Feliz cumpleaños

Erick

Los empleados me sonríen cuando me ven llegar y me desean feliz cumpleaños. ¡Es mi cumpleaños! Para mí, es un día como cualquier otro, más bien, el inicio de año. Hace más de quince años que dejé de ver mi cumpleaños como un día especial y me siento más cómodo cuando todos lo pasan desapercibido.

Llego a mi oficina y me tumbo en mi silla. Miro el computador hasta que me percato de un pequeño obsequio encima del escritorio. Me imagino quien debe de ser. Lo tomo y lo abro, una pequeña caja, es pesada y roja, la abro y es un reloj de plata brillante. Muy caro. Pienso. Miro la tarjeta.

..."Aunque se hayan ido la gran mitad de mis ahorros. Lo vi y pensé en ti de inmediato. Espero que sea de tu agrado"....

...Te quiero....

...Rebecca...

Suelto un suspiro cuando termino de leer. <> Niego con la cabeza. El reloj es hermoso, pero no se hubiera molestado en tan grande obsequio, con sus deliciosas galletas habría sido suficiente.

Guardo la caja y la coloco en una lugar donde nadie la pueda ver. Poco rato después, la puerta se abre de golpe que me llega de sorpresa y me sobresalta en mi silla. Miro con ojos muy abiertos a Gaten que canta <> a todo pulmón. El tonto lleva un gorro de fiesta y una pastel pequeño de chocolate.

-¡Feliz cumpleaños a Erick! ¡Whoo! -Y luego aplaude escandalosamente. -¡Ahora sopla las velas!

Lo miro de reojo. Pero mi expresión se ablanda y le sonrío si mostrar los dientes.

-Sopla.

Hago lo que me dice y luego aplaude emocionado y con los ojos soltando chispas. A mí se me escapa una sonrisa tímida mientras lo miro. Aún sigo admirando estos detalles de Gaten, los hace sin falta y creo que después de los dibujos de Sam, éste, es mi regalo favorito.

-Me pregunto quién te hace pasteles sin falta en todos tus cumpleaños.

-De hecho, no eres el único, alguien más me ha echo pasteles.

Entonces señalo la mesa que está junto a la pared con paquetes, pastelillos y tarjetas. Gaten lo mira de reojo.

-Pero ninguno como el mío. -Dice con recelo.

-¿Cómo el tuyo o como el de Lizy? -Digo con ironía-. Porque claramente este pastel no lo hiciste tú.

-Me duele mucho que pienses así de mí.

Me alzo de hombros y luego miro el pastel con más detalle.

-Lizy te manda feliz cumpleaños, al igual que los niños. Pensamos en hacerte un pequeña reunión en nuestro hogar, ¿qué te parece? Y si no, podemos hacerla en algunos de tus clubes. -Hago una mueca y Gaten pone los ojos en blanco-. Estoy seguro de que a tu hijo que le encantaría celebrar tu cumpleaños.

-Tu mejor que nadie sabes que no me gusta celebrar mi cumpleaños y no uses a ni hijo para manipularme. Sam ni siquiera se molesta en pedirme que hagamos una fiesta, con una comida con la familia basta y sobra.

-¿Y piensas hacer una comida con tu familia después de suceso que viviste la última vez?

Yo suspiro.

-Hace meses que no pones un solo pie en esa casa, Erick. Ellos son tu familia.

-Ellos no son mi familia. -Le digo mirándolo fijo-. Mi única familia es mi hermana y mi hijo. Yo no tengo padres, de hecho, ni siquiera los tuve.

-Si tu lo dices. Aún pienso que..., sería bueno que celebremos tu cumpleaños, una reunión pequeña. Cenamos y a las siete acostamos a los niños y después de nos vamos para el club nuevo que ignaguraste.

Miro mis manos fijo. La idea de Gaten no suena mala.

-Lo pensaré.

-Por algo se empieza.

Gaten sonríe. La puerta de la oficina se abre y los dos dirigimos la atención a la puerta, en ella está Rebecca.

-Buenos días, señor... -Tiene una sonrisa gigante pero se desvanece cuando ve a Gaten.

Entre ello se quedan viendo por un largo rato. Rebecca parece apenada porque las mejillas se le han tornado de rojo. Gaten la observa con un expresión ilegible.

-Buenos días, Rebecca. -Digo con un tono de voz suave. Típico.

-Buenos días..., yo creí que el señor Fürts estaba solo pero... regreso después. -Da media vuelta y sale.

Quedamos en silencio, Gaten voltea a mirarme con recelo.

-¿Y dices que no está enamorada de ti?

Ya vamos con lo mismo. Pongo los ojos en blanco y suelto un suspiro.

-Gaten, Rebecca es solamente mi asistente y secretaria.

-Sí, eso ya lo sé, como también sé que esa chica se muere por ti desde que puso el pie en esta empresa.

-Ella no está enamorada de mí.

-Erick, ¿Tú sabes con quién estás hablando? Estas hablando con el hombre que se estaba liando a media Alemania, como dicen los españoles. Mi experiencias con las mujeres han sido más que suficiente para darme cuenta de cuando están enamoradas y que no se trata de una simple atracción. A esa chica -señala la puerta con el dedo- le gustas y mucho. Cada vez que te mira se le iluminan los ojos, se pone nerviosa y las mejillas se les pintan de rojo.

-Pienso que exageras.

-No, no estoy exagerando y tú lo sabes. Dime una cosa, ¿te acostaste con ella?

Lo miro boquiabierto por la pregunta que me ha soltado. De repente, siento que me ha pillado.

-Yo no me acosté con nadie.

-Haré como que te creo. Te dejo, quedé con Lizy es comprar las cosas para la habitación del nuevo bebé.

Asiento con la cabeza y Gaten sale de la oficina. Se va algo enojado conmigo, honestamente no es algo que me importe mucho porque no es la primera vez que tenemos este tipo de discusiones a cerca de Rebecca. Le he mentido en su cara porque me da algo de pena aceptarlo. Miro la caja de regalo debajo del escritorio y suelto suspiro hondo. Rebecca vuelve a aparecer en mi oficina, parece como si la hubiese invocado con la mente.

Cierra la puerta tras de sí y se acerca con timidez a mí escritorio.

-Siento lo de...

-No, Rebecca, no te preocupes por lo que acaba de pasar, fue algo sin importancia alguna y además Gaten es algo imprudente.

-Yo solo quería darle feliz cumpleaños, ¿si vio mi regalo?

Entrelaza sus dedos debajo de su abdomen, ladea la cabeza y sonríe dejando mostrar sus hoyuelos. Me produce ternura y yo también sonrío.

-Sí, sí vi tu regalo y... no puedo aceptar tal obsequio, es muchísimo y te costó mucho dinero.

-El dinero es lo que menos importa, lo compré pensando en usted.

Los ojos le brillan. Maldición. Odio que Gaten siempre tenga razón. Esta chica de verdad está enamorada de mí. Yo mejor que nadie lo sé.

-Fue demasiado que hayas gastado todos tus ahorros en este regalo...

-Acéptalo, Erick. Nada me haría más feliz.

Me le quedo viendo por unos segundos.

-Aceptaré tu obsequio con una breve condición. Voy a devolverte todo dinero que gastaste en él. Eso me haría sentir más cómodo.

-Me parece bien.

-Perfecto, entonces te daré un cheque.

Busco mi chequera en los cajones. Ella se sienta en frente de mí. Sé que me observa con mucha atención, cada movimiento que hago, entonces, cuando despego el cheque de la chequera y se lo tiendo me encuentro con sus ojos oscuros exageradamente grandes mirándome fijo. Ni siquiera se molesta en disimularlo, pero no lo hace porque estamos solos.

-Aquí tienes el cheque, puedes ir a cobrarlo al banco cuando quieras. -Le digo en un tono de voz bajo. Suave, sin despegar la mirada de ella y de sus ojos.

Ella suspira y ladea la cabeza.

-¿Hasta cuándo te vas a seguir rehusado de lo nuestro, Erick?

-Rebecca, creí que esto ya los habíamos hablado.

-No, de hecho, la último que hemos echo es hablar. Hemos echo de todo pero hablar se queda muy lejos.

-No creo que sea correcto que aquello se vuelva a repetir. -Digo con nudo en la garganta.

-Para usted es muy fácil decirlo, para mí no. Yo a usted lo quiero como nunca en mi vida he querido a a otro hombre. Es usted el primero hombre del que me he enamorado perdidamente y no quiero que esto se acabe...

-Rebecca, de verdad lo siento. De verdad te pido disculpas si te ilusioné o te hice pensar algo que no era mi intención. No quiero lastimarte.

-¿Lo dice porque es usted un hombre casado?

-Por eso y por otras cosas. Tú te mereces a alguien mejor en tu vida. Eres una chica talentosa con mucho potencial, eres bella y has de tener muchos pretendientes detrás de ti.

-Pero ninguno que me interese -responde decidida y en sus ojos veo sus ganas de llorar-. Me he enamorado de usted. Yo no me enamoré de mi jefe, me enamoré de un hombre solitario, tímido, de un hombre que como padre es el mejor y que tiene una inteligencia maravillosa. Te quiero, Erick.

-No llores, no hagas eso por favor.

-¿Por qué no puedes verme de la misma manera?

-Porque yo no soy para ti.

Quiero dejar la conversación hasta aquí y no seguir. Me limito a ponerme de pie y salir de la oficina, camino en pasos rápidos y rígidos y llego a la cafetería. Lo empleados cuando me ven se vuelven severos y regresan a sus actividades al tiempo de un parpadeo. Una chica de cabello rubio bien recogido se me acerca.

-Señor Fürts, ¿se le ofrece algo?

-Un café sin azúcar. -Respondo.

-¿Quiere que se lo llevemos a su oficina?

-Me lo tomo aquí. Gracias.

-Como usted diga.

Tomo asiento en una de las mesas. Espero con paciencia el café. Me sobo la cien con los dedos y cierro los ojos. No he estado durmiendo bien, mi cuerpo no descansa lo necesario y siempre tengo una preocupación encima que me atormenta. Mi situación familiar es complicada. Hace meses que no le dirijo la palabra al hombre que me engendró. Mamá y Evelyn vienen a visitarme seguido los fines de semana. Sus visitas son agradables, al menos para Sam, para no tanto para mí porque Mamá y yo siempre terminamos en disputa. Nunca perdonaré a mi padre. Aún no estoy listo para ello.

Mi relación con Rebecca Baker es cada vez más complicada. Pasó precisamente lo que no quería que pasara. Rebecca se enamoró de mí y yo no puedo corresponderle. Lo que empezó como una relación entre secretaria y jefe llegó a algo más, a algo más íntimo y comprometedor. Rebecca y yo compartimos varias veces la cama y no precisamente para dormir, y todo comenzó en nuestro viaje a Chicago. Habíamos tenido acercamientos y roces previamente pero nunca llegamos a tener relaciones hasta esa noche. Suspiro. Rebecca Baker es una mujer joven inglesa que acaba de cumplir los veintitrés años, es una muchacha bonita de piel blanca, cabello negro, liso y con flequillo japonés. Está por terminar su último semestre en psicología. Tiene potencial, es responsable, talentosa y sobre todo es inteligentísima..., pero yo no soy el hombre que ella necesita a su lado. No puedo corresponderle. Ella no sabe que hay detrás de mi matrimonio, sabe que mi relación con Mackenzie es vaga pero eso no es ni siquiera una parte de la historia. Además, yo aún sigo pensando en otra persona.

En ella.

La misma chica me trae el café y lo deja encima de la mesa y luego se retira. Bebo el café lentamente sin atapujos. Miro la taza y mi al rededor, parece que mi presencia les ha alterado un poco.

Un grupo de chicas se sientan detrás de mí. No les doy importancia y sigo bebiendo el café. Recorro el borden de la taza con los pulgares mientras observo fijo el líquido oscuro. Ellas hablan de una fiesta. Yo pienso, recuerdo y siento. Es inevitable no extrañarlo y no sentirme nuevamente herido. La pienso, la pienso. La imagino, la revivo una y otra vez.

-¡Dios mío! -El chillido de unas de a chicas me saca de mis pensamientos.

-¿Qué sucede? -Le pregunta otra voz diferente.

Acerco la taza a mi boca.

-Oigan esto: después de cinco años de ausencia, la empresaria y viuda del licenciado Julián Hoffmann, está de vuelta. Lucía Bernard, la dueña de Bernard Interprises esta de regreso a su país de crianza.

Siento que me ahogo. Me tapo la boca rápido y como puedo trago el café. Comienzo a toser exageradamente y la gente comienza a acercarse.

-Señor, ¿está bien?

No, yo no estoy bien. Ella. Ella está de regreso. Lucía. La mujer que no me he podido sacar de la mente ni de mi corazón. Está de vuelta, después de cinco años, ha regresado.

Más populares

Comments

Eliana Gantus

Eliana Gantus

no la pudiste sacar de tu corazón pero si de tu cuerpo , maldito hipócrita , te acostas con otras y después tenés el tupé de decir q la amas !

2024-11-27

0

Diana Blanco

Diana Blanco

jajajaja si eso lo atora como será de frente 😂😂😂

2024-06-11

0

🌸Nanu🌸

🌸Nanu🌸

estaba esperando este momento!!!!

2023-10-25

3

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play