3. El amor no elige

Sus descansos los pasaba con Tavo. Ambos tenían otros amigos, tal vez Gustavo más que él, pero de una u otra manera siempre eran ellos dos y luego el resto, esto había sido así desde que comenzaron a estudiar juntos desde primero de primaria, y Alejandro no tenía ninguna intención de cambiarlo, ni siquiera un poco. No había nadie mejor que Gustavo.

Gustavo era de cabellos oscuros y piel canela, tenía rasgos varoniles muy marcados que contrastaban con su personalidad juguetona y algo  infantil. Gustavo era alto, incluso más que él y eso que Alejandro estaba por encima del promedio. Además también, Gustavo era un gran deportista, era de esos afortunados que podía hacer con su cuerpo casi cualquier cosa, era bueno en futbol, atletismo, baloncesto, y un gran sinnúmero de deportes, aunque el que más le encantaba era el taekwondo, Gustavo era cinta negra.

Por su parte Alejandro era de cabello castaño claro, ojos color avellana, y piel dorada —muy parecido a su padre—, no destacaba en casi nada, ni académicamente y ni en el ámbito deportivo, lo único a su favor era que la pubertad le había pegado bien y desde los catorce comenzó a llamar la atención de las chicas, lo que le subió unos puntos de popularidad, que no le hacían falta pero que tampoco le sobraban. Alejandro era flojo, le gustaba gastar bromas pesadas, además era petulante, impulsivo, pero eso sí, muy buen amigo.

—¿Y serás bueno con él? —preguntó Gustavo aún sin creerse la escena de celos que su amigo le había montado a su padre.

—Mi padre me dijo que si no lo era me quitaría el celular, así que sí, seré bueno con él. Me sigue cayendo mal —Alejandro aclaró—, pero le daré una oportunidad, además tienes razón, creo que estoy exagerando un... ¿¡Qué mierdas te hiciste en las cejas!? —Alejandro cambió de tema cuando Gustavo movió su gorra dejando ver un par de cejas perfectamente arregladas y una de esta con un pequeño corte hecho con mucha precisión.

—Ayer me fui a cortar el pelo y aproveché para hacérmelas.

—¿Pero… por qué?

—Está de moda, es cool —Gustavo respondió con algo de duda en su voz, y Alejandro lo miró fijamente y en su cara, estalló en risa—. ¿Por qué eres tan malo conmigo? —Gustavo se quejó sonrojándose ligeramente y con una floja sonrisa renegó son su cabeza.

—¡Pero si no he dicho nada!

—Te conozco.

—Hoy las cejas… ¿mañana las uñas? —dijo Alejandro en tono burlón y el moreno no midió fuerzas para acertarle un manotazo en la frente—. ¡Eso dolió! —se quejó dramatizando el momento, aunque sin perder su enorme sonrisa.

—Te lo mereces.

—Solo bromeaba.

—Ajá, como digas —Gustavo se le adelantó dando grandes zancadas, y él se vio obligado a acelerar sus pasos para poder seguirle el ritmo.

—¿A dónde vas?

—Al baño, voy a acomodarme la gorra.

—¿Por qué? Te ves bien así —Alejandro se acercó aún más a él abrazándole fuerte por la espalda, deteniendo sus pasos, reteniéndolo—. Solo estaba bromeando contigo, lo sabes ¿no?

—Lo sé.

—Por cierto, necesito que me acompañes a la peluquería, también quiero un cambio de look, seré completamente rubio.

—Pero castaño estás bien. —Gustavo se giró sobre su cuerpo quedando ambos a escasa distancia, y luego de dibujar en su rostro una dulce sonrisa, sacudió los cabellos de Alejandro—. No pintes tu cabello, vas a dañarlo.

—Tú deberías apoyarme en este tipo de decisiones.

—¿Para qué soy tu mejor amigo? ¿Para apoyarte sin aconsejarte?

—Para estar conmigo en las buenas y en las malas.

Gustavo suspiró resignado, aunque luego soltó una traviesa risilla. —Tu padre va a matarte.

Santiago no dejaba de sentirse incómodo por lo sucedido con Alejandro, y en realidad no estaba de ánimos para aguantarse los malos ratos del mocoso, pero Fernando había sido tan bueno e insistente que él no pudo negarse, así que al día siguiente Santiago estaba frente a la puerta del castaño apretando tímidamente el timbre, él lo ponía nervioso.

—Hola Santi. —Fernando abrió y le invitó a pasar pero no le dedicó demasiada atención, él estaba más preocupado en su celular que en cualquier otra cosa, y en completo silencio el moreno caminó hasta la cocina bajando la alta llama de la estufa, era poco lo que sabía del tema, pero no era tan estúpido como para dejar quemar el arroz, menos cuando Fernando se veía tan atareado.

—Pareces algo ocupado —dijo Santiago tras verle colgar la llamada.

—Alejandro ya debería estar aquí. Me llamó hace unas horas y me pidió que no fuera a recogerlo, que haría algo antes, pero está demorando demasiado.

—¿Estás preocupado? —Santiago se sentó en el comedor, cerca de él.

—Bastante.

—Está en su edad rebelde, tal vez solo esté con sus amigos

—Llamé a su mejor amigo y tampoco me contesta.

—¿Tienes el número de su mejor amigo? —Santiago no pudo evitar sonreír tiernamente mientras recargaba su codo en la mesa y su mentón en la palma de su mano—. Sin lugar a dudas eres un gran padre.

—Pero no sé qué estoy haciendo mal últimamente. —Cansado, Fernando dejó el celular en la mesa y haciendo notar su agotamiento comenzó a acariciar sus sienes—. Sé que está creciendo pero, no sé, todo es muy repentino.

Sin decir nada, Santiago caminó hasta quedar tras de  él y comenzó a acariciar sus hombros, Fernando se negó y le pidió que no lo hiciera, pero Santiago insistió tanto, que al final el castaño no tuvo otra opción más que recibir el reconfortante masaje.

—Estás muy tenso.

—Tengo un hijo adolescente.

—¿A qué edad lo tuviste?

—A los 16.

—Eras muy joven. —Fernando asintió cerrando sus ojos—. ¿Y La madre?, espera, ¿no te incomodan estas preguntas?

—No, para nada —respondió Fernando aun sin abrir sus ojos, pero comenzando a sonreír gratificantemente, Santiago se estaba esforzando mucho en relajar muy bien su cuerpo—. Su mamá se fue cuando él tenía un año. No es fácil tener un bebé, no es fácil criar un hijo.

Santiago se acercó a su oído, lo hizo más de la cuenta y lo hizo a consciencia.

—Has hecho un buen trabajo —susurró en un suave y tenue tono de voz, y se quedó así de cerca contemplando las lindas facciones del mayor mientras este aún tenía sus ojos cerrados. Él era hermoso, lo era en demasía. Era su tipo de hombre, tenía todo lo que le gustaba, hasta un poquito más. La forma de sus ojos, su masculino a la vez que inocente perfil, y sus labios, sus rosados y regordetes labios, cuántas ganas tenía de besarlo, pero no podía hacerlo, por supuesto que no, pero por lo menos podía mirarlo, tocarlo un poco, deleitarse con su presencia, ¿qué de malo podía haber en ello?

le respondió su conciencia cuando al alzar ligeramente su mirada se encontró con los furiosos ojos de Alejandro sobre él.

—¿Puedo saber qué están haciendo?

—Alejandro, ¿dónde estab...? —Fernando se paró de un brinco y su rostro se tornó sorprendido, indignado, exaltado—. ¿Qué le hiciste a tu pelo?

—Me decoloré —respondió Alejandro mientras relajado, acariciaba sus ahora rubios cabellos—. Pero aquí el de las preguntas soy yo.

—Alejandro, ¿qué está pasando contigo?

—Eso debería decirlo yo, ¿qué es eso de estar recibiendo masajitos de tu protegido?, ¿después qué vendrá?

—Alejandro ¿qué estás insinuando?

A todas esas, Santiago se mantuvo al margen de la discusión, se sentía culpable, lo era, él no debió haberse ofrecido a hacerle el masaje, como tampoco debió haberse acercado tanto a su rostro. Santiago sabía muy bien que por lo menos en esa ocasión Alejandro no estaba exagerando.

—¡Santiago solo es un niño! ¿Tú de verdad crees que yo tendría ese tipo de intenciones con él? ¿En qué concepto me tienes Alejo? Soy tu padre, no un desconocido. Por favor, tenme un poco de respeto.

—Procura guardar distancias con él —Alejandro habló mirando fijamente los ojos de un confundido y apenado Santiago, quien seguía sin atreverse a mover sus labios—. Él no es como tú.

—Alejandro Valencia, ve a tu habitación, tenemos que volver a hablar.

—Santi —Alejandro le llamó siendo irónico, satírico, ignorando por completo a su padre quien se había plantado ante el moreno, para "protegerlo" del ataque de su rebelde hijo—. Mantén tus sucias manos lejos de mi padre.

—¡Alejandro, ya ha sido suficiente!

—¿Quieres que me vaya a mi habitación? —El menor alzó sus manos y enarcó sus cejas, su pésima actitud resaltaba a la vista, lo borde de su comportamiento destilaba de su cuerpo—. Me iré a mi habitación. ¿Te quieres quedar a solas con él?

—Un comentario más y le quito la puerta a tu habitación ahora mismo —Fernando apretó sus dientes respirando furioso, pero al tiempo, tratando de controlarse—. ¿Tan egoísta eres para no poder compartir un poco de lo que la vida te dio con alguien que lo necesita?

—Yo no soy un necesitado —reprochó Santiago escurriéndose de sus espaldas, luego le brindó una tímida sonrisa, y sin esperar más, salió disparado en dirección a la puerta.

—Santiago, lo siento —Fernando le alcanzó justo antes de que llegara a la misma—. De verdad lo siento, no quise decir eso.

—Creo que lo mejor es que me vaya —comentó Santiago tras soltar un fuerte y pesado suspiro, y Fernando no dijo nada, pero su mirada lo decía todo, él también pensaba lo mismo. El castaño se veía realmente apenado, y motivos le sobraban, así que para bajarle pesadez al ambiente, Santiago curvó sus labios mostrando una preciosa sonrisa. —Gracias Nandito.

—¿Nandito? —El mayor también sonrió, aunque algo incrédulo—. ¿Dónde quedó el respeto?

—Lo siento.

—No. —susurró Fernando, y volvió a sacudir sus cabellos, tal cual lo hizo mientras estuvieron en el hospital, solo que esta vez esas mismas caricias se sintieron cien mil veces mejor—. Yo lo siento, por favor perdona a Alejito, está en su edad difícil.

—Lo entiendo. Si tuviera a mi lado a alguien como tú, tampoco dejaría que cualquiera se le acercara así de repente.

—No lo justifiques.

—No seas duro con él, por favor.

—Tengo que ser duro con él.

—Por favor —rogó Santiago con voz aniñada, y este gesto arrebató una divertida sonrisa de los labios del castaño.

—Está bien, lo perdonaré solo porque tú lo has hecho, pero hablaré seriamente con él.

—Gracias.

—Santi —Fernando soltó un fuerte suspiro—. No le prestes mucha atención a lo que Alejandro ha dicho.

—Tranquilo —Santiago suspiró profundo, le jodía un poco escuchar eso, pero lo entendía, comprendía muy bien cómo eran las cosas entre ellos—. Sé que no eres esa clase de persona.

—Gracias por comprenderlo.

—¿Ahora se van a dar un beso de despedida? —El menor gritó desde el comedor y en ese mismo instante Fernando cerró sus ojos sin poder contener su ira, y Santiago rio divertido, porque entre otras cosas, a él no le parecía tan mala idea.

Santiago tragó en seco y espabilando se deshizo de su cara de idiota. No quería ser tan obvio ante Fernando, menos cuando su hijo ya se había dado cuenta de la forma en que él lo miraba, y no, no lo veía como una figura paterna precisamente. Ese hombre le gustaba.

—Adiós Fernando. —Santiago dio sus primeros pasos fuera de la casa—. Y no olvides, no seas duro con Alejandro —sonrió por última vez antes de despedirse con un dulce gesto.

¿Por qué defendía al maldito mocoso? Santiago no se entendía, porque y pese a todo Alejandro merecía una buena reprimenda. Si no fuera por el respeto que le tenía a Fernando, y porque sinceramente le daba la razón en todo lo que dijo, Santiago hubiese respondido a sus palabras, a sus berrinches, pero prefirió guardar la compostura, prefirió proteger su buena imagen ante Fernando.

—Maldito mocoso de mierda —resopló molesto cuando llegó a la casa donde provisionalmente se estaba quedando ya que una amiga de su madre le había ofrecido alojamiento mientras él encontraba un lugar dónde quedarse.

Santiago era nuevo en la ciudad, sus clases aún no comenzaban, y las personas que conocía podía contarlas con una mano, entre ellos claro está, su lindo, guapo y castaño vecino, y por supuesto, su tosco, amargado y estúpido hijo.

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Comments

Patricia Contreras

Patricia Contreras

Yo creo que también el amigo de Alejandro lo quiere, pero más allá de la amistad.

2024-08-25

1

Elizabeth Moreno

Elizabeth Moreno

alejandro celiso de su padre

2024-07-31

1

Diana Quintero

Diana Quintero

Alejandro, esta buscando hacerle la vida imposible a Santiago 😔😔

2024-01-19

8

Total
Capítulos
1 1. El amor siempre llega
2 2. El amor y la coincidencia
3 3. El amor no elige
4 4. Amor es cuidar del otro
5 5. El amor es inesperado
6 6. Amor es Confianza
7 7. El amor no se puede ocultar
8 8. Me gustas
9 9. Hermanito
10 10. El amor está más cerca de lo que imaginas
11 11. Un beso
12 12. Dolor en una palabra
13 13. Dame media hora
14 14. ¿Vamos a la cama?
15 15. Una noche
16 16. Yo también pensé en ti
17 17. ¿La amistad o la discusión?
18 18. Un lindo problema
19 19. Happy Pink
20 20. Olivia
21 21. Lo siento
22 22. ¿Lo pondrás sobre mí?
23 23. Tuyo
24 24. Demasiado pronto
25 25. Quería verte
26 26. Hueles delicioso
27 27. No sé si eres lo que quiero para mi vida
28 28. A escondidas
29 29. ¿Quién necesita esa oportunidad?
30 30. El jugo está delicioso
31 31. Aquí estoy, contigo
32 32. Vente conmigo
33 33. Nos vemos en clases
34 34. Hora de volver
35 35. Hasta viejitos
36 36. Feliz y orgulloso
37 37. Quiero besarte
38 38. Descansa
39 39. Tus ojitos
40 40. Hola Alejito
41 41. Pacto
42 42. Solo necesito un abrazo.
43 43. amar es pensar en el otro
44 44. Lágrimas del verdugo
45 45. Gracias
46 46. Quédate por siempre conmigo
47 47. Sí mami
48 48. Un título y una fecha
49 49. Un pastel
50 50. Un deseo
51 51. Día a día, paso a paso, etapa a etapa
52 52. Te amo
53 53. El capitán del equipo
54 54. Me aceptaron
55 55. Cruzar el umbral
56 56. Feliz navidad
57 57. ¿Felicitaciones?
58 58. Miedo
59 59. Lo asfixias
60 60. Y él lloró...
61 61. Subsanado
62 62. Señor Fernando
63 63. Una cita
64 64. Una foto
65 65. Celos
66 66. Recuerdos de un beso que no fue
67 67. Vivir juntos
68 68. Cuatro paredes
69 69. Un hogar
70 70. Promesas - Capítulo final
71 Epílogo
Capítulos

Updated 71 Episodes

1
1. El amor siempre llega
2
2. El amor y la coincidencia
3
3. El amor no elige
4
4. Amor es cuidar del otro
5
5. El amor es inesperado
6
6. Amor es Confianza
7
7. El amor no se puede ocultar
8
8. Me gustas
9
9. Hermanito
10
10. El amor está más cerca de lo que imaginas
11
11. Un beso
12
12. Dolor en una palabra
13
13. Dame media hora
14
14. ¿Vamos a la cama?
15
15. Una noche
16
16. Yo también pensé en ti
17
17. ¿La amistad o la discusión?
18
18. Un lindo problema
19
19. Happy Pink
20
20. Olivia
21
21. Lo siento
22
22. ¿Lo pondrás sobre mí?
23
23. Tuyo
24
24. Demasiado pronto
25
25. Quería verte
26
26. Hueles delicioso
27
27. No sé si eres lo que quiero para mi vida
28
28. A escondidas
29
29. ¿Quién necesita esa oportunidad?
30
30. El jugo está delicioso
31
31. Aquí estoy, contigo
32
32. Vente conmigo
33
33. Nos vemos en clases
34
34. Hora de volver
35
35. Hasta viejitos
36
36. Feliz y orgulloso
37
37. Quiero besarte
38
38. Descansa
39
39. Tus ojitos
40
40. Hola Alejito
41
41. Pacto
42
42. Solo necesito un abrazo.
43
43. amar es pensar en el otro
44
44. Lágrimas del verdugo
45
45. Gracias
46
46. Quédate por siempre conmigo
47
47. Sí mami
48
48. Un título y una fecha
49
49. Un pastel
50
50. Un deseo
51
51. Día a día, paso a paso, etapa a etapa
52
52. Te amo
53
53. El capitán del equipo
54
54. Me aceptaron
55
55. Cruzar el umbral
56
56. Feliz navidad
57
57. ¿Felicitaciones?
58
58. Miedo
59
59. Lo asfixias
60
60. Y él lloró...
61
61. Subsanado
62
62. Señor Fernando
63
63. Una cita
64
64. Una foto
65
65. Celos
66
66. Recuerdos de un beso que no fue
67
67. Vivir juntos
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68. Cuatro paredes
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69. Un hogar
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70. Promesas - Capítulo final
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