Casada Con El Adonis Enfermizo

Casada Con El Adonis Enfermizo

Capítulo 1: Terminemos

Correr. Huir. Correr. Huir.

Ese era el único pensamiento que ocupaba mi mente mientras escuchaba con temor los pasos de aquellos malditos hombres que eran más persistentes que aquellos usureros que día a día perseguían a mi padre.

Aún no podía aceptar lo que estaba pasando, realmente no había tenido tiempo de asimilar toda esta situación, sin embargo, estaba malditamente segura que no podía dejar que me atrapen si el destino que me esperaba era renunciar a mi amada libertad.

Pero…

Aunque corrí durante mucho tiempo y logré escabullirme de ellos debajo de unos cartones en alguna fábrica deshabitada, sabía también que aquellos hombres no se iban a rendir hasta atraparme.

Pensando en esto me sentí exhausta.

Realmente mi vida había llegado a un callejón sin salida del que era inútil escapar.

Mientras contenía la respiración esperando que sus pasos se alejen, recordé con aprehensión como la vida que había conocido durante mucho tiempo había sido una mentira de la que incluso en este momento era algo reacia a creer.

Hace dos días llegó a mi casa una señora con ropas de lujo, con una mirada llena de desdén que me hizo suponer que era uno de los tantos usureros que venían a cobrarle a mi padre, sin embargo, mi conjetura estaba realmente equivocada porque cuando mi madre la vio casi se desmaya, era como si aquella mujer era su peor pesadilla encarnada.

Desde ese instante tuve el presentimiento de que algo malo estaba por pasar, algo que cambiaría la vida que solía conocer.

Y no estuve equivocada porque luego de dos tortuosas horas supe una verdad que era algo inaudita para alguien como yo, una verdad que me encerraba en un mundo del que no quería formar parte del que nunca quise ser parte.

En realidad, yo era la hija ilegítima de una de las familias que gobernaban la ciudad, la familia Maxwell, mi madre había tenido una aventura con el jefe de la familia, sin embargo, debido a algunas situaciones tuvo que separarse de aquel hombre aun cuando estaba embaraza y la mujer que se encontraba enfrente de nosotras era la actual esposa de Thomas Maxwell, mi padre.

Esta no era una historia de reencuentro familiar, no siquiera una de arrepentimiento, esta historia no era más que una historia de desesperación y desprecio porque aquella mujer no vino para arreglar nuestras vidas que estaban plagadas de miseria, más bien vino a ofrecernos una propuesta que denotaba desprecio absoluto, era como si para ella fuéramos simples hormigas que podían ser aplastadas en cualquier momento.

La propuesta era simple, debía casarme con alguien y ella se encargaba de cubrir nuestras deudas.

Aunque parecía simple, para alguien como yo que anhelaba la libertad, además de que tenía un novio al que amaba, esto era algo que no podía aceptar.

No quería venderme por dinero, no podía hacerlo, iba en contra de mis principios y los que me habían inculcado mis padres durante mucho tiempo.

Y por supuesto, no solo yo no estaba de acuerdo, mi padre que justo en ese momento había llegado a casa, tampoco lo estuvo, al igual que mi madre, ante sus palabras, no pude evitar sentirme feliz, porque esta era mi verdadera familia.

Luego de aquellas palabras, aunque aquella señora quiso imponer su estatus sobre nosotros, no obtuvo nada más que la corran a escobazos.

Esa sin duda alguna fue una imagen muy divertida de ver.

Cuando todo quedó en orden, no pude evitar suspirar mientras veía a mi madre verme con ojos lastimeros, después de todo, ella se sentía culpable por ocultar mi verdadera identidad, pero, no podía culparla, no era tonta y pude ver qué pertenecer a aquella familia era un infierno, por eso a pesar de que me sentía algo estupefacta, la abrace a ella y a mi padre mientras les decía que ellos eran mi amada familia.

Pero…

Aunque aparentemente todo parecía volver a la normalidad, eso solo fue en la superficie debido a que después de aquel incidente, empezaron a tocar nuestra puerta aquellos usureros que se habían mantenido en el anonimato durante mucho tiempo, no solo eso, mi madre fue despedida de su trabajo debido a su edad y mi padre tuvo un accidente en el trabajo.

Esto sin duda alguna fue obra de aquella mujer, no tenía la menor duda porque supe desde qué se fue que esto estaba lejos de terminar. Sin embargo, lo que no entendía era la razón por la que necesitaba que me casará con alguien del que ni siquiera conocía.

¿Por qué me estaba forzando a casarme?

No creía que fuera porque era bonita.

— Es inútil que huya señorita, de igual forma debe casarse con el joven maestro de la familia Cassano — espetó una voz sacándome de mi ensoñación — Es mejor que sea por voluntad propia, al menos así puede obtener algo, sin embargo, si es por las malas las consecuencias serían mucho más terribles.

Luego de decir aquellas palabras, el sonido de pasos se escuchó como el sonido de tic toc de un reloj, lo que me hacía entender que mi tiempo se estaba acabando, al final, solo estaba retrasando lo inevitable.

Yo sabía muy bien qué era lo que tenía que hacer, a pesar de que intentaba luchar era como un camarón demasiado débil que solo debía dejarse arrastrar por la corriente.

Me levanté del suelo mientras veía los cartones despojados en el suelo con algo más que incertidumbre. Luego con pasos lentos y pesados me aleje de este lugar, en el camino miles de pensamientos acudían a mi mente, aunque trate y trate de encontrar una solución, no encontré ninguna.

Cuando llegué a casa la imagen que vi me dejó en blanco.

Todas nuestras cosas se encontraban desparramadas en el suelo como si fueran alguna especie de basura, mi madre se encontraba abrazando a mi padre mientras sollozaba.

— ¿Qué está pasando? — cuestioné con preocupación.

Mi padre al ver mi llegada negó con la cabeza mientras trataba de ponerse de pie con la ayuda de las muletas.

— No te preocupes, mi cielito — comentó haciendo que me preocupe debido a que él era alguien que solo me llamaba cielito cuando la situación era grave — Ya todo se solucionará — gruñó mientras miraba con saña las bandas amarillas en la puerta de nuestra casa que nos impedía pasar.

Realmente, nos habían arrinconado a un callejón sin salida, la única opción era doblegarse, pero, eso era algo que me haría entrar en un camino sin retorno del que difícilmente podría salir.

Por un lado, estaban mis sueños, mi libertad y mi vida, por el otro estaba la vida de mis padres, sus sueños y futuro.

Estaba entre la espada y la pared, yo no quería sacrificarme, pero esa era la única solución en este momento, porque podía ver que esto no iba a terminar hasta que aquella asquerosa mujer obtenga lo que desea.

— No te preocupes, mi niña, Carla dijo que nos iba a prestar un cuarto, esto, esto terminará pronto — anunció mi madre con la mirada decaída, sus ojos que en el pasado eran tan brillantes como el azul del mar, en este momento se veían opacos, ella parecía alguien que había pasado por demasiadas vicisitudes en la vida, parecía que había envejecido un par de años.

Guardé un suspiro mientras me agachaba a recoger las cosas que había en la calle bajo el escrutinio de los vecinos. Me sentí muy impotente cuando recogí el televisor roto que tanto esfuerzo le había tocado comprar a mi padre.

Negué con la cabeza, como hace tan solo unos pocos días habíamos planeado ir por tres días a las fuentes termales para festejar mi graduación, sin embargo, todos esos planes ahora se veían ensombrecidos bajo una oscuridad permanente.

Yo solo tenía dieciocho años, pero en este instante me sentí como si tuviera demasiados años, que el peso en mi espalda era algo difícil de cargar.

— Frida, ¿qué pasó? — cuestionó una voz sacándome de mis pensamientos.

Suspiré al ver la aparición de mi novio Aegean Stanford.

Él era alto, casi de 180 cm, sus ojos eran de color miel, tan parecido al oro, su cuerpo era fornido, a pesar de que a simple vista parecía alguien del que no te podías acercar, sin embargo, cuando hablabas con él y lo llegabas a conocer, te darás cuenta de que él era alguien dulce y amable.

La expresión en su rostro estaba llena de incertidumbre, Aegean bajó rápidamente de su bicicleta mientras ayudaba a mi padre a levantarse.

— ¿Qué le pasó, señor Alfred? ¿Por qué sus cosas están así?

Antes de continuar con sus otras preguntas, aquel joven de ojos color miel se detuvo como si supiera que con cada palabra que salía de sus labios le estaba echando más sal a nuestra herida.

Cuando llegó a mi lado suspiro por un momento antes de abrazarme, bueno, este realmente se sentía como si fuera nuestro último abrazo.

Él y yo recién habíamos empezado a salir. Aegean había estado persiguiéndome durante el último año de instituto, luego de pensarlo por un tiempo acepte salir con él, aunque lo apreciaba y sentía que lo quería, no podía estar segura de que los sentimientos que profesaba por él sean de amor. Realmente no estaba segura de nada, más que de terminar de una vez con el infierno que estaban viviendo mis padres.

Así que con el corazón palpitando me aleje de aquel chico de sonrisa dulce, después de todo, no podía arrastrar su futuro debido a lo que estaba sucediendo en mi vida, así que cerré los ojos por un momento antes de soltar aquellas palabras que se hundieron en lo profundo de mi alma, debido a que eran una condena para mí.

— Terminemos — solté haciendo que el ambiente se torne silencioso.

El cielo se encontraba nublado, al igual que mis sentimientos llenos de contradicción, realmente, deseaba ser egoísta y dejar que mis padres solucionen sus problemas mientras disfrutaba mi vida, pero no podía hacerlo, me era imposible, no podía hacer la vista gorda como si todo esté desastre en el que se había convertido nuestras vidas no tuviera nada que ver conmigo, quizás si alguna otra persona se encontrará en mi lugar, tal vez podría empatizar conmigo o a su vez solo me dijera lo estúpida que estaba siendo.

— Cariño, no estarás pensando hacer lo que creo que…

Al ver mi mirada decidida detuvo por completo sus palabras porque ella podía ver que esta era una decisión que había tomado y ya no había vuelta atrás, además ella podía ver que esto era lo único que podíamos hacer frente a este abrumador desastre que nos había arrinconado como animales salvajes frente a los inescrupulosos cazadores.

La única opción que teníamos era ceder porque no importa cuánto luchemos, no podíamos ganar, nos era imposible hacerlo.

Aegean me miró como confundido, podía entenderlo, después de todo, hace solo un par de días habíamos planeado irnos a la playa antes de iniciar la universidad, pero ahora todos esos pequeños planes futuros debían cambiar porque entre él y yo ya no había un futuro.

— ¿Por qué dices eso? ¿Qué hice mal?

Aegean me cuestionó haciendo que mi corazón se sintiera sofocado.

— No hiciste nada mal, es solo que…

Guardé silencio mientras pensaba en que decirle, lo mejor era romper sus esperanzas por completo, no podía dejarlo colgando, lo mejor era decirle la verdad.

— Nosotros no podemos estar juntos, debido a que me voy a casar — solté tratando de parecer normal — Tú…

— Sobre mi cadáver — espetó mi padre con la voz quebrada — Cielito, solo tienes dieciocho años, estás, son cosas de adultos en la que no puedes interferir, no debes sentirte culpable, mi pequeña, aunque todo parezca oscuro encontraré una solución así que no tomes está decisión absurda solo porque…

— Lo haré — lo interrumpí haciendo que sus ojos cafés me miren llenos de remordimiento — Lo haré — aseguré mientras me alejaba de ellos con pasos pesados.

Es verdad, solo tenía dieciocho años, aún no había terminado de vivir mi vida e iba a entrar a un mundo al que no pertenecía.

Detrás de mí escuché los gritos de mi padre y de mi madre, así como el suave murmullo de Aegean queriendo que le expliquen lo que estaba pasando, luego, no escuché nada debido a que enfrente de mí se encontraba una camioneta negra con un grupo de cuatro hombres vestidos de negro, los mismos que me habían estado persiguiendo, el que parecía ser el líder se bajó las gafas oscuras haciendo que apreciará el iris verdes de sus ojos tan parecidos a las esmeraldas.

— Esta es la mejor decisión — soltó antes de bajar del auto y abrirme la puerta como alguna clase de caballero de la edad media.

Suspiré antes de entrar.

Bueno…

Esta historia recién acaba de empezar.

Nota de autora.

He estado desaparecida por algún tiempo, sin embargo, aqui les traigo una nueva historia llena de giros y drama. Les comento que ya está completa y que estaré subiendo cinco capítulos por día, como son menos de 30 la acabaremos rápidamente, por favor dejen comentarios debido a que esos me animan a seguir escribiendo ~

Recuerden mis pequeñas hadas que está historia es de mi propia autoría así que todos sus derechos son reservados ~

PD: Empezaré a actualizar las otras novelas que tengo pendiente, estoy llena de energía ~

Más populares

Comments

Martha Gomez

Martha Gomez

Me gusta bla introducción veremos qué sigue.

2024-06-18

1

Rosi Martinez

Rosi Martinez

vamos a ver 👀 como sigue esta situación....

2024-01-31

1

KAMELIA

KAMELIA

Promete ser interesante, veamos el desarrollo

2023-12-09

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play