EN BUSCA DE LA VERDAD
CAPÍTULO 1.
Era un día más en la vida de Sarah Burrows. A sus 27 años era una de las mejores agentes del FBI. Poco se sabía de su vida privada. Lo único que es de público conocimiento, es que deseaba ser detective en homicidios y la única manera de ganarse ese puesto era cazando al mafioso más buscado en Estados Unidos. Se hacía llamar Liam Savrinn. Pero ese no era más que un nombre ficticio y ella lo sabía bien. La realidad es que este hombre era el criminal más buscado en la historia de los Estados Unidos. Comenzó su carrera criminal siendo apenas un joven de 18 años. Ahora debería estar pisando los 30. A pesar de estar tras su rastro desde hace años, nadie ha podido dar con su paradero, ya que él cubría muy bien sus huellas. Por eso, Sarah sabía de sobra que era la oportunidad perfecta para conseguir un ascenso.
Como cada día, Sarah se levantaba a las 6 a.m. Desayunaba, luego salía a correr, se duchaba y luego de vestirse tomaba las llaves de su clásico Mustang, el cual había sido herencia de su padre, un gran fanático de los autos clásicos, y partió rumbo a la oficina.
Para el mundo, hoy era un día más. Pero no para Sarah. Era seis de marzo. Otro año más se cumplía desde que el amor de su vida la había dejado. Habían estado juntos desde la secundaria. Sarah tenía apenas 15 años. Tres años después, Michael había desaparecido sin dejar siquiera un rastro. Ella lo había buscado por todos lados, incluso en su antigua casa. Michael vivía solo con su abuela. Ella era la única familia que él tenía. Su padre había muerto hacía apenas unos meses de un ataque al corazón o algo así. Su abuela no sabía qué había pasado con su nieto. Si no que sabía lo mismo que el resto. Mike no había quedado bien después de la muerte de su padre y finalmente, de un día para otro, huyó… Huyó sin despedirse de nadie y sin siquiera dejar una carta… Ella no lo entendía. Como alguien que ama de esa manera se va sin decir adiós… Sin decir a donde fue… Sarah se había hecho muy compañera de la abuela de Michael, ella esperaba que, algún día, simplemente él regrese, pero no lo hizo… Cinco años después, la mujer falleció. Era una mujer de aproximadamente setenta años. Pero hace tiempo venía luchando contra una enfermedad silenciosa que la fue consumiendo de a poco. El día de la muerte de la Señora Morrison, Sarah pensó que quizás Mike regresaría… Era su abuela después de todo… La persona que lo crio. Ya que su padre se la pasaba haciendo viajes de negocios. Pero no fue así… El chico jamás regresó… Y aquel día, desaparecieron también las esperanzas de Sarah. Durante esos cinco años, ella lo buscó, incluso la policía. Aunque por algún motivo ellos no hacían nada… Sarah estudiaba en la academia de agentes, por lo que sabía reconocer cuando alguien no quería hacer su trabajo…
Lo resumimos así: Michael Morrison estaba desaparecido. No había rastros de él. Incluso todo registro de que alguna persona con ese nombre había existido había sido borrado. Solo había un Michael Morrison en los registros. Su padre: Michael Morrison Sr. Todo era extraño. Pero, por su bien, Sarah decidió seguir adelante.
Fue una larga lucha. Psicólogos, psiquiatras, pastillas… Todo eso había pasado por su vida… Desde el día en que Michael la dejó, ella entró en una profunda depresión y le costó mucho tiempo salir adelante. Por eso mismo, ella intentaba estar ocupada y no pensar más en él. Pero aun después de casi diez años, ella no podía olvidarlo. Ni siquiera fue capaz de tener una relación que durará más de dos noches de pasión.
Sarah aparcó su coche en el subterráneo de las instalaciones del Buro y luego de bajar se dirigió al ascensor. Marcó el tercer piso y esperó pacientemente llegar a su estación. Nuevamente recordó la fecha. Seis de marzo. Sacudió su cabeza cuando oyó el tintineo que le informaba que había llegado a su destino.
Se dirigió a su cubículo y dejó sus cosas. Encendió el computador y vio a Bradley entrando a su oficina con dos cafés. Bradley era su mejor amigo… Su incondicional… Se conocieron en la Academia y desde ahí fueron inseparables. El chico tomó asiento frente a ella, ofreciéndole el vaso, el cual ella aceptó amablemente en silencio.
—Seis de marzo. —Exclamó él.
—Seis de marzo. —Afirmó Sarah.
—Es increíble como se puede amar a una persona durante tantos años, aun sin saber qué fue de él. —dijo Bradley.
—No quiero hablar de eso ahora. —Exclamó Sarah. —Solo quiero enfocarme en el caso de Savrinn.
—¿Qué tienes hasta ahora? —preguntó Bradley cambiando rotundamente de tema.
Sarah se puso de pie y se dirigió hacia la pared de la oficina donde tenía su mapa conceptual y comenzó a señalar y a leer en voz alta para poner al tanto a su amigo.
—Liam Savrinn. —Empezó Sarah. —Edad: aproximadamente treinta años. Se sabe que es el jefe criminal más buscado, comenzó su carrera criminal hace diez años… Probablemente, tendría entre dieciocho a veinte años. Se lo acusa principalmente por terrorismo y lavado de dinero… Le enfrenta una cadena perpetua y posiblemente la ejecución… No tenemos mucho… Solo que tuvo tratos con otros jefes peligrosos. No sabemos dónde se esconde, con quienes trabaja, si es hombre o mujer…
—¿A qué te refieres? —preguntó Brad.
—No creerás que Liam Savrinn es su verdadero nombre, verdad?
—¿Y por qué no? —dijo Brad. —Tal vez buscas en la dirección equivocada.
—De Liam Savrinn no tenemos nada. —Dijo ella. —Solo una partida de nacimiento y de ahí en más no hay nada hasta hace diez años… No hay datos de escuelas, hospitales, internados… Es como si Liam hubiera nacido y salido a la vida hace apenas diez años.
—Mjm. —dijo Brad, pensativo. —Extraño.
—Sí… Lo es… Pero lamentablemente tengo solo eso… Y no sé por dónde empezar. Benjamín me entregó un archivo con toda la información. Son solo dos hojas. No hay fotos, nada… Liam Savrinn no existe.
—Como Michael. —dijo Brad.
—¿Qué dices? —preguntó Sarah.
—Solo digo que Liam cubre bien sus rastros. —Dijo. —¿No crees que tenga relación con la desaparición de Mike?
—No lo creo. —dijo Sarah. —No hay nada que los vincule. Tampoco hay una razón para que el jefe de la mafia quiera desaparecer a un simple chico universitario de pueblo. Mike no se metía con nadie. Ni siquiera en la escuela. Le gustaba pasar desapercibido.
—Lo sé. —dijo Brad. —Solo era una suposición.
En ese momento, fueron interrumpidos por Victoria, la compañera de Sarah. Aunque eran buenas compañeras, no hacía tanto tiempo que se conocían, por lo que no llegaban a tener una amistad. Victoria ingresó al FBI apenas unos días después de que ingresara Sarah. Ella vivía en Quantico. Pero decidió que quería buscar su futuro trabajando con los peces gordos en Los Ángeles.
—Sarah, el jefe quiere vernos. —Dijo ella. —A los tres.
—Te refieres a nosotros tres? —preguntó Bradley confundido.
—Sí… A los tres. —Dijo Victoria quitándole importancia con una seña de hombros.
Los tres se dirigieron al quinto piso, donde se encontraba la oficina de su jefe. Benjamin Franklin. No, no tenía ningún parentesco con el expresidente. Solo sus nombres coinciden. Al llegar, se comunicaron con la secretaria y debieron esperar unos minutos para que los atendiera. Finalmente, entraron a la oficina.
—Buenos días. —Exclamó Benjamín.
—¿Nos necesitaba, jefe? —preguntó Sarah.
—Sarah… Sé que te di una misión importante. —Exclamó Ben. —Es por eso que estarás a cargo. Te daré la opción de formar un equipo con los mejores agentes. Los que tú consideres. Quiero a Liam Savrinn lo más pronto posible. Solo tienes una oportunidad. No la desperdicies.
—Entiendo Señor. —Dijo ella. Mientras Bradley y Victoria cruzaban miradas sin entender qué hacían ahí.
—En cuanto a ustedes dos. —dijo Benjamín. —Serán la base del equipo. Tienes a tus dos compañeros para servirte y puedes elegir otros, cuando así lo dispongas… Mientras tanto te pido discreción en el caso. No sabemos quién es Liam Savrinn. Por lo que te pido que uses a los demás agentes solo cuando sea estrictamente necesario.
—Comprendo Jefe. —dijo Sarah.
—Te daré algo más. —Exclamó. —Ha llegado una nueva pista. Un nuevo recluso, quien afirma haber hecho tratos con Savrinn.
—Y de quién se trata? —preguntó Sarah.
—John Di Magio.
—Habla de… ¿Ese John Di Magio? —preguntó Bradley.
El jefe asintió.
—Eso es… Perfecto. —Exclamó Sarah. —Dígame… ¿Qué debo hacer?
—Reúnete con él. —dijo Benjamín. —Te daré la libertad para hacer tu trabajo, pero deberás informarte de cada avance o retroceso. TODO. Absolutamente, todo, pasará antes por mí. ¿Entendido?
—Sí jefe. —Exclamaron los presentes.
—Jefe. —Hablo Victoria. —¿Puedo preguntar por qué nos da el caso a nosotros?
—Porque nadie más lo quiere tomar. —Dijo Ben.
Por supuesto que nadie quería ponerse en el radar del jefe de la mafia.
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Comments
Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz
Yo creo que es el mismo novio que la dejo
2024-10-02
0
Carmen Moreno
Buena historia, será que su novio que la dejó es el mafioso que están buscando.
2024-08-29
0
Martha Padilla
Excelente, va iniciando y no quiero parar de leer 😊😍☺️
2024-07-17
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