Un lugar bonito

Topacio estaba en shock, ella no quiso quedarse ni un solo momento al menos para encarar a Roberto, solo hizo un ruido cuando suspiró llena de sorpresa, y enseguida salió corriendo lo más que pudo.

Alondra dejó de besar a Roberto cuando sintió la presencia de alguien en la puerta, enseguida corrió para ver quién había estado allí, y cuando se asomó por la puerta vio a Topacio correr despavorida, eso causó en ella mucha satisfacción y enseguida pensó con una sonrisa malévola en su rostro.

”Pero qué maravilla, si lo hubiera planeado no me sale tan bien, que apropiado que hayas venido a buscar a Roberto pueblerina, creo que ahora sí te quedó claro que ya no tienes nada más que hacer aquí “

Alondra se regresó al lado de Roberto, pero antes cerró la puerta del despacho con seguro para evitar que alguien más viniera a interrumpirlos.

Roberto permanecía sentado en su silla y apoyando los codos sobre el escritorio y con las manos en la cabeza, estaba demasiado mareado y el dolor de cabeza producto de la resaca que tenía, era realmente inaguantable.

Alondra se acercó y se puso de espaldas a él, mientras masajeaba su sien y le decía con una voz muy cálida:

— Calma cariño, aquí estoy como siempre para ti. Déjame consentirte y calmarte un poco ese dolor de cabeza que tienes. Es que has bebido demasiado.

Roberto en medio de su borrachera y toda la confusión que tenía, solo alcanzó a decir con una pronunciación algo enredada como si tuviera la lengua dormida:

— ¿Topacio eres tú cariño? — Alondra cuando escuchó el nombre de Topacio, no pudo sentirse más ofendida y rabiosa. Pero no quería alterarse y mucho menos separarse de Roberto en ese momento. Solo pensaba mientras continuaba masajeando la sien de Roberto:

“Así de la misma forma como saqué a Julia de mi camino, haré lo mismo contigo maldita campesina, no voy a permitir que lo que tantos años he esperado, tú vengas a destruirlo en un segundo. Además, ese mocoso no debe nacer, no puedo permitir que ocurra eso, tengo que buscar la forma para evitar que eso suceda”

La maldad de Alondra no tenía límites, ella estaba dispuesta a todo con tal de destruir por completo a Topacio.

(…)

Topacio estaba destrozada y muy decepcionada, ella solo quería salir de allí de la mansión, abrió la puerta de la calle y salió corriendo sin rumbo fijo, pero cuando iba a toda velocidad por la parte del jardín para poder salir a la calle, se tropezó con Nelson, el cuál la detuvo y le preguntó muy sorprendido de ver que ella no paraba de llorar:

— Pero ¿Qué le pasa señora Topacio? ¿Por qué está así en ese estado de nervios?

— Suéltame Nelson, quiero largarme de aquí de esta casa, no quiero volver a estar aquí. Desde que llegué a este país esto ha sido un infierno para mí.

— Perdóneme señora Topacio, pero yo no puedo dejarla ir así, usted está demasiado nerviosa, además ¿A dónde va a ir caminando? Esto es muy solo por aquí, estamos lejos de la avenida, no puede salir en esas condiciones, si quiere yo puedo llevarla a donde guste, pero por favor trate de calmarse.

— Está bien Nelson, sácame de aquí, te lo pido por favor, llévame muy lejos donde no pueda volver a ver más nunca a Roberto ni a esa mujer Paloma.

Nelson entendió que algo malo le había hecho Alondra, enseguida le contestó:

— ¿Paloma? Ojalá fuera una blanca palomita esa mujer, se llama Alondra señora Topacio y la verdad es que no me extraña en lo absoluto que ella le haya hecho algo malo, esa mujer es un demonio. Pero súbase en el auto y salgamos de aquí, usted tiene que calmarse primero.

Nelson arrancó en el auto y se fue con Topacio, ella estaba destrozada, no paraba de llorar mientras Nelson la miraba a través del retrovisor.

Al cabo de unos diez minutos, él estacionó el auto en un parque cerca de la mansión, allí había mucha vegetación, se respiraba aire puro, todo era hermoso, había varias personas paseando a sus mascotas, niños jugando y una que otra parejita caminando tomadas de la mano disfrutando del paisaje.

— Bien señora Topacio, creo que aquí va a sentirse un poco mejor, al menos mientras trata de calmarse un poco. Venga baje del auto para que camine un poco y le prometo que eso la va a relajar y se va a sentir mucho más tranquila.

Topacio le hizo caso a Nelson, ella necesitaba calmarse para poder pensar en frío lo que iba hacer, no podía dejarse llevar por la rabia que sentía en ese momento, ella debía hacer las cosas con calma, pensar bien, porque estaba embarazada y además no tenía otro sitio a dónde ir, al menos por ahora, lo único bueno en todo esto, es que por estar casada con Roberto, tenía ciertos privilegios que no tenía hace un año cuando llegó allí. Él le había dado una tarjeta de crédito para que pudiera independizarse y comprar todo lo que necesitara sin necesidad de tener que pedirle a cada momento a él. Eso por lo menos le daba cierta tranquilidad hasta que ella pudiera pensar con la cabeza fría qué decisión tomar con su vida y especialmente con la relación que tenía con Roberto.

Ambos caminaban por el hermoso parque, se sentía mucha paz, Topacio respiraba de aquel aire puro que sentía en su rostro y que la fue tranquilizando en la medida que iban caminando.

Luego Nelson la llevó hacia un banco que se encontraba enfrente de un lago, allí ambos se sentaron mientras él le decía:

— ¿Ya se siente un poco mejor? ¿Está más tranquila?

— No sé si la palabra adecuada sea tranquila, tal vez lo que tengo es resignación al darme cuenta que no debí casarme jamás con Roberto.

— Ay señora Topacio, ¿Pero qué fue eso que le hicieron que la tiene así tan triste? ¿Fue la señora Alondra no es verdad?

— Sí, fue ella, siempre es ella, ya veo que la conoces muy bien.

— Ay señora Topacio, la conozco mucho más de lo que usted se imagina. Esa mujer es una víbora y es capaz de acabar con medio mundo en cuestiones de segundos.

— ¿Por qué lo dices? ¿En qué te basas para decir algo así? ¿Qué es lo que sabes de ella Nelson?

Él se quedó mirando el hermoso lago, pensando en la forma de poder decirle a Topacio lo que estaba pasando. Sentía la necesidad de poder contarle toda la verdad sobre Julia, ya no soportaba más mantener ese secreto por más tiempo.

— Señora Topacio, si usted supiera lo que está pasando, creo que no lo creería.

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Comments

Aurelia Graciano

Aurelia Graciano

Esta muy padre está novela 👍

2023-02-25

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