10
Capítulo seis: Enemigos.
11
Demián Mehmet.
12
Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13
Demián Mehmet.
14
Capítulo ocho: Esposos.
15
Capítulo nueve: Clases.
16
Capítulo diez: Trampas.
17
Demián Mehmet.
18
Capítulo once: Despertar.
19
Capítulo doce: Trueque.
20
Capítulo trece: Afrodisíacos.
21
Capítulo catorce: Rojo.
22
Demián Mehmet.
23
Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24
Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25
Capítulo diecisiete: Encerrada.
26
Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27
Demián Mehmet.
28
Capítulo diecinueve: El número uno.
29
Demián Mehmet.
30
Capítulo veinte: Recuerdo.
31
T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32
T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33
T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34
T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35
T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36
T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37
T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38
T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39
T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40
T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41
T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42
T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43
T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44
T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45
T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46
T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47
T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48
T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49
T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50
T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51
T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52
T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53
T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54
T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55
T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56
T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57
T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58
T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59
T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60
T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61
T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62
T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63
T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64
T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65
T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66
T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67
T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68
T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69
T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70
T3. Capítulo sesenta: Votos.
71
T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72
T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73
T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74
T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75
T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76
T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77
T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78
T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79
T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80
T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81
T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82
T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83
T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84
T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85
T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86
T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87
T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88
T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89
T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90
T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91
T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92
T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93
T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94
T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95
T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96
T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97
T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98
T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99
T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100
T4. Capitulo noventa: Todo.
101
T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102
T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103
T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104
T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105
T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106
T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107
T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108
T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109
T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110
T4. Capítulo cien: Mátame.
111
T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112
T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113
T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114
T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115
T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116
T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117
T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118
T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119
T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120
T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121
T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122
T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123
T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124
T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125
T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126
T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127
T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128
T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129
T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130
T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131
T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132
T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133
T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134
Capítulo final.
135
Epílogo.
136
Nota de la autora.
137
Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138
Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139
Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.

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