Amor De Infieles
Erick
Camino entre la multitud con cuidado sin tropezar, curiosamente, Mackenzie viene detrás de mí con su mano encima de mi hombro para no caer. El suelo de madera se ve negro por la tenue luz que hay entre el público, llegó a la fila y tomó asiento en la silla que está reservada, Mackenzie se sienta a mi lado y se acomoda el pelo rubio. Mi esposa va tan pulcra como siempre, con el cabello bien peinado y lacio con olor a recién lavado, sus labios pintados de rojo sangre, lleva un vestido de color negro y uno tacones del mismo color. Por supuesto, a pesar de todas su artimañas, Mackenzie no deja de ser aquella muñeca rubia que embelesa a todos.
Por suerte, eso ya no es una preocupación para mí, de hecho, lo dejó de ser hace mucho tiempo que ya se me es difícil recordarlo.
El tiempo se ha ido volando, me sorprendo a mí mismo porque en cuanto menos me lo esperé, ahora estoy sentado entre los demás padres mientras veo a mi hijo tener su diploma de preescolar. Toda mi atención se centra en Sam, mi gran artista de ojos marrones se encontraba asustado, con un mohín en los labios y las cejas levemente fruncidas hacia arriba. Esta asustado y nervioso y su maestra intenta calmarlo dándole suave toques en el pelo. Sus ojos se mueve con desespero entre la multitud y eso es porque no me ve, ¡pero estoy aquí! ¡Papi llegó a tiempo para verte!
Sacudo la mano en el aire para llamar su atención y cuando sus ojos por fin cae en mí, su expresión cambia y vuelve a ser el mismo niño risueño. Sam sonríe con un brillo grande en los ojos, se balancea con sus tobillos esperando su medalla y cuando la recibe siento ganas de llorar porque mi hijo acaba de graduarse del kinder. Todos aplauden y luego la mestra da un discurso, la ceremonia termina y los padres salimos al jardín. Mackenzie se engancha en mi antebrazo y me acaricia suavemente el mentón.
-Como ha pasado el tiempo, nuestro pequeñito acaba de graduarse del kinder y dentro de poco cumple cinco años. -Dice sonriendo.
-Sí, así es.
La veo y con ello persibo un brillo triste en sus ojos. Me alejo disimuladamente de su toque y pongo mi atención en la puerta, una bola de niños salen disparada y corren a sus respectivos padres. Los brazos me pican por querer abrazar a Sam y lo veo corriendo con su birrete, su diploma en mano y um globo naranja.
-¡Papá, mamá! -Grita y salta en mi brazos y me aprieta fuerte-. Papá, si viniste y mami también.
-Por supuesto que vinimos, ¿cómo faltar a la graduación de mi hijo? ¿Qué tipo de padre hace eso? -Sam me abraza y me llena las mejillas de besos.
-¿Para mami no hay besos dulces? -Dice Kenzie en tono dulce y hace que Sam se sonroje y luego estira sus brazos hasta ella, lo carga y repite la misma acción.
Veo la escena con ternura y a la vez con tristeza. Me cuesta aceptar pero siento que he hecho un buen trabajo. Son muy pocas veces en las que Kenzie muestra ese tipo efecto con su hijo, porque por lo general, no le gusta que Sam de le arrime mucho, sin embargo; le hace saber a Sam que ella lo quiere, lo quiere pero a su manera. Ha sabido cumplir con si papel de madre, pero hay veces que ese papel le queda muy grande y me toca interferir.
Noto que la maestra se nos acerca, una mujer joven con el pelo suelto y color miel, de ojos grandes y rostro redondo, ella sonríe y nos saluda. La reconozco de inmediato porque es la maestra y tutora de Sam.
-Maestra Sophia. -Dice Sam cuando se da cuenta de su presencia.
-Ha finalizado una etapa y próximamente entra otra. Quería hablar con ambos padres, casi no tenemos la oportunidad de verlos juntos a ambos.
-Usted sabe que siempre tratamos de conseguir pasar más tiempo con nuestro hijo, siempre tratamos de estar involucrados en sus actividades.
-Por supuesto, señor Fürts, la escuela está al tanto de eso como también está al tanto de otras cosas. -Su tono de voz a cambiado a un sombrío cuando dice lo último.
Sé a lo que se refiere.
-Para los niños es importante que sus padres se vean involucrados en sus actividades, les hace sentir importantes y queridos, es fundamental sobretodo para su salud mental. He sido la tutora de Sam desde que entró a estudiar y he quedado muy sorprendida por sus avances y el nivel académico alto para su corta edad.
-¿Oiste eso, Sam? ¡Eres muy inteligente! Mi niño salió a su padre, inteligentisimo ambos. -Mackenzie le hace cosquillas a Sam y él se ríe.
-Esperamos que siga así, Sam tiene mucho potencial y sobretodo en lo que tenga que ver con arte o pintura.
Juraría que si nunca hubiese echo esa prueba paternidad hace cinco años atrás, estaría seguirísimo de que Sam es mi hijo biológico hasta la médula porque lo miro y es como ver mi reflejo pero con un alma más viva y radiante. Sam tiene los mismos gustos del arte que yo, le gusta mucho la pintura y dibujar y puede que dentro de muy poco lo inscriba dentro de una escuela de arte, inclusive, ya tengo en mente su regalo de cumpleaños.
Casi nunca recuerdo que Sam no es mi hijo, de hecho, ni lo recuerdo porque... ¿acaso debería? Yo creo que no. No pienso en eso nunca y Mackenzie tampoco me lo recuerda, o por lo menos no es nuestra discusiones.
Nos quedamos un rato más en el jardín y platicamos con los demás padres. Entonces alguien me toca el hombro y volteo.
-¡Pero miren nada más a Stewart! -Alzo la voz cuando veo a Gaten.
Nos abrazamos como si no nos viéramos desde hace años pero la verdad es que nos vimos hoy en la mañana en la última videoconferencia.
-¿Y qué se siente que tu hijo ya sea un hombrecito?
-Orgulloso, dímelo tú, ¿qué se siente que tu princesa ya sea una princesa graduada?
-Nunca en mi vida me había sentido tan orgulloso como ahora. Sin duda alguna, Mika es lo mejor que me ha pasado.
-¿Y qué hay de Nico?
Gaten hace una mueca.
-A él también lo quiero pero esa cosa no tiene sentimientos.
-¿Y Lizy? -Le pregunto por su esposa.
-Lizy está cada vez más hermosa y embarazada. Mi esposa la más bella. -Dice orgulloso.
-Me alegra que ella y el bebé estén bien.
-Quien lo diría..., hace años me llenaba la boca diciendo que nunca tendré hijos y mira, ya voy por el tercero. El tiempo pasa volando, Erick.
-Sí, tienes razón. Ya hasta tu hija tiene novio.
-¿Qué? -Gaten palidece y yo le apunto con el dedo en la dirección que está Mika y Sam tomados de la mano. -Esto es inaceptable. Erick, te he dicho miles de veces que controles a tu hijo, no me gusta que...
-Gaten, son solo niños. ¿Qué saben ellos sobre un noviazgo? -Me enconjo de hombros.
-No lo sé, pero ve poniéndole un freno a tu hijo.
-Yo creo que harían linda pareja en el futuro. -Sonrio y miro como Sam arranca una flor de un arbusto para dársela a Mika.
-Mi hija no tendrá novio hasta los treinta y siete. -Dice él seguro de si mismo.
-Sí, Gaten, como tú digas. -Digo sin ponerle tanto interés en lo que dice porque claramente es mentira.
Al final, todos los padre se ponen de acuerdo para hacer una fiesta y luego todos nos despedimos. Sam va feliz en el asiento del medio con sus padres en cada lado. El chófer conduce hasta la mansión Fürts. Mamá ha preparado una cena especial para celebrar la graduación de Sam.
-Iremos a cenar con la abuela y con Evelyn.
-¿Estará el abuelo? -Sam pregunta y yo me tenso.
-Sí, hijito. -Se apresura Kenzie-. Pero también estarán la abuela Jennifer y el abuelo Malcoml, y ellos sí te quieren mucho.
Suspiro mirando por la ventanilla y pienso que esta situación ya no tiene remedio. Llegamos a la mansión y bajo a Sam en brazos. Mi madre nos recibe en la entrada con una linda sonrisa y un vestido púrpura.
-¡Abuela! -Sam corre y abraza a mamá.
Evelyn aparece y me recibe con abrazo fuerte y a Mackenzie con un beso en la mejilla.
-Evelyn, ese vestido te queda espectacular. -Le dice mi esposa.
-Me regaló una amiga. -Ella sonríe tímida y luego pone su atención en Samuel.
Mi hermana menor se ha convertido en toda una señorita muy guapa.
Precisamente, en ese momento llegan los padres de Mackenzie y se bajan de la camioneta. Malcolm me lanza una mirada rara y yo se la devuelvo porque él no es mejor que yo.
-Bueno, ya podemos pasar todos al comedor.
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Estar en esta casa me sigue provocando el mismo sentimiento de terror y Dominik lo hace aún peor. Todos estamos en comedor cenando lo que mamá ha preparado con mucho cariño para Sam y se lo agradezco en lo más profundo de mí.
Malcoml habla sobre temas políticos e intenta incluirme en la conversación y me hace preguntas a cerca de mi puesto de ministro de trabajo y yo intento responder lo más franco posible, pero estoy tan ocupado intentando de ignorar las miradas extrañas y turbias de Dominik hacia mi hijo.
-Siempre es bueno tener un contacto dentro del gobierno porque... ya saben. Guerra avisada no mata soldado. -Malcolm ríe y toma de su copa de vino.
-¿No tienes hambre, cielito? -Mamá le pregunta a Sam, entonces me percato de que Sam tiene la comida casi entera.
-Estoy lleno.-Responde en voz baja y solo yo puedo oírlo.
-Lo que sucede, mamá, es que Sam comió muchas botanas y dulces en el jardín -le explico-. Seguramente si le ofreces algo más ligero puede que se lo coma.
-Es de mala educación tirar la comida. -Dominik al saca la primera ficha.
Me le quedo viendo y aprieto la servilleta.
-La comida no se va a tirar. René, por favor guardar esta comida en una bianda para llevar. -Digo, pero jamás sin apartar la mirada de Dominik.
La empleada hace lo que le pido y se lleva el plato de Sam. El comedor queda en silencio.
-¿Quieres helado, Sami? La abuela mandó a comprar hoy porque sabía que venías.
Sam asiente con energía. Al rato, le traen un tazón helado chocolate y fresa.
-Tienes a ese niño muy caprichoso, Alexander.
-Dominik. -Mamá le llama la atención. -Yo quisiera hacer un anuncio especial. Esta mañana Hugo ha llamado y nos ha dado la alegre noticia que dentro de unos meses regresa, antes de diciembre.
Miro a mamá sorprendido.
-Hugo de vuelta.
-Sí, tú hermano está de vuelta.
-Pero si todavía le falta un semestre.
-Lo mismo pensé, pero tu hermano ahora es tan inteligente que lo adelantaron un año más. Pronto tendremos a Hugo de regreso.
-Otro parásito más en esta casa.
Y ¡Puff! Golpe bajo.
Y ahí esta. Ya salió la carta tan esperada. Mi cerebro recibe una señal y siento como mi corazón comienza a bombear con rapidez, una presión en el pecho que se riega por mis brazos y aprieto con fuerza los cubiertos. La ira se está apoderando de mí y me contengo por la presencia de mi hijo que nunca ha visto a su padre enojado y mucho menos hacer un acto de violencia.
-¿Y quien es el parásito, Dominik?
Mamá suelta un jadeo, porque es primera vez que llamo a Dominik por su nombre en frente de mi hijo.
Todos están silencio. El lugar se convierte más sombrío de lo que ya es. Los empleados se ven con la obligación de abandonar el lugar porque saben que esto no terminará bien. Sam se encoje y percibe la tensión, se arrima más a mí e intenta cogerme la mano.
-Erick... -Mamá interviene.
-Te hice una pregunta, Dominik.
-Erick, Sam está aquí... -Mackenzie habla.
-Te lo vuelvo a preguntar, Dominik. ¿Quién es el parásito? -Pero Dominik huye de mi mirada, de repente parece arrepentido-. Dilo. -Y sigue en los mismo-. Mírame, Dominik, quiero que me mires a los ojos y me digas en mi propia cara en frente de todos que mi hijo es un parásito. Quiero que lo hagas. ¿No lo harás? ¿Te quedarás callado como una rata?
-¡Erick, ya basta! -Mi madre alza la voz.
-¡Tú no te metas, Eleonor! Esto es entre esta rata y yo. No voy a quedarme callado -alzo la voz y Sam sobresalta a mi lado-, jamás voy a quedarme callado cuando se trata de defenderme a mi hijo. ¿Qué? ¿Qué esperas, Dominik?
-Soy tu padre.
-No salgas con esa porquería ahora mismo, tú no eres mi padre, ese papel te quedó muy grande y por eso no supiste cumplirlo. Me generas tanto rechazo y tengo tanto asco que me da hasta vergüenza decir que soy tu hijo y que llevo tu apellido. No me muelo a los golpes contigo porque después me lamentaría, no por ti, sino por mi hijo a quien tengo que darle el ejemplo y que sepa que el hombre que engendró a su padre en un miserable.
Pongo la servilleta encima de la mesa y me pongo de pié dada por terminada la cena.
-Nos vamos. Y de una vez te voy avisando que no volveré a poner un pie en esta casa y si lo hago, la única razón por la que volveré será para tu funeral y espero que sea ponto.
Hola, quiero lectores!! Que gusta saludarlos de vuelta y más es la segunda parte de "Amor Clandestino", cuya novela se encuentra en mi perfil, ya finalizada. Si eres nuevo y no te has leído la primera parte, te invito a leerla para que conozcas más a cerca de esta historia.
Para mis viejos lectores, ya se dieron cuenta de que hice un cambio de nombre, pero OJO, solo cambio nombre de la novela, la trama y los capítulos siguen siendo los mismos.
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Comments
Francielly Josefina Canelon Laya
cuál es la primera parte? cómo se llama?
2024-03-17
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Alix Trillos Hurtado
sigamos!!! gracias por entretenerme.
2024-02-22
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