Capítulo XV: La salida de la discordia.

Elizabeth había recibido nuevos antecedentes sobre lo ocurrido con sus hermanos. Sentía que los nuevos antecedentes servirían para armar un cuadro general, de ahí pasar a buscar los nombres de los culpables. Si todo salía según sus planes, su matrimonio con Henry Tudor acabaría en a penas unos meses y quedaría libre de esa atadura, al menos eso creía ella.

Era el momento de hablar con su madre, hacía dos meses que no la veía, se mandaban cartas que antes pasaban por otros remitentes; Elizabeth estaba al tanto que espiaban sus misivas, a su alrededor tenía muchos enemigos, por lo que decidió ir a visitar a Elizabeth Woodville para comunicarle todo cara a cara.

–Iré al Palacio de Hetford a visitar a mi madre, es hora de verla y hablar. Si intento mandarle una carta, nunca llegará a sus manos.

–Su Majestad, ya sé que no le teme a nada... yo creo que es arriesgado. Lady Margaret puede armar más intrigas o aun hacer que el Rey sospeche de usted– la dama de compañía tomó la mano de su señora– No quiero que la castiguen.

–Beth, nadie podrá hacerme nada, y si alguien llega a intentar algo en mi contra se arrepentirá el resto de su vida. Ya sé lo que intenta la madre del Rey y no me interesa.

La Reina se levantó de su escritorio y tomó algunos de los documentos que había encima.

–Prepara todo para viajar esta tarde. No mucho equipaje. Tú irás conmigo y nadie más, no quiero ningún espía Tudor allá.

–Como ordene Su Majestad. Arreglaré todo...

–Beth.... Con discreción por favor– levantó su índice derecho– no es una salida oficial y no quiero llevar una comitiva.

–Así será mi señora.

La Reina y su dama de compañía se dirigieron a los aposentos reales. Aprovechando que no había ninguna criada o dama, Beth empacó todo en un solo baúl, Elizabeth por su parte tomó una pequeña cartera en la que guardó cada mensaje recibido y lo escondió debajo de la falda. Entre las pertenencias de la soberana había finas joyas, el Rey se las regaló sin medirse en los gastos ni en la cantidad, mas a ella no le llamaban la atención en absoluto así que optó tomar algunas y llevarlas de regalo a su madre y hermanas.

A media tarde, la Reina ya estaba lista para salir hacia el Palacio de Hetford, el Rey se encontraba reunido con el consejo, era la hora perfecta para dejar la Corte; cuando estuviera en Hetford mandaría una misiva para informar donde se encontraba.

–Ya estamos listas mi Reina. El carruaje la está esperando en la puerta lateral– Beth colocó la capa en los hombros de la Reina y luego se puso la suya.

Sin previo, la puerta se abrió de golpe y Lady Margaret entró a la habitación acompañada de Lady Anna y otras damas.

–Su Majestad, venía a invitarte a... ¿Qué es todo esto? ¿A dónde crees que vas Elizabeth?

–Buen día, Lady Margaret. En efecto voy a dejar el palacio, planeo salir en este momento.

–¿Planeas salir sin informarle al Rey o a mí?– Margaret Beaufort caminó furiosa y se detuvo a un metro de la Reina– Tú no te mandas sola.

–Hasta donde tengo conocimiento, no le debo ninguna explicación ni obediencia a usted ni al Rey. Yo no soy una de sus criadas, tampoco caigo en sus manipulaciones. No sé confunda conmigo– la Reina arqueó las cejas desafiantes.

–Escúchame jovencita salvaje, no eres nadie para hablarme en ese tono ¿Quién te crees?– la madre del Rey la repasó con la mano y se cruzó de brazos– Exijo saber dónde pretendes ir.

Elizabeth sonrió sarcástica a su suegra, los insultos que esta dijera le eran indiferentes y apenas conseguían sacarle una risa chancera.

–Como usted demanda una respuesta se la daré: me dirijo al Palacio de Hetford ¿Satisfecha?

–No tienes permitido ir a ese lugar.

–No le estoy pidiendo su autorización, Lady Margaret.

Elizabeth retrocedió bruscamente, se hizo a un lado para tomar el camino a la puerta y alejarse de los reclamos de su suegra. Caminó unos pasos hasta una mano sujetó en seco su brazo derecho, se giró y vio que la senil mano de Margaret Beaufort la detenía. Colérica, la chica le lanzó una mirada fulminante mientras luchaba por soltarse.

–¡A mí me obedeces Elizabeth! ¿Entiendes? No irás junto a la traidora de tu madre a tramar otro complot contra el Rey– gritaba apretando más el brazo de la Reina e intimidando a las damas de compañía para que no interfirieran.

–¡Suélteme! ¡Usted no tiene ninguna autoridad en mí!– se quejó tratando de liberar su brazo del apretón ¿A qué le tiene miedo mi señora? ¿Teme del poder que los Yorks aún tenemos? Es su familia y la de su esposo los que traman contra el Rey, cree que no olvido que antes traicionaron al Rey Richard y lo emboscaron previo de la batalla. Los Tudor y los Stanley ocultan sus ambiciones de poder, por debajo de una máscara de piedad y devoción.

Lady Margaret no aguantó las palabras directas de nuera. La veterana mujer estaba acostumbrada a tener todo bajo control incluso a las personas, era hábil en manipular a las personas con la fe y siguiendo su propia ambición; a veces con su hijo le funcionaban y conseguía sus propósitos, a veces fracasaban, en esas ocasiones utilizaba las lágrimas. Su nuera era una enemiga declarada, tenía miedo que se acercara lo suficiente al Rey y tuviera una poderosa influencia en el gobierno, de ahí buscaba encontrarle una evidencia de su vileza. Las acusaciones de la muchacha fueron la gota que derramó el vaso, sin pensar en las consecuencias alzó su mano derecha y la abofeteo en la mejilla

La cara de Elizabeth se encendió por la ira, ni sus padres durante la infancia se atrevieron a levantar la mano contra su hija, ahora su venenosa suegra se creía con autoridad para golpearla. Quiso llorar de manera desconsolada, contuvo las lágrimas frente a las damas y su suegra. Beth le puso una mano sobre el hombro para contenerla, ella le golpeó suavemente los dedos y le indicó que estaba bien.

–Haré que se arrepienta de cada insulto y acusación que ha hecho en mi contra, incluso de la agresión que me acaba de dar. No olvide, llegará el día en que venga ante mí de rodillas suplicando misericordia– se soltó de la mano del amarre y aún tensa se paró firme ante la madre del Rey.

Acaba de decir la última frase, cuando desvió la vista y observó al Rey parado en el umbral de la puerta, la mirada ofuscado y desconcertado.

–¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué hay tantos gritos? Vine aquí porque Lady Anna me avisó de la discusión ¡Exijo saber por qué los gritos y amenazas!– enojado avanzó y se detuvo entre su madre y la Reina, reparó en Elizabeth y notó su mejilla enrojecida, era evidente lo que hizo su madre. Irritado esperaba una explicación. Cobardemente no protestó por la agresión hacia su esposa.

Lady Margaret tenía la oportunidad perfecta para desprestigiar a Elizabeth y conseguir que fuera duramente castigada.

–Esta chica salvaje e insolente pretende abandonar la Corte, le ordené que me dijera a donde iba y me insultó, no me quedó más remedio que darle su merecido y entonces me amenazó.

–¿Osaste levantarle la mano a mi esposa?– miró a Elizabeth esperando una palabra y como reacción obtuvo una mirada llena de coraje.

–Antes que me acuses hijo mío, pregúntale a tu esposa a donde pensaba ir...

Henry respiró profundo, trató de apartar las duda y miedos de que Elizabeth instigara en contra de él. Sin reparos le ordenó a qué lugar pensaba ir.

–Al Palacio de Hetford Su Majestad, a visitar a la Reina viuda, mi madre– contestó sin titubeos.

–¿Pensabas salir y no decirme nada? Quiero que salgan todas, necesito hablar a solas...

Previo a dejar los aposentos, Lady Margaret esbozó una sonrisa maliciosa, pensaba que la Reina recibiría una severa reprensión y toda su soberbia sería aplastaba. Con toda satisfacción abandonó la habitación.

Irritado al extremo, Henry tomó la muñeca de Elizabeth y la acercó contra su cuerpo, estaba dolido y enojado, su esposa volvía a demostrar que poco le importaba estar casada con él.

–No consideraste que debías al menos hacerme saber que dejarías la Corte ¿Cuándo pensabas decirme? Me estás obligando a ser más estricto contigo, de verdad hace falta que alguien te dé una lección.

La Reina no podía creer la última frase que salió de la boca de Henry Tudor, a todas luces él estaba de acuerdo con lo que hizo su madre. Sintió sus ojos mojados, pero se obligó a ser de piedra y contenerse.

–Estando instalada allá pensaba enviar un mensajero. No soy su prisionera Su Majestad, si me considera como tal cambie mis aposentos por una celda de la Torre– replicó indignada.

–Está prohibido visitar a la Reina viuda– Henry alegó con molestia– Yo mismo ordené que fuera así para que no interfiriera en mi reinado ni en ti. No puedes desafiar mis órdenes.

–Sin embargo, no está prohibido a la Reina salir del palacio, ni a una hija visitar a su madre. ¡Le parezca o no, voy a ir a visitarla!

–Mide tus respuestas chica salvaje– oprimió

el su brazo con más fuerza– No tienes autorización para abandonar sola el palacio.

–Ni siquiera se lo estoy requiriendo mi Lord. ¡Suelte mi brazo, me lastima!– forcejeó contra él para soltar su brazo que ya le dolía.

Tan enojado estaba que ni reparó en la fuerza con que estrechaba el brazo de la joven, lo soltó de prisa observando en lo rojo que quedaron sus dedos producto de la presión. Elizabeth se acarició el brazo, realmente le dolía muchísimo y lo más seguro es que le dejara marcas en la piel; agitada por el furor de su ira y llena de resentimiento expresó que no olvidaría jamás lo ocurrido hace unos minutos, ella era honesta con el Rey, lo respetaba sin lugar a dudas y jamás osaría traicionarlo o planear un ataque siniestro contra él. Le dolía su orgullo y dignidad, la habían humillado lo suficiente hasta hacerla sentir miserable y lastimada y el motivo era a penas por una visita de unos días a su madre; nunca antes se sintió de esa manera. Se prometió que haría pagar a cada persona que la agredió ese día. Levantó a los ojos y reparó en el Rey, temeroso por la reacción de Elizabeth, hizo una reverencia y se dirigió a puerta evitando hasta el leve contacto con aquel hombre.

–¿Vas a ir en contra de mis designios? Debes permanecer aquí, en tu palacio

–Iré a ver a Elizabeth Woodville, mi lady madre. No tengo ningún motivo para quedarme en este lugar.

A toda prisa, abandonó los aposentos reales, salió al pasillo que llevaba a las escaleras, atravesó el corredor de los despachos, salió por la puerta lateral y subió al carruaje. Hacía un hermoso y cálido atardecer, tomó aire y observó el cielo, Beth bajó y le abrió la puerta del carruaje, cogió el vestido y entró al trasporte. En unos minutos ya estaba alejada del Palacio de Greenwich y de camino a Hetford

Capítulos
1 Capítulo I: Deber y venganza
2 Capítulo II: Solo es un acuerdo.
3 Capítulo III: Te doy mi palabra.
4 Capítulo IV: Primeras diferencias.
5 Capítulo V: Reina de Inglaterra.
6 Capítulo VI: Lenta con los labios.
7 Capítulo VII: No eres mi marido
8 Capítulo VIII: Las sospechas que llevan al deseo.
9 Capítulo IX: Proximidad
10 Capítulo X: Celos
11 Capítulo XI: La singular cobranza para un premio.
12 Capítulo XII: Yo no perdono.
13 Capítulo XIII: El cielo en sus ojos.
14 Capítulo XIV: El Flashback
15 Capítulo XV: La salida de la discordia.
16 Capítulo XVI: El riesgo de no perdonarlo.
17 Capítulo XVII: Huésped indeseable.
18 Capítulo XVIII: Esta mujer tiene dueño.
19 Capítulo XIX: Eres linda, aunque no tanto.
20 Capítulo XX: El Ataque
21 Capítulo XXI: Mi vida va a perder sentido.
22 Capítulo XXII: Regresa a mí.
23 Capítulo XXIII: Ha llegado la hora de actuar.
24 Capítulo XXIV: Enemigos.
25 Capítulo XXV: El Plan.
26 Capítulo XXVI: La Tregua.
27 Capítulo XXVII: ¡Él es mi marido!
28 Capítulo XXVIII: Íntima.
29 Capítulo XXIX: Propuesta.
30 Capítulo XXX: Acuerdo.
31 Capítulo XXXI: Juntos.
32 Capítulo XXXII: Panorama sombrío.
33 Capítulo XXXIII: Regalo.
34 Capítulo XXXIV: Días contados.
35 Capítulo XXXV: Cartas.
36 Capítulo XXXVI: Perdiste Elizabeth.
37 Capítulo XXXVII: Obligación.
38 Capítulo XXXVIII: Toda la repugnancia.
39 Capítulo XXXIX: Alejarme.
40 Capítulo XL: Baile del final.
41 Capítulo XLI: Se ha ido.
42 Capítulo XLII: Expuestas.
43 Capítulo XLIII: Volverá.
44 Capítulo XLIV: Lejanía.
45 Capítulo XLV: Esperanzas.
46 Capítulo XLVI: Sentimientos.
47 Capítulo XLVII: Una señal.
48 Capítulo XLVIII: Destino.
49 Capítulo XLIX: Ilusión idílica.
50 Capítulo L: Soy su marido.
51 Capítulo LI: Tuyo.
52 Capítulo LII: Confesión.
53 Capítulo LIII: Ella ya no está más.
54 Capítulo LIV: Secretos dolorosos.
55 Capítulo LV: Pieza de ajedrez.
56 Capítulo LVI: Corazón quebrado.
57 Capítulo LVII: Me amas, me deseas.
58 Capítulo LVIII: A mí no.
59 Capítulo LIX: Estoy sola.
60 Capítulo LX: Henry.
61 Capítulo LXI: Gracias.
62 Capítulo LXII: El trato se anuló.
63 Capítulo LXIII: Sigan en lo suyo.
64 Capítulo LXIV: Lealtad.
65 Capítulo LXV: La Furia del Amor.
66 Capítulo LXVI: El mar.
67 Capítulo LXVII: Luna de Miel.
68 Capítulo LXVIII: Ocaso.
69 Capítulo LXIX: Sangre.
70 Capítulo LXX: Abismo.
71 Capítulo LXXI– Un niño.
72 Capítulo LXXII: Maldito destino.
73 Capítulo LXXIII: Guerra.
74 Capítulo LXXIV: Saldremos muertos.
75 Capítulo LXXV: Hija de Judas.
76 Capítulo LXXVI: Barrera
77 Capítulo LXXVII: Juramento.
78 Capítulo LXXVIII: Escondido.
79 Capítulo LXXIX: Irá y Júbilo.
80 Capítulo LXXX: Fantasma de Mujer.
Capítulos

Updated 80 Episodes

1
Capítulo I: Deber y venganza
2
Capítulo II: Solo es un acuerdo.
3
Capítulo III: Te doy mi palabra.
4
Capítulo IV: Primeras diferencias.
5
Capítulo V: Reina de Inglaterra.
6
Capítulo VI: Lenta con los labios.
7
Capítulo VII: No eres mi marido
8
Capítulo VIII: Las sospechas que llevan al deseo.
9
Capítulo IX: Proximidad
10
Capítulo X: Celos
11
Capítulo XI: La singular cobranza para un premio.
12
Capítulo XII: Yo no perdono.
13
Capítulo XIII: El cielo en sus ojos.
14
Capítulo XIV: El Flashback
15
Capítulo XV: La salida de la discordia.
16
Capítulo XVI: El riesgo de no perdonarlo.
17
Capítulo XVII: Huésped indeseable.
18
Capítulo XVIII: Esta mujer tiene dueño.
19
Capítulo XIX: Eres linda, aunque no tanto.
20
Capítulo XX: El Ataque
21
Capítulo XXI: Mi vida va a perder sentido.
22
Capítulo XXII: Regresa a mí.
23
Capítulo XXIII: Ha llegado la hora de actuar.
24
Capítulo XXIV: Enemigos.
25
Capítulo XXV: El Plan.
26
Capítulo XXVI: La Tregua.
27
Capítulo XXVII: ¡Él es mi marido!
28
Capítulo XXVIII: Íntima.
29
Capítulo XXIX: Propuesta.
30
Capítulo XXX: Acuerdo.
31
Capítulo XXXI: Juntos.
32
Capítulo XXXII: Panorama sombrío.
33
Capítulo XXXIII: Regalo.
34
Capítulo XXXIV: Días contados.
35
Capítulo XXXV: Cartas.
36
Capítulo XXXVI: Perdiste Elizabeth.
37
Capítulo XXXVII: Obligación.
38
Capítulo XXXVIII: Toda la repugnancia.
39
Capítulo XXXIX: Alejarme.
40
Capítulo XL: Baile del final.
41
Capítulo XLI: Se ha ido.
42
Capítulo XLII: Expuestas.
43
Capítulo XLIII: Volverá.
44
Capítulo XLIV: Lejanía.
45
Capítulo XLV: Esperanzas.
46
Capítulo XLVI: Sentimientos.
47
Capítulo XLVII: Una señal.
48
Capítulo XLVIII: Destino.
49
Capítulo XLIX: Ilusión idílica.
50
Capítulo L: Soy su marido.
51
Capítulo LI: Tuyo.
52
Capítulo LII: Confesión.
53
Capítulo LIII: Ella ya no está más.
54
Capítulo LIV: Secretos dolorosos.
55
Capítulo LV: Pieza de ajedrez.
56
Capítulo LVI: Corazón quebrado.
57
Capítulo LVII: Me amas, me deseas.
58
Capítulo LVIII: A mí no.
59
Capítulo LIX: Estoy sola.
60
Capítulo LX: Henry.
61
Capítulo LXI: Gracias.
62
Capítulo LXII: El trato se anuló.
63
Capítulo LXIII: Sigan en lo suyo.
64
Capítulo LXIV: Lealtad.
65
Capítulo LXV: La Furia del Amor.
66
Capítulo LXVI: El mar.
67
Capítulo LXVII: Luna de Miel.
68
Capítulo LXVIII: Ocaso.
69
Capítulo LXIX: Sangre.
70
Capítulo LXX: Abismo.
71
Capítulo LXXI– Un niño.
72
Capítulo LXXII: Maldito destino.
73
Capítulo LXXIII: Guerra.
74
Capítulo LXXIV: Saldremos muertos.
75
Capítulo LXXV: Hija de Judas.
76
Capítulo LXXVI: Barrera
77
Capítulo LXXVII: Juramento.
78
Capítulo LXXVIII: Escondido.
79
Capítulo LXXIX: Irá y Júbilo.
80
Capítulo LXXX: Fantasma de Mujer.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play