El Novio De Papá
Era un día normal, como cualquier otro, estaban siguiendo la misma rutina de siempre, sus clases acabaron y su padre fue a recogerlo trayéndolo de regreso junto con su mejor amigo, pese a tener quince años esto era algo que a Alejandro no le molestaba, se sentía genial cada que su padre iba a por él en su grandioso automóvil negro, además se ahorraba todas las incomodidades del transporte público y unos cuantos pesos.
—Entonces —Alejandro metió conversación tras recordar un dato importante del que su padre le había hablado la noche anterior—, ¿Olivia va a casarse?
—Así es, nos invitó a ambos —respondió Fernando, su padre, con total naturalidad.
—¿¡Y lo dices así como si nada!? —Alejandro fue petulante, lo sabía, pero no podía contener el malestar que despertaba en él lo que estaba pasando. Él ya se había hecho ilusiones con su padre y aquella mujer, habían salido un par de veces juntos y la química entre ambos era innegable—. ¡Era la chica que te gustaba! —no pudo evitar reclamar.
—Se casará con mi jefe, quien se divorció de su esposa para poder casarse con ella. No es una buena mujer —Fernando sentenció con una agradable sonrisa—. Además, tú no deberías preocuparte por cosas como esas.
—Claro que me preocupo, eres mi padre.
—Alejandro quiere una mamita, eso me ha dicho —dijo Gustavo, solo por molestar.
—¡Gustavo cierra la boca! —Alejandro se giró con toda la intención de golpear a su moreno amigo con el periódico que tenía a la mano, pero su padre le atajó con un llamado de atención—. No es eso, no quiero una "mamita", solo quiero que te distraigas y tengas citas.
—Tengo citas.
—Salir a jugar con tus amigos del trabajo no cuenta como "citas".
—He llevado a la señora Remedios al supermercado.
—Ella tiene 75 años y está casada.
—Juno.
—Ella vive al otro lado del mundo, y ¡ni siquiera sabes si es real!
—Está bien, tú ganas —Fernando sonrió sin darle mayor importancia—. Comenzaré a tener citas con chicas que sean de tu agrado, ¿feliz?
—¿Me lo prometes?
—¿Tengo que hacerlo?
—¡Chica guapa a la derecha! —Todos giraron sus rostros a la voz de Gustavo, quien como siempre, llamaba la atención por lo escandaloso que solía ser al hablar—. Tienen vecina nueva, y parece que es bonita.
—Papi... —dijo Alejandro, su mirada estaba enfocada en la distancia, en esos momentos solo podía ver un corto pero sedoso cabello negro, un cuerpo delgado y un buen juego de ropa, de lo poco que se veía, lucía realmente bien.
—Alejandro, no puedo coquetear con alguien quien apenas se está mudando, eso sería raro.
Hastiado, Alejandro soltó un fuerte gruñido. —¿Puedes por lo menos hacer el intento?
—Está bien, pero no vuelvas a hablarme de esa manera, soy tu padre.
—Sí, como digas.
Como de costumbre, Fernando dejó a Gustavo en su casa que estaba un par de calles más abajo de donde ellos vivían y luego volvió en el camino hasta guardar el auto en su garaje, tras esto salió de casa bajo la promesa de “coquetear” con la vecina nueva, aunque Alejandro sabía que su padre era demasiado cobarde como para ponerse en esas con alguien a quien apenas estaba conociendo.
—¿Tu padre siempre fue a ver a la vecina nueva? —preguntó Gustavo a Alejandro cuando le hubo llamado bajo la primera excusa que se le pasó por la cabeza, solía hablar todo el tiempo con él, en su agenda, nunca se acababan los temas de conversación.
—El chisme te puede. —Alejandro activó el altavoz para poder hablar con Gustavo ya que se encontraba algo ocupado calentando la comida que su padre había preparado en horas de la mañana—. Sí, fue para allá, y se está demorando.
—Vas a estrenar mami.
—¡No voy a estrenar "mami"! A ver, tengo 15 años. ¿Para qué quiero una madre a estas alturas? Solo quiero que papá dedique tiempo para él, toda la vida siempre he sido yo, yo, y yo, y quiero que él...
—Eres un buen hijo —Gustavo le interrumpió soltando un suspiro casi imperceptible, pero que ambos escucharon claramente—, no todos a tu edad piensan en la felicidad de sus padres.
—¿Te imaginas a mi papá con novia?
—Tendrás que compartir reino.
—¡Eso jamás! —Alejandro pronunció con total seguridad, aunque siendo consciente de que solo estaban bromeando—. Yo soy el rey de esta casa y ninguna aparecida me va a quitar mi lugar. —Al escucharle, Gustavo soltó una escandalosa risotada, que Alejandro no dudó en acompañar—. Hablo en serio.
—Egoísta.
—Lo soy.
—Eres muy malo Alejito.
—Mi papá ya llegó, te llamo luego para contarte como terminó todo.
—Espero la llamada.
Alejandro colgó y con una enorme sonrisa esperó a su padre en el comedor, este llegó con una divertida risilla plantada en sus labios y sin abrir la boca caminó hasta su lugar.
—¿Y? —preguntó Alejandro evidenciando toques de ansiedad en sus facciones—. ¿Cómo te fue?
—La nueva vecina tiene 18 años.
Alejandro chasqueó la legua y se dedicó a servir la comida de ambos, eso era una mala noticia, a Fernando no le gustaban las mujeres tan menores, él había madurado a muy temprana edad y sus expectativas sobre una pareja estaban en otro nivel, eso sin contar que nunca se metería con alguien que solo le llevara tres años a su hijo.
—Qué lástima.
—Y eso que no te he contado la mejor parte. —Alejandro frunció el ceño al ver una pícara sonrisa que su padre ni siquiera podía contener—. La nueva vecina es... el nuevo vecino.
—No te entiendo.
—Lo que yo llamé "una chica plana" es en realidad un chico.
—¿¡Hablas en serio!? —la sorpresa de Alejandro pronto se transformó en una estruendosa carcajada, y entre bromas y chanzas se olvidaron del tema, hasta que unas horas después Gustavo fue a visitarlos, allí todo volvió a salir a flote.
—¿Dónde quedó el respeto? —Fernando les reclamaba sin parar de reír—. ¡Les recuerdo que tengo 32 años!
—Queremos detalles. ¿Qué le dijiste exactamente?
—Bueno. —Fernando enarcó una ceja mientras elevaba su mirada. Recordar lo sucedido con el nuevo vecino se le hacía ingenuamente divertido—. Yo le dije que si podía ayudarla, que me parecía muy guapa, y él me respondió que si quería decir "guapo", porque él era un chico —Fernando rio renegando con su cabeza, mientras los otros dos soltaron fuertes carcajadas—. Aún me avergüenzo al recordarlo.
—¿Pero por qué tardaste tanto? —preguntó Alejandro realmente intrigado.
—Se estaba mudando y necesitaba ayuda, no iba a negarme a ayudarle porque era un chico, además eso me sirvió para compensar la vergüenza.
—Bueno, ya que el plan vecina nueva y guapa fracasó por obvios motivos, tendré que ponerme en la tarea de buscarte una cita, con una chica de verdad.
—Espero que tengas suerte, yo mientras tanto iré a darme una merecida ducha —Fernando desperezó todo su cuerpo con un gran estirón—. Gustavo, no te vayas muy tarde a casa.
—Termino este trabajo y me voy enseguida.
—Alejito, lo acompañas.
—Ni que se fuera a perder, pero está bien, yo lo acompaño hasta la esquina.
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Comments
Elizabeth Moreno
empieza bien buena y divertida historia
2024-07-31
1
elisa mora
hombre, lo veo bien, me empieza a llamar
2023-09-23
10
Maura Torres
excelente redacción 👍😁 x los momentos promete la historia 😊 está interesante y divertidos los personajes 😁
2023-06-23
1