Capítulo 17: Perdón

Luego, con pasos pausados se acercó hasta donde estábamos Aidán y yo.

Edén se agachó hasta nuestra altura antes de estrechar a Aidán entre sus brazos, el cual ante esto mostró una expresión llena de temor. Parecía que no esperaba que su hermano mayor estuviera aquí.

— ¿Qué debería hacer contigo? — cuestionó Edén con la voz ronca.

Aidán sollozó con más fuerza ante sus palabras.

— Lo siento, lo siento, lo siento…

Aquel joven de ojos vendados repetía aquellas palabras como si fuera lo único que supiera decir.

Pero…

Ese lo siento estaba cargado de un sentimiento de angustia total. Como si fuera una emoción que no pudiera soportar.

Mi chico roto.

— No tienes por qué disculparte, no tienes la culpa de nada — comentó Edén — Eres una víctima más.

A pesar de las palabras de Edén, Aidán siguió sollozando mientras negaba con la cabeza, su autoculpa estaba tan arraigada a sus huesos que ahora que alguien le ofrecía absolverlo le era imposible aceptarlo.

Después de todo, él desde hace mucho tiempo se creía culpable que ahora que alguien le decía que era inocente no podía aceptarlo, era como un reo que solo esperaba la muerte.

— No, yo fui quien los mató, sino fuera por mí…

Aidán detuvo por completo sus palabras debido al golpe que le propinó Edén en la cabeza.

— No eres culpable, Aidán. La única persona culpable es la que ocasionó el accidente, no puedes seguir viviendo así, cargando un pecado que no te pertenece. No deberías condenarte a ti mismo de ese modo, Aidán.

Aidán guardó silencio mientras escuchaba las palabras de su hermano mayor.

Edén hablaba con voz severa, sin embargo, podía ver por su expresión que esto era demasiado doloroso para él. Después de todo, había descubierto los enredos que mantenían a su hermano atado a una vida llena de autodesprecio, incluso si quisiera vengarse de la persona que hizo todo esto no puede hacerlo debido a que está estaba muerta.

Cómo se estaba sintiendo en este momento era algo imposible para mí expresar en palabras.

Después de todo, yo solo era una espectadora más, porque este momento solo le pertenecía a Edén y Aidán.

Aquellos hermanos que por azares del destino habían llevado una relación indescriptible, llena de malos entendidos y de acciones cuestionables que después de tantas idas y venidas podían abrir sus corazones y compartir sus pensamientos.

Pero…

Al ver cómo este par hablaban me sentí feliz porque por fin iban a resolver todos sus malos entendidos.

— Debes perdonarte a ti mismo, hermano, ese accidente es algo que no estaba en tus manos para detener, es verdad que fue doloroso, además de una perdida irreparable que siempre nos acompañará, pero no tienes la culpa, así que no es tu cruz para cargar.

Aidán suspiro ante sus palabras.

Luego empezó a hablar con la voz llorosa.

— Perdóname hermano por haber hecho que te preocupes por mí, es solo que cada vez que estaba en tu presencia no podía evitar sentirme culpable por todo lo que has perdido por mi causa, aunque sé que tienes razón en cuanto a lo que dices, sin embargo, pasará un tiempo hasta que pueda perdonarme a mí mismo, yo…

Edén acarició su rostro antes de mirarme haciendo que me sorprendiera debido a su mirada repentina.

No tuve tiempo alguno de interpretar su mirada debido a que luego giró su rostro y volvió a mirar a Aidán.

— Tómate el tiempo que necesites, yo estaré esperando por ti siempre porque eres lo único que me queda, Aidán, tampoco debes olvidarte de tu esposa, sé que ella te ayudará a sanar todas tus heridas.

Luego de decir aquello, se levantó del suelo antes de darle unos suaves toques en la cabeza a Aidán.

— Debo irme ahora, pero volveré más tarde, niño tonto, espero que cuando regrese te encuentres bien y no pienses en estas cosas desordenadas.

Tras decir eso me lanzó una mirada antes de irse.

Era como si me estuviera diciendo: — Te dejó a cargo.

Bueno.

Ciertamente lo estaba.

Después de que Edén se fuera, me acerqué a Aidán mientras le tendía la mano con la intención de ayudarlo a que se levante.

— ¿Crees que no tengo la culpa? — cuestionó en un hilo de voz.

Al escuchar su pregunta lo miré con una mirada indulgente mientras suspiraba.

— No eres culpable de nada, Aidán — susurré — Lo que pasó con tus padres no es algo que pudieras haber previsto, ni evitado, tampoco eres culpable de que aquella persona se obsesione contigo y no acepta un no por respuesta.

Aidán suspiró.

— Aunque lo sé en mi interior, sin embargo, estos sentimientos de autodesprecio no pueden ser desvanecidos fácilmente. Yo no puedo dejar de sentirme culpable.

¡Este chico!

Cerré los ojos ante sus palabras mientras pensaba para mí misma que estaba bien debido a que yo lo ayudaría a sanar.

Después de todo, las grietas en su corazón eran tan grandes que con goma no bastaría para cerrarlas.

Tal vez solo el tiempo las repararía.

— Sabes, Aidán deberías sonreír más, tienes muchos más motivos para sonreír que por los que estar triste — susurré mientras lo abrazaba.

Luego de aquel encuentro de corazón a corazón las cosas fueron un poco diferentes.

Empezando por el témpano de hielo de Edén que ahora se había derretido convirtiéndose en un lago cálido.

Edén, que la mayoría del tiempo la pasaba afuera, ahora se encontraba todos los días en casa, parecía que él había sabido que su presencia importunaba a su hermano en el pasado, por lo que le había dado su espacio, sin embargo, ahora que habían resuelto sus malos entendidos no tenía que hacer aquello, por lo tanto, pasaba cada segundo de su tiempo junto a Aidán.

Olvídate de su apariencia fría, incluso de su personalidad extraña, este chico con su hermano era más pegajoso que una goma de mascar.

Pero…

Aunque estaba feliz de que su relación se haya reparado, no podía al mismo tiempo estar feliz debido a que aquel tipo se había convertido en una espina en mi costado, debido a que aquel sujeto amaba interrumpir nuestro tiempo juntos, nuestro mundo de dos personas había sido destruido por completo y ahora el único momento en que el Aidán y yo teníamos tiempo para permanecer juntos era cuando íbamos a dormir, pero no era lo mismo.

Las mañanas de lectura fueron cambiadas a mañana de autoaprendizaje, las tardes de música fueron cambiadas a más autoaprendizaje, a este paso sentí que iba a transformarme en alguna especie de genio.

Extrañaba el tiempo en él solo pasábamos Aidán y yo juntos. Ahora, con la presencia de Edén, sentía que éramos supervisados por un superior.

Antes era más chévere.

Por eso decían que era fácil invitar a un dios, pero sacarlo era difícil.

En fin, solamente era cuestión de acostumbrarme a su intromisión, además de que no sería para siempre, ese era mi mayor consuelo.

— Mira, la curva de la oferta es de manera ascendente, mientras que la curva de la demanda es descendente, a mayor demanda menor oferta, a su vez a mayor oferta menor demanda — explicó Edén con una sonrisa.

Aidán que estaba loco por la economía mundial, sonrió como si este fuera su héroe, no dudo que pensará eso de su hermano.

Este par de hermanos parecían un par de niños pequeños.

¡Cielos!

— Viste, enfermera, aprende de mi hermano — musitó Aidán haciendo que frunza los labios.

Edén levantó la ceja ante sus palabras, parecía querer decir algo, pero al final negó con la cabeza haciendo que lo miré con duda.

Miré al pequeño cachorro de león que se encontraba en mi regazo y no pude evitar suspirar.

Pronto llegó el día en el que debíamos ir al cementerio, el cielo se veía oscuro como si una tormenta estuviera a punto de comenzar, casi similar a las emociones que se reflejaba en el rostro de Aidán.

La sonrisa discreta que adornaba su rostro la mayor parte del tiempo había desaparecido por completo, este esposo mío mantenía una expresión severa como si estuviera a punto de ir al campo de batalla, en su mano derecha sostenía una rosa blanca que hacía juego con la rosa roja que sostenía Edén en sus manos.

El trayecto hacia el cementerio fue largo, quizás duró cerca de dos horas o incluso más, sin embargo, cuando llegamos fue casi cerca del mediodía.

Realmente podía ver que la condición de Aidán estaba deteriorada, sus pasos eran mucho más tambaleantes de lo normal, su cuerpo la mayor parte del tiempo estaba frío y tembloroso como si en cualquier momento se pudiera derrumbar.

Me encontraba realmente preocupada por él, quería ayudarlo, pero no sabía cómo, lo único que podía hacer por él era sostener su mano.

Y aunque al final, Aidán había revelado su corazón y mostrado lo que apesadumbra su alma, él todavía no se había perdonado así mismo, a pesar de que podía ver que trataba de aparentar que lo había hecho, sin embargo, a mí no me podía engañar.

Él aún se encontraba debajo de esa nube de pesimismo y autodesprecio, aún no se había perdonado así mismo.

¡Cielos!

Al mirar el cementerio no pude evitar sentirme melancólica debido a lo que estos representaban para las personas que lo visitaban.

El sentimiento de pérdida y desesperación era algo que se podía ver a diario, después de todo, en este mundo había muchas más personas muertas que vivas.

Adám, aquel guardaespaldas con serios problemas de negligencia lanzó un suspiro algo incómodo mientras se llevaba las manos al pecho.

Bueno…

Parecía que este tipo le tenía miedo a los cementerios debido a que miraba hacia todos lados como si alguien lo estuviera persiguiendo.

— Gran jefe, mejor los espero afuera, yo no…

Adám tuvo que detener sus palabras debido a la mirada llena de ira que le dedicó Edén.

Quise reírme de su cara llena de agravios, sin embargo, tuve que contenerme, después de todo, este era un momento serio.

Cuando llegamos al lugar en el que se encontraban enterrados, los padres de Aidán no pude evitar suspirar debido a que había una foto de ellos, en dónde pude ver qué Aidán había sacado la belleza de su padre, mientras que Edén la belleza de su madre.

Tuve que salir de mis pensamientos debido a que Aidán empezó a hiperventilar, su respiración se mostraba nerviosa como si en cualquier momento podría dejar de hacerlo.

— ¡Algo le sucede a Aidán! — proclamé haciendo que Edén se acerque rápidamente a nuestro lado.

— ¡Está teniendo un ataque de pánico! — exclamó Edén.

Luego, como si esto hubiese pasado demasiadas veces en el pasado, él tomó la mano de Aidán mientras le susurraba algunas palabras al oído.

Pronto, Aidán volvió a la normalidad, aunque su tez se mostraba pálida.

— Siento haberlos preocupado — susurró mientras se inclinaba ante el suelo — Perdón — añadió en un susurro.

Pero…

Esta palabra no fue dicha para que la escuchara alguien vivo sino que fue dicha para que aquellos que ya habían dejado este mundo la puedan oír.

Ver a Aidán sollozando de manera silenciosa, me dejó un mal sabor de boca.

Tras algunos segundos, Edén se arrodilló en el suelo tal como lo hizo Aidán e inclinó su cabeza en un intento de súplica.

— Perdón por no cuidar de Aidán, perdónenme por haberlo dejado sufrir en silencio.

Al escuchar sus palabras sentí que este era un momento que no debía presenciar, sentí que esto era algo que solo ellos dos debían hacer, después de todo, eran sus sentimientos y miedos los que estaban mostrando en este momento.

Edén junto con Aidán se mantuvieron en aquella posición durante mucho tiempo, incluso cuando el sol se colocó en lo alto del cielo, era como si al estar así quisieran purgar todas sus penas, solamente cuando Aidán mostró signo de cansancio, Edén se levantó del suelo.

Los sentimientos pesados se podían sentir en el aire, que hasta que no llegamos al restaurante no pude emitir alguna palabra.

En realidad, ni siquiera sabía qué decir.

Después de comer, justo cuando íbamos hacia nuestros vehículos sucedió algo que casi me hizo vomitar lo que había comido, no sabía cómo, pero un vehículo corría a una velocidad alarmante hacia nosotros, era como si no tuviera frenos.

— ¡Cuidado, un auto! — gritó Edén tratando de llegar hasta Aidán, sin embargo, él estaba demasiado lejos como para salvarnos.

Aidán al oír aquellas palabras se quedó pasmado como si se hubiera detenido el tiempo, sin embargo, este seguía avanzando.

No sabía cómo o incluso si lo supiera, no sabría cómo explicarlo, pero tire rápidamente de la mano de Aidán hacia mí y nos impulse hacia la acera, justo segundos antes de que aquel carro se estampara contra un póster.

Luego todo se volvió oscuro y no supe nada más de lo que había pasado.

Nota de autora:

Esta novela se terminará en esta semana, tal vez este actualizando entre tres o dos capítulos jaja tuve que reordenar mi tiempo porque me salió una ocupación que no puedo abandonar :( en fin, muchas gracias por leer, disfruten de la historia de Aidán y Frida.

PD: Ya estamos entrando en las etapas de revelaciones jeje

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Comments

Lili

Lili

No puedo dejar de leerla....

2025-01-13

0

Mirian Mendoza Gutierrez

Mirian Mendoza Gutierrez

está súper linda la historia. quien será el que le quiere hacer daño a eidan

2024-05-07

4

Diana Gpe Martinez

Diana Gpe Martinez

no creo que sea coincidencia

2023-10-22

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