Alondra no salía de su asombro, para ella fue un golpe demasiado bajo el que acababa de darle Roberto, ella había esperado durante años para poder acercarse a él y lograr conquistarlo para poder llegar a ser su esposa. Ella siempre había sentido envidia de su hermana Julia y por esa misma razón la había sacado del camino para poder quedarse con Roberto y además con toda su fortuna.
Aquella noticia desató la furia de Alondra, ella no podía permitir que Roberto prefiriera estar con una mujer como Topacio, que no tenía ningún tipo de cultura y educación en comparación a ella, que era una mujer culta y acostumbrada a tener un nivel de vida social muy alto, ella sentía que era merecedora de ser la esposa de Roberto, además de todo el sacrificio que había hecho durante todo este tiempo tratando de mantener escondida a Julia separándola de él totalmente hasta el punto de hacer creer a todo el mundo que estaba muerta.
— No, eso no puede ser verdad, tú no puedes casarte con esta campurusa de quinta, es que definitivamente estás completamente ciego Roberto, ¿Acaso no te das cuenta del nivel dónde has bajado? Esta mujer va a dejarte en ridículo, vas a ser el hazmerreír de toda nuestra sociedad.
— Eso no lo voy a discutir contigo Alondra, ya es una decisión tomada y solo se los estoy notificando porque no quiero que continúen los atropellos en contra de Topacio, porque a partir de ahora ella va a ser la futura señora Grimaldi y exijo que se respete como mi futura esposa.
Filomena estaba totalmente en shock, porque ya las cosas no iban a hacer Igual si Topacio se casaba con Roberto, ahora ella tenía que tratarla con el debido respeto que ella se merecía, y además también tenía que recibir órdenes por parte de ella como la futura patrona de la mansión.
(…)
Un año después…
Había pasado un año, en donde muchos acontecimientos especialmente de la naturaleza, habían cambiado totalmente la vida de todos.
A los pocos días de celebrarse la boda de Roberto y Topacio, apareció un huracán en Miami, que causó estragos en muchas viviendas, dejando lamentablemente sin casas a muchas familias que terminaron viviendo en muchos refugios y centros de acopio que el gobierno tuvo que improvisar para poder brindar ayuda a muchos damnificados.
Una de las casas que había sido destruida en su totalidad había sido la de Alondra, de la cual no quedó absolutamente nada por lo que tuvo que permanecer viviendo en la mansión de Roberto y tener que soportar la presencia de Topacio ahora como la dueña y señora de todo. Aunque ella siempre había querido vivir en la mansión para poder estar cerca de Roberto ahora el destino la había forzado a tener que hacerlo pero soportando la presencia de topacio como la esposa del hombre al que ella amaba profundamente
Pero no solamente Alondra había sido víctima de este fenómeno de la naturaleza, sino que además la casa donde ella tenía escondida a Julia, había sido destruida en su totalidad gracias a la fuerza inclemente del huracán, trayendo como consecuencia que Nancy la enfermera que cuidaba a Julia, falleciera instantáneamente cuando le cayó encima el techo de la casa, dejándola totalmente atrapada entre los escombros.
Pero el paradero de Julia nadie lo sabía ya que el único cuerpo que fue hallado en medio de todos los escombros de esa casa, fue el de Nancy.
Para Alondra el huracán había sido un suceso muy conveniente, ya que no solamente la hizo seguir viviendo en la mansión Grimaldi gracias a haber perdido su casa, sino que además había desaparecido totalmente a Julia y además ya no corría el riesgo de que Nancy la amenazara con contarle toda la verdad a Roberto, porque había muerto al igual como mucha gente de toda la zona. Ya había pasado un año de todo ese suceso y nunca llegó a tener noticias de Julia, además en el estado de deterioro que quedaron tanto las casas como los alrededores de la zona, era imposible que existiera algún sobreviviente, y de esta forma ella descartó por completo la posibilidad de que Julia estuviera viva y continuó viviendo tranquila sintiendo que le había ganado una batalla al destino.
(…)
Los padres de Topacio ya se habían adaptado a vivir en la Ciudad de México, a tal punto que no quisieron regresar a su pueblo, estaban muy contentos porque Juanita trabajaba en la misma pensión como costurera y Bernardo reparaba artefactos eléctricos pequeños, que no le causaban mayor esfuerzo físico, gracias a ese trabajo que desempeñaba con excelencia, se hizo muy popular en todo el barrio, no ganaban una cantidad exorbitante de dinero, pero sin embargo les daba lo suficiente para poder vivir dignamente. Aunque también recibían la ayuda monetaria que les enviaba Topacio mensualmente, y que ellos lo recibían gustosamente porque en el fondo creían que era producto de su trabajo como sirvienta de la mansión, además de creer que Roberto le descontaba de su sueldo, todo el dinero que él había dado para la operación de Bernardo. Y es que en realidad, a pesar de haber pasado un año, los padres de Topacio aún no estaban enterados de que ella se había casado con su patrón. La única que estaba enterada de toda la verdad era Soledad, ya que Milagrito la tenía al tanto de todo lo que pasaba en la vida de Topacio, sin embargo ella le había hecho prometer a su madre que no le iba a contar nada a los padres de Topacio, hasta que ella encontrara el momento propicio para hacerlo, porque quería evitar un disgusto a sus padres y temía especialmente por la salud de su padre, por lo que quería que él estuviera cien por ciento estable de salud para poder enfrentar los y decirles toda la verdad.
Por su parte Nelson seguía trabajando para la familia Grimaldi, solo que él tenía un secreto muy bien guardado que nadie en la mansión se imaginaba.
Tras los lamentables sucesos que habían pasado con la aparición del huracán, Nelson no dudó ni un solo minuto en ir al lugar donde se encontraba la casa vieja en la que supuestamente estaba Julia la hermana de Alondra.
Cuando Nelson llegó al lugar no podía creer todo lo que estaba viendo, se encontró con todo destruido, había escombros por todas partes, la mayoría de las casas estaban totalmente destruidas y solo se veía a la gente caminando por las calles llevando consigo las pocas pertenencias que habían podido salvar.
Nelson al ver aquello tan lamentablemente, enseguida se imaginó:
“ Dios mío lo más seguro es que haya muerto, es muy difícil que en esa casa haya habido algún sobreviviente, está todo destrozado, ahora me quedaré con la duda sin saber si aquella mujer de la que hablaba la señora Alondra era en realidad la señora Julia”
Él siguió caminando por todo el lugar, estaba devastado y muy triste de ver tanta miseria, se encontraba totalmente en shock, en ver que todo había quedado completamente destruido, eran muy pocas las personas que se veían en los alrededores, así que no le quedó otra alternativa que regresar a la mansión Grimaldi y continuar con su trabajo y su vida como si nada hubiera pasado, se sintió culpable de no haber podido hablar a tiempo el mismo día que escuchó aquella discusión entre Alondra y esa mujer desconocida para él, ahora ya no tenía pruebas para demostrarle a Roberto y a la policía que Alondra había tenido secuestrada por muchos años a Julia, porque lamentablemente el destino se había puesto a favor de ella ya que el huracán se había llevado consigo todas las evidencias que podían acusarla. Y él no podía denunciarla porque sería su palabra contra la de ella, ya que Alondra era la cuñada de su patrón, en cambio él era un simple empleado, por lo tanto pensó que lo que dijera no iba a tener ningún tipo de credibilidad ante nadie, porque analizándolo bien, aparentaba ser una historia absurda y poco creíble, que tan solo él sabía que era verdad, y no podía correr el riesgo de que lo señalaran de estar loco.
Cuando iba de regreso caminando entre los escombros, vio a una persona que estaba sentada apoyada en una pared, tenía la mirada perdida y estaba completamente sucia, pero no quiso pasar de largo sino que inmediatamente se acercó y se agachó para poder verla bien de cerca, y se dio cuenta de que se trataba de una mujer, eso por supuesto llamó poderosamente su atención porque pensó que podía ser Julia, él no descartaba ninguna posibilidad de que fuera ella, en el fondo a pesar de todo el desastre y la destrucción total de aquella casa vieja, siempre mantuvo la esperanza de que podía ocurrir el milagro de que ella estuviera en cualquier otro lugar, así que no descartó en lo absoluto su fe de encontrarla y se acercó aquella mujer desvalida y bastante deteriorada, cuando la miró, enseguida su rostro se iluminó y puso una expresión de sorpresa cuando pudo reconocer que esa mujer era Julia.
A pesar de las huellas del tiempo ¡y lo descuidada que se encontraba, él la había reconocido al instante, especialmente esa mirada dulce y profunda que él siempre había admirado en ella, jamás la había podido olvidar y cuando la tuvo enfrente de él, pudo darse cuenta de que sin lugar a dudas se trataba de Julia.
— ¿Señora Julia es usted? Míreme por favor, soy yo, Nelson, el chofer del señor Roberto, ¿Me recuerda? — Julia Estaba totalmente asustada ella no coordinaba muy bien lo que él le estaba diciendo, estaba fuera de sí, no solamente había sido terrible para ella el impacto de la destrucción de esa casa en donde ella había estado secuestrada durante muchos años, sino también toda la droga que le había suministrado Nancy por órdenes de Alondra, para poder mantenerla sedada la mayor parte del tiempo y que ella no se diera cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor, era una manera de hacer que perdiera la razón y la noción del tiempo, manteniéndola siempre débil para que no pudiera escapar.
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Comments
Merly Esmeralda Mosquera Garcia
Gracias a Dios Nelson encontraste a Julia y la estas ayudando, Alondra es una maldit*
2023-03-07
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