Capítulo19: Los he extrañado tanto

Después de escuchar aquello bajo la ayuda de Edén, me dirigí hacia la habitación en la que se encontraba Aidán.

Me quedé afuera esperando para poder verlo, sin embargo, no pude evitar sentirme decepcionada cuando luego de esperar cerca de una hora saliera Edén y me diera la noticia de que Aidán no deseaba hablar conmigo por el momento.

No pude evitar preguntarme si había hecho algo mal, sin embargo, luego de descubrir la razón, lo único que deseaba era darle un golpe a ese tonto chico.

— Él me dijo que se quería hacer la cirugía y no quería hablar contigo hasta que te pueda ver con sus propios ojos, Aidán dijo que lo esperes.

Espera…

¿Qué iba a hacer Aidán?

— Ya he hablado con el doctor para evaluar su condición y verificar si hay algo que hacer debido a que Aidán sufre de episodios de ataques de pánico, además en el pasado tenía una pequeña afección en el corazón debido a esta condición nunca pude obligarlo a aceptar la cirugía — explicó Edén dejándome anonadada.

Él iba tan rápido que apenas podía seguirme el ritmo.

— Aidán se va a operar — mencioné emocionada — Esa es una gran noticia, yo…

Iba a decir que quería verlo, pero luego de recordar las palabras de Edén no pude evitar desinflarme como alguna especie de globo.

— Al menos tardará un mes si todo está en orden, si hay cosas que resolver será acerca de tres meses — comentó con emoción.

Aquel joven que cuando estaba serio parecía un témpano de hielo, ahora se veía demasiado cálido y accesible que me pregunté si este era el Edén Cassano, el Gran jefe malévolo del que siempre se jactaba Adám.

— Eso es mucho tiempo — le dije — Yo quiero estar a su lado, ayudarlo…

Edén detuvo por completo mis palabras con su mirada.

— Todo estará bien, Frida — mencionó mientras me daba unas palmadas algo incómodas en la cabeza — No te preocupes, respeta los deseos de mi querido hermano, él realmente te tiene en su corazón, él me contó…

Edén detuvo por completo lo que iba a decir y solo sonrió para luego hablar.

— Cuando él recupere su vista, él te lo dirá, pero déjame decirte que sé que has estado preocupada en cuanto a la identidad que tienes ante él, pero mira, eso es lo de menos, mi hermano nunca ha sido una persona superficial, a él le gustas porque eres tú, le gusta tu interior, no quién se supone que eres, así que no pienses demasiado las cosas y mejor visita a tus padres en este tiempo que ellos te han de extrañar.

Ante lo que Edén acababa de decir no tenía nada que agregar o protestar.

Después de todo, ellos ya habían tomado una decisión.

En cuanto a sus palabras acerca de mi identidad, aunque me dieron algo de consuelo, no podía evitar sentirme intranquila debido a que ya sea bajo la situación que sea le había mentido a Aidán.

Sin embargo, esperaba que Edén tenga razón y que al final Aidán no se moleste por haberlo engañado usando la identidad de otra persona.

¡Ah!

Es que cuanto más pensaba en ello, más miserable me sentía, aunque al final no tenía la culpa de aquello, pero de nuevo era culpable al mismo tiempo.

Miré a Edén por última vez antes de asentir.

— Está bien, lo estaré esperando — susurré — Volveré con mis padres, sin embargo, no dejes de enviarme noticias sobre Aidán, es lo único que te pido.

Edén asintió.

— Está bien, ya sabes, Frida, ahora eres mi familia, así que cualquier problema que se presente en tu puerta no dudes en llamarme, lo resolveré por ti.

Lo miré confundida ante sus palabras antes de volver bajo la ayuda de Adám hasta mi habitación.

— Pequeña jefa, no este triste, el Pequeño jefe decidió esto debido a que es un gran tonto.

¿Qué?

Estabas tratado de consolarme o hacerme enojar.

No pude evitar mirar mal a Adám cuando lo escuché decir aquellas palabras.

Este chico no cambiaba, aún seguía actuando como quería. Además, aún no le tenía ni una pizca de respeto a Aidán.

Ignoré por completo sus palabras mientras buscaba mi teléfono móvil para decirles a mis padres que los iba a visitar durante algún tiempo.

Solo cuando terminé de hablar con mi madre me di cuenta de cuánto la había extrañado.

Aunque la mayoría de las veces hablaba con ella por celular, no era lo mismo que verla, desde ya mi corazón esperaba nuestro reencuentro con anticipación.

No pude evitar preguntarme si así me sentiría cuando volviera a ver a Aidán.

Luego de unos días bajo la compañía de Adám fui dada de alta del hospital, después me dirigí hacia la casa de mis padres.

El trayecto se me hizo eterno, me sentía ansiosa por verlos, después de todo nunca había estado demasiado tiempo separada de ellos. Además, tampoco podía evitar estar nerviosa debido a que desde que había salido de casa no había cruzado palabra alguna con mi padre, así que no sabía si aún seguía enojado conmigo.

Esperaba que no.

Cuando llegué a casa mi corazón ya se había calmado por completo.

Observé con nostalgia el pequeño balcón de mi casa en el que había pasado la mayor parte de mi vida.

Adám a mi lado suspiro con alivio antes de hablar.

— Pequeña jefa, su casa luce muy diferente de lo que había imaginado.

— ¿Cómo se supone que debería ser mi casa? — le pregunté.

Adám me miró por un momento como si estuviera sopesando si lo que iba a decir estaba bien o mal.

— Bueno, el Gran jefe mencionó que usted provenía de un nido de víboras — señaló haciendo que levante una ceja.

¡Víboras!

Quizás Edén se refería a la familia Maxwell.

Porque esas eran las únicas víboras que había conocido, tan crueles y letales que eran capaces de comerse entre ellas.

— Bueno, no lo son, gracias por traerme y Adám — llamé su nombre mientras hacía contacto visual — No te olvides de llamarme si algo le sucede a Aidán.

Adám asintió mientras me daba una mirada indescriptible.

— Pequeña jefa, las decisiones que a veces toma el Pequeño jefe son demasiadas absurdas, después de todo, ¿Cómo puede hacer que usted se aleje tranquila mientras él se encuentra en un momento crítico de su vida?

Por primera vez estuve de acuerdo con este guardaespaldas con serios problemas, realmente tampoco podía entender la razón por la que Aidán me había alejado de su lado, incluso impidiendo que lo vea o hablé con él.

Eso era demasiado extremo, sea como sea que alguien lo viera. Pero, al mismo tiempo podía entenderlo, después de todo, yo vi su sueño, así como su resolución, así que estaba suponiendo que solo quizás Aidán no quería verme hasta no sanar por completo, hasta que todas las heridas de su cuerpo como de su alma sean reparadas.

Por esa razón, yo estaba dispuesta a esperar por él, porque sabía que él me amaba, así como yo lo hacía.

— No lo pienses mucho y cuida de Ciel — le dije antes de despedirme.

Toqué el timbre de la casa y, espere un momento hasta que la puerta fue abierta l, cuando los ojos de mi madre se encontraron con los míos sin querer una sensación de tristeza me embargó.

Yo era alguien valiente, sin embargo, en los brazos de mi madre no lo era, así que cuando nos abrazamos me eché a llorar, no sabía si lo hacía de pena o felicidad. Lo único que supe es que en estas lágrimas estaban impresos todos los miedos y sentimientos que había sentido durante todo este tiempo.

— Mi niña, no llores — susurró mi madre haciendo que riera.

Al final sus palabras me hicieron recordar a Aidán y su complejo de la llorona.

— Estoy bien mamá, estás son lágrimas de felicidad, estoy feliz de estar otra vez en casa entre tus brazos — le dije.

De repente, un hombre de cuerpo robusto apareció.

— ¿Quién es…?

Mi padre al notar mi presencia sin pensarlo dos veces nos atrajo a un abrazo de tres, por un momento en mi mente apareció aquella imagen sus había visto dentro de aquel sueño, en la que Aidán se encontraba abrazando a sus padres como si no quisiera dejarlos ir nunca.

Al recordar aquello no pude evitar abrazar a mí padres con más fuerza.

— Los he extrañado tanto.

Luego de aquel conmovedor reencuentro, nos dirigimos hacia la casa en donde mi mamá me ofreció un vaso de agua para luego empezar a preguntar sobre lo que había pasado.

Mi padre se mantuvo en silencio durante todo el tiempo que les platiqué sobre Aidán, aunque mi madre ya sabía algo, al igual que mi padre escuchó cada una de mis palabras con suma atención.

Les hablé sobre lo que había pasado entre Aidán y yo, sobre el accidente que lo dejó ciego, además sobre cómo su hermano fue el principal instigador de todo este complot, aunque al final cada una de sus acciones fueron hechas con un objetivo noble. Incluso si yo hubiera estado en su lugar, también hubiera tratado de apostar por la recuperación de Aidán.

— Aunque nuestra relación no empezó de la forma correcta, en realidad, con el pasar de los días no pude evitar enamorarme de él — susurré — Él también siente lo mismo que yo, incluso en este momento se está tratando con la ilusión de recuperarse para estar juntos en el futuro.

Mi madre suspiró con alivio mientras me daba una sonrisa discreta.

— Mi niña has pasado por mucho, tomaste decisiones precipitadas sin respetar nuestra opinión, elegiste hacer lo que suponías que era correcto, hemos estado preocupados durante mucho tiempo, siempre temiendo lo peor, han sido varias las noches sin dormir, pero al final gracias al cielo regresaste sana y salva, ahora estás aquí con nosotros.

Sin querer me sentí avergonzada.

— Lo siento, en aquel entonces creí que esa era la única opción que nos quedaba, yo… yo no quería verlos sufrir por mi causa, lo siento, realmente, yo… lo siento.

Mi padre negó con la cabeza.

— Niña tonta, si las disculpas lo resolvieran todo, para qué existiría la ley, al menos todo el embrollo del matrimonio no te perjudicó, así que tuviste suerte, sin embargo, deberías reflexionar sobre lo que te hubiera pasado si el matrimonio hubiese resultado de otra manera no tan agradable para ti, créeme que nosotros como padres hubiésemos preferido morir que verte siendo ultrajada.

Mi padre cerró los ojos antes de volverlos a abrir y mirarme.

— Frida no puedes salvar al mundo si debes destruirte a ti misma, eso no es lo correcto mi pequeña, no eres una heroína de alguna novela para hacerlo, este es el mundo real y así no funcionan las cosas, así que debes reflexionar y confiar en nosotros, aunque el proceso hubiese sido difícil hubiésemos encontrado una solución, después de todo, luego de una tormenta siempre sale el arcoíris.

Ante sus palabras no pude decir nada debido a que él tenía razón, yo fui demasiado precipitada en el pasado.

Pero, a pesar de eso, no podía tener algún arrepentimiento sobre aquellas decisiones debido a que estás me llevaron a conocer a Aidán.

Mi madre me miró antes de intervenir.

— En cuanto a ese joven, esperemos que se recupere y mientras estás alejada de él también deberías pensar sobre tus sentimientos hacia él, no deberías tomar decisiones precipitadas, deberías evaluar tu corazón con calma, tratar de volver a tu antigua vida, hablar con Aegean y luego comprobar si tus emociones por él son genuinas o solo son una ilusión.

¿Qué?

Casi me rio ante sus palabras, sin embargo, sabiamente guardé silencio.

Pero…

¿Acaso mi madre pensaba que tenía alguna clase de síndrome de Estocolmo?

Ni siquiera había sido secuestrada.

En fin, acepté cada una de sus palabras mientras los abrazaba, después de todo, tal como ella había dicho el tiempo, demostraría que mis sentimientos son reales y no solo una ilusión.

Al pensar en aquel joven de ojos vendados, el deseo en mi corazón por verlo se incrementó, solo esperaba que estos días en los que estábamos alejados pasen rápido.

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Comments

Rosi Martinez

Rosi Martinez

El amor 💘 💕 siempre es complicado por mucho que uno ama

2024-01-31

2

Era

Era

😅😅😅😅😅

2024-01-05

0

Era

Era

pero esta Adán no sirve 😅😅😅

2024-01-05

0

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