Capítulo 7: Pequeña Mentirosa

Tras aquel episodio, Aidan y yo empezamos a llevarnos de mejor manera, en las mañanas le ayudaba con el desayuno para luego ir al jardín a leerle un libro, en el almuerzo lo ayudaba con sus alimentos mientras le platicaba sobre mi vida, aunque debido a la identidad que estaba adoptando algunas partes fueron omitidas y otras un tanto exageradas, en cuanto a la tarde, en esas horas de ocio colocaba un poco de música hasta la hora de la cena.

Aunque al principio me mostré algo reservada, al final me dejé llevar e hice mi propia sala de karaoke, después de todo, Aidan solo se burlaba de mis tonos desafinados, sin embargo, no había hecho nada para detenerme, así que no guardé ninguna reserva y realmente trate este lugar como mi propia casa.

Bueno, al menos traté de vivir a mi propia manera.

A pesar de que mi “esposito” aún se rehusaba a recibir tratamiento, ciertamente su aspecto feroz había sufrido un cambio, no sabía en dónde, pero podía ver que él estaba haciendo lo posible por llevarse bien conmigo, aunque al final siempre me trataba como una enfermera no como su esposa, bueno, eso estaba bien conmigo.

Pero…

Cuando llegaba la hora de dormir, todo era un caso diferente debido a su mal modo de acostarse.

La primera noche que dormimos bajo la misma sábana, él se comportó como alguna especie de doncella, mientras que ante sus ojos me había convertido en alguna especie de rufián que lo quería desflorar. Él era demasiado quisquilloso con esto y aquellos que por un momento contemplé la idea de dormir en el suelo para ver si así se calmaba, pero al final desistí al ver que ya no tenía nada más que decir.

Luego de escuchar más de una docena de veces sobre los límites que no debía cruzar, pude conciliar el sueño, una vez más aquel joven, que solo minutos atrás había cercado su lado como si me fuera a aprovechar de él, rodó hasta mi lado para luego adherirse a mi cuerpo como alguna especie de parásito.

Aunque intenté alejarme de él fue una lucha inútil, él era inmovible, así que solo opté por dormir, sin embargo, a la mañana siguiente, cuando se dio cuenta de que otra vez estábamos abrazados, él muy ruin, se comportó como si él hubiera sido el perjudicado.

¡Cielos!

Y esta escena se repitió por más de una semana, hasta que aceptó a regañadientes que él era el que estaba en el error luego de que Adám se lo confirmará.

En cuanto a Adám, al final opté por decirle de manera sutil a Edén sobre su negligencia, sin embargo, lo único que obtuve fue decepción debido a que su comportamiento desapasionado era normal, además debido a su identidad ahora que yo estaba no necesitaba hacer ningún esfuerzo real, es decir, Adám no era un enfermero, él era solo uno de los guardaespaldas de Aidan que se vio obligado a asumir aquel papel debido a que Aidan se comportaba de una manera atroz haciendo que el trabajo de aquellas personas sea imposible de realizar.

Y como yo ahora era su esposa, Aidan ahora pasaba a mi cuidado, aunque quise negar esta carga, al final tuve que aceptar a regañadientes, después de todo, se supone que esta era mi parte del trato.

Así que después de escuchar su explicación me quedé muda, sin embargo, en señal de protesta durante todo este mes, Adám, aquel guardaespaldas con serios problemas, fue tratado como aire por mi parte.

No podía aceptar como él leía revista mientras yo era utilizada como un audiolibro, ni tampoco como comía sin ninguna carga cuando yo me encontraba con los nervios de punta, eso era tan injusto. Realmente, la personalidad de este guardaespaldas no era de mi agrado.

Bueno, aunque siendo sincera, solo estaba siendo envidiosa.

— Enfermera, repite de nuevo el concepto del PIB y el PNB — comentó Aidan haciendo que saliera de mis pensamientos.

Por un momento no supe de qué hablaba hasta que mire con un ligero dolor de cabeza la serie de abreviaturas que se encontraban en aquel libro.

Este esposo mío realmente amaba la economía, desde que había llegado había tratado de cambiar de libro e incluso quise engañarlo bajo la excusa de que el libro se había terminado, pero fue algo imposible.

Aunque Aidan era ciego, no era para nada tonto, así que todos mis pequeños planes se vieron interrumpidos antes de siquiera mencionarlos. A veces me preguntaba para qué tanto estudiaba, sin embargo, nunca expresé mis pensamientos.

Cuando terminé de leer el concepto de aquellos términos, Aidan sonrió con satisfacción, era como alguien que había ganado un premio.

— El PIB ciertamente es un medidor importante para establecer la riqueza de un país, pero no lo considero el más apto, claramente hay muchas variables que no se toman en cuenta como el dinero obtenido ilegalmente — continuó hablando mientras enumeraba un montón de indicadores de los que no tenía idea que existían — ¿Cuál crees que es mejor entre todos?

Bueno…

— El PIB — solté por inercia haciendo que Aidan frunciera los labios.

¡Oh, no!

— Enfermera, has estado leyendo durante mucho tiempo, pero aún no se te han quedado los conceptos más básicos — soltó haciendo que me sintiera culpable — Creí que tú y yo teníamos una conexión, pensé que nos unía nuestro amor por la economía, he estado aguantando tus berridos debido a esto y ahora me vienes con que no sabes de lo que habló, no lo puedo creer.

Al escuchar su estallido me mordí en labio mientras buscaba una excusa para mi negligencia, pero no encontré ninguna.

— No es así — empecé.

Aidan espero que continuará hablando, pero no pude decir nada más.

— Eres una farsante — dijo mientras se cruzaba de brazos — En realidad, no eres una enfermera, sino una vil mentirosa.

— Técnicamente soy tu esposa…

Traté de corregirlo, pero debido a su mirada abrazadora tuve que guardar silencio.

— Ese no es el punto, así que explícate — dijo en tono grave.

Yo no sabía qué decir, así que opté por la verdad.

— Cuando leo apago mi cerebro y mientras solo hago pienso en otras cosas que no logró concentrarme en lo que estoy haciendo, esto principalmente se debe a que para mí la lectura es sinónimo de entretenimiento y leer sobre la ley de la oferta y la demanda no es algo divertido para mí — señalé.

Aidan se mantuvo en silencio por un momento, parecía estar pensando seriamente algo.

— Pequeña mentirosa, ya que no te interesa la economía, utilicemos el tiempo que nos queda para que leas algo que te guste — musitó con un leve sonrojo.

Este sujeto, cuando se comportaba de esta manera, hacía que algo en mi interior se caliente.

— Está bien, pero deja de llamarme pequeña mentirosa — pedí mientras tomaba mi celular y entraba a una aplicación de lectura.

— No lo haré, así que deberías acostumbrarte.

No seguí con el tema debido a que no iba a obtener nada, yo era alguien que sabía muy bien que batallas podía luchar y cuáles ganar y durante algún tiempo había descubierto que la mejor manera Lara contraatacar a Aidan era ignorarlo o actuar de manera lamentable.

Así que solamente opté por empezar a enseñarle la verdadera literatura.

— ¿Qué diablos estás leyendo? ¿Cómo esta persona escribió sobre seres que nunca ha visto? ¿Qué pasa con la gente en ese pueblo? ¿Qué pasa con esos hermanos de apellido Bommer? ¿Cómo es que son cazadores y vampiros a la vez? ¡Esto es lo que lees! Pequeña mentirosa, has hecho que te vea bajo nuevos ojos.

Bueno…

Entendía su punto, pero no podía aceptar que despreciará mis gustos, así que sin pensarlo dos veces contraataque.

— Bueno, esto es lo que me gusta, así que nadie tiene nada que hacer y ya vámonos el almuerzo estará listo pronto.

Cuando terminé de hablar, rápidamente tomé su mano impidiendo que diga una sola palabra, ante mi gesto él soltó una risa llena de malicia mientras se dejaba arrastras por mí. Sin embargo, cuando llegamos a la mesa del comedor no pude evitar detener mis pasos debido a que enfrente de mí se encontraba Edén, el hermano mayor de Aidan.

— ¿Por qué te detienes? ¿Acaso viste un fantasma?

Antes de que pudiera decir alguna palabra tuve que morderme la lengua ante el movimiento de cabeza de Edén.

Parecía que él deseaba que su hermano no se diera cuenta de su presencia.

— Es solo que vi una cucaracha — dije con la voz un tanto nerviosa.

Edén ante mis palabras levantó una ceja haciendo que mis piernas se sintiera suaves.

Aquel hombre realmente parecía un malvado villano.

— ¿Dónde está? La mataré, no tengas miedo — cuestionó Aidan mientras me tomaba la mano — Aunque no lo sabes, cuando era un adolescente me gustaba coleccionar insectos, sin embargo, siempre que veía una cucaracha no podía evitar querer aplastar su sucio cuerpo, era algo que me llenaba de satisfacción.

Bueno, no creo que puestas aplastar a esta cucaracha sin morir en el intento.

Pensé para mis adentros.

— Ya se escapó — mencioné mientras lo arrastraba a su asiento.

Aidan chasqueo la lengua como si estuviera decepcionado antes de empezar a palpar la mesa.

— Hay camarón — comentó mientras se lamía los labios — Parece que hicieron platillos ligeros, así que come tu comida con tranquilidad, por cierto, no dejes que Adám te quite los camarones, ese tipo no tiene conciencia.

Justo cuando le iba a decir que tendría cuidado el plato sus tenía enfrente de mí, desapareció en un parpadeo.

— Muy tarde, pequeño jefe — comentó Adám mientras se iba corriendo.

¡Diablos!

— Ese embustero — lo regañó Aidan — Pequeña mentirosa, solo pide más de seguro ha de haber una porción más.

— No te preocupes, no quiero incomodar — luego de decir aquello lo ayude a beber su papilla antes de concentrarme en mis platos.

El ambiente se volvió un poco asfixiante ante la presencia del gran jefe, lo que me dificultaba un poco comer.

— ¿Por qué estás tan callada? — cuestionó Aidan para luego depositar una decena de camarones pelados en mi plato, sin embargo, debido a su problema de visión los coloco en la bandeja en dónde tenía la papilla — No estés triste, le diré a Edén que le baje el sueldo a Adám por intimidarte.

Ante su preocupación no sabía si reír o llorar, pero lo que si estaba seguro es que al ver aquella docena de camarones que había pelado con esmero mi corazón fue conmovido.

— ¡Gracias! — susurré mientras miraba como su expresión se iluminaba ante mis palabras.

Cuando el almuerzo llegó a su fin, Adám apareció y bajo la excusa de cambiarlo de ropa alejó a Aidan de mi lado.

— Veo que fue una gran idea que usted se ocupará de mi hermano, gracias a usted pude ver a un Aidan que no había visto durante mucho tiempo — dijo con melancolía.

Edén se levantó de la mesa para luego acercarse a mi lado.

— No ha habido ningún movimiento en la tarjeta que le di, tampoco a hecho ninguna demanda, por lo que debo recordarle que usted también es parte de esta familia y puede disponer de lo que mejor le convenga. Además, me gustaría que trate de insinuarle a Aidan sobre la cirugía.

Cerré los ojos por un momento antes de hablar.

— No hay nada que necesite realmente, la única petición que le haré es que cuide de mis padres, no quiero que se vean envueltos en ningún tipo de drama.

Edén suspiró ante mis palabras.

— Frida, tus padres están bajo buen recaudo — dijo mientras me daba una sonrisa que parecía amable, sin embargo, debido a su identidad, la sentí algo amenazante — Solo sigue tratando a mi hermano con todo tu corazón. Él parece tener sus barreras bajas ante ti.

Baje la cabeza mientras recordaba todos los momentos que había pasado junto a Aidan.

Aquel esposito mío que a veces se comportaba como un niño.

Realmente deseaba que se recupere, no quería verlo recaer en su propio autodesprecio, por eso, no pude evitar preguntarme lo que le había pasado para qué actuará de aquella forma tan irrazonable.

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Comments

H. Parra

H. Parra

va muy bien la historia, gracias

2024-09-12

0

Martha Gomez

Martha Gomez

Linda novela divertida y entretenida.

2024-06-18

1

Ana Lilia Hernandez

Ana Lilia Hernandez

M encanta esta historia

2024-04-01

2

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