Cuando Roberto escuchó lo que acababa de decir Alondra con respecto a quedarse a vivir en su mansión, enseguida Roberto agregó:
— Bueno…con respecto a eso Alondra, creo que me dijiste que te quedarías en la mansión solo hasta que terminen de remodelar tu casa y que sólo sería por un tiempo estimado de dos semanas ¿O me equivoco?
Alondra enseguida respondió:
— Sí, claro…por supuesto que sí, ese es el tiempo que me dijeron que estaría lista la remodelación…bueno a menos que se presente algo de improvisto claro tú sabes cómo son esas cosas.
Roberto enseguida le respondió:
— Esperemos que no, Alondra…esperemos que no.
Topacio y Milagrito enseguida se miraron entre sí y ambas pensaron al mismo tiempo y sin saberlo:
“Sí esperemos que no, que no pase nada y se largue pronto”
Roberto ya cansado del día que había tenido porque había pasado todo el día en la playa con su hijo adolescente Eduardo, quiso retirarse a su habitación pero antes de hacerlo le dijo a Milagrito:
— Bueno, creo que me voy a mi habitación, Milagrito por favor lleva a Topacio para que coma algo y le muestras todo lo que tenga que saber para que se vaya familiarizando con toda la casa.
Milagrito enseguida le respondió:
— Sí señor Roberto, enseguida. Con su permiso nosotras nos retiramos.
Topacio enseguida agregó:
— Gracias señor Roberto, por aceptarme a que me quede en su casa.— Roberto la miró con una nostalgia muy grande, definitivamente le recordaba demasiado a su difunta esposa, y verla allí tan cerca de él, definitivamente era una tortura para él, pero no podía hacer nada en el momento, estaba consiente de que esa chica necesitaba del trabajo, además acababa de llegar de México, tenía que recibirla porque de lo contrario no tendría a donde ir, ella no conocía a nadie y además él no tenía corazón para abandonarla a su suerte, así que poco a poco iba a tener que lidiar con su presencia y a tratar de entender que ella no era Julia, eso tenía que asimilarlo y aceptarlo.
(…)
Después de tan desagradable encuentro con Alondra, la cuñada de Roberto, Milagrito se fue con Topacio a la cocina siguiendo la orden que le había dado Roberto, en realidad todos habían tenido un día bastante fuerte, Topacio tratando de adaptarse a un nuevo país, con costumbres totalmente diferentes a las que ella estaba acostumbrada, por su parte Milagrito también estaba exhausta con la llegada de Topacio y encima todo el estrés que le había ocasionado el no saber si Roberto la iba aceptar en su casa después del parecido tan grande que ella tenía con su difunta esposa, lo cierto es que ambas estaban hambrientas y cansadas y definitivamente lo único que querían era comer algo y luego descansar.
Cuando llegaron a la cocina se encontraba Filomena la vieja cocinera que estaba trabajando para los Grimaldi desde mucho antes de que muriera Julia la difunta esposa de Roberto. Filomena era una mujer de mediana edad, había comenzado a trabajar con la familia desde muy jovencita, tenía prácticamente toda una vida con ellos, se caracterizaba por ser una mujer de carácter fuerte, un tanto amargada, se sentía con mucha autoridad por el tiempo que tenía trabajando para los Grimaldi, no se llevaba muy bien con Milagrito desde que esta había comenzado a trabajar en la mansión y notó que Roberto le tenía mucha estima, era una mujer muy envidiosa y egoísta, pero tenía una gran virtud y era que cocinaba muy bien y para Roberto eso era primordial, además él como su patrón jamás había tenido alguna diferencia con ella, por lo que no le daba importancia a sus defectos en cuanto a su personalidad, a él lo único que le importaba era que ella realizará un buen trabajo y le cumpliera a cabalidad con lo que le exigía como su jefe que era. Había conocido a la difunta esposa de Roberto y además vio nacer a Eduardo el hijo de ambos, pero tenía un trato muy especial con Alondra, ya que esta la tenía comprada con regalos y uno que otro dinerito que le daba de vez en cuando para que la tuviera informada de todo lo que hacía Roberto, ya que ella siempre había estado enamorada de él, mucho antes de que su hermana Julia se casara con él, aunque Roberto jamás se había enterado de eso él siempre había tenido una relación muy cordial con su cuñada y jamás vio en ella otra cosa más allá de una relación estrictamente familiar de cuñada a cuñado.
Milagrito entró a la cocina con Topacio y Filomena se encontraba de espalda a ellas ya que estaba lavando la loza, pero cuando Milagrito la saludó, ésta inmediatamente se volteó y al ver a Topacio parada enfrente de ella, inmediatamente soltó el plato que estaba lavando en ese momento el cual voló por el aire dando varias vueltas para después caer al piso volviéndose trizas mientras Filomena pegaba gritos aterradores que se escucharon en toda la mansión.
— ¡Dios mío la muerta! La muerta está viva ¡Dios auxilio! Está viva, está viva.
Milagrito tratando de que Filomena se calmara y que no siguiera armando semejante escándalo en vista de lo que ya había ocurrido en la sala con su patrón Roberto y Alondra su cuñada, intentó en la medida de lo posible de que filomena tratara de calmarse para poder explicarle que no se trataba de ninguna muerta, sino de Topacio la nueva persona que iba a trabajar como parte de la servidumbre.
— Por favor Filomena trata de calmarte no es lo que estás pensando, ella no es la señora Julia, por favor ya no sigas gritando de esa forma que no quiero que el señor Roberto te escuche.
Filomena tenía las manos frías y temblorosas, no cabía de su asombro al ver el parecido tan grande que tenía esa joven con la difunta Julia, enseguida le preguntó a Milagrito:
— ¿Pero se puede saber quién es esa joven y qué hace aquí en mi cocina?
Topacio se puso mucho más nerviosa que la misma Filomena, desde que había llegado allí a la mansión, lo único que había visto era gente totalmente sorprendida al verla por su gran parecido con esa difunta que ella aún no había visto en ninguna foto. Milagrito enseguida le contestó:
— Ella es mi prima acaba de llegar de México y a partir de hoy comienza a trabajar aquí en la mansión.
Filomena puso una cara algo extrañada pues a decir verdad ella no estaba enterada de nada y además ella sabía que su patrón Roberto era un hombre muy delicado y que no metía a trabajar a cualquier persona en su casa, por lo que le parecía demasiado extraño que esa chica estuviera allí de forma tan inesperada.
Filomena no tardó en preguntar a milagrito:
— Pero qué extraño está todo esto, ¿Y el patrón Roberto está enterado de que esta jovencita tan parecida a la difunta se encuentra aquí? Porque cada vez que ingresa alguien nuevo a la mansión, enseguida él mismo patrón se encarga de comunicarnos a los demás empleados y yo me estoy enterando es ahorita, además del susto tan grande que me han dado.
Milagrito enseguida puso una cara de obstinación y le contestó algo molesta mientras servía dos vasos con agua:
— Claro que está enterado el señor Roberto, desde mucho antes de que Topacio llegara, de hecho acabamos de hablar con él y también con la cuñada una tal Alondra que no sabía que había llegado a la mansión y al parecer se va a quedar una temporada aquí mientras le remodelan su casa.
A Filomena le brillaron los ojos cuando Milagrito le dijo eso, porque para ella era todo un placer el tener de cerca a Alondra, porque siempre la llenaba de regalos para que le contara todo lo que acontecía en la mansión y en la vida de Roberto cuando ella estaba ausente, pero siempre se las ingeniaba en encontrar cualquier excusa para meterse en la mansión, cuando no era la excusa de ver a su sobrino Eduardo, se inventaba cualquier otra como la que le había dicho a Roberto esta vez con la supuesta decoración que estaba haciendo en su casa y que por supuesto era todo una mentira.
— Pero qué buena noticia saber que la señora Alondra está de regreso en la mansión, ahora sí que las cosas van a marchar sobre ruedas y cada quien va a estar en el puesto que le corresponde. Y por cierto…¿Se puede saber qué dijo el señor Roberto y la señora Alondra cuando vieron a esta niña con ese parecido con la difunta?
Milagrito le respondió:
— Bueno…ya vez, lo mismo que tú acabas de hacer. Ah y por cierto ella se llama Topacio y no tiene nada que ver con la dichosa difunta, que dicho sea de paso ni siquiera he visto una sola foto de ella, la verdad es que no sabía que la que era esposa del señor Roberto se pareciera tanto a ella….por cierto Topacio ya conociste a Filomena, ella es la cocinera de la mansión, tiene muchos años trabajando aquí.
Topacio después de todo el incidente que acababa de pasar ella se encontraba muy fuera de lugar, se sentía como si fuera un bicho raro o algo parecido, ya que todo el mundo la miraba con horror, sin embargo trató de ser lo más amable posible y se acercó a Filomena mientras le decía:
— Mucho gusto señora Filomena, aquí estoy para servirle.
Filomena la miraba de arriba abajo con algo de temor todavía, porque el parecido con la difunta era demasiado grande y ella nada más al verla se le erizaba la piel, así que le dijo enseguida antes de que se le acercara un poco más:
— No te acerques más, es mejor que te quedes allí mijita, ya sé que te llamas Topacio, pero es mejor que mantengamos la distancia hasta que logre superar el parecido que tienes con la muerta. — por supuesto que Topacio retrocedió y se quedó inmóvil sin decir una sola palabra, ya estaba cansada de todo el rechazo que había recibido desde su llegada a esa casa que ya empezaba a causarle estragos.
La pobre Topacio solo recordaba la forma tan despectiva como la había tratado Alondra y ahora para colmo de males también Filomena, y se sintió muy decepcionada, especialmente porque mucho antes de llegar a la mansión de los Grimaldi, ella estaba muy contenta con todo lo que había visto en la ciudad, las casas, el mar, la gente en la calle caminando de lo más tranquila y alegre, pero toda esa maravilla se le había desvanecido por completo, estaba estupefacta viendo la actuación de la cocinera, por un momento se le olvidó lo maravilloso que había sido la ciudad, lo grande de la casa, su cuarto y sobre todo tener un baño en su habitación cosa que ella jamás había imaginado. Topacio comenzó a sentirse cada vez más nostálgica extrañando su casita vieja en el pueblo, sus padres, su gente, con la que había crecido y con la que se sentía realmente feliz…tantos recuerdos en su mente le provocaron el deseo de querer regresar a su pueblo, en ese momento en lo único que pensó fue en estar en su casita con su mama Juanita y su papá Bernardo. Se le llenaron los ojos de lágrimas y enseguida Milagrito se dio cuenta y no dudó en decirle para tranquilizarla:
— Topacio no te pongas así, de verdad que me partes el corazón, tranquila que todo esto va a pasar, recuerda que siempre el primer día es muy difícil para todo en la vida, pero ya cuando pase un tiempo te vas a ir acostumbrando y ya vas a ver te lo prometo que te va a encantar estar aquí, por lo pronto déjame terminar de preparar algo de comer para las dos y nos vamos a nuestra habitación y cenamos allí solo tú y yo, ya mañana comenzará un nuevo día para ti y créeme que será mucho mejor que el de hoy.
Milagrito preparó una charola con comida, frutas, jugo y un vaso de leche para ambas, todo se veía realmente delicioso, hasta le colocó de postre un trozo de torta de fresa, enseguida tomó la charola y se fue con Topacio a la habitación de servicio, ella lo único que deseaba era que Topacio saliera de la cocina y ya no tuviera que soportar la presencia de Filomena que la puso peor de lo que ya la había puesto Alondra.
(…)
Cuando ya estaban en la tranquilidad de su habitación, Topacio se sentó en una sillita junto con su entrañable amiga Milagrito, que para efectos de los demás era su prima, ella había inventado esa pequeña mentira blanca para que su patrón Roberto la pudiera aceptar sin ningún tipo de problemas porque de decirle que era solo una amiga de la infancia, tal vez no iba a tenerle la suficiente confianza de dejarla en su casa y más aún porque para colmo de males Topacio había entrado de forma ilegal a los Estados Unidos.
Pero en realidad a pesar de no ser familia ellas se querían demasiado y habían crecido juntas desde que eran unas bebés, así que se trataban como si fueran hermanas.
Topacio tenía un apetito voraz ya que desde que había llegado a la mansión no había probado bocado, ella comía desesperada, se metía un trozo de una cosa y aún sin terminar de tragarse el primer bocado, enseguida se metía el siguiente trozo, estaba realmente hambrienta, además de ser la primera vez que probaba tantas delicias juntas.
— Pero qué delicioso está todo esto que preparaste Milagrito, jamás había comido tan rico en toda mi vida y eso que mi mamá Juanita cocina como los dioses.
Milagrito la observaba con impresión ya que sabía perfectamente que Topacio no tenía buenos hábitos, lamentablemente al igual que ella no se habían criado con una buena educación, sin embargo ella al llegar a la ciudad de Miami y comenzar a trabajar para la familia Grimaldi, enseguida tuvo que pulirse y tratar de aprender lo más que pudo para mejorar su forma de hablar y de comportarse, especialmente al momento de atender al patrón de la casa, así que no le preocupó mucho el comportamiento de Topacio, porque ella tenía toda la buena disposición de ayudarla para que poco a poco se fuera adaptando al nuevo ambiente que le iba a tocar vivir a partir de ahora.
— Topacio por Dios trata de comer un poco más despacio, te vas a ahogar con un trozo de comida, además te coloqué los cubiertos para que fuera mucho más fácil para ti y además tienes que cerrar la boca cuando masticas, recuerda que hay muchas cosas que debes aprender para que puedas hacer mucho más fácil tú estadía aquí en la mansión, esta gente es muy estirada y está acostumbrada a lo fino, a lo bueno, es un mundo totalmente diferente a lo que vivíamos allá en el pueblo.
Topacio enseguida le contestó mientras terminaba de masticar:
— Por favor Milagrito déjame comer en paz aunque sea solo por hoy, además aquí no me está viendo nadie solamente tú y esto de verdad está delicioso, jamás en mi vida había probado algo tan rico como esto y que me perdone mi mamá Juanita que siempre le dije que su comida era la mejor, pero es que ella tiene que probar todo esto para que también sepa lo que es bueno y además necesito quitarme todo el trauma de encima que ha ocasionado mi llegada a esta casa, primero la tal Paloma o no se cómo se llama el pájaro que lleva su nombre, y después la tal Filo Filo…. Bueno la filo de hacha porque de verdad que tiene una lengua que casi me termina cortando por todos lados.
Milagrito enseguida se sorprendió con el comentario de Topacio y no tardó en decirle:
— Topacio por favor, ¿Pero qué cosas estás diciendo? No puedes hablar así de la gente y mucho menos aquí en la mansión, tienes que tener mucho cuidado con eso, estoy consiente que Filomena no es una persona muy agradable que digamos, a mí en lo personal me trató de forma despectiva desde el primer día que llegué a trabajar aquí en la mansión, pero sin embargo la única forma para poder permanecer viviendo aquí y poder trabajar, es quedarse callado y aguantar, porque recuerda que estás indocumentada y que cualquier problema que surja, enseguida te deportarían a México y eso sería realmente lamentable porque después no podrías volver a entrar a los Estados Unidos, así que es mejor que lleves la fiesta en paz y trata de sobrellevar mejor las cosas especialmente con esa señora que se llama Alondra y no Paloma o pájaro como tú le has puesto, apenas la conocí también hoy al igual que tú, ya había escuchado hablar de ella porque es la hermana de la difunta esposa del señor Roberto, pero nunca la había visto aquí en la mansión, sin embargo por lo que veo es de armas tomar y tenemos que tener mucho cuidado con ella
Topacio enseguida le contestó a Milagrito:
— Tienes razón amiga, lo que pasa es que todo esto es nuevo para mí, es un mundo que yo no conocía y me siento totalmente fuera de lugar, siento que esto no es para mí, yo estoy acostumbrada es al campo, a las gallinas, las vacas, a correr descalza por todo el campo y a comerme un buen plato de frijoles con arroz, no estas cosas tan extrañas pero que saben tan delicioso. Pero te prometo que voy a poner de mi parte para que las cosas vayan bien y no tener problemas con la señora paloma, pájaro, ave o como se llame.
Topacio definitivamente estaba totalmente desorientada, tenía mucho miedo de enfrentar todo este nuevo mundo que el destino le había puesto enfrente de ella y además sin haberlo pedido.
Ella quería regresar a su pueblo porque allí estaban sus afectos, pero al mismo tiempo sabía que debía seguir luchando para poder reunir el dinero suficiente y así poder hacerle la operación a su padre para que este pudiera salvarse, así que por su familia ella iba a luchar y hacer todo lo que estuviera en sus manos para poder verlos bien y sobretodo salvarle la vida a su padre.
Solo había que esperar el día de mañana para emprender un nuevo día y comenzar de cero
(…)
Esa noche Topacio se fue a dormir a su habitación totalmente exhausta, el día había sido realmente muy agotador, encima todo el revuelo de situaciones por las que tuvo que lidiar desde que había llegado a esa mansión tan fría y tan inmensa, para ella era un cambio demasiado grande que no sabía cómo lo iba a enfrentar. Además estaba totalmente intrigada por poder ver alguna foto de esa mujer a la que tanto se parecía.
Eso la tenía totalmente incómoda, además tenía mucho miedo porque no estaba legal en ese país y encima no le habían dicho la verdad a Roberto, él creía que ella era prima de Milagrito y no estaba al tanto de que no tenía sus documentos en regla. Estaba atacada de tan solo pensar qué pasaría si llegaba a entrarse de su situación.
Por su parte Roberto se encontraba en su habitación totalmente inquieto, aún no salía de su asombro con el parecido que tenía Topacio con su difunta esposa.
Él dolor que le había causado su muerte, fue un golpe demasiado duro para él que le costó mucho trabajo poder superar por completo, había jurado no volver a enamorarse nunca más, no quería volver a pasar por un sufrimiento así como fue la pérdida del gran amor de su vida. Es por esa razón que eliminó todas las fotografías que tenía de ella en su casa, no quería recordar ese rostro que le causaba tanto dolor dentro de él.
Pero ahora la presencia de Topacio lo perturbaba, sentía que el tenerla allí bajo el mismo techo iba a ser una verdadera tortura para él. No sabía cómo lo iba a soportar, pero al mismo tiempo le causaba mucho placer poder verla, era como estar cerca de Julia.
“Esa joven es tan bella como lo era Julia… ¡Dios mío! ¿Por qué me pones en esta situación tan difícil y dura para mí? No puedo creer que después de tanto dolor que me causó la muerte de mi amada Julia, ahora regrese ese recuerdo tan doloroso con la presencia de esta jovencita”
Decía Roberto mientras le corrían las lágrimas por su rostro.
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Updated 54 Episodes
Comments
Mirtha Lilian Tyan
esa alondra parece más un AVE de rapiña
2024-03-23
1
Rosa Delgado
Me huele que esta paloma tiene que ver con la muerte de su hermana para quedarse con su cuñado pero este nunca le a parado
2023-03-04
1