Topacio abrió los ojos totalmente sorprendida puesto que no le pasaba por la mente qué podía ella hacer para lograr ayudar a sus padres más de lo que ya lo hacía.
— Ahora sí se subió la gata a la batea, ¿Y de qué forma puedo ayudar más a mis papás? La verdad es que trabajo muy duro todos los días limpiando casi todas las casas de las viejas adineradas de aquí del pueblo, no me imagino de qué forma pueda ayudar más.
Topacio, como sabrás tu mamá y tu papá ya están bastante maduros, los pobres necesitan que alguien se ocupe de ellos, pero tú no puedes estar todo el tiempo metida en estas cuatro paredes sólo cuidando de que no les falte nada, además tienes que trabajar muy duro porque sino ¿quién traería la comida y los medicamentos? Y además también tú necesitas comprar tus cosas, tener para tus estudios o lo que quieras comprarte, entonces hemos buscado una solución que va a beneficiarlos a todos. Te explico, como sabrás mi hija Milagritos trabaja en la ciudad de Miami con una familia de mucho dinero, en una casa que prácticamente es del tamaño de casi medio pueblo jajajaja — dijo entre risas bromeando para hacer el momento menos tenso y Topacio hizo un gesto sintiéndose muy impresionada — Soledad continuó: entonces tu mamá y yo hemos pensado que sería una buena idea sacarte de México para que vayas a vivir a la ciudad de Miami y trabajes en la casa donde se encuentra actualmente trabajando Milagritos. ¿Qué te parece? Milagrito y tú se llevan muy bien, ustedes son como hermanas, estoy segura que te puede ayudar a conseguir trabajo como servicio en esa mansión y te aseguro que vas a ganar en un mes lo que ganas aquí en el pueblo en un año limpiando casas.
Topacio se quedó en shock lo menos que pasó por su cabeza era la idea de abandonar el pueblo donde nació y peor aún dejar a sus padres, pero muy especialmente a Bernardo que era el que más necesitaba de ella por su enfermedad.
Topacio salió de sus pensamientos, suspiró y les dijo a ambas:
— Tía Soledad, eso suena muy bonito y todo lo que tú quieras, pero yo no puedo dejar a mi mamá sola con la enfermedad de mi padre, eso sí que no, ¿quién los va a cuidar? Mi padre se moriría de dolor si sabe que voy a abandonarlo para irme a los Estados Unidos.
Juanita la madre de Topacio enseguida se acercó a ella y le dijo con lágrimas en los ojos:
— Hija por nosotros no te preocupes yo voy a estar bien, y te prometo que voy a cuidar muy bien de tu padre, pero tu tía Soledad tiene razón, nos ayudarías mucho más yéndote a vivir a la ciudad de Miami, porque de esa forma puedes reunir el dinero suficiente para hacerle la operación a tu padre, además también existe la posibilidad de que puedas mandarnos a buscar y reunirnos todos allá.
— No mamá, yo no me quiero ir de aquí, no quiero dejarlos, yo nací en este pueblo y me he criado aquí, sería algo totalmente horrible el tener que empezar de nuevo en un país que no conozco y con gente que no sé si me vaya a tratar bien.
Soledad enseguida intervino diciendo:
— Por favor Topacio, es una buena oportunidad que no deberías desaprovechar, además conozco a alguien que puede sacarte de México sin ningún tipo de problemas, puedes llegar a los Estados Unidos y ella te va a recibir mi hija Milagritos, esa familia es muy adinerada y además siempre han tratado muy bien a mi hija, no tienes porqué tener miedo.
Juanita se acercó y le dijo:
— Piensa en todas las oportunidades que vas a tener, vas a conocer una ciudad totalmente diferente a este pueblo, estoy segura que todo eso es muy bonito y te va a gustar.
Topacio comenzaba a convencerse puesto que ella lo que más quería era poder ayudar a sus padres y especialmente a Bernardo con su operación. Enseguida les preguntó:
— Y si decido irme a los Estados Unidos, ¿cuándo sería eso?
— Tendrías que venirte conmigo mañana mismo a la ciudad y de allí yo te pondría en contacto con las personas que van a estar encargadas de sacarte de México.
— ¡Mañana! ¿pero tan rápido? No me va a dar tiempo de recoger mis cosas, y además no voy a poder pasar mucho tiempo con ustedes, eso me parece demasiado rápido.
Soledad respondió:
— Hija lamentablemente yo no sé cuando pueda regresar al pueblo porque sabes que tengo trabajo fijo en la Ciudad de México, hoy fue algo realmente muy casual porque mis patrones están de vacaciones y me dieron estos días libres, por eso es importante que decidas venir conmigo mañana mismo la ciudad para yo ponerme en contacto con el coyote que es el que puede sacarte de México, él fue el que sacó a Milagritos hace 3 años y ya ella tiene sus papeles gracias a la ayuda que le prestaron sus patrones y en dónde está trabajando actualmente.
Juanita enseguida le dijo:
— Topacio, a veces las oportunidades se presentan una sola vez en la vida, sé que esto no estaba planificado para ninguno de nosotros, pero sí así se han dado las cosas creo que no debes pensarlo mucho.
Topacio abrazó a su mamá y ambas lloraron porque sabían que se iban a hacer mucha falta y que quizá ya no se volverían a ver, pero sin embargo, Topacio iba con todas las esperanzas puestas de que ella iba a regresar a buscar a sus padres.
(…)
Al día siguiente….
Llegó la hora de partir, Topacio no había dormido la noche anterior de tanto pensar, no sabía si esa decisión que había tomado había sido la mejor, pero ya no había vuelta atrás, lo poco que tenía lo había recogido y solo faltaba despedirse de sus padres. Ella no quería dejar su pueblo, allí había crecido, estaban todos los recuerdos de su infancia y además le daba temor dejar a su mamá en medio de la enfermedad de su padre, pero lo único que le daba fuerzas, era pensar que podría darles una mejor vida ambos aunque estuviera lejos de ellos.
Soledad enseguida le dijo:
— Topacio hijita ya tenemos que irnos, despídete de tus papás y no te preocupes que yo te prometo voy a estar pendiente de ellos, recuerda que siempre vengo al pueblo cada 15 días y te voy a tener informada siempre.
Topacio se acercó a su mamá con lágrimas en los ojos, la abrazó fuerte y le dijo:
— Mamita te prometo que voy a portarme bien, voy a trabajar mucho para poder operar a papá y hacerle por fin el trasplante de médula, fui hasta su cuarto para despedirme, pero está dormido, y creo que es mejor así porque no tengo valor de decirle adiós.
— Hijita de mi corazón, mi hija amada, todo esto lo estoy haciendo por tu bien, para que puedas tener una mejor vida. No te preocupes por nosotros porque vamos a estar bien. Ya vas a ver que pronto volveremos a vernos. Se obediente, hazle caso a tu tía Soledad en todo lo que te diga y trabaja para que puedas ayudarnos a nosotros también.
Soledad también estaba conmovida y se le salieron las lágrimas al ver a Topacio despidiéndose de su mamá. Así que agregó para que ambas se quedaran tranquilas.
— Ya no sigan llorando que aquí nadie se ha muerto, sé que es duro todo este cambio que va a tener Topacio, pero después me lo van a agradecer.
(…)
Ya era mediodía, el viaje fue bastante largo y ya estaban en la Ciudad de México.
Topacio estaba un poco aturdida de ver la cantidad de gente, el ruido de los carros, la música en la calle, cantidad de vendedores ambulantes, realmente era todo una locura.
Se subieron a un taxi y partieron rumbo a la pensión en donde Soledad tenía un cuartito rentado, ayer iba a dejar a Topacio hasta dentro de unos días que el coyote le avisara para poder sacarla de México.
Topacio estaba viendo la ciudad por la ventana del taxi, estaba maravillada de lo grande de esa ciudad, no podía creer la belleza de los edificios y los centros comerciales que parecían del tamaño del pueblo.
— Muy bien Topacio, ya llegamos a la pensión, es un cuarto muy pequeño pero vamos a estar cómodas porque va hacer por pocos días hasta que te vayas a los Estados Unidos
Un mes después….
Topacio ya había llegado a la ciudad de Miami después de haber estado un mes viviendo en la ciudad de México, Milagritos la estaba esperando para llevarla a conocer a su patrón a quién ya le había hablado de ella.
— Topacio qué alegría volver a verte, estás bellísima. — le decía Milagritos mientras abrazaba con mucho cariño a su amiga y hermana.
Topacio por su parte estaba emocionada de poder reencontrarse después de tantos años con su amiga Milagritos.
— Tú estás demasiado linda Milagritos, has cambiado demasiado pero te ves radiante. No sabes el alivio que me da el poder verte porque estaba muy nerviosa de llegar aquí a Miami.
— Quédate tranquila que todo va a estar bien, pero pasa quiero que conozcas la casa donde trabajo.
Topacio había llegado a la mansión de los Grimaldi luego que contactara a su amiga Milagritos apenas llegó a la ciudad de Miami, ella estaba totalmente impresionada porque no podía creer todo lo que estaba viendo en esa mansión, era algo que tan solo había visto en la televisión, una casa llena de lujos y muebles muy costosos, además de una decoración realmente indescriptible para ella. Al entrar a la mansión solo miraba a su alrededor lo inmensa de la casa y solo pensaba:
“Dios mío pero esta casa, es del tamaño de medio pueblo”
Topacio no caía de su asombro y mientras más caminaba dentro de la casa acompañada de Milagritos, más impresión le causaba.
— Topacio por favor aterriza, pareciera que estuvieras en el espacio.
Topacio le respondió:
— Milagritos es que no puedo creer todo lo que estoy viendo, es una casototota. Aquí de seguro que cabe toda junta la gente que vive en el pueblo. Aquí debe vivir muchísima gente.
Milagritos no pudo contener la risa y enseguida le contestó:
— Jajajajajaja ¡Ay Topacio qué cosas tienes tú! Sí es cierto, es una casa inmensa pero aquí sólo vive el patrón con su hijo.
— ¿Pero cómo pueden vivir en una casa tan grande tan solo dos personas? No les debe dar tiempo de caminar por toda la casa en todo el día.
— Bueno Topacio, te voy a llevar al área donde están las habitaciones de la servidumbre y allí vas a tener un cuarto para ti sola nada más. Quiero aprovechar para advertirte algo, no hables nada a menos que yo te diga, porque de esa forma puedes evitar meterte en problemas. Otra cosa, aquí tienes que tratar de pulirte y hablar lo mejor que puedas, mientras tanto es mejor que te quedes callada mientras yo te voy a indicar cuáles son las cosas que debes y no hacer.
— Tranquila Milagritos, yo me voy a mantener muy discreta solo esperando a que tú me digas lo que debo hacer, te prometo que no voy a traerte problemas.
— Lo sé amiga, sé que eres una persona muy inteligente y vas aprender poco a poco todo el manejo de la casa. Pero por lo pronto te voy a llevar primero a la cocina, me imagino que debes venir hambrienta así que te voy a preparar algo ligero de comer.
Topacio enseguida le dijo:
— ¿Me podrías llevar antes a la que va hacer mi habitación? Es que quisiera guardar todas mis cosas de una vez.
— ¡Si claro! Por supuesto, así te vas refrescando mientras te preparo algo de comer. Lo bueno es que hoy el patrón está en la playa con su hijo y vamos a estar solas y así podemos ponernos al día con todos los cuentos.
Milagritos llevó a Topacio a la que iba ser su habitación a partir de ahora, era un cuarto pequeñito, tenía una ventana que daba hacia el patio trasero, una camita individual y un baño sencillo, realmente tenía sólo lo necesario. Pero Topacio al verlo se quedó totalmente impresionada de lo grande que era hasta llegó a pensar que era mucho más grande que la casa donde vivía en el pueblo.
Es que estaba acostumbrada a vivir en extrema pobreza por eso estaba tan impresionada en ver el lujo y lo grande de esa mansión.
La casa en donde vivía era deplorable y ella había crecido en medio de ese ambiente y no conocía otra cosa, su mundo se limitaba a ese pequeño pueblito. Por esa razón nunca le hizo falta vivir de otra manera.
Topacio observó la habitación totalmente impactada, se sentó en la cama y no podía creer lo suave de las sábanas. Ella siempre había dormido en un chinchorro porque era la única forma de poder ahorrar espacios en aquella casita tan pequeña.
— Ay amiga, qué suave y blanda es esta cama, además todo se ve tan hermoso que me cuesta creer que de ahora en adelante vaya a vivir aquí
— Si Topacio, y eso que este es uno de los cuartos de la servidumbre, el mío está aquí junto al tuyo, y puedes buscarme cuando lo necesites.
Topacio estaba todavía incrédula de todo lo que le estaba pasando, para ella era como estar en un mundo totalmente desconocido, y sentía emoción y miedo al mismo tiempo porque no sabía si era capaz de acostumbrarse a vivir en medio de tanto lujo y frivolidad.
— ¿Y esta puerta a dónde dirige?
— Ese es el baño Topacio, aquí vas a tener tu propio baño.
— ¿Qué? ¿En serio voy a tener mi propio baño? No puedo creerlo, en el pueblo me bañaba en el patio y con pipotes de agua. Quién iba a decirlo, es que si mi mamá y mi papá me ven de seguro no lo van a creer.
— Créeme que te entiendo porque esa misma reacción fue la que yo tuve cuando entré por primera vez en esta casa, pero luego con el pasar del tiempo me he ido acostumbrando y ya todo lo veo normal y eso mismo te va a pasar a ti ya verás.
— La verdad es que me lo dices y me cuesta creerlo pero tal vez tengas razón, el tiempo hace que uno se acostumbre a todo, pero de lo único que no me voy a acostumbrar es a estar lejos de mis padres.
Milagritos estaba muy contenta en ver que Topacio estaba aceptando con buena actitud su cambio de vida, de alguna forma le daba tranquilidad porque sería mucho más fácil que ella se acostumbrara al modo de vida de Miami, porque eso le iba a facilitar mucho más rápido su trabajo.
— Topacio, te voy a dejar un momento sola para que aproveches a instalarte y si quieres te puedes dar una ducha o te cambias y luego te vengo a buscar para ir a comer a la cocina.
— Me parece bien Milagritos, la verdad es que sí estoy muy cansada y me gustaría darme un buen baño.
Topacio se quedó totalmente contenta aunque al mismo tiempo tenía muchos sentimientos encontrados al recordar a su mamá y a su papá, definitivamente los extrañaba muchísimo y no era suficiente todo el lujo y el confort que ahora iba a tener puesto que ella cambiaría todo eso con tal de poder volver a estar con ellos una vez más.
(…)
Media hora después…
Milagritos fue a buscar a Topacio a su cuarto para llevarla a comer a la cocina.
— Ya veo que te bañaste y te cambiaste, bueno realmente no es que te veas mal pero yo te voy a prestar un poco de ropa para que puedas estar aquí en la mansión mientras más adelante comienzas a comprarte algo más adecuado apenas cobres tu primer dinerito.
— Sí Milagritos, sé que mi ropa no es la más adecuada para estar en esta mansión tan lujosa, pero de verdad no tengo otra cosa que ponerme, pero te agradecería mucho que me ayudarás prestándome algo de ropa y te prometo que apenas cobre mi primer sueldo voy a irme comprando mis cosas.
— No te preocupes por eso ahora, de todas formas aquí el patrón no da uniforme y con eso evitas gastar ropa.
— Bueno Topacio, si ya estás lista podemos ir a la cocina para que comas algo.
— Sí, la verdad es que ya estoy lista, aunque sé que no es la mejor ropa, pero al menos estoy limpia. — Dijo Topacio mientras sonreía.
— Ay amiga tú te ves hermosa como sea, estoy completamente segura que le vas a caer muy bien a mi patrón y a su hijo y aquí te va a ir muy bien.
(…)
Ya había llegado la noche, y de pronto llegó de forma inesperada Roberto Grimaldi, Milagritos estaba muy nerviosa, ella quería que todo saliera bien y que Topacio fuera aceptada sin ningún tipo de problema para trabajar en la mansión. Realmente la quería como una hermana y deseaba muchísimo que todo le saliera bien.
— Topacio llegó mi patrón el señor Roberto, está en la sala, tenemos que ir para que te conozca.
Topacio enseguida se puso muy nerviosa porque ella no se esperaba conocerlo ese mismo día ya que Milagritos le había dicho que estaba en la playa esa noche e iban a estar ella solas, pero hubo un cambio de planes de forma inesperada y Roberto apareció antes de lo que había planificado.
Topacio temblaba de los nervios ya que todo había sido muy violento, Ella tenía miedo de no caerle bien al jefe de Milagritos y que este no la aceptara para que trabajara en su casa. Sin embargo se armó de valor y se fue con milagritos hasta la sala para conocer al tan mencionado Roberto Grimaldi. Cuando por fin llegaron a la sala de estar, Topacio vio un salón inmenso, con unos techos altísimos que tenían unas lámparas más grandes que la habitación en donde ella iba a dormir esa noche.
El sofá donde se encontraban Roberto era exageradamente grande, ella al verlo enseguida pensó:
“En ese sofá caben todos los niños de la escuelita del pueblo, no puedo entender por qué esta gente rica es tan exagerada comprando cosas tan grandes”
Milagrito temblorosa se acercó a su patrón Roberto mientras le decía:
— Buenas noches señor Roberto, disculpe que lo moleste pero es que quiero presentarle a la amiga de quién le hablé, es que ella llegó hoy a la mansión y se encuentra aquí conmigo.
Roberto estaba concentrado viendo la pantalla gigante de su televisor pero sin embargo había escuchado lo que le había dicho Milagritos, en ese momento solo se limitó a responder sin voltear a mirar aún a donde estaba Topacio.
— Hola Milagritos, está bien puedes traerla para conocerla.
— Señor Roberto ella está aquí a mi lado.
Cuando Roberto la miró, se quedó totalmente impactado y pálido de la impresión, ya que Topacio era igual a la difunta esposa de él, parecían dos gotas de agua y Roberto no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
Para Milagritos realmente fue algo muy sorpresivo ya que era primera vez que lo veía actuar de forma tan extraña, y ni hablar de la cara que tenía Topacio, ella más que nada estaba totalmente inmóvil y sin decir una sola palabra ya que Milagritos le había advertido que solo hablara lo necesario.
Para Roberto fue tanta la impresión, que enseguida le dijo mientras tocaba su rostro:
— Julia, eres tú Julia.
Topacio abrió los ojos de la impresión y enseguida miró a milagritos tratando de encontrar una respuesta a todo lo que estaba pasando, Milagritos solo alcanzó a decir:
— Señor Roberto, no se llama Julia, mi amiga se llama Topacio.
Roberto con una mirada algo desquiciante le dijo a Milagritos:
— No, claro que no, ella es Julia, ¿Acaso no te das cuenta? Dios mío es que no puedo creerlo todavía..
A pesar de que Milagritos le había advertido a Topacio que no dijera una sola palabra a menos que ella se lo dijera para así evitar meterse en problemas, no pudo aguantar y enseguida le dijo a Roberto:
— Señor disculpe pero creo que está un poco confundido, yo no me llamo Julia, mi nombre es Topacio.
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Comments
Juanita Palma
foto de los personajes por favor no entiendo porque no ponen
2023-03-19
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