Capítulo nueve: Clases.

El silencio que le sigue a mis palabras es abrumador. La primera reacción que obtengo es la que menos esperaba, ninguno parece ofendido o triste.

—Sus sentimientos por el Emperador son eternos, lo sabemos, esposa, pero aun así queremos quedarnos a su lado —dice el pelirrojo, veo al señor Thread y él no parece sorprendido de la respuesta.

—No, no se trata del Emperador —muevo mis manos desesperada, queriendo que entiendan que es una negativa, no tengo sentimientos por ese tipo—. Yo no amo a ese hombre —tres hombres a excepción de la copia del Emperador ladean su cabeza.

—El concubino Monstar es uno de sus más queridos, también lo entendemos, Majestad —aceptan resignados los otros tres, respiro hondo queriendo recuperar la paciencia y niega con la cabeza.

—Tampoco se trata de él. Para serles sincera, ninguno de ustedes me interesa, no sin mi tipo —me cruzo de brazos y levanto mi barbilla de una manera prepotente, a ver si con eso entienden, pero vuelven a aceptarlo.

—Si se trata de un nuevo esposo, también estamos preparados para su llegada. Nosotros vivimos por y para usted, Majestad. Sus deseos son órdenes —esa es una vil mentira, resoplo molesta.

—¡Por Jesús misericordioso! ¡Ninguno de ustedes me gusta! ¡La persona a la que amo no la voy a meter en este círculo vicioso y enfermo! —jamás dañaría a James de esta manera, no importa cuanto lo quiera a mi lado, no me siento conforme pidiéndole todo y dándole nada—. La poligamia no me gusta. Suena muy interesante cuando se trata de hacer orgías, pero tener tantos esposos... —hago una mueca—. Suena como algo molesto —tallo mi rostro y con mis manos alargo mis mejillas hacia abajo mostrando mis globos ocultares, todos me miran con un poquito de asco—. Quiero el divorcio. Si quieren una compensación por daño físico, psicológico o emocional, lo tendrán. Ahora fuera de mi vista —incluso si ellos no se quieren ir, los paso de lado sin querer escuchar más quejas.

Estoy harta de que le pongan pero a todo lo que digo, incluso ese hijo de perra del Emperador, desde hace días que no lo veo, quiero estrellar su cabeza contra algo. Aunque le agradezco la atención, sigue rechazando mis planes para divorciarnos.

—Si existiera en este lugar el divorcio solicitado por una parte y aceptado por únicamente esa parte, es como un divorcio forzoso, pero al demonio, eso funciona. Suena triste para la parte que se niega a divorciarse, sin embargo, es una gloria para quienes ya no quieren insistir, ¿me entiendes? —veo a Martha de reojo, ella parpadea varias veces seguidas y asiento—. Cierto, no me entiendes. Solo quiero vivir mi vida, ¿por qué es tan difícil? —pateo el suelo raspando mi tacón contra el piso y causando un horrible chillido.

—Majestad —me llama alguien, levanto mi cabeza para ver a Calixto, el duque y medio hermano del Emperador, sigo sorprendida por esa información. Llega hasta mí y hace una reverencia, yo no me inclino, por eso soy la jefa de este lugar—. Estaba esperando poder verla —sonríe amigable, a veces me estresa.

—Sí, bueno... estoy ocupada, ¿es urgente? —pase de un cuarteto de idiotas a un sujeto empalagoso. No creo que el duque sea mala persona, de hecho es bastante agradable y me conmovieron sus lágrimas de la primera vez que nos conocidos, estando yo Hilary en el cuerpo de Amalia, pero después se me hizo empalagoso.

—¿Tiene asuntos urgentes que atender? —ladea su cabeza, parece un cachorro. A eso me refiero, es bastante entrometido y amable. Una persona tan amable... es extraño conocer a una persona así, si no los hubiera visto antes, habría pensado que esta loco o le falta poco para perder la cordura.

—Así es —respondo rápido. Estoy mintiendo, no tengo nada que hacer, pero no voy a gastar mi poca paciencia en alguien tan raro como él. Conocer a alguien tan bueno, me asfixia y me abruma. Me deprime más y me dan ganas de golpearlo en su perfecta nariz para ver si tiene una reacción negativa y su aura santa cambia.

—¿Cómo cuales? —insiste, es un maldito sabueso oliendo mis mentiras sucias pero puras. Lo creo, hay gente pura con mentes sucias. Extraño, pero real.

—¿Vas a hacerlos desaparecer si te digo? No preguntes, si digo que tengo algo urgente que hacer, acepta lo que te digo y cállate —me desespero y lo hago a un lado.

—Amalia, quería pasar tiempo contigo, si estabas libre —ignoro sus palabras—. Escuche que te esta gustando la pintura, así que te traje nuevos utensilios y pinturas —me detengo y retrocedo mis pasos sin girarme, quedo enfrente de él y le sonrío falsamente.

—¿Qué colores traes? ¿Qué tipo de pintura es? —estoy tan aburrida que lo único bueno que tengo en este lugar es la pintura y tengo una idea de una pintura, difícil y bastante tardada. Hará que me arrepienta en unos días y por eso la elegí.

—Creí que estabas ocupada.

—No juegues conmigo, Calixto. Dame mi regalo —extiendo mis manos emocionada, se ríe entre dientes y mueve sus manos, de tenerlas detrás de su espalda las saca hacia el frente y me entrega una caja grande y pesada, la abrazo—. ¿Puedo abrirlo?

—Adelante —sostiene la caja para mí, quito la tapa de la caja y veo el interior, saco un frasco de tamaño mediano y oscuro, lo destapo y el olor a pintura cosquillea en la punta de mi nariz. El olor es diferente, claramente la pintura de esta época a la actualidad de donde vengo es muy diferente su procesamiento, por lo que esta pintura no huele a químicos y no me puedo drogar con tinner.

—Tiene un olor extraño —intento descubrir el origen del olor. Aunque no es común de donde yo vengo, hay artesanos que disfrutan de hacer pinturas manualmente sin procesamiento industrial y eso hace que las pinturas sean más cara y que haya muy pocos lugares que puedan distribuir pinturas.

Calixto me ve divertido, esperando a que adivine de dónde lo trajo. Muevo mi pie desesperada intentando recordar, doy pequeños golpes al suelo y cierro mis ojos pensando en una imagen, no importa qué, cualquier cosa es buena para recordar de dónde viene la pintura.

—Mar... —abro mis ojos luego de unos minutos de silencio, la sonrisa de Calixto aumenta y tengo la respuesta—. Es pintura hecha con agua de mar y materiales naturales —su sorpresa es bastante obvia. Esta clase de pinturas no existen en donde yo vengo, pero leí de ellas hace mucho tiempo en un libro de historia de la pintura. Por eso reconozco los materiales, algunos, no todos y de hecho, no es como que mi olfato me diga todos los materiales, esa es solo una mentira para verme cool.

—Increíble, ¿cómo supiste todo eso? —sigo mi camino y él me sigue con la caja en sus manos.

—Es el alma de un pintor —miento, se ve genuinamente sorprendido, jejeje, las mentiras son malas, pero esta es una mentira piadosa—. Vamos, quiero probar los colores —camino apresurada, sosteniendo la falda de mi vestido. ¿Por qué no existen los pantalones?

—¿A dónde vamos?

—A mi habitación especial —llegamos al lugar, abro las puertas emocionada y me apresuro hasta la mesa donde tengo algunos materiales, hago espacio para las nuevas pinturas. Veo a Calixto que observa toda la habitación y las pinturas, en otros momentos no lo hubiera dejado entrar y mucho menos ver el hermoso rostro de James. Como siempre pasa en las personas que ven las pinturas de la preciosa carita de James, se queda quieto observando fijamente el lienzo, uno de los tantos donde pinte a James con sus lentes de lectura.

—¿Quién es él? —pregunta curioso, se acerca y como veo que no me va a dar la caja con pinturas, le hago una señal a Martha para que se la quite y me la traiga, hace lo que me señalo, toma la caja y Calixto se la entrega sin mucha resistencia, aprovecha para acercarse todavía más a la pintura, Martha llega hasta mí y deja la caja en la mesa, me concentro en sacar todos los frascos.

—Es el amor de mi vida —confieso, no me interesa si se esparce ese rumor, no creo que le afecte en algo al Emperador, su corazón no se va a partir en dos por mi falta de amor.

Saco cincuenta frascos, todos son oscuros y no me dejan ver el interior, los destapo uno por uno mientras Calixto sigue viendo las pinturas.

—Nunca lo he visto antes —sabía que dudaría, James no existe en este lugar, los separo en colores y tonalidades.

—Trae papel y tinta, vamos a clasificarlo con sus nombres —murmuro, Martha asiente y se marcha rápidamente.

—¿Cuándo lo conociste? —pregunta Calixto viendo fijamente el lienzo donde dibuje a James semi desnudo, son mis pinturas eróticas si no tienen porno aquí, debo hacer el mío. Carraspeo incómoda porque se queda mirando fijamente el cuerpo de James, eh, ese es mi hombre. Usualmente nadie llegaba tan lejos para ver los lienzos donde James esta semi desnudo, a todos les avergüenza.

—No recuerdo, ¿hace mucho tiempo? —respondo, en parte es verdad, hace mucho tiempo en el futuro James y yo nos conoceremos como Hilary Winston y no como Amalia D'Autriche.

—¿No eras muy joven para verlo desnudo? —me río.

—Tarde demasiado para verlo desnudo —me río entre dientes.

—Entonces, ¿no eras virgen cuando estuviste con el Emperador? Creí que no recordabas nada del pasado —tiene sentido sus dudas.

—Lo conocí virgen. Y sobre la perdida de memoria, hay traumas en el cerebro que ocasionan la perdida de memoria indicada, por ejemplo, lo que más te genera estrés —recuerdo un documental sobre neurociencia—. No lo sé muy bien, pero si recuerdo a James es porque él me hizo muy feliz, un recuerdo feliz es algo que jamás podrás olvidar.

—Es más común olvidar los momentos felices que los tristes, esos permanecen arraigados en tu memoria y tu corazón —murmura, lo veo extrañada por el cambio de tema, se escucha algo más sensible y molesto, no me gustan los momentos tristes, menos si no tenemos alcohol o música dolida.

—¿Hay algo doloroso que no puedas olvidar? —su mirada ya no esta en la pintura, se mantiene perdida en algún punto.

—Tal vez —susurra, ah, malditos secretos y malditas personas que intentan sonar misteriosos.

Martha llega con las cosas que le pedí, los deja en la mesa y tomo el pincel para poder escribir los nombres.

—¿Dijiste que se llama James? —vuelve al tema.

—Se llamaba —respondo en automático, hay un extraño silencio que me incómoda, levanto mi vista y Martha me observa con pena, volteo a ver a Calixto y también su mirada es de tristeza, técnicamente fui yo quien morí, es James quien esta sufriendo en el otro lado—. Pero eso es cosa del pasado —me encojo de hombros, termino de escribir y le entrego los papeles a Martha para que los pegue en cada frasco.

—No sabía que te gustara la pintura —sonrío satisfecha por las nuevas pinturas.

—Es lo único entretenido que puedo hacer aquí. Tal vez deba hacer algo de ejercicio por las mañanas. Ustedes no están para saberlo ni yo para contarlo, pero siempre fui una atleta —les guiño un ojo, Martha ladea su cabeza confundida por mi elección de palabras.

—Lo he notado desde antes, pero ahora más. Hablas de una manera muy extraña y en confianza, si le hubiera preguntado a otra dama sobre su virginidad, me habrían corrido y dicho que soy un vulgar y no merezco ser llamado caballero —mi ceño se frunce.

—¿Qué tiene de malo hablar sobre la sexualidad? De todos modos, no tiene nada de malo ser abierto con esos temas. Mientras más sepas, es más fácil prevenir enfermedades de transmisión sexual o enfermedades como cáncer en los testículos —Martha se exalta y se sonroja—. Tienes que auto explorarte, Martha —le recomiendo—. Es bueno que te conozcas, es raro en un inicio y te incómoda, te lo digo por experiencias. En un principio, antes de saber masturbarme, me daba mucha vergüenza imaginando que alguien me observaba, ¿tal vez Dios? Soy atea, pero sentía una mirada, ¿mi consciencia? ¿Un fantasma? Quien sabe.

>> Pero necesitas saber lo que te gusta y lo que no, porque el sexo te puede lastimar, los hombres son salvajes y en un momento cachondo solo piensan con la cabeza de abajo y piensan que si gimes es porque te gusta y no porque te duele —me quejo recordando esas platicas extrañas que tenía cuando iba en la preparatoria. Mis compañeras me contaban y se quejaban de sus amantes.

>> También si no lo haces por placer, tienes que hacerlo por salud. Conocerte para que en un momento donde algo extraño esta ahí, puedas dudar e ir con un médico.

>> Auto explorarte no solo es placer, es cuidarte.

Dejo de hablar porque ambos están completamente sonrojados. Calixto no puede verme a la cara.

—No he escuchado nada, Majestad. Me retiro primero —antes de poder despedirme sale corriendo de la habitación.

—Majestad, no puede hablar de esa manera, si la señora Bell estuviera presente, se habría metido en un grave problema —arqueo mis cejas hacía Martha que no me mira mientras me regaña. Un regaño no funciona si no miras a la persona.

—Necesitan ciertas clases —hay mucho que enseñar en este lugar.

-

—Toma nota Esmeralda —el día de hoy me toco andar con ella, por suerte la señora Bell esta más ocupada como jefa de sirvientes, y ahora que hay más, debe estar de un lado a otro, ya no me sigue tanto como antes y aprovecho eso para traumar a las chicas o eso es lo que dicen ellas, yo le llamo: educación básica de una jovencita. Lo pensé bien, voy a dejar mi marca en este lugar, sobre el higiene, las relaciones sexuales y la valoración propia o autoestima—. El día de hoy vas a aprender sobre tu autoestima, que significa: tu valoración personal, qué tanto te amas a ti misma, en otras palabras, amor propio —las más complicadas y cerradas son Martha y Lourdes, la segunda no me escucha para nada, por eso ya no me sigue tanto, Martha fue muy difícil y me acusaba con la señora Bell, ahora me escucha, horrorizada, pero así inicia todo. La que más me escucha es Esmeralda, será porque es joven y no le han lavado el cerebro—. El matrimonio no es la única felicidad que puedes encontrar, no creo que el matrimonio sea para lo que naciste. Ese no es el propósito de una mujer —me escucha interesada, la clase de hoy es muy importante para su futuro.

Caminamos por un pasillo, ya ni siquiera sé dónde estamos, creo que es cercas del palacio del Emperador.

—Hay que regresar antes de encontrarnos con personas desagradables —como el maldito Emperador que no me ha buscado, creí que éramos compañeros.

—Saludos a su Majestad, la Emperatriz Amalia Alala de Ajax Mehmet Ruess —bufo aburrida, ahora con quién me encontré, cuando volteo a ver a la persona que me saludo, se trata de la linda chica, la número uno. The one.

—Oh, eres la linda chica... ¿cuál era tu nombre? —susurro intentando recordar su nombre, lo tenía en la punta de la lengua.

—Soy Amapola Izett Ruess —responde por mí, exclamo emocionada.

—Cierto... la señorita Ruess —recuerdo la sorpresa que causo ese apellido, ella parece incómoda por la mención del apellido—. Bueno, señorita Izett, ¿quiere acompañarme a dar un paseo? —la clase de Esmeralda tendrá que esperar, quisiera poder charlar con alguien nuevo para llenarme de conocimientos y chismes nuevos. La joven dama parpadea varias veces, me ve sorprendida y sus mejillas se sonrojan.

—¿Puedo hacer eso, Majestad?

—¿Por qué no podrías? —me confunde su pregunta.

—Es que usted, antes le desagradaba mi presencia, no quisiera forzarla a estar conmigo, Majestad —agacha su cabeza de manera sumisa, ella también requiere clases urgentes.

—Esta bien, puedes unirte a mí. No soy la antigua Amalia —le sonrío con confianza, me mira de reojo, aunque parece dudar de mí y mi palabra, asiente y camina unos dos pasos detrás de mí, esa actitud me molesta, así que sigo sus pasos, aunque vuelve a retroceder, yo también lo hago, me desespero la cuarta vez que lo hace—. Por Jesús, niña, si queremos hablar debemos estar a la par, yo te invite a caminar conmigo y para hacerlo, te quiero a mi lado no detrás de mí —me fastidio, hace varias reverencias rápidamente.

—Lo siento mucho, Majestad. Por favor, tenga la compasión de perdonar a está estúpida mujer —demasiadas clases. Hago un movimiento brusco con mi mano para quitarle importancia al asunto, pero ella se asusta y cierra sus ojos con fuerza a un inclinada.

—No te voy a golpear...

—Majestad —alguien me interrumpe, veo a una muchacha que ya había visto antes, me suena su cara—. Veo que nuevamente esta intimidando a la joven concubina —arquea una de sus cejas, conozco esas miradas, es como la de una arpía a punto de lanzar su opinión envenenada de malas intenciones. Esto es estúpido, no me voy a pelear.

—Si es lo único que ve, supongo que su campo visual es bastante pequeño al igual que su cerebro —ajua, aprendí ese insulto de Rosse, en las clases de cómo defenderse de arpías venenosas con clase, casi quiero levantar el meñique. La sonrisa de la tipa titubea, deja de verme para dirigir sus horribles ojos venenosos a la pobre chica que esta encogida en su lugar, como si quisiera hacerse pequeña.

—Tú, siempre muestras lo peor de ti en todo momento. Das asco y vergüenza. Si eres una concubina, deberías portar más elegancia, en especial enfrente de la Emperatriz —ruedo mis ojos, tomo el brazo de la chica y la jalo detrás de mí.

—Ella debe mostrar confianza en sí misma, lo entiendo, y tú deberías mostrar más educación. Eres tan vulgar que atacas a las más débiles. No importa cuánto la humilles o la pisotees, la señorita Izett, es la favorita del Emperador. Cuida tu manera de dirigirte a ella —levanto mi barbilla, la muchacha agranda sus fosas nasales y presiona con fuerza sus labios, molesta por mi consejo—. Necesitas urgentemente unas clases de educación —debería iniciar unas clases donde entren varias muchachas para enseñarles el respeto ajeno.

—Ujum —levanta su barbilla, abre su abanico y ella sola se sopla, se marcha sin despedirse.

—Esa mujer grosera, ¿cómo se atreve a no despedirse de su Majestad? —veo a Esmeralda de reojo, su pequeño rostro redondo enrojecido por el coraje, sonrío enternecida, acaricio su cabeza y bloqueo su vista por donde se fue la perra.

—Gracias por defenderme —aunque en realidad no lo hizo.

—Mama —escucho un fuerte golpe que llama mi atención, veo a la muchacha que segundos antes estaba de pie y ahora de rodillas, retrocedo sorprendida—. He cometido un terrible pecado, Mama. Merezco la muerte —que extrema. Me tiro al suelo y la tomo de los brazos para levantarla.

—No has hecho nada malo, señorita Izett. ¿Por qué esta actuando de esta manera? —me asusta saber qué tan bajo caen las mujeres en este lugar.

—Cause que confundieran a la Emperatriz, he generado un malentendido que puede afectarla en su relación con el Emperador, he cometido un enorme pecado, Mama —exclama asustada, creo que va a llorar, así que antes de que eso suceda y esto se vuelva un horrible malentendido, acaricio su cabeza.

—Ya, ya... —doy palmaditas en su cabeza—. No pasa nada. Siempre han existido los malentendidos y siempre existirán, en especial habrá gente que los expanda. Tú y yo sabemos lo que paso, eso es lo que importa —le sonrío, me levanto y la ayudo a levantarse.

Ahora que lo pienso, la señorita Izett y todas las concubinas que he visto, usan vestidos pomposos, yo no... me siento culpable, pero soy la Emperatriz y yo puedo hacer lo que quiera.

Para evitar que escape de mí o se vuelva a tirar al suelo para pedirme perdón por la más mínima cosa, entrelazo nuestros brazos y la obligo a caminar a mi ritmo, para que no retroceda.

—¿Te gusta vivir aquí, señorita Izett? —me aburre ser formal, pero ella me habla con mucha educación y no quiero verme peor de lo que ya me he visto delante de ella, veo su rostro y tiene una ligera sonrisa tierna.

—Tengo una cama y mucha ropa, también comida caliente y alguien que me quiere y me protege... —se interrumpe al final y me mira asustada—. Lo siento, Majestad, no debería haber dicho eso —intenta llevar su mano a su boca, me imagino que para golpearse, pero ka detengo. Esta loca ¿o qué?

—Tranquila, el Emperador ¿te gusta mucho? —creo que es la conversación más normal que he tenido. Rosse no siente nada por el Emperador, las mejillas de Izett se sonrojan y asiente avergonzada, es la mirada más pura que he visto, ella si es una muchacha común y corriente—. ¿Cuántos años tiene, señorita Izett? —ladea su cabeza y se queda en silencio pensando en su edad, eso es extraño.

—Tengo veinte años, Mama —responde, es joven. Amalia le ganaba por dos años, yo le gano por más de diez años, hay que vergüenza.

—¿A qué edad te tuvieron tus padres? —es de lo único que se me ocurre hablar en estos momentos, su sonrisa desaparece y una mirada vacía me asusta, pregunte algo que no debía.

—Yo...

—No importa —la interrumpo—. Yo soy huérfana, ¿sabes? —su ceño se frunce y Esmeralda jadea detrás de mí.

—Mama...

—Ya sé, ya sé... cometí un error. Bueno —carraspeo, no sé cómo decirle que entiendo su situación—. Tuve un sueño, donde era huérfana —miento, es de la única manera que se me ocurre—. No sabía quiénes eran mis padres, ni por qué me abandonaron. Crecí en un orfanato de monjas, con varios niños y niñas de diferentes edades. Las monjas me decían que me habían abandonado cuando era una recién nacida y no habían dejado ninguna nota —me mira interesada por mi relato y supuesto sueño.

>> Al principio estaba triste, imaginando que nadie me quería, luego me moleste demasiado. Pensé: ¿por qué mierda tuvieron un hijo y lo abandonaron hijos de perra? Bien pudieron abortarme para evitarme esta sensación de soledad —sus ojos se agrandan por mi manera de hablar, me río entre dientes—. Al final los olvide. Aceptar que por algún motivo te dejaron es difícil, pero luego de un punto deja de importarte. Saber por qué te dejaron no te dará ninguna respuesta, ya no puedes cambiar nada, de todos modos ellos no volverán. Después de esa aceptación, me concentre en vivir para mí.

>> Estudié arduamente hasta ser la mejor de mi clase y me enamore —sonrío emocionada por recordar aquellos tiempos en que era una universitaria alcohólica y piruja, jejeje, que vida me daba antes de James.

—Mis padres murieron, Majestad —parpadeo confundida, saliendo de mi ensoñación para ver a la muchacha, parece incómoda con el tema, así que no insisto.

—Por cierto, ¿cómo conociste al Emperador? ¿Fue amor a primera vista? ¿Él te insistió? —cambio de tema, para algo más normal, ah, el agmogr...

—Nos conocimos en la calle... ¿puedo hablar de esto, Majestad?

—Claro que sí, puedes hablar conmigo de lo que sea. Si no tienes a nadie aquí con quien hablar, puedes venir conmigo, yo te escucharé con gusto —le guiño un ojo, parece ilusionada por el tema.

—¿Seremos amigas, Majestad? —es la primera persona desde que llegue aquí que acepta ser mi amiga, jamás había tenido tantos amigos, si James me pudiera ver estaría orgulloso de mi progreso social.

—Sí, seremos amigas —respondo emocionada—. Puedes llamarme Hilary —su ceño se frunce—. Es un seudónimo, o bien, un apodo, para que no te metas en problemas cuando me llames —maldita jerarquía que amo y detesto, maldito doble filo en la jerarquía.

—Hilary —prueba el nombre—. Es la primera vez que lo escucho, también puedes llamarme Izett —me habla con confianza, devolviéndome la esperanza en esta gente.

—Izett, ¿amas al Emperador? —de repente me viene una idea a la cabeza, si ella es huérfana, es sencillo adoptarla y hacerla ocupar mi lugar, tengo la pieza perfecta que faltaba en el rompecabezas para que el Emperador me deje de joder y acepte el puto divorcio.

—Sí —responde con una sonrisa.

—¿Quieres ser Emperatriz?

Más populares

Comments

Anny Gaona Parra

Anny Gaona Parra

🤣🤣🤣🤣🤣 todos les quiere enseñar

2023-01-16

1

Cori Shoes

Cori Shoes

Da la impresión que Amapola no está realmente interesada en el Emperador, al contrario intuyo que el Emperador la tomó por ser prostituta así puede aprovecharse de ella en todos los sentidos y ella dada su condición no puede negarse.

2022-09-28

0

Sol - Soli - Solcita

Sol - Soli - Solcita

No se, no me gusta el comportamiento de la emperatriz - tampoco es que nada deba importarle y se cree la mas para terminar con quién tanto daño le hizo - mejor abandono ya no me gusta esta historia

2022-06-29

0

Total
Capítulos
1 Sin amor.
2 Prólogo.
3 Capítulo uno: Sigo viva.
4 Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5 Capítulo tres: Amar.
6 Demián Mehmet.
7 Capítulo cuatro: Pesadillas.
8 Demián Mehmet.
9 Capítulo cinco: Aliados.
10 Capítulo seis: Enemigos.
11 Demián Mehmet.
12 Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13 Demián Mehmet.
14 Capítulo ocho: Esposos.
15 Capítulo nueve: Clases.
16 Capítulo diez: Trampas.
17 Demián Mehmet.
18 Capítulo once: Despertar.
19 Capítulo doce: Trueque.
20 Capítulo trece: Afrodisíacos.
21 Capítulo catorce: Rojo.
22 Demián Mehmet.
23 Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24 Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25 Capítulo diecisiete: Encerrada.
26 Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27 Demián Mehmet.
28 Capítulo diecinueve: El número uno.
29 Demián Mehmet.
30 Capítulo veinte: Recuerdo.
31 T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32 T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33 T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34 T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35 T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36 T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37 T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38 T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39 T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40 T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41 T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42 T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43 T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44 T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45 T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46 T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47 T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48 T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49 T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50 T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51 T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52 T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53 T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54 T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55 T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56 T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57 T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58 T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59 T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60 T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61 T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62 T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63 T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64 T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65 T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66 T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67 T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68 T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69 T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70 T3. Capítulo sesenta: Votos.
71 T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72 T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73 T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74 T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75 T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76 T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77 T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78 T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79 T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80 T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81 T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82 T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83 T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84 T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85 T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86 T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87 T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88 T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89 T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90 T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91 T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92 T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93 T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94 T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95 T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96 T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97 T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98 T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99 T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100 T4. Capitulo noventa: Todo.
101 T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102 T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103 T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104 T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105 T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106 T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107 T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108 T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109 T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110 T4. Capítulo cien: Mátame.
111 T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112 T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113 T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114 T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115 T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116 T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117 T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118 T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119 T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120 T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121 T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122 T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123 T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124 T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125 T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126 T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127 T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128 T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129 T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130 T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131 T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132 T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133 T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134 Capítulo final.
135 Epílogo.
136 Nota de la autora.
137 Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138 Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139 Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.
Capítulos

Updated 139 Episodes

1
Sin amor.
2
Prólogo.
3
Capítulo uno: Sigo viva.
4
Capítulo dos: El trabajo de la Emperatriz.
5
Capítulo tres: Amar.
6
Demián Mehmet.
7
Capítulo cuatro: Pesadillas.
8
Demián Mehmet.
9
Capítulo cinco: Aliados.
10
Capítulo seis: Enemigos.
11
Demián Mehmet.
12
Capítulo siete: Amigos/compañeros.
13
Demián Mehmet.
14
Capítulo ocho: Esposos.
15
Capítulo nueve: Clases.
16
Capítulo diez: Trampas.
17
Demián Mehmet.
18
Capítulo once: Despertar.
19
Capítulo doce: Trueque.
20
Capítulo trece: Afrodisíacos.
21
Capítulo catorce: Rojo.
22
Demián Mehmet.
23
Capítulo quince: Emperatriz 2.0.
24
Capítulo dieciséis: Su Santidad.
25
Capítulo diecisiete: Encerrada.
26
Capítulo dieciocho: Hermano mayor.
27
Demián Mehmet.
28
Capítulo diecinueve: El número uno.
29
Demián Mehmet.
30
Capítulo veinte: Recuerdo.
31
T2. Capítulo veintiuno: Desconfianza.
32
T2. Capítulo veintidós: Miradas.
33
T2. Capítulo veintitrés: Plegarias.
34
T2. Capítulo veinticuatro: La Emperatriz.
35
T2. Capítulo veinticinco: Indigna.
36
T2. Capítulo veintiséis: Primera sesión.
37
T2. Capítulo veintisiete: Notar.
38
T2. Capítulo veintiocho: Castigos.
39
T2. Capítulo veintinueve: Tiranos.
40
T2. Capítulo treinta: Segunda sesión.
41
T2. Capítulo treinta y uno: Veredicto.
42
T2. Capítulo treinta y dos: Pecador.
43
T2. Capítulo treinta y tres: El número dos.
44
T2. Capítulo treinta y cuatro: La Reina Madre.
45
T2. Capítulo treinta y cinco: Ameno.
46
T2. Capítulo treinta y seis: Madre.
47
T2. Capítulo treinta y siete: Malas relaciones.
48
T2. Capítulo treinta y ocho: Respeto.
49
T2. Capítulo treinta y nueve: Mentira.
50
T2. Capítulo cuarenta: Tu lugar.
51
T2. Capítulo cuarenta y uno: Regresar.
52
T2. Capítulo cuarenta y dos: No la merecen.
53
T2. Capítulo cuarenta y tres: Pijamada.
54
T2. Capítulo cuarenta y cuatro: Suegra.
55
T2. Capítulo cuarenta y cinco: Similitudes.
56
T2. Capítulo cuarenta y seis: Cumpleaños.
57
T2. Capítulo cuarenta y siete: Regalo.
58
T2. Capítulo cuarenta y ocho: Decisiones.
59
T2. Capítulo cuarenta y nueve: Abandonar.
60
T2. Capítulo cincuenta: Propuesta.
61
T2. Capítulo cincuenta y uno: En una nueva vida.
62
T2. Capítulo cincuenta y dos: Soy el mejor.
63
T2. Capítulo cincuenta y tres (extra): Para siempre.
64
T3. Capítulo cincuenta y cuatro: Cruda.
65
T3. Capítulo cincuenta y cinco: Invitado.
66
T3. Capítulo cincuenta y seis: Padre Nuestro...
67
T3. Capítulo cincuenta y siete: Hora del té.
68
T3. Capítulo cincuenta y ocho: Guardería.
69
T3. Capítulo cincuenta y nueve: La Familia.
70
T3. Capítulo sesenta: Votos.
71
T3. Capítulo sesenta y uno: Dejar.
72
T3. Capítulo sesenta y dos: Terror.
73
T3. Capítulo sesenta y tres: Pagar.
74
T3. Capítulo sesenta y cuatro: No es suficiente.
75
T3. Capítulo sesenta y cinco: Pudran.
76
T3. Capítulo sesenta y seis: Debilidades.
77
T3. Capítulo sesenta y siete: Heridas.
78
T3. Capítulo sesenta y ocho: Abrazos.
79
T3. Capítulo sesenta y nueve: Asuntos.
80
T3. Capítulo setenta: Otra persona.
81
T3. Capítulo setenta y uno: Torturas.
82
T3. Capítulo setenta y dos: Buzón de quejas.
83
T3. Capítulo setenta y tres: El Papa.
84
T3. Capítulo setenta y cuatro: Caos.
85
T3. Capítulo setenta y cinco: Un poco de calma.
86
T3. Capítulo setenta y seis: Sorpresa.
87
T3. Capítulo setenta y siete: Markos.
88
T3. Capítulo setenta y ocho: Otra vez.
89
T3. Capítulo setenta y nueve: Amores. Parte uno.
90
T3. Capítulo ochenta: Distancia. Parte dos.
91
T3. Capítulo ochenta y uno: Un nuevo Emperador. Parte tres.
92
T3. Capítulo ochenta y dos: Te amo.
93
T3. Capítulo ochenta y tres: Adicto.
94
T3. Capítulo ochenta y cuatro: Espalda.
95
T3. Capítulo ochenta y cinco: Muero.
96
T3. Capítulo ochenta y seis: Inicio.
97
T3. Capítulo ochenta y siete: Diario.
98
T3. Capítulo ochenta y ocho (extra): Odio.
99
T3. Capítulo ochenta y nueve (extra): Cállate.
100
T4. Capitulo noventa: Todo.
101
T4. Capítulo noventa y uno: Conversaciones.
102
T4. Capítulo noventa y dos: Bastardo.
103
T4. Capítulo noventa y tres: Heredero.
104
T4. Capítulo noventa y cuatro: Demián.
105
T4. Capítulo noventa y cinco: Sueño.
106
T4. Capítulo noventa y seis: No es real.
107
T4. Capítulo noventa y siete: Volverá.
108
T4. Capítulo noventa y ocho: Confiar.
109
T4. Capítulo noventa y nueve: Traidor.
110
T4. Capítulo cien: Mátame.
111
T4. Capítulo ciento uno: Mío.
112
T4. Capítulo ciento dos: Memorias.
113
T4. Capítulo ciento tres: Risa.
114
T4. Capítulo ciento cuatro: Hipócritas.
115
T4. Capítulo ciento cinco: Alivio.
116
T4. Capítulo ciento seis: Una última vez.
117
T4. Capítulo ciento siete: Esperar.
118
T4. Capítulo ciento ocho: Culpa.
119
T4. Capítulo ciento nueve: Tonterías.
120
T4. Capítulo ciento diez: Tiempo.
121
T4. Capítulo ciento once: Cronómetro.
122
T4. Capítulo ciento doce: Regente.
123
T4. Capítulo ciento trece: Sacrificios.
124
T4. Capítulo ciento catorce: Por algo.
125
T4. Capítulo ciento quince: Cansado.
126
T4. Capítulo ciento dieciséis: La Nueva Emperatriz.
127
T4. Capítulo ciento diecisiete: Recuperar.
128
T4. Capítulo ciento dieciocho: Pánico.
129
T4. Capítulo ciento diecinueve: Muerta.
130
T4. Capítulo ciento veinte: Despedida.
131
T4. Capítulo ciento veintiuno: Desaparecer.
132
T4. Capítulo ciento veintidós: Gracias.
133
T4. Capítulo ciento veintitrés: Conocer.
134
Capítulo final.
135
Epílogo.
136
Nota de la autora.
137
Capítulo ciento veinticuatro (extra): Legal.
138
Capítulo ciento veinticinco (extra): Real.
139
Capítulo ciento veintiséis (extra): Cita en el museo.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play