Capítulo ocho: Esposos.

—Mama, su esposo, el joven Abel Monstar ha vuelto de su viaje y ha venido a saludarla —me avisa Martha, hace una mueca de desagrado, ni siquiera lo intenta ocultar. Contengo una sonrisa burlona, veo lo que tengo enfrente. Mis tareas están al corriente, no tengo nada que hacer, por eso estoy dibujando. Estoy haciendo algunas pinturas, la mayoría es sobre recuerdos que tuve con James y unas pocas son planos subterráneos, deseo construirlos y marcar la historia.

—Dile que estoy ocupada. No quiero ver a nadie el día de hoy —medio miento y medio no, no estoy ocupada y no quiero ver a alguien hoy, mucho menos quiero ver a un tipo desagradable. No sé cómo es la gente en estos tiempos, ni siquiera quiero imaginarlo, pero no creo que sea común un esposo que desaparece mientras su esposa esta entre la vida y la muerte.

No, no, no... ese no es mi estilo de romance. Bostezo, anoche no dormí muy bien, me quede hasta entrada la mañana con el Emperador.

Cada vez que pienso en las palabras de Bell, más vueltas le doy al asunto. Fue un tipo desagradable desde el inicio, pero no tanto como era con Amalia antes de morir y que de repente sea amable conmigo y confíe en mí, solo se me hace sospechoso. Tal vez, no confía en mí todavía y solo finge que lo hace para estar cercas.

Sin embargo, no importa. Una vez que consiga el divorcio, me largaré de aquí y adoptaré el nombre de Hilary Winston, haré cosas extrañas para que mi nombre aparezca en los libros de historia. Esa es mi nueva meta.

—Mama, su esposo sigue insistiendo en querer verla.

—Dile que no, que estoy muerta —hago una señal con la mano para que se vaya. Veo el lienzo, siento que algo me falta, pero no estoy segura—. ¿Qué piensas Lourdes? ¿Le hace falta algo? —se acerca para ver mi lienzo y hace una mueca con los labios pensativa.

—No estoy segura, no soy experta en esto —retrocede sonrojada por la vergüenza.

—No te avergüences por no saber, mejor piensa en cómo hacerle para que no vuelva a pasar —le sonrío intento reconfortarla, parpadea confundida, carraspeo y le extiendo mi pincel—. ¿Quieres intentar pintar algo más?

—Majestad, no puedo hacerlo. Este es un valioso material conseguido únicamente para su uso —veo el pincel, es más grueso y las cerdas son delicadas, la verdad es que no es mucho comparado con los pinceles en el mundo actual. Y en el mundo actual, pinceles mal hechos como los que estoy usando son una historia y no se pueden conseguir ni tocar en los museos o exhibiciones. Bueno, soy afortunada por conseguir algo como esto.

—Bueno, eres difícil de convencer —me rindo con el lienzo, no sé qué más añadirle, le hace falta algo pero no sé qué.

—Mama, la duquesa Velvet ha vuelto de su viaje de negocios y vino a saludarla —me giro emocionada hacia la puerta donde Bell ha anunciado la llegada de Rosse, quien entra mientras yo me voy desatando las agujetas del overol, se lo entrego a Lourdes y me acerco caminando apresurada hacia la duquesa, es una de mis amigas más queridas.

—Majestad —intenta hacer una reverencia, pero me adelanto y la abrazo.

—Ha pasado tanto tiempo desde que nos vimos, estoy tan emocionada. Te extrañe tanto, Rosse —chillo, la escucho reír emocionada, me alejo y tomo sus manos entre las mías en medio de ambas—. ¿Cómo te fue? ¿El trato se cerró? —antes de responderme, se suelta de mi agarre y se da la vuelta, un sirviente que viene detrás de ella le extiende una casa, la toma y luego se la entrega a Bell.

—Es un regalo de las tierras que visite, por favor, Hilary toma el obsequio —fue bastante difícil que me llamará Hilary y no Amalia, me siento mejor cuando escucho ese nombre.

—¿Puedo abrirlo? —pregunto emocionada, me gustan los regalos.

—Por supuesto, puedes abrirlo —se hace a un lado para dejarme acercarme a Bell, quito la tapa de la caja y parpadeo sorprendida.

—¿Te gusta? —el cachorro esta recostado y dormitando, meto mis manos dentro de la caja y saco el cachorro.

—Es un basset hound —murmuro emocionada, es una cosa pequeña con largas orejas que a veces cuando corren se pisan las orejas y poom, caen épicamente tierno. Ah, me siento como Agnes la hija adoptiva de Gru cuando le dan su unicornio.

—¿Un qué? —pregunta Bell, confundida, carraspeo. He notado que los nombres que yo conozco en la actualidad, son muy diferentes en esta época, por lo que muchas de mis palabras no son entendidas.

—Perdón, un guau guau —pruebo, a ver si me entiende, pero su cara es de pocos amigos, me río entre dientes y llevo al cachorro a mi pecho, esta dormido, los cachorros duermen mucho no importa qué tanto los agites, siguen dormidos, me encantan—. ¡Amo los perros! —grito emocionada, por un momento se me olvida en donde estoy y veo mis brazos asustada.

Cuando vuelvo a recordar que este no es mi cuerpo, suspiro. Siempre he amado a los perros, me encantan, al igual que los gatos, no soy discriminatoria, la cosa es que soy alérgica a ellos. Era muy complicado cargarlos, jugar con ellos, acariciarlos o estar mucho tiempo en el mismo espacio que ellos, se me daba por rascarme y le salían ronchas en todo el cuerpo. Aunque intente soportarlo y aun así tener un perro, James nunca me dejó, que por mi salud, ah...

El cuerpo de Amalia no parecer ser alérgica a los perros, así que aprovecho y lo abrazo con un poco más de fuerza.

—Es difícil conseguir esta clase de perros en el Imperio, no es una raza común, solo en el sur. En cuanto lo vi, creí que te sentirías menos sola —Rosse me sonríe emocionada, hago un puchero, tengo ganas de llorar porque estoy conmovida.

—¡Muchas, muchas gracias! —soy pequeños saltos emocionada.

—¡Oh, ¿esos son nuevos cuadros?! —exclama pasándome de lado para acercarse a los cuadros, con el cachorro en brazos me doy la vuelta y la sigo, ella observa cada uno de los cuadros y se detiene observando el rostro de James.

—¿Te gustan?

—Parece que brilla —murmura sin responder mi pregunta, ladeo mi cabeza, ella gira su cabeza para verme—. Es como si pudiera estirar mi mano y pudiera tocarlo, Hilary... esta pintura no solo es extraordinaria por el realismo que le has dado, si no que pareciera que impregnaste todo tu amor por él —veo el cuadro y tiene razón, intente arduamente representar a James y como la artista de ese hermoso cuadro, sé a lo que se refiere. Se nota cuando dibujas algo que amas o que admiras, James es todo para mí, es difícil no plasmarlo en el lienzo sin darle todo mi esfuerzo y amor en el proceso.

—Me avergüenzas —intento cambiar el ambiente, porque Rosse me ve preocupada. Vuelvo mi vista a Lourdes y a Bell—. ¿Pueden traer la merienda, por favor? Tengo un poco de hambre —desde que estoy aquí, me han impuesto a comer cinco veces al día, dos meriendas y mis tres comidas diarias y necesarias. Jamás comí tanto en mi vida y por suerte el metabolismo del cuerpo de Amalia es increíble.

—¿Haz estado pintando todo esto durante el tiempo que me fui? —pregunta impresionada Rosse mirando todo el salón lleno de lienzos y cuadros, que no es porque yo los haya dibujado, pero son hermosos.

—Bueno, tengo demasiado tiempo libre —admito aburrida, se ríe y toma mi mano libre.

—Deja que te cuente lo que he visto...

Mi tarde pasa rápidamente gracias a Rosse que se encarga de contarme cada detalle de su viaje, me lo imagino todo en mi cabeza, es emocionante todo lo que me cuenta, bromeamos, le doy de comer al cachorro, no es un recién nacido, pero es bastante cachorro para necesitar leche.

—¿Cómo lo vas a llamar? —pregunta Rosse viendo como acaricio al cachorro mientras come, hago una mueca intentando pensar en un nombre.

—Lo llamaré Agente 007 —su ceño se frunce, me río entre dientes—. Sky, ese será su nombre.

—Suena extraño, ¿qué significa? —no esconde su mala cara, ella no me oculta nada, que sincera.

—Cielo, significa cielo. Es mi lindo cielito —acaricio sus orejas delgadas y peluditas, me encanta.

Cambiamos drásticamente de tema, me pregunta sobre lo que me ha pasado y le cuento todo el chismesote sobre lo que pasó con el Emperador, desde su intentó de violarme, hasta cuando se disculpó de rodillas y la reunión con el consejo hace unos días. Me escucha en silencio, cuando termino de contarle suspira.

—Suena muy extraño. El comportamiento del Emperador no es así —murmura llevando su mano a su barbilla.

—¿Cuál comportamiento?

—Él no es cercano a nadie, ni siquiera le interesa formar compañerismo —se encoge de hombros, ahora que lo pienso, Rosse es una concubina, lo había olvidado porque la siento más amiga que esposa de ese loco—. La única persona cercana a su Majestad, es el duque Calixto.

—¿El duque Calixto? ¿Son cercanos? —sus ojos se agrandan, ve a todos lados insegura, por comodidad me deshice de todos los sirvientes para poder charlar con ella cómodamente, así que se aprovecha de eso para hablar conmigo entre susurros.

—Su Majestad y el duque son medios hermanos —mis ojos se agrandan, ahora entiendo por qué a la gente le gusta el chisme, antes no me interesaba porque no tenía tiempo y me estresaba fácilmente, ahora que no tengo nada que hacer el chisme alimenta mi alma.

—¿Cómo es eso? —se acerca a mí y se inclina un poco, hago lo mismo y vuelve a susurrar.

—El anterior Emperador, el padre de su Majestad actual, era un completo enfermo. Estaba loco, le obsesionaba el alcohol y las mujeres, maltrataba a sus sirvientes e incluso hizo que la Emperatriz se volviera loca, la encerró en el palacio Azul —en este lugar cada palacio tiene un nombre muy difícil de pronunciar así que le pedí a todos que me hablarán por colores, soy torpe, así que por color azul se refiere al palacio de la Emperatriz, donde yo resido—. También hay algunos rumores de que el difunto Emperador entregó a su Majestad actual a los perros de caza.

—¿Qué?

—Nadie sabe si es verdad o solo un rumor, pero he visto sus marcas, cuando pasamos la primera noche, aunque estaba todo oscuro, mude sentir sus cicatrices, no estoy segura, tal vez me confundí por la poca luz —asiento lentamente, sorprendida. Bueno, suena algo traumático pero no se sabe si solo es un rumor, pensaré que lo es—. El Emperador violó a la esposa de uno de sus aliados y la dejó embarazada, aunque el esposo no quería mantener al hijo, el Emperador usó de excusa la ley que protege a la familia imperial, dejaron vivir al niño y la mujer dio a luz al actual duque Calixto.

—Vaya, vaya... parece una telenovela —murmuro sorprendida, en mi cabeza solo estoy pensando que todo es un rumor. Nada es real, nada es cierto, todo es de colores pasteles y felicidad, nadie engaña a nadie... mejor cambio el tema antes de asustarme.

—¿Telenovela? —ignoro su pregunta porque es difícil explicar.

—Por cierto, ¿por qué aceptaste a ser la concubina del Emperador? ¿A caso estás enamorada? —sus comisuras se alzan en una sonrisa triste, se aleja de mí, el momento de confidencialidad termino.

—Soy la única hija del anterior duque Velvet, no podía heredar el título de duquesa porque soy mujer y no tengo valor por mí misma, debía casarme para conseguir únicamente el título —suspira cruzándose de brazos de una manera en que parece que se quiere consolar sola—. Muchos hombres vinieron a mí solo por el jugoso título de duque. Pase toda mi niñez estudiando, soñando que podría ser duquesa y trabajar al igual que mi padre, sin embargo, eso era ridículo para una mujer —su mirada apagada por mis recuerdos hacen que me encienda.

¡Voy a matar a esos enfermos que la hicieron sentirse mal consigo mismo! ¡Quítense yo sí les doy! ¡Ah!

Quiero gritar de la frustración, tomar armas y decir: la paz nunca fue una opción, piu piu piu, ¡muere!

—No obstante, me devolviste la esperanza —arqueo una ceja dejando se imaginar un genocidio en mi cabeza.

—¿Yo?

—Las concubinas son elegidas por el Emperador, algunas, pero son seleccionadas y aceptadas por la Emperatriz —parpadeo varias veces seguidas esperando que me explique más, se da cuenta de que no le entiendo y con una sonrisa más alegre me explica—. Si el Emperador ve a una mujer que le gusta, puede intentar meterla a su palacio, pero la Emperatriz debe aceptarla para que sea legalmente una concubina y no una amante —asiento lentamente—. Eso solo en casos especiales, la mayoría de las concubinas son seleccionadas por la Emperatriz.

—¿Yo selecciono a las concubinas?

—Así es —mi ceño se frunce.

—¿Cómo pude aceptar a tantas mujeres si yo amaba al Emperador? —no lo sé, si esta en mí aceptar o rechazar a una amante para el Emperador, ¿por qué elegiría a tantas? ¿Qué tan loca estaba Amalia?

—No fue porque quisieras. El Emperador te convenció.

—¿Cómo lo hizo? —pregunto curiosa.

—Pasó siete noches contigo seguidas —Rosse se sonroja y finge una tos, esto no es nada. Entiendo que me este dando una pista, pero he escuchado peores relatos. Bueno, en ese caso, puedo entender un poco—. Como te decía. Me diste esperanza.

>> Hubo una selección de concubinas, de las treinta participantes solo quedarían cinco como concubinas legales y aceptadas por la Emperatriz, estaba entre ellas. Para evitar un compromiso con un pretendiente entre a la selección para salvarme.

>> Fui quedando entre las últimas candidatas y cuando me preguntaste qué quería obtener del Emperador, solo le respondí que libertad.

>> Fue muy tonto y vergonzoso, pero no te reíste de mí —se embarga en sus recuerdos —. Y me elegiste como concubina. A cambio de ser la concubina del Emperador, solo debía cumplir con mis deberes como esposa únicamente si era necesario o el Emperador me lo pedía, podía obtener el título de duquesa y hacerme cargo de las tareas que debía tomar mi esposo. Aunque fue bastante criticado y confuso para los nobles, tú me defendiste, dijiste que era bien vista por el Emperador y además que él no podía tomar el papel de duque por lo que yo como su esposa debía tomarlo y hacerme responsable.

Vaya, es la decisión más amable y madura que he escuchado que ha hecho Amalia. Ahora entiendo por qué Rosse no era hostil conmigo cuando desperté.

—Gracias —murmuro, me mira confundida, no le explico el por qué, me siento aliviada de que Amalia no era una mala persona, era un poco loca y tonta, pero no era tan mala—. Por cierto, dijiste que el Emperador solo es cercano al duque, ¿pero qué pasa con su concubina favorita? —la número uno. Rosse pone sus ojos en blanco.

—Puede ser su favorita, pero solo para acostarse con ella. La joven Izett solo es un ave herida que el Emperador tomó y cuidó para sentirse bien consigo mismo.

—¿No la ama?

—No lo creo.

—Te escuchas segura.

—Porque lo soy.

—Bueno, esa es la vida del Emperador, no me interesa —cambiamos de tema y termina siendo demasiado tarde, nos despedimos y me voy a dormir.

-

—Mira, así se arma un avión de papel —le digo a Martha quien me observa perpleja mientras ve cómo doblo una hoja y luego la lanzo al aire, el avión de papel vuela un poco hasta caer cercas del mayordomo Thread, él toma el avión y me ve molesto.

—Majestad, estos son papeles importantes —habla con los dientes apretados, desdobla mi origami e intenta devolver la hoja a su estado original, eso jamás pasará. Tomo otra hoja ignorando sus advertencias.

—Ahora haremos una rana de papel que salte —Martha me ve curiosa y comienzo a doblar.

—¡Majestad! ¡No, no puede hacer eso de nuevo! —grita el señor Thread mientras señala eufórico mis aviones de papel arrumbados en un sofá, parpadeo sin darle importancia y sigo doblando—. ¿Por qué me hace esto? —exclama derrotado, dejo de hacer los dobleces y hago una puchero.

—¡Estoy aburrida! —chillo y pataleo sacándolos de sorpresa a mis acompañantes—. ¡No hay cine! ¡No hay televisión! ¡No tengo internet! ¡Tampoco un celular! ¡No hay pornografía! ¡Ni siquiera una mendiga revista! ¡No hay nada! ¡Ni películas! ¡Ni series! ¡Ni siquiera existe Harry Potter aquí! ¡Tampoco ha nacido Johnny Deep! ¡Leonardo DiCaprio! ¡Brad Pitt! ¡Robert Downey Jr.! ¡No existe nadie! —pataleo y muevo mis brazos de un lado a otro—. Moriré del aburrimiento a este paso. Adiós al sabroso y suculento Chris Evans y su trasero redondo —finjo sonidos de llanto aunque sí quiero llorar—. Mi hermoso Adam Levine, sin sus canciones. ¡No existe nada! ¡Sin mi crush Levine, no hay motivo para vivir! ¡Yo era fan de Maroon 5 desde el dos mil uno! ¡O sea desde que iniciaron! ¡No existen los conciertos! No sabes cuánto dinero invertí en esos tipos, fui parte del fandom. Casi cambio a James por Levine, pero no lo hice —sacudo mi cabeza—. Disque que porque James era mi novio —finjo un sonido de asco, acuesto mi cabeza contra el escritorio.

>> Ella siempre perteneció a otro. Conduje por kilómetros y kilómetros. Y terminé en tu puerta. Te he tenido tantas veces. Y sin embargo. Quiero más —canturreo una parte de una canción.

>> Martha, toma esa espada y clavala en mi corazón —tomo sus manos de repente asustándola—. Dejaré una nota suicida, Martha. No te asustes, solo toma la espada —mira a todos lados asustada, me calmo cuando Thread golpea el escritorio con varios papeles dejándolos caer con fuerza, lo veo.

—Le hace falta salir —suelto la manos de Martha y me inclino hacia delante.

—¿Lo crees? ¿Crees que exista un bar o un antro donde pueda perrear hasta el suelo con música sucia y obscena? —su ceño se frunce.

—No he entendido nada de lo que ha estado diciendo desde hace unos momentos, así que ignoraré sus palabras extrañas. Puede pedir un permiso al Emperador para que se le permita salir del palacio —tamborileo mis dedos en el escritorio.

—¿Crees que me dejen salir?

—No.

—Entonces, hay que hacerlo. ¡Iremos de contrabando a la capital!

—¿Contrabando? ¿Qué significa eso? —pregunta Martha confundida, la ignoro porque es difícil explicar todo lo que digo.

—Me vestiré de una sirvienta común y corriente y saldremos al exterior.

—Puede pedirle permiso al Emperador, dudo que acepte, pero puede intentarlo —antes de que siga hablando llevo mi dedo índice a su boca para callarlo.

—No, no, no, my friend —hablo en mi idioma original aunque no me entiende—. Es más divertido y emocionante ir de incógnito. ¿No has escuchado? Lo prohibido sabe mejor.

—Mama, su seguridad es nuestra prioridad.

—¿Quién va querer matar a una simple sirvienta que pase por ahí? Descuida, sé jiu jitsu, judo y taekwondo, soy cinta negra —le guiño un ojo.

—Esta volviendo a delirar, debería descansar y no salir —ahora que lo pienso, sabía sobre artes marciales, pero no me pude defender de Leonhart cuando debía. Priorice una vida antes de la mía, mi hijo, sacudo mi cabeza queriendo olvidar eso.

—Bueno, iré acompañada, una doncella y un caballero, ¿qué te parece?

—Sigo pensando que es mala idea.

—Entonces no me des malas ideas que parecen buenas —desde que desperté en este lugar no he salido para nada, Thread niega con la cabeza y vuelvo a tomar las manos de Martha—. Toma la espada, Martha. Si no lo haces tú, lo haré yo, pero acaba con mi vida de una vez —le suplico.

—Dos caballeros —veo a Thread y sonrío de lado, viendo mi victoria—. Se irá de día y regresará antes del atardecer, si no llega a esa hora, le daré alerta al Emperador.

—Okey, me gusta tu forma de pensar. Eres un pillin —su mirada sigue siendo de desagrado.

—Estoy siendo cómplice, si algo le pasa en su salida, tanto su doncella como el caballero y yo seremos cruelmente castigados o asesinados —me advierte, ugh, con eso en mente me asusta un poco—. Tiene que volver sana y salva, Majestad.

—Si es ilegal, ¿por qué me diste la idea? —si no me hubiera dicho nada, no habría pensando en salir, aunque me volvería loca.

—Se ve cansada, me agrada mucho, Majestad. No quiero que intente hacer algo peligroso de nuevo —que agradable sujeto.

—Me iré en tres días, que Esmeralda me acompañé.

—¿Por qué ella?

—Es joven, su emoción y curiosidad, servirán demasiado —les guiño un ojo, asienten ambos—. Que sea un secreto para Bell, si se entera me acusará antes de que pueda escapar.

—De acuerdo, Majestad.

—¡Mama, sus esposos han venido a verla! —anuncia Bell sacándome un mini infarto.

—Jesús, Maria y José —exclamo llevando mi mano a mi pecho, los demás palidecen—. ¿Qui-Quién vino? —tartamudeo. Ah, soy terrible para mentir.

Antes de que me vuelvan a contestar, las puertas se abren con brusquedad dejando entrar a cuatro hombres.

—¡Esposa! —exclaman los cuatro. Tenemos un rubio, un castaño, un pelinegro y un pelirrojo. El pelirrojo le da un aire parecido al Emperador, enfermo. El pelinegro es de apariencia china, el castaño parece ser de Alemania y el rubio parece ser un ruso.

Hago una mueca de desagrado, e intentado por todas las formas posibles evitarlos y obligarlos a firmar el divorcio, pero insisten en verme, ¿qué les pasa a esos tipos?

—Saludos, a su Majestad la Emperatriz Amalia Alala de Ajax Mehmet Ruess.

—Si me quieres dormir, vas por buen camino —respondo ante el saludo del pelirrojo, él me mira confundido sin entender mis palabras, bufo—. ¿Ya firmaron los papeles de divorcio? ¿A eso han venido, a entregarme los papeles firmados y sellados? —pregunto esperanzada, los cuatro me miran dolidos, como si los hubiera ofendido.

—Esposa, nosotros no queremos el divorcio.

—Ah, entonces vinieron a matarme —no hablo de manera literal, pero ellos se ofenden, se tiran al suelo coordinados y hacen una reverencia exagerada.

—Mama, nosotros jamás haríamos eso. No podríamos lastimar a nuestra esposa. Nuestra esposa es todo lo bueno que tenemos, nuestro motivo para seguir viviendo —exclama el pelirrojo, parece ser el jefe entre los cónyuges de Amalia.

—Labia rechazada —me pongo de pie y antes de poder huir de ahí, el chinito que no se perdió en el maldito bosque levanta su cabeza.

—¿Te he ofendido esposa? ¿Acaso ya no te gusto? ¿No te parezco atractivo? —sus ojos se llenan de lágrimas y eso me hace retroceder asustada.

—Creo que se han confundido. Yo... no recuerdo nada antes de casi morir. No quiero atarlos a una vida miserable estando a mi lado —les confieso, queriendo que entiendan y firmen el divorcio.

—En ese caso, podemos quedarnos a tu lado, esposa. Hasta que recuperes tus recuerdos o nos vuelvas a amar, lo que pase primero —responde el ruso levantándose, maldita Amalia. Quiero rechazar ese linda oferta, pero el alemán se levanta también.

—Seremos una familia de nuevo. Estaremos contigo en las buenas y en las malas, esposa —Dios, mátame. Debí matarme. Carraspeo.

—Muy agradables todos ustedes, pero no —termino la discusión con una sonrisa.

—¿Cómo puedes hacernos esto, esposa? Te elegimos a ti por sobre todas las cosas y tú nos das la espalda sin siquiera darnos una oportunidad —el Jackie Chan lagrimea, ahora yo soy la mala. Cubre la mitad de su rostro intentando limpiar su rostro con sus ropas.

La vestimenta que lleva puesta me confirma sus orígenes, él vino a otro país por culpa de Amalia abandonando a su gente.

He escuchado que estos cuatro, eran los favoritos de Amalia. Los cuidaba y pasaba noches de pasión con ellos, los quería, intentaba llenar el vacío que el Emperador dejó con ellos, no los amó pero los valoraba como útiles.

Ellos cuatro son los mejores esposos. No solo son influyentes en la economía, son inteligentes y provienen de buenas familias, tienen sus propios negocios y no han causado ningún problema antes. Tengo entendido que Amalia pudo haber tenido los hijos de los cuatro si quería. Aunque el pelirrojo, de hecho, no proviene de ningún lado, Amalia le dio un título, unas tierras y dinero, por capricho, pero aun así ha demostrado ser digno de confianza.

Rasco mi cuello incómoda. Por eso no quería verlos, necesitaba buscar una excusa para explicarles por qué el divorcio, me di cuenta que no serían fáciles de convencer desde que no quisieron el divorcio a la primera.

—Ejem... —carraspeo incómoda, los cuatro me miran esperanzados—. Estoy enamorada de alguien más y quiero dedicarle mi alma y cuerpo únicamente a esa persona, no puedo aceptar más hombres en mi vida.

Más populares

Comments

Mariela De Los Angeles Serrano

Mariela De Los Angeles Serrano

Si tan aburrida está porqué no se pone a buscar quién la quiere matar. La verdad es demasiado tonta. Se la pasa pensando en James cuando su corre peligro. Que se avispe de una vez, está rodeada de traidores

2024-05-26

0

Monikita

Monikita

ay qué ocurrencias

2023-11-18

0

Saray Urbano julio

Saray Urbano julio

Jajajajajaja esa hilary si me hace reír con sus cosas me salieron hasta las babas de la risa en este párrafo

2023-07-14

1

Total
Capítulos
1 Sin amor.
2 Prólogo.
3 Capítulo uno: Sigo viva.
4 Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5 Capítulo tres: Amar.
6 Demián Mehmet.
7 Capítulo cuatro: Pesadillas.
8 Demián Mehmet.
9 Capítulo cinco: Aliados.
10 Capítulo seis: Enemigos.
11 Demián Mehmet.
12 Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13 Demián Mehmet.
14 Capítulo ocho: Esposos.
15 Capítulo nueve: Clases.
16 Capítulo diez: Trampas.
17 Demián Mehmet.
18 Capítulo once: Despertar.
19 Capítulo doce: Trueque.
20 Capítulo trece: Afrodisíacos.
21 Capítulo catorce: Rojo.
22 Demián Mehmet.
23 Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24 Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25 Capítulo diecisiete: Encerrada.
26 Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27 Demián Mehmet.
28 Capítulo diecinueve: El número uno.
29 Demián Mehmet.
30 Capítulo veinte: Recuerdo.
31 T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32 T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33 T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34 T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35 T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36 T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37 T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38 T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39 T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40 T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41 T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42 T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43 T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44 T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45 T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46 T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47 T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48 T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49 T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50 T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51 T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52 T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53 T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54 T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55 T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56 T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57 T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58 T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59 T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60 T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61 T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62 T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63 T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64 T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65 T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66 T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67 T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68 T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69 T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70 T3. Capítulo sesenta: Votos.
71 T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72 T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73 T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74 T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75 T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76 T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77 T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78 T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79 T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80 T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81 T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82 T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83 T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84 T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85 T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86 T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87 T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88 T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89 T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90 T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91 T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92 T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93 T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94 T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95 T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96 T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97 T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98 T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99 T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100 T4. Capitulo noventa: Todo.
101 T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102 T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103 T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104 T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105 T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106 T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107 T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108 T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109 T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110 T4. Capítulo cien: Mátame.
111 T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112 T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113 T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114 T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115 T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116 T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117 T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118 T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119 T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120 T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121 T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122 T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123 T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124 T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125 T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126 T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127 T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128 T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129 T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130 T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131 T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132 T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133 T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134 Capítulo final.
135 Epílogo.
136 Nota de la autora.
137 Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138 Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139 Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.
Capítulos

Updated 139 Episodes

1
Sin amor.
2
Prólogo.
3
Capítulo uno: Sigo viva.
4
Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5
Capítulo tres: Amar.
6
Demián Mehmet.
7
Capítulo cuatro: Pesadillas.
8
Demián Mehmet.
9
Capítulo cinco: Aliados.
10
Capítulo seis: Enemigos.
11
Demián Mehmet.
12
Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13
Demián Mehmet.
14
Capítulo ocho: Esposos.
15
Capítulo nueve: Clases.
16
Capítulo diez: Trampas.
17
Demián Mehmet.
18
Capítulo once: Despertar.
19
Capítulo doce: Trueque.
20
Capítulo trece: Afrodisíacos.
21
Capítulo catorce: Rojo.
22
Demián Mehmet.
23
Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24
Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25
Capítulo diecisiete: Encerrada.
26
Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27
Demián Mehmet.
28
Capítulo diecinueve: El número uno.
29
Demián Mehmet.
30
Capítulo veinte: Recuerdo.
31
T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32
T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33
T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34
T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35
T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36
T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37
T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38
T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39
T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40
T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41
T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42
T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43
T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44
T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45
T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46
T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47
T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48
T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49
T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50
T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51
T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52
T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53
T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54
T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55
T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56
T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57
T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58
T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59
T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60
T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61
T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62
T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63
T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64
T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65
T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66
T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67
T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68
T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69
T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70
T3. Capítulo sesenta: Votos.
71
T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72
T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73
T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74
T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75
T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76
T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77
T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78
T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79
T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80
T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81
T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82
T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83
T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84
T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85
T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86
T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87
T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88
T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89
T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90
T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91
T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92
T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93
T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94
T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95
T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96
T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97
T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98
T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99
T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100
T4. Capitulo noventa: Todo.
101
T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102
T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103
T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104
T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105
T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106
T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107
T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108
T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109
T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110
T4. Capítulo cien: Mátame.
111
T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112
T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113
T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114
T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115
T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116
T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117
T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118
T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119
T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120
T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121
T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122
T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123
T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124
T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125
T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126
T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127
T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128
T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129
T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130
T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131
T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132
T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133
T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134
Capítulo final.
135
Epílogo.
136
Nota de la autora.
137
Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138
Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139
Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play