Un nuevo comienzo

Nelson estacionó el vehículo en todo el frente de la casa vieja, se bajó y le abrió la puerta a Alondra para que ésta saliera:

— Por favor espérame aquí dentro del auto, no me voy a demorar mucho.

— Pero señora Alondra, es mejor que regrese por usted más tarde si quiere, quedarme aquí afuera me parece muy peligroso. Ya se lo dije la vez pasada, este barrio está lleno de delincuentes y es un riesgo que yo me quede dentro del auto esperándola.

— Ya te dije que no me voy a demorar mucho, así que espérame y punto, para eso se te paga Nelson.

Nelson se mordió los labios mientras apretaba sus puños, trató de controlarse para no responderle mal Alondra, dentro de todo él sabía que no podía hacerlo porque a fin de cuentas ella era la cuñada de su jefe.

Alondra entró y Nelson se quedó afuera intrigado por saber quién era esa persona a la que ella iba a visitar.

Cuando Alondra entró, se encontró con la noticia de que Julia estaba muy mal, la infección que tenía en la piel era demasiado grande.

— ¿Pero por qué está así? Está temblando, y esas llagas apestan, tú me exiges que te dé el dinero, pero mira en las condiciones que tienes a Julia, ¿Esa es la forma de cuidarla?

— Mire señora Alondra, ya me cansé de todo esto, lo único que quiero es que me dé mi dinero y que usted se encargue de su hermanita. Yo me quiero largar de aquí, esto cada vez se pone más peligroso y no quiero verme envuelta en medio de un problema que puede llevarme a la cárcel y todo por su culpa.

— Tú no puedes hacerme esto, yo te traje el dinero, me costó mucho conseguirlo, pero tú no puedes renunciar a cuidar de Julia. Sabes que no tengo a donde llevarla, no puedes hacerme esto Nancy por favor.

— La señora Julia está muy mal y en cualquier momento se puede morir de esa infección, ¿O no se da cuenta en el estado en el que se encuentra? Mire como está, ella necesita que la vea un médico, ¿O va a dejar que se muera? Y yo no voy a ser la responsable si a ella llega a pasarle algo peor.

Alondra estaba perdida, se encontraba entre la espada y la pared, tenía que pensar muy bien lo que iba a hacer con Julia, ya su estado era demasiado deplorable, no podía dejarla por más tiempo allí, podía morirse y eso complicaría aún más las cosas.

— Mira Nancy, te voy a dar el dinero, pero necesito que me ayudes, por favor. Tú eres enfermera, tú puedes decirme qué hacer y de qué forma podemos curarla. Solo dime qué necesitas y te lo traeré inmediatamente.

— La única solución señora Alondra, es que traiga a un médico que la vea, yo no puedo hacer más nada y deme mi dinero por favor que quiero largarme enseguida de aquí, me cansé de estar encerrada en esta pocilga de mala muerte y además ya las cosas se están comenzando complicar y no me da buena espina ver a la señora Julia en ese estado.

Nelson estaba en la parte de afuera esperando a que Alondra saliera de la casa, estaba apoyado aún lado de la puerta y de pronto escuchó unas voces que llamaron poderosamente su atención, se acercó un poco más a la puerta de entrada de la casa tratando así de escuchar mejor lo que hablaban y pudo percatarse que una de las voces era de Alondra y además estaba muy alterada.

Mientras tanto Alondra, seguía insistiéndole a Nancy tratando de convencerla de que la siguiera ayudando con Julia.

— No puedes dejarme así en el aire, además que estamos juntas en esto, te estoy dando el dinero que me pediste desde un principio, ahora solo te pido que me ayudes para poder curar a Julia.

Cuando Nelson escuchó el nombre de Julia se quedó totalmente paralizado, sintió un escalofrío por todo su cuerpo porque no podía entender de cuál Julia estaba hablando Alondra.

“¿Julia? ¿Pero de que Julia está hablando la señora Alondra? Porque la única Julia que yo conozco era la esposa de mi patrón Roberto, no puede ser que sea la misma Julia, ella está muerta, tengo que saber de cual Julia está hablando la señora Alondra, ¿Cómo hago para saber quién es esa persona a la que ella viene a visitar en este barrio tan peligroso?”

Nelson estaba totalmente intrigado con lo que acababa de escuchar, no podía entrar a esa casa porque eso sería buscarse un problema con Alondra, Pero de alguna manera él tenía que descubrir quién era esa persona que estaba dentro de esa casa, lo único que hizo fue acercarse más a la puerta para así poder escuchar más detenidamente lo que Alondra estaba discutiendo con esa otra mujer.

— Mire señora Alondra, la única forma de que yo la ayude, es que usted traiga un médico para que vea a su hermana Julia.

Cuando Nelson escuchó qué esa mujer se refería a Julia la hermana de Alondra, se llevó la mano a la boca tratando de evitar que se saliera un grito de asombro de su boca, el no podía creer lo que estaba escuchando.

— Dios mío, no puede ser, están hablando de la señora Julia, no no no no no, no puede ser, debo haber escuchado mal, voy a acercarme un poco más por aquella ventana tal vez así pueda escuchar mejor lo que están hablando.

Nelson estaba tan impactado con lo que acababa de escuchar, que no pudo quedarse tranquilo y trató de encontrar la forma de poder escuchar mejor la discusión que tenían esas dos mujeres.

Al lado de la puerta había una ventana de madera bastante deteriorada y vieja, él se acercó y trató de empujarla un poco hacia dentro para de esta forma poder escuchar mejor lo que estaba pasando dentro de esa casa.

La ventana se abrió un poco y efectivamente pudo escuchar mejor, la voz de la señora Alondra era la que más predominaba, ella estaba angustiada y además también se escuchaba a una mujer quejándose de dolor y al mismo tiempo llorando, esa no era otra sino Julia que ya no soportaba el dolor de las llagas que tenía en la piel y estaba ardiendo en fiebre.

Mientras tanto Alondra decía:

— ¿De dónde se supone que voy a sacar a un médico para que venga hasta aquí a ver a Julia? ¿No te das cuenta que si alguien más entera de esto iríamos a parar las dos a la cárcel?

— Mire señora Alondra, Yo lo único que puedo hacer es llamar a un médico amigo mío que trabajó conmigo en el hospital donde usted tenía internada la señora Julia, lo único que si le advierto, es que por eso usted va a tener que pagar, porque no pretenderá que mi amigo va a involucrarse en algo tan delicado como esto sin recibir nada a cambio, tiene que estar consciente que estaría poniendo en riesgo su título de médico.

— Pero yo no puedo sacar más dinero, esto me lo acaba de dar Roberto y tuve que decirle que era para remodelar mi casa, y aún así lo dudó en dármelo, le pareció una suma exorbitante, si le pido más dinero va a comenzar a sospechar. Estás completamente loca si pretendes que aparte de los $100.000 que te estoy dando, tenga que conseguir también más dinero para tu amiguito.

— Pues entonces lo siento, yo me llevo el dinero y me largo de aquí, no me voy a quedar a esperar a que la señora Julia se muera, eso también pondría en riesgo mi licencia como enfermera y además podría ir a la cárcel, así que ahí le dejo a su hermana para que la cuide usted, yo me largo de aquí.

Cuando Nancy se dirigía a salir de la casa, enseguida Alondra la agarró por el brazo tratando de detenerla mientras le decía:

— Espera por favor, está bien, tienes toda la razón, yo voy a conseguir el dinero de la forma que sea, así que puedes llamar a tu amigo para que venga a ver a Julia. Pero por favor no me dejes sola en esto. Piensa que si a Julia le pasa algo, también tendrías responsabilidad, a ti te han visto en este barrio más que a mí y saben que vives en esta casa, entonces correrías más riesgo del que yo pueda correr, no podemos permitir que ella se muera porque de lo contrario sería realmente algo muy grave el poder sacarla de aquí muerta.

Nancy la miró llena de mucho coraje, porque estaba obstinada de tener que soportar vivir en esa casa que estaba cayéndose a pedazos y encima ver como Julia se iba deteriorando cada día más, pero al mismo tiempo sabía que no era tan descabellado lo que estaba diciendo Alondra, porque sería mucho más fácil sacar a Julia de allí viva y llevarla a otro sitio mucho más seguro, a que ésta se terminara muriendo dentro de esa casa, entonces las cosas se complicarían y podría ser acusada de negligencia médica, perdiendo definitivamente su título de enfermera y además terminando en la cárcel.

— Está bien señora londra, voy a llamar a mi amigo para que venga a ver a la señora Julia, pero le advierto, esto es lo último que hago por usted. Después que mi amigo examine a su hermana, me largo de aquí y usted verá que hace con ella.

Nelson por su parte ya había escuchado lo suficiente como para entender todo lo que estaba pasando, sintió un pánico dentro de él que lo paralizó por completo y no sabía qué hacer, si salir huyendo de allí y contarle todo a Roberto o quedarse callado hasta ver con sus propios ojos que realmente se trataba de Julia la qué era esposa de su jefe.

Había muchas dudas en él, estaba confundido y asustado.

Justo en ese momento escuchó que se abría la puerta de la casa y caminó rápido hasta el carro de manera que Alondra no se diera cuenta de que él estaba escuchándolo todo.

Alondra salió con una cara de disgusto y preocupación, se veía muy pálida y no decía una sola palabra.

Mientras tanto Nelson actuó como si no estuviera enterado de nada, enseguida le abrió la puerta trasera y dejó que Alondra se subiera al auto.

Luego él se subió y encendió el motor mientras le preguntaba:

— ¿A dónde la llevó señor Alondra?

Alondra estaba ausente, tenía como la mirada perdida, en el momento no le respondió y Nelson se quedó ansioso mirándola a través del retrovisor, veía su cara de angustia, se dio cuenta enseguida del nerviosismo que tenía Alondra, así que volvió a preguntarle:

— ¿Señora Alondra le pregunté que dónde la llevo ahora? ¿Se siente usted bien?

Alondra enseguida reaccionó y le dijo:

— Sí estoy bien, llévame a la mansión Grimaldi.

— Como usted diga señora. — durante el camino ambos permanecieron callados, Alondra estaba concentrada en sus pensamientos llena de mucho temor de no poder solventar el problema de su hermana.

Mientras que Nelson estaba conduciendo el vehículo muy nervioso y ansioso por llegar a la mansión y pensar en frío lo que debía hacer.

(…)

Mientras tanto en la mansión Topacio estaba muy angustiada sin saber qué hacer para poder ayudar a sus padres.

Ella estaba encerrada en su habitación, no quería salir de allí, estaba muy deprimida, no podía irse en ese momento ya que no conocía a nadie en Miami, podía correr el riesgo de que la policía se la llevara por estar indocumentada, pero al mismo tiempo ya no quería trabajar en esa casa.

De pronto Milagrito entró a su habitación angustiada y Topacio se asustó en ver qué estaba muy nerviosa.

— ¿Pero qué te pasa Milagrito? ¿Por qué estás así? No me digas que me tienes malas noticias, ¿Acaso le pasó algo a papá? Habla por favor.

— Ay amiga, lamento decirte esto, pero mi mamá acaba de llamarme al celular para decirme que necesitan comprar los medicamentos de tu papá, al parecer se le terminó y lo requiere urgente. Han hecho una recolecta entre la gente del pueblo para comprar una parte, pero no es suficiente.

Topacio se levantó enseguida de la cama, no pudo evitar ponerse a llorar, estaba desesperada, la vida de su padre estaba en riesgo y la única que podía ayudarlo era ella.

— No me queda otra alternativa Milagrito, no puedo dejar que mi padre se muera.

Milagrito la veía con asombro mientras le decía:

— ¿Pero y qué piensas hacer? Por favor Topacio, no me digas que vas a hacer lo que estoy pensando.

— Pues, si lo que estás pensando es que voy a aceptar la propuesta de matrimonio que me está haciendo el señor Roberto, déjame decirte que estás muy acertada.

— No Topacio por favor no lo hagas, eso te desgraciaría la vida por completo, no sabes el infierno que sería estar casada con un hombre que ni siquiera conoces bien.

— ¿Y qué pretendes que haga? ¿Que me quede cruzada de brazos sabiendo que mi padre se está muriendo? Yo soy la única que puede salvarlo, ¿O no te das cuenta? Yo no puedo quedarme aquí tan tranquila como si nada estuviera pasando, se trata de la vida de mi padre.

— Entiendo, pero lo que me duele de verdad Topacio, es que si te casas con el señor Roberto, vas a desgraciar tu vida por completo y además, cuando tú padre se entere de lo que hiciste para salvarle la vida, se va a sentir culpable y decepcionado.

Topacio caminaba de un lado a otro de la habitación, estaba desesperada, ya no podía seguir perdiendo un solo minuto más de tiempo. Ella sentía dolor y rabia, porque no quería tomar esa decisión, al menos eso no era lo que ella había soñado para su vida, pero ante las circunstancias, no le quedaba otra alternativa que aceptar casarse con Roberto.

— ¿Qué quieres que haga entonces? ¿Me quedo viendo como mi padre se muere por mi culpa? Pues prefiero hacer cualquier cosa por salvarlo y saberlo vivo aunque me odie, a verlo morir sin tratar de hacer algo por él.

Topacio salió de la habitación a toda prisa, fue a buscar a Roberto a su despacho, ella tenía que decirle la decisión que había tomado.

Salió corriendo lo más rápido que pudo, cuando llegó al despacho se llevó la decepción de que Roberto no se encontraba allí, sin embargo no se dio por vencida y salió corriendo hacia la parte de arriba, fue a buscarlo directamente a su habitación, ella estaba desesperada, no le importaba nada, ella lo único que quería era conseguír el dinero para poder salvar a su padre.

Entró a la habitación de Roberto sin molestarse en llamar a la puerta antes, cuando entró, encontró a Roberto completamente desnudo porque acababa de salir del baño, aquella imagen hizo que se paralizara, no podía ni salir corriendo para huir de ese momento tan bochornoso para ella.

Roberto enseguida tomó la toalla que había puesto sobre la cama y se tapó sus partes íntimas, mientras le decía a Topacio:

— ¿Pero Topacio qué te pasa? ¿Por qué entraste así a mi habitación? Me has dado un verdadero susto.

Para ella fue algo realmente impactante, ella jamás había visto a un hombre desnudo, se sintió muy mal, enseguida se puso a llorar y calló arrodillada en el piso, sintiendo que había perdido las fuerzas, estaba muy angustiada y no sabía si lo que iba a decirle a Roberto, era la mejor decisión para ella, de lo único que sí estaba segura, era de querer salvarle la vida a su padre.

Roberto al ver el estado de depresión en el que se encontraba Topacio, se acercó a ella y la ayudó a levantarse del suelo, luego le dijo con voz suave y con mucha ternura:

— Por favor Topacio, no te pongas así, no le des importancia a lo que acaba de pasar, solo dime ¿Qué te pasa? ¿En qué puedo ayudarte?

Topacio con lágrimas en los ojos, lo miró y le dijo:

— Acepto casarme con usted…pero por favor ayúdeme a salvarle la vida a mi padre.

Roberto se quedó impresionado, no se esperó que Topacio le dijera eso, en el fondo sintió unas ganas de abrazarla y besarla, porque eso era lo que más anhelaba. Pero al verla tan triste y llorando, no quiso exteriorizar todo el montón de emociones que sentía, lo único que le dijo fue:

— ¿Estás segura de lo que me estás diciendo?

Topacio estaba en un mar de lágrimas, ella lo miró y le dijo mientras se lo suplicaba:

— Sí, estoy completamente segura de que quiero casarme con usted lo más pronto posible, pero solo si me garantiza que va a ayudar a mi papá, él necesita unas medicinas urgentes y ya mi madre no tiene dinero para conseguirlas, además necesita que se opere urgente, necesita el trasplante de médula urgente y hay un amigo de él al que se le hicieron las pruebas de sangre para comprobar si eran compatibles, y el resultado fue positivo, él puede ser el donante de médula, pero solo necesitamos el dinero para poder operarlo. Perdón, sé que esto es algo demasiado descabellado, pero estoy desesperada por salvarle la vida a mi padre y estoy dispuesta a hacer todo lo que usted me pida.

Roberto se quedó mirándola, le daba mucho dolor ver a Topacio así, él quería que las cosas sucedieran diferente, le hubiera gustado que Topacio, se casara con él porque realmente quería hacerlo y no a la fuerza, pero él estaba tan obsesionado con la idea de hacerla suya, que prefería tenerla de esa forma, a no tenerla.

— No te preocupes Topacio, inmediatamente voy a hacer llegar una fuerte cantidad de dinero a tus padres, y por la operación no tienes que preocuparte, yo voy arreglar todo para que tu padre sea trasladado a la ciudad de México, allí hay unos excelentes médicos que podrán operar a tu papá. Yo me encargaré de todo. Dile a Milagrito que me espere en mi despacho para que me dé el número de celular de su madre para poder comunicarme con ella y comenzar con todo lo concerniente a la operación.

Topacio sintió un gran alivio, en ese momento lo único que le importaba era la vida de su padre.

— Gracias señor Roberto…la verdad es que no sé cómo agradecerle lo que está haciendo, solo ponga la fecha de la boda y dígame qué más tengo que hacer.

Roberto se sentía como un canalla, sabía que Topacio estaba haciendo un gran sacrificio en aceptar casarse con él, pero lo que sentía por ella, era demasiado grande, era mucho más fuerte que él como para no aprovechar esa debilidad que tenía Topacio en ese momento, él en el fondo pensaba que tal vez podía lograr que ella con el tiempo se enamorara de él, por eso mantenía su plan en pie, él estaba solo, ya una vez había perdido a la mujer que tanto había amado, y sentía que la vida le estaba dando una nueva oportunidad con Topacio, una mujer físicamente idéntica a Julia.

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Comments

Lorena Angulo

Lorena Angulo

me gustaría ver fotos de los personajes

2023-02-19

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