Enemigos En El Trono.

Enemigos En El Trono.

Capítulo I: Deber y venganza

Inglaterra.

Elizabeth estaba asomada por la ventana de su aposento desde hace un rato. Con impaciencia, esperaba noticias sobre su suerte, sabía que independiente de lo que pasara ese día, ella se convertiría en el trofeo de la paz entre los York y los Tudor, las rosas blancas y las rosas rojas. Su mano iba a ser entregada al vencedor de la guerra, así como se entregan tierras, dinero o incluso los animales. Toda su vida se había convertido en una mercancía que cualquier cazafortunas podría comprar y llevársela consigo.

Con la derrota de la Casa de York en la guerra y el advenimiento de los Tudor al trono, todos los miembros de la vencida dinastía corrían peligro de muerte. Los príncipes Edward y Richard, a penas unos niños, fueron encerrados en la Torre por cómplices de los Tudor, nunca más se les vio hasta que se informó de su muerte. El Rey Richard III, llevó al país casi a la quiebra y acabó muerto en la guerra. La única manera en que la Casa York se mantuviera a salvo era mediante una alianza estrecha y duradera; ese pacto debía ser con un matrimonio. Elizabeth, la hija mayor del Rey Edward IV, era la candidata ideal para sellar el acuerdo con Henry Tudor y toda su dinastía.

Si tan sólo su padre estuviera vivo, las circunstancias de su futuro boda serían tan distintas. Quizás sería Reina por derecho propio, haría uso de su voluntad y poder para deshacerse de los traidores a su familia y podría casarse con un hombre honrado y a la altura de su linaje y rango.

—Lizzie, tengo buenas noticias, Henry Tudor ya está en tierras inglesas. En unos días más estará aquí para oficializar vuestro compromiso.

Su madre, Elizabeth Woodville la reina viuda, había prometido a su hija en matrimonio al hijo de su enemiga, Margaret Beaufort, con el acuerdo que el ejército Tudor venciera al rey Richard III, el hombre que trajo la ruina al país y a la Casa de York. La unión de los dos hijos sería una representación de paz y armonía para el pueblo inglés.

—Se supone que debo estar feliz porque pronto veré la cara del asesino de mi tío y mis hermanos. Y mi despreciable futuro marido

—¡Elizabeth! No quiero que vuelvas a repetir eso, tus hermanas te pueden oír. Sabes que no tenemos otra opción. Los Yorks caímos en desgracia por culpa de Richard y perdimos él trono de Inglaterra. Solo tú, mi princesa, puedes recuperar él poder para sus legítimos dueños y castigar a quienes me arrebataron a mis hijos Edward y Richard.

Lizzie ya se sabía esas palabras de memoria, sonaban como un puñal a su alma y su madre se encargaba de recordárselo constantemente.

—Ya mi lo sé mi lady madre. ¡Soy él maldito peón de mi familia en este juego! Si mi padre o mi tío estuvieran vivos, jamás hubieran aceptado que me uniera a los bastardos Tudor sin linaje- exclamó Elizabeth mirándose al espejo y conteniendo su rabia.

—Controla tus palabras Lizzie. Has nacido princesa y debes aceptarlo. Es tu deber casarte con Henry Tudor para protegernos, en especial a mí y tus cuatro hermanas.

Por voluntad divina, serás la Reina de Inglaterra, deberías estar feliz por tener un futuro así de glorioso.

La reina viuda había puesto sus ambiciones en su hija mayor. Los conflictos con su fallecido cuñado la habían llevado a decidir unir fuerzas con los Tudor para destronarlo. Ahora su hija Elizabeth debía casarse y poner en marcha él plan de expulsar a los Tudor del Reino.

Elizabeth suspiró de ira, maldijo una vez más su destino y su condición, envidió a sus hermanas menores y deseó que Cecily, la que le seguía en edad, estuviera en su lugar. Le habían quitado a los miembros más queridos de su familia

— Soy la princesa del Reino, la verdadera heredera al trono. Nací como hija de reyes, nunca un miserable asesino será mi rey, ni mucho menos mi esposo.

Elizabeth Woodville, se puso detrás de su hija frente al espejo y le ordenó:

—Enfría tu corazón hija mía, sólo así lograremos nuestro propósito. Recuerda quien eres.

Te espero abajo para un aperitivo, salir de esta habitación te hará bien querida mía.

La puerta se cerró, Elizabeth soltó unas lágrimas y deseó que su esperado prometido pudiera ser asesinado durante su viaje. Por ahora solo quedaba decidir ser fuerte, sacar fortaleza de las flaquezas y dejar de soñar con utópica felicidad.

Cinco días más tarde, llegó una comitiva portando el estandarte de la Rosa Roja con un mensaje del Rey Henry, anunciando que en dos días estaría en él Castillo Rivers para oficializar el compromiso con la Princesa Elizabeth de York.

Elizabetht Woodville se emocionó más que la misma futura novia. Ordenó que se prepara todo para recibir al rey y futuro yerno.

—Elizabeth, hija mía quiero que uses él vestido calipso. Indicaré que te preparen un baño de rosas y apartaré las joyas que usarás. Quiero que Henry Tudor quedé deslumbrado por ti.

—Tendrás que solicitar que le cambien la expresión de su cara madre, dijo Cecily en tono burlesco- pareciera que Lizzie va a recibir a su verdugo y no al rey de Inglaterra.

Elizabeth miró con enojo a su envidiosa hermana, si fuera por Cecily estaría feliz de casarse con el monarca, aun sabiendo que era su enemigo y un asesino.

—¿Por qué no te preparas tú entonces? Y le decimos al Tudor que hay una princesa desesperada y ansiosa por desposarlo.

Una princesa con escaso juicio y un soberano asesino. La pareja perfecta ¿No lo crees hermana?– arqueó una ceja sonriendo

—Ambas paren de discutir. Cecily, si no tienes algo ingenioso para decir, cierra la boca y tú, Lizzie ve a prepararte. Beth, lleva a la princesa a su baño.

\*

En Londres la capital del reino, Henry Tudor era coronado Rey de Inglaterra, Gales e Irlanda en la Catedral de Westminster .

Su religiosa madre, Lady Margaret Beaufort veía cumplido sus anhelos y ambiciones; su preciado y lejano hijo sería el instrumento para castigar y acabar con sus enemigos de la Casa de York y otros que tenía entre los nobles. Henry apenas sería el peón que cumpliría sus órdenes y mandatos.

–Su Majestad, no sabes la alegría que siento de verle coronado. Esperamos mucho tiempo para esto– declaraba Jasper Tudor.

–Tío Jasper, no me llames así, para ti siempre seré Henry. Eres como mi padre y eso es más importante que los protocolos aburridos que debemos seguir- sonrió Henry y abrazó a su tío.

-¿Creo que la corona te pesa o no?- río el tío – es mucho el peso que llevas ahora sobre ti. Tu trono, tu reino, tus súbditos y... tu reina.

Henry no respondió, fijó unos instantes su vista en el anillo con el escudo real inglés, que llevaba en su mano, luego alzó los ojos y observó el estandarte con la rosa blanca que colgaba en el salón del trono. Realmente se olvidaba que lo habían comprometido con la heredera de la dinastía York

–Mi madre arregló ese matrimonio con la princesa de York. Hay más princesas en Europa que podrían ser adecuadas, dignas e incluso mejores para el puesto de Reina Consorte. Pero ahí está de nuevo Lady Beaufort, siempre imponiendo lo que considera que Dios revela en sus oraciones.

–Henry, dudó que haya una mejor candidata que Elizabeth de York. Es la heredera de Edward IV, tuvo una educación finísima y desciende de reyes ingleses. Además, posee una belleza excepcional, dudo que haya una chica que se le compare en toda Inglaterra y Europa. Es justo como te gustaría a ti.

Y es tu deber cumplir con ese compromiso, asumido antes de la guerra. Los nobles te apoyaron con la condición que te casarías con Elizabeth de York

Jasper se fue unos minutos para dejar solo a su sobrino en el gran salón real. El mancebo Rey necesitaba pensar y definir en solitario sus pasos a seguir

Los pensamientos de Henry estaban perdidos en la imagen mental que tenía de su futura mujer: ¿Sería igual a como la recordaba?, ¿Ella conservaría ese fuego en los ojos, que quedó grabado como un sello en su memoria y, que veía cada noche en sus sueños? La vio una única vez por casualidad. Un encuentro bastó para dejarlo sin aliento y con el alma hechizada.

El corazón de Henry comenzó a latir con fuerza por los agradables recuerdos vinieron a su mente.

–No, no me debo dejar llevar por las emociones–creyó con firmeza– Lo único que me importa es que esa mujer me sea leal, se someta a mi autoridad y me dé un heredero. El resto solamente es basura e inútil sentimentalismo, no me interesa quererla o que ella me quiera a mí. El amor es exclusivamente charlatanería. Este matrimonio es una decisión política.

\*

Aunque, no dejaba de estar ansioso, ya que dentro de dos días, tendría ante sí a la mujer cuya hermosa y pedantería no podía borrar de su cabeza ni de su corazón. Esa imagen reaparecía cada noche al cerrar sus ojos como la ilusión más hermosa que había visto. Sin embargo, tenía la certeza que Elizabeth de York era como todas las mujeres: coquetas, frívolas, sentimentales y débiles; aparte de su alabada belleza no habría nada más extraordinario en ella.

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Comments

Anonymous

Anonymous

Es muy interesante 😊

2024-07-17

0

MARTITA

MARTITA

QUÉ CHASCO SE VA A LLEVAR CUANDO TERMINE LOCO DE AMOR POR SU CONSORTE😊

2024-04-25

0

Josefina De Jesus

Josefina De Jesus

tiene que ser tan superficial

2023-06-29

0

Total
Capítulos
1 Capítulo I: Deber y venganza
2 Capítulo II: Solo es un acuerdo.
3 Capítulo III: Te doy mi palabra.
4 Capítulo IV: Primeras diferencias.
5 Capítulo V: Reina de Inglaterra.
6 Capítulo VI: Lenta con los labios.
7 Capítulo VII: No eres mi marido
8 Capítulo VIII: Las sospechas que llevan al deseo.
9 Capítulo IX: Proximidad
10 Capítulo X: Celos
11 Capítulo XI: La singular cobranza para un premio.
12 Capítulo XII: Yo no perdono.
13 Capítulo XIII: El cielo en sus ojos.
14 Capítulo XIV: El Flashback
15 Capítulo XV: La salida de la discordia.
16 Capítulo XVI: El riesgo de no perdonarlo.
17 Capítulo XVII: Huésped indeseable.
18 Capítulo XVIII: Esta mujer tiene dueño.
19 Capítulo XIX: Eres linda, aunque no tanto.
20 Capítulo XX: El Ataque
21 Capítulo XXI: Mi vida va a perder sentido.
22 Capítulo XXII: Regresa a mí.
23 Capítulo XXIII: Ha llegado la hora de actuar.
24 Capítulo XXIV: Enemigos.
25 Capítulo XXV: El Plan.
26 Capítulo XXVI: La Tregua.
27 Capítulo XXVII: ¡Él es mi marido!
28 Capítulo XXVIII: Íntima.
29 Capítulo XXIX: Propuesta.
30 Capítulo XXX: Acuerdo.
31 Capítulo XXXI: Juntos.
32 Capítulo XXXII: Panorama sombrío.
33 Capítulo XXXIII: Regalo.
34 Capítulo XXXIV: Días contados.
35 Capítulo XXXV: Cartas.
36 Capítulo XXXVI: Perdiste Elizabeth.
37 Capítulo XXXVII: Obligación.
38 Capítulo XXXVIII: Toda la repugnancia.
39 Capítulo XXXIX: Alejarme.
40 Capítulo XL: Baile del final.
41 Capítulo XLI: Se ha ido.
42 Capítulo XLII: Expuestas.
43 Capítulo XLIII: Volverá.
44 Capítulo XLIV: Lejanía.
45 Capítulo XLV: Esperanzas.
46 Capítulo XLVI: Sentimientos.
47 Capítulo XLVII: Una señal.
48 Capítulo XLVIII: Destino.
49 Capítulo XLIX: Ilusión idílica.
50 Capítulo L: Soy su marido.
51 Capítulo LI: Tuyo.
52 Capítulo LII: Confesión.
53 Capítulo LIII: Ella ya no está más.
54 Capítulo LIV: Secretos dolorosos.
55 Capítulo LV: Pieza de ajedrez.
56 Capítulo LVI: Corazón quebrado.
57 Capítulo LVII: Me amas, me deseas.
58 Capítulo LVIII: A mí no.
59 Capítulo LIX: Estoy sola.
60 Capítulo LX: Henry.
61 Capítulo LXI: Gracias.
62 Capítulo LXII: El trato se anuló.
63 Capítulo LXIII: Sigan en lo suyo.
64 Capítulo LXIV: Lealtad.
65 Capítulo LXV: La Furia del Amor.
66 Capítulo LXVI: El mar.
67 Capítulo LXVII: Luna de Miel.
68 Capítulo LXVIII: Ocaso.
69 Capítulo LXIX: Sangre.
70 Capítulo LXX: Abismo.
71 Capítulo LXXI– Un niño.
72 Capítulo LXXII: Maldito destino.
73 Capítulo LXXIII: Guerra.
74 Capítulo LXXIV: Saldremos muertos.
75 Capítulo LXXV: Hija de Judas.
76 Capítulo LXXVI: Barrera
77 Capítulo LXXVII: Juramento.
78 Capítulo LXXVIII: Escondido.
79 Capítulo LXXIX: Ira y Júbilo.
80 Capítulo LXXX: Fantasma de Mujer.
81 Capítulo LXXXI: Vacío.
82 Capítulo LXXXII: Complot.
83 Capítulo LXXXIII: Determinación.
84 Capítulo LXXXIV: La Fortuna.
85 Capítulo LXXXV: Mi mujer, mi Elizabeth.
86 Capítulo LXXXVI: Traidores.
Capítulos

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1
Capítulo I: Deber y venganza
2
Capítulo II: Solo es un acuerdo.
3
Capítulo III: Te doy mi palabra.
4
Capítulo IV: Primeras diferencias.
5
Capítulo V: Reina de Inglaterra.
6
Capítulo VI: Lenta con los labios.
7
Capítulo VII: No eres mi marido
8
Capítulo VIII: Las sospechas que llevan al deseo.
9
Capítulo IX: Proximidad
10
Capítulo X: Celos
11
Capítulo XI: La singular cobranza para un premio.
12
Capítulo XII: Yo no perdono.
13
Capítulo XIII: El cielo en sus ojos.
14
Capítulo XIV: El Flashback
15
Capítulo XV: La salida de la discordia.
16
Capítulo XVI: El riesgo de no perdonarlo.
17
Capítulo XVII: Huésped indeseable.
18
Capítulo XVIII: Esta mujer tiene dueño.
19
Capítulo XIX: Eres linda, aunque no tanto.
20
Capítulo XX: El Ataque
21
Capítulo XXI: Mi vida va a perder sentido.
22
Capítulo XXII: Regresa a mí.
23
Capítulo XXIII: Ha llegado la hora de actuar.
24
Capítulo XXIV: Enemigos.
25
Capítulo XXV: El Plan.
26
Capítulo XXVI: La Tregua.
27
Capítulo XXVII: ¡Él es mi marido!
28
Capítulo XXVIII: Íntima.
29
Capítulo XXIX: Propuesta.
30
Capítulo XXX: Acuerdo.
31
Capítulo XXXI: Juntos.
32
Capítulo XXXII: Panorama sombrío.
33
Capítulo XXXIII: Regalo.
34
Capítulo XXXIV: Días contados.
35
Capítulo XXXV: Cartas.
36
Capítulo XXXVI: Perdiste Elizabeth.
37
Capítulo XXXVII: Obligación.
38
Capítulo XXXVIII: Toda la repugnancia.
39
Capítulo XXXIX: Alejarme.
40
Capítulo XL: Baile del final.
41
Capítulo XLI: Se ha ido.
42
Capítulo XLII: Expuestas.
43
Capítulo XLIII: Volverá.
44
Capítulo XLIV: Lejanía.
45
Capítulo XLV: Esperanzas.
46
Capítulo XLVI: Sentimientos.
47
Capítulo XLVII: Una señal.
48
Capítulo XLVIII: Destino.
49
Capítulo XLIX: Ilusión idílica.
50
Capítulo L: Soy su marido.
51
Capítulo LI: Tuyo.
52
Capítulo LII: Confesión.
53
Capítulo LIII: Ella ya no está más.
54
Capítulo LIV: Secretos dolorosos.
55
Capítulo LV: Pieza de ajedrez.
56
Capítulo LVI: Corazón quebrado.
57
Capítulo LVII: Me amas, me deseas.
58
Capítulo LVIII: A mí no.
59
Capítulo LIX: Estoy sola.
60
Capítulo LX: Henry.
61
Capítulo LXI: Gracias.
62
Capítulo LXII: El trato se anuló.
63
Capítulo LXIII: Sigan en lo suyo.
64
Capítulo LXIV: Lealtad.
65
Capítulo LXV: La Furia del Amor.
66
Capítulo LXVI: El mar.
67
Capítulo LXVII: Luna de Miel.
68
Capítulo LXVIII: Ocaso.
69
Capítulo LXIX: Sangre.
70
Capítulo LXX: Abismo.
71
Capítulo LXXI– Un niño.
72
Capítulo LXXII: Maldito destino.
73
Capítulo LXXIII: Guerra.
74
Capítulo LXXIV: Saldremos muertos.
75
Capítulo LXXV: Hija de Judas.
76
Capítulo LXXVI: Barrera
77
Capítulo LXXVII: Juramento.
78
Capítulo LXXVIII: Escondido.
79
Capítulo LXXIX: Ira y Júbilo.
80
Capítulo LXXX: Fantasma de Mujer.
81
Capítulo LXXXI: Vacío.
82
Capítulo LXXXII: Complot.
83
Capítulo LXXXIII: Determinación.
84
Capítulo LXXXIV: La Fortuna.
85
Capítulo LXXXV: Mi mujer, mi Elizabeth.
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Capítulo LXXXVI: Traidores.

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