Alma Mía
Había amanecido con mucho frío en un pueblito cerca de la ciudad de México, había una inmensa neblina que tapaba todos los techos de las casas.
Muy cerquita de la iglesia se encontraba una pequeña casa construida de cemento, justo allí vivía una joven muchacha hermosa de cabellos rubios naturales como el sol, llamada Topacio García.
Ella vivía con sus padres, era la única hija de ese matrimonio que tenía casi toda una vida juntos, su madre llamada Juanita y su padre Bernardo, vivían de lo poco que Topacio podía conseguirles trabajando en las casas de algunas familias pudientes del pueblo. Su madre no podía trabajar porque tenía que atender durante todo el día a su esposo Bernardo, él estaba muy enfermo y necesitaba de un trasplante urgente de médula, pero lamentablemente no tenía el dinero suficiente como para hacerle la operación, además de no poder encontrar un donante que pudiera salvarle la vida, aunque Topacio estaba dispuesta a ser esa donante, pero lamentablemente para poder conseguir el dinero ella tenía que irse a vivir fuera de allí, para así poder encontrar un trabajo en donde ganara lo suficiente para poder enviarlo a sus padres.
La madre de Topacio, tenía a una amiga que era como su hermana, ella a su vez tenía una hija que vivía en Estados Unidos específicamente en la ciudad de Miami, allí trabajaba en la casa de una familia muy adinerada y además ganaba muy buen dinero, por lo que Juanita le pidió el favor de que ayudara a Topacio a poder salir de México para así conseguir trabajo en esa misma casa donde la hija de su amiga trabajaba, y reunir el dinero necesario para la operación de Bernardo.
Milagritos se llamaba la hija de la amiga de Juanita, como cosas de Dios, ese fin de semana su amiga Soledad fue a su pueblo y aprovechó de visitar a su entrañable amiga Juanita, estando en su casa viendo la situación tan precaria por la que estaba pasando, ella enseguida le dijo a Juanita:
— Ay amiga me preocupa mucho la salud de Bernardo, cada vez está peor, además la situación que ustedes tienen es realmente preocupante, veo que a duras penas tienen para comer.
— Sí soledad, la verdad es que estoy muy preocupada porque ni siquiera puedo salir a trabajar para poder ayudar a la pobre Topacio que es la única que trae algo de comer a la casa.
— Bueno amiga no te preocupes, yo te traje algunas cosas de comida que sé que te van a servir por unos días, también le traje un poco de ropa a Topacio, que sé le va a caer muy bien porque ella es la que está saliendo a trabajar, esas cositas me las mandó mi hija Milagritos de allá de Miami, allí en la casa de familia donde trabaja le está yendo muy bien.
— Qué bueno que le trajiste algo de ropa a Topacio, ya la pobre no tiene casi que ponerse, y la verdad es que con lo poquito que gana, apenas nos alcanza para comer.
— Hablando de Topacio, quería decirte que sería muy buena idea que ya me fuera a vivir a la ciudad de Miami, así puede trabajar en la casa de familia donde trabaja mi hija Milagritos, estoy segura que si ella le recomienda la van a recibir con los brazos abiertos porque ya mi hija tiene 3 años trabajando allí y hasta los momentos le ha ido muy bien. Además sería una forma de reunir dinero para que ella los pueda mandar para la operación de Bernardo. ¿no te parece?
— La verdad es que sería una grandiosa idea, lo que pasa es que no creo que Topacio acepte irse de aquí y dejar a su padre enfermo como está.
Soledad enseguida le contestó:
— ¿Pero no te parece que hace mucho más yéndose de aquí, que quedándose en este pueblo donde no tiene ningún futuro y encima no puede ayudarlos económicamente? La verdad es que toda esta situación me preocupa grandemente, Topacio puede tener la oportunidad de trabajar y al mismo tiempo estudiar algo en lo que pueda desempeñarse más adelante, y además tal vez pueda mandarlos a buscar después y puedan reunirse todos allá en Estados Unidos como lo piensa hacer mi hija milagritos conmigo.
En ese momento entró Topacio y venía muy contenta porque en la casa donde había trabajado ese día haciendo la limpieza, la señora de la casa le había obsequiado una bolsa repleta de comida. Estaba demasiado feliz porque era suficiente como para pasar una semana sin preocuparse de comprar nada. Cuando Topacio entró a la pequeña casita, se emocionó muchísimo al ver a Soledad, ya que era como su tía y la hija de esta Milagritos era además de su mejor amiga, como si fuera su prima, ya que habían crecido juntas desde muy pequeña y había nacido en ellas una relación de mucha hermandad.
— Tía Soledad pero qué alegría volver a verte.
— ¡Ay mi muchachita qué bella estás! A mi también me da mucha alegría verte, estás hecha toda una mujer.
Juanita enseguida las interrumpió diciéndole:
— Topacio hijita, Soledad tiene que decirte algo muy importante, necesito que la escuches con mucha atención.
Topacio se quedó extrañada por la forma como le había hablado su madre, ella pensó que algo malo estaba pasando.
— ¿Pasa algo? No me asusten, ¿Por qué tienen esas caras?
Se quedaron viéndose entre ellas puesto que no sabían cómo iba a reaccionar Topacio con la propuesta que le iba a hacer su tía soledad.
Topacio estaba intrigada porque no sabía que querían decirle su mamá Juanita y su tía Soledad, las miraba a las dos ansiosa y muy temerosa porque no sabía lo que estaba pasando, hasta que les dijo:
— Pero bueno ya hablen, me tienen en ascuas, ¿Acaso le pasó algo malo a mi padre?, porque de lo contrario no sé porque tienen esas caras, ¿Acaso fue por la gallina que me robé en la casa de al lado? Pero bueno es que tenía hambre y bueno.. la verdad aquí no había nada que comer.— en ese momento Juanita la interrumpió diciéndole:
— Pero ya cállate Topacio por Dios, deja hablar a Soledad que es la que tiene que decirte algo.
— Bueno perdón mamá, es que me quedan viendo así con esa cara de reclamo y pensé que me iban a regañar por haberme robado la gallina.
— Eso estuvo muy mal Topacio, yo no te crie para que hicieras ese tipo de cosas, robar es malo aunque sea un botón, si tú quieres algo tienes que pedirlo o a diferencia de eso trabajar duro para poder comprarlo. Que yo no me entere que andas por ahí agarrando lo que no te pertenece, porque te voy a dar una paliza que te vas acordar del día que naciste. ¿Me escuchaste niña?
— Está bien mamá, no lo vuelvo a hacer, pero ahora díganme ¿qué es lo que pasa? Me tienen nerviosa, porque yo no recuerdo haber hecho más nada. — Topacio se había puesto muy nerviosa porque era una joven realmente muy ingenua, no tenía malicia y además lo único que hacía era trabajar para poder llevar comida a su casa y que a sus padres no les faltara nada.
Soledad enseguida se acercó a Topacio y la tomó por ambas manos mientras le decía:
— Topacio, mi niña, ven acá hijita siéntate aquí, quiero que sepas que no se trata de nada malo lo que vamos a hablar contigo tu mamá y yo, al contrario sólo es algo que te va a cambiar la vida para bien y al mismo tiempo vas a poder ayudar a tus padres, especialmente a Bernardo que necesita urgente que lo operen.
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Comments
Vika Lugo
deja las malas escrituras qué suban capítulos cada 2 meses cómo hacen todas las novelas yo opino qué cuándo suban una novela a la plataforma ya subanla terminada,
2024-05-30
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Juanita Palma
esta muy buena la historia esperobno toparme con mala escritura
2023-03-19
2
Edid Solarte
🙄😻😻😁😁
2023-03-05
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