Capítulo XVII: Huésped indeseable.

–Ahí la tiene Su Majestad, la Reina en carne y hueso. Mi hija suele demorarse en sus paseos a caballo y salidas– la Reina viuda había interrumpido el insoportable silencio entre Elizabeth y Henry.

–También noté ese rasgo tan característico de Elizabeth: sale y nadie se entera en qué lugar puede estar– Henry bromeó y miró de reojo a Lizzie quien desvió la mirada hacia la ventana.

Estaba furiosa. Se quedó en Hetford para no verle la cara al Rey ni a su madre, Lady Margaret, y ahora él se encontraba en la misma habitación y en la misma residencia.

En el Palacio de Greenwich y de Westminster era fácil sacárselo de encima y escabullirse, la nueva realidad le decía que sería más complicado no cruzarse con él. El Palacio de Hetford era una residencia de vacaciones, más pequeño y con menor número de habitaciones, tenía dos salones principales con tapices rojos y suelo alfombrado, un comedor y una biblioteca; sería un arduo trabajo tratar de no toparse con Henry mientras estuviera ahí.

–¿Nos acompaña a la cena mi Rey? Sería un verdadero honor tenerlo en nuestra mesa ¿No te parece Lizzie?– Cecily echó una sonrisa falsa a su hermana y esta se limitó a girar la vista.

–La Princesa Cecily está en lo cierto. Por favor, Su Majestad quédese a cenar con nosotras. Estaremos encantadas.

–Su Alteza Real, Reina viuda, el placer será mío. Cenaremos todos juntos en familia

Elizabeth ya casi estallaba de la ira. Se esperaba una actitud así de su hermana, pero no entendía el actuar de su madre ¿Acaso buscaba congraciarse con los Tudor?. No quiso permanecer más en ese acto teatral, hizo una reverencia y salió a toda prisa del salón.

–Perdone el carácter errático de mi hija. Ya la conoce por lo visto.

–Mi hermana siempre fue difícil. Una princesa muy salvaje e impetuosa, no sé cómo Su Majestad la ha soportado.

–Cecily no digas cosas así– Mary, que la seguía en edad, interrumpió– Lizzie es nuestra hermana mayor y la debes respetar.

Cecily hizo un gesto inmaduro con la boca, Mary la tomó de la mano y ambas dejaron el salón para ir a sus habitaciones a vestirse para comida.

La cena transcurrió con una animada charla, Cecily no paraba de hablar de lo entretenida que era la vida en la Corte, ni de los lujos que le gustaría, se acercaba de manera poca discreta al Rey buscando que la mirara. Lizzie comía en silencio, evitaba el contacto visual con el marido que se ubicó justo al frente, se reía al ver a su hermana tratar de llamar la atención; no le parecía mala idea si ella conseguía conquistarlo para sí.

Durante la comida principal, Elizabeth estiró su mano derecha para tomar una salsa de champiñón del otro lado, Henry quiso entregársela, pero al observar que la Reina ya no llevaba el anillo de rubí en su dedo, se detuvo. El símbolo de su unión había sido quitado de su lugar. Ella vio con ánimo los ojos desconcertados de su marido y para provocarlo más, giró su mano para que apreciara mejor su dedo vacío junto con la expresión desafiante en sus ojos.

El furor del enojo viajó por cada célula de Henry. Su arrogante esposa, Elizabeth, tuvo la insolencia de quitarse su alianza de matrimonio y mostrarse como una mujer soltera ante su familia. Era un rubí finísimo, lo había mandado traer de Francia y encargado al mejor joyero de Londres fabricar la pieza, pagó un extra por los pequeños diamantes que adornaban la piedra; secretamente dio la orden de grabar las letras E y H en el parte interior. Ahora esa rica pieza no estaba en su lugar y quien sabe donde fue a parar.

Lizzie acabó su cena con prontitud, no quería pasar más tiempo evitando el contacto visual con el Rey, ni seguir escuchando las frivolidades de su hermana Cecily. Pidió que la disculparan y abandonó la mesa; tras ella salió Mary y sus hermanas más pequeñas.

–Cecily, acompaña a tus hermanas a tomar aire en el jardín y vigila que no se alejen.

–No he acabado mi comida madre, no podemos dejar a Su Majestad comer solo.

–Haz lo que te digo hija mía– Cecily se retira de mala y sale por la puerta– Su Majestad, ahora que estamos a solas, quería comunicarle que he dispuesto acomodarlo en la habitación de Lizzie, es la más grande y lujosa, ambos estarán muy cómodos ahí.

–Reina viuda agradezco su hospitalidad y amabilidad. Yo preferiría no importunar a Elizabeth, no me molestará ocupar otra habitación– Henry se imaginó la reacción de su esposa al verlo entrar a la habitación.

–Ustedes son marido y mujer, es común que compartan aposentos. Sin intención de ofenderlo mi señor, de esta manera podrá arreglar las desavenencias con mi hija.

Avergonzado, tuvo que admitir que no había otra manera de hablar con Elizabeth: con ella se requería actuar de frente y sin titubeos, de lo contrario continuaría ignorándolo y evitando su presencia.

Después de todo, a Elizabeth le gustaba decir sus ideas de manera directa, entonces usaría las mismas estrategias para enfrentarla, así no tendría escapatoria ni saldría corriendo.

Por demás, la sugerencia de su suegra no le parecía mala a Henry. Desde que se casó quería compartir el lecho con su esposa, aunque no fuera para tener intimidad, el solo hecho de tenerla cerca le parecía suficiente; sentir su cuerpo tan próximo del suyo lo estremecía hasta lo más profundo de su ser. Este podría ser el comienzo de la ardua empresa que se había propuesto hace meses: tratar de conquistar el corazón de su enemiga.

Elizabeth se tardó más en irse a la cama. Sus pensamientos eran un torrente de dudas e interrogantes acerca de lo que estaba pasando: la visita desagradable de su esposo, su madre y su inesperada afabilidad, los responsables de la muerte de sus hermanos o sus nuevos movimientos en la investigación.

El agobio se apoderó de su mente, estaba enojada consigo misma, por primera vez no tenía claro qué hacer. No quería regresar a la Corte, y eso significaba perder la influencia que tenía sobre el Rey, sumado a eso tendría más vigilancia y seguridad, o mejor dicho espías, por lo que no tendría expeditas sus salidas la Torre para averiguar más datos.

La situación exigía meditar y analizar a detalle la decisión que tomaría. En ese momento optó por ir a la cama a descansar.

Elizabeth tenía la costumbre de alternar su ropa para dormir. En el Palacio era obligada a usar camisones bastante descubiertos y holgados; en el palacio donde vivía su madre tenía la libertad de usar las prendas que quisiera, sin que nadie intentara presionarla.

Preparada para entrar a la cama, salió de su habitación y se fue a la biblioteca a buscar un libro para leer antes de dormir. Iba devuelta y al estar frente a la puerta percibió que no tenía seguro, la abrió y frente a ella estaba una figura masculina gallarda de espaldas, al lado de la chimenea...

–No es cierto... no es cierto, es solo efecto del sueño– repitió en su mente.

Esto de seguro fue idea de su madre o de su esposo para guardar las apariencias y formalidades.

Entró y cerró la puerta de un golpe. Henry se dio la vuelta, si antes tenía temor, este aumentó al ver la furia descontrolada en la cara de Elizabeth, sus ojos altivos destellaban rencor y enemistad. Un silencio agónico se hizo entre ellos...

–La Reina viuda me indicó que usaría tu habitación. Ella utiliza este palacio y me debe ubicar para poder reposar– Elizabeth avanzó hasta el sillón al lado de la chimenea– Yo... he querido hablar contigo hace días, sé que estás molesta por lo que pasó... me gustaría que me miraras a los ojos mientras te hablo– la receptora seguía metida en su libro.

Elizabeth, inexpresiva y fría, se levantó para ir al sanitario. Henry lo vio como un acto de desprecio, sin medirse en sus impulsos la detuvo de la muñeca derecha. Ese apretón le recordó a Elizabeth la leve lesión que tenía en su piel.

–Lo siento yo... ¿Te duele?– levantó su manga y él pudo ver las marcas de sus fuertes de dedos en el delgado brazo de su esposa.

–¿Puede romperme el brazo si eso le complace? ¡Vamos hazlo!

–Nunca fue intención hacerte daño– afligido admitió que fue agresivo– Perdóname Elizabeth– acarició levemente esa zona.

– Gracias por fingir que se preocupa por mí. Pero no necesita hacerlo más. Puede regresar al Palacio de Greenwich mañana mismo. No necesito su falsa lástima.

–Si vuelvo, no lo haré solo. Tú vendrás conmigo a nuestra casa con tu familia – la culpa lo dominaba y trataba de escoger con cuidado sus palabras.

–El lugar donde se humilla y agrade a una mujer, no puede ser su casa, y menos llamar familia a sus adversarios.

El sentir de Elizabeth le apretó el corazón. Henry supo ahí cuánto daño causaron sus acciones, creyó que su esposa tenía un poco de coraje, era al contrario, el resentimiento de Elizabeth corría similar a un viento huracanado, el paso de los días conseguía acrecentarlo.

Lógicamente, las palabras que salían de sus labios eran azotes de ira para expresar su manera de sentir. Henry solía ser despiadado e impasible, hasta en el campo de batalla era insensible y vengativo, jamás había tenido que retractarse de sus acciones o dichos y aún menos frente al enemigo. Pero para todo hay una primera vez, está era el momento en que el empedernido Henry Tudor debería pedir a un contendiente: la Reina de Inglaterra, su esposa.

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Comments

Marthamaria García

Marthamaria García

ay un limite para todo y realmente ya me esta fastidiando esto,bajale los humos a esa reina de pacotilla o vas a perder lectores .

2023-05-26

2

Total
Capítulos
1 Capítulo I: Deber y venganza
2 Capítulo II: Solo es un acuerdo.
3 Capítulo III: Te doy mi palabra.
4 Capítulo IV: Primeras diferencias.
5 Capítulo V: Reina de Inglaterra.
6 Capítulo VI: Lenta con los labios.
7 Capítulo VII: No eres mi marido
8 Capítulo VIII: Las sospechas que llevan al deseo.
9 Capítulo IX: Proximidad
10 Capítulo X: Celos
11 Capítulo XI: La singular cobranza para un premio.
12 Capítulo XII: Yo no perdono.
13 Capítulo XIII: El cielo en sus ojos.
14 Capítulo XIV: El Flashback
15 Capítulo XV: La salida de la discordia.
16 Capítulo XVI: El riesgo de no perdonarlo.
17 Capítulo XVII: Huésped indeseable.
18 Capítulo XVIII: Esta mujer tiene dueño.
19 Capítulo XIX: Eres linda, aunque no tanto.
20 Capítulo XX: El Ataque
21 Capítulo XXI: Mi vida va a perder sentido.
22 Capítulo XXII: Regresa a mí.
23 Capítulo XXIII: Ha llegado la hora de actuar.
24 Capítulo XXIV: Enemigos.
25 Capítulo XXV: El Plan.
26 Capítulo XXVI: La Tregua.
27 Capítulo XXVII: ¡Él es mi marido!
28 Capítulo XXVIII: Íntima.
29 Capítulo XXIX: Propuesta.
30 Capítulo XXX: Acuerdo.
31 Capítulo XXXI: Juntos.
32 Capítulo XXXII: Panorama sombrío.
33 Capítulo XXXIII: Regalo.
34 Capítulo XXXIV: Días contados.
35 Capítulo XXXV: Cartas.
36 Capítulo XXXVI: Perdiste Elizabeth.
37 Capítulo XXXVII: Obligación.
38 Capítulo XXXVIII: Toda la repugnancia.
39 Capítulo XXXIX: Alejarme.
40 Capítulo XL: Baile del final.
41 Capítulo XLI: Se ha ido.
42 Capítulo XLII: Expuestas.
43 Capítulo XLIII: Volverá.
44 Capítulo XLIV: Lejanía.
45 Capítulo XLV: Esperanzas.
46 Capítulo XLVI: Sentimientos.
47 Capítulo XLVII: Una señal.
48 Capítulo XLVIII: Destino.
49 Capítulo XLIX: Ilusión idílica.
50 Capítulo L: Soy su marido.
51 Capítulo LI: Tuyo.
52 Capítulo LII: Confesión.
53 Capítulo LIII: Ella ya no está más.
54 Capítulo LIV: Secretos dolorosos.
55 Capítulo LV: Pieza de ajedrez.
56 Capítulo LVI: Corazón quebrado.
57 Capítulo LVII: Me amas, me deseas.
58 Capítulo LVIII: A mí no.
59 Capítulo LIX: Estoy sola.
60 Capítulo LX: Henry.
61 Capítulo LXI: Gracias.
62 Capítulo LXII: El trato se anuló.
63 Capítulo LXIII: Sigan en lo suyo.
64 Capítulo LXIV: Lealtad.
65 Capítulo LXV: La Furia del Amor.
66 Capítulo LXVI: El mar.
67 Capítulo LXVII: Luna de Miel.
68 Capítulo LXVIII: Ocaso.
69 Capítulo LXIX: Sangre.
70 Capítulo LXX: Abismo.
71 Capítulo LXXI– Un niño.
72 Capítulo LXXII: Maldito destino.
73 Capítulo LXXIII: Guerra.
74 Capítulo LXXIV: Saldremos muertos.
75 Capítulo LXXV: Hija de Judas.
76 Capítulo LXXVI: Barrera
77 Capítulo LXXVII: Juramento.
78 Capítulo LXXVIII: Escondido.
79 Capítulo LXXIX: Irá y Júbilo.
80 Capítulo LXXX: Fantasma de Mujer.
Capítulos

Updated 80 Episodes

1
Capítulo I: Deber y venganza
2
Capítulo II: Solo es un acuerdo.
3
Capítulo III: Te doy mi palabra.
4
Capítulo IV: Primeras diferencias.
5
Capítulo V: Reina de Inglaterra.
6
Capítulo VI: Lenta con los labios.
7
Capítulo VII: No eres mi marido
8
Capítulo VIII: Las sospechas que llevan al deseo.
9
Capítulo IX: Proximidad
10
Capítulo X: Celos
11
Capítulo XI: La singular cobranza para un premio.
12
Capítulo XII: Yo no perdono.
13
Capítulo XIII: El cielo en sus ojos.
14
Capítulo XIV: El Flashback
15
Capítulo XV: La salida de la discordia.
16
Capítulo XVI: El riesgo de no perdonarlo.
17
Capítulo XVII: Huésped indeseable.
18
Capítulo XVIII: Esta mujer tiene dueño.
19
Capítulo XIX: Eres linda, aunque no tanto.
20
Capítulo XX: El Ataque
21
Capítulo XXI: Mi vida va a perder sentido.
22
Capítulo XXII: Regresa a mí.
23
Capítulo XXIII: Ha llegado la hora de actuar.
24
Capítulo XXIV: Enemigos.
25
Capítulo XXV: El Plan.
26
Capítulo XXVI: La Tregua.
27
Capítulo XXVII: ¡Él es mi marido!
28
Capítulo XXVIII: Íntima.
29
Capítulo XXIX: Propuesta.
30
Capítulo XXX: Acuerdo.
31
Capítulo XXXI: Juntos.
32
Capítulo XXXII: Panorama sombrío.
33
Capítulo XXXIII: Regalo.
34
Capítulo XXXIV: Días contados.
35
Capítulo XXXV: Cartas.
36
Capítulo XXXVI: Perdiste Elizabeth.
37
Capítulo XXXVII: Obligación.
38
Capítulo XXXVIII: Toda la repugnancia.
39
Capítulo XXXIX: Alejarme.
40
Capítulo XL: Baile del final.
41
Capítulo XLI: Se ha ido.
42
Capítulo XLII: Expuestas.
43
Capítulo XLIII: Volverá.
44
Capítulo XLIV: Lejanía.
45
Capítulo XLV: Esperanzas.
46
Capítulo XLVI: Sentimientos.
47
Capítulo XLVII: Una señal.
48
Capítulo XLVIII: Destino.
49
Capítulo XLIX: Ilusión idílica.
50
Capítulo L: Soy su marido.
51
Capítulo LI: Tuyo.
52
Capítulo LII: Confesión.
53
Capítulo LIII: Ella ya no está más.
54
Capítulo LIV: Secretos dolorosos.
55
Capítulo LV: Pieza de ajedrez.
56
Capítulo LVI: Corazón quebrado.
57
Capítulo LVII: Me amas, me deseas.
58
Capítulo LVIII: A mí no.
59
Capítulo LIX: Estoy sola.
60
Capítulo LX: Henry.
61
Capítulo LXI: Gracias.
62
Capítulo LXII: El trato se anuló.
63
Capítulo LXIII: Sigan en lo suyo.
64
Capítulo LXIV: Lealtad.
65
Capítulo LXV: La Furia del Amor.
66
Capítulo LXVI: El mar.
67
Capítulo LXVII: Luna de Miel.
68
Capítulo LXVIII: Ocaso.
69
Capítulo LXIX: Sangre.
70
Capítulo LXX: Abismo.
71
Capítulo LXXI– Un niño.
72
Capítulo LXXII: Maldito destino.
73
Capítulo LXXIII: Guerra.
74
Capítulo LXXIV: Saldremos muertos.
75
Capítulo LXXV: Hija de Judas.
76
Capítulo LXXVI: Barrera
77
Capítulo LXXVII: Juramento.
78
Capítulo LXXVIII: Escondido.
79
Capítulo LXXIX: Irá y Júbilo.
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