Las miradas curiosas de Lena a los diferentes edificios eran notables incluso si intentaba parecer como si no fuera nada.
Cada edificio o casa que veía era de un color y tamaño diferente a diferencia de las anteriores ciudades en las que habían estado.
“Lena ¿Te gusta este lugar?”
“Si, se siente con mucha más vida”
Amelia no pudo evitar sonreír ante la respuesta alegre de Lena que también estaba sonriendo.
Al igual que Lena, no podía dejar de sorprenderse por los alrededores que lucían tan alegres, a diferencia de las otras ciudades en las que estuvo.
(Es increíble como la gente parece no saber lo que ocurre en el resto del Imperio)
Al mismo tiempo, una fuerte sensación de tristeza la invadió. No pudo evitar girar la cabeza para ver la expresión de Laure ante el lugar en el que se encontraban pero, aunque por dentro tal ves ya lo sabía, Laure no estaba interesada en lo más mínimo en el lugar.
No importaba si la atmósfera del lugar era totalmente diferente, Laure era totalmente indiferente a ello.
“¿No te gusta?”
Amelia vio con curiosidad a Lena que miraba a Laure, pero, esperándose que la
ignorara, pero, se sorprendió al ver que le respondió.
“No, es totalmente aburrido. Estaba más interesada en Brasil”
“¿Qué es Brasil?”
“Nada que te deba importar”
La curiosidad de Lena solo recibió una leve sonrisa de Laure y luego unas palabras desalentadoras que a una persona normalmente harían perder todo el interés en continuar cerca de esa persona, en cambio, Lena no perdía la sonrisa de la mirada y tampoco su animo de estar junto a Laure.
(“Pero la Princesa la recuerda, y anhela el momento en que vuelva a ocurrir”)
Para Lena tal ves la sonrisa de Laure no significaba nada, pero, Amelia que ya sabía lo que había ocurrido en ese lugar, no pudo evitar recordar lo que le habían comentado.
Sin que Lena o Laure lo supieran, se tapo la boca con sus manos al sentir que algo estaba por salir.
No era capaz de soportar el recuerdo de la atrocidad que presencio aquel día.
“¿Qué es eso de allá?”
La pregunta de Lena la sacó de sus pensamientos para ver como la pequeña se alejo corriendo de ellas en linea recta. Tampoco se esperaba que Laure saliera a perseguirla.
Pero a los pocos metros, Lena se detuvo frente a una estatua de una mujer rodeada por una fuente extravagante.
Amelia tampoco se quedó atrás y rápidamente se acercó a ambas.
“Oíste, no vuelvas a salir corriendo así”
“Perdón”
Cuando estuvo al lado de las dos, vio como Laure le dio un regaño a Lena, pero al igual que Laure ignora a los demás, esta vez fue Lena la que ignoro el regaño.
Como si hubiera encontrado el paraíso, Lena miraba los alrededores, puesto variados de comida, dulces y otras cosas.
Las personas iban y venían comprando como si nada.
“Lena, ¿Que sucede?”
“...”
Como si supiera que algo iba mal, Amelia lanzó una pregunta, pero no hubo respuesta alguna.
“Lena...”
Antes de que pudiera terminar de hablar, la pequeña dio un giro inesperado y abrazó a Laure llorando.
Amelia no sabía lo que estaba ocurriendo y el porque Lena comenzó a llorar repentinamente.
Laure por otro lado, ya sabía el porque, pero no dijo nada, solo pasó de un lado a otro su mano sobre la cabeza de Lena.
La camisa de Laure estaba mojada por todo el llanto de Lena.
“Ven, vamos a sentarnos”
Como si se tratara de otra persona, el tono indiferente de Laure había cambiado por uno lleno de comprensión.
Ambas se sentaron en el borde de la fuente.
(Tal vez si lo intento... ella pueda... cambiar...)
Sin darse cuenta, se perdió momentáneamente en sus pensamientos mientras miraba como Laure sobaba la cabeza de una triste Lena.
(Quizás no es tan mala como me la mostraron)
Había caído.
“Deja de divagar y sígueme”
A sus oídos, llegó una suave voz que reconocía y que tanto temor le transmitía.
Al mirar a los alrededores pudo ver un Qipao rosado con diseños florales perdiéndose entre la gente.
Sin pensarlo dos veces, corrió tras aquella mujer sin perder de vista el Qipao.
No se dio cuenta cuanto tiempo paso pero si se dio cuenta de en donde estaba tras golpearse con un muro.
“Hmmmm”
Dio un pequeño gruñido mientras se frotaba la frente que había quedado roja por completo tras el golpe.
Miró por los alrededores para saber donde estaba pero solo había un mar de gente yendo y viniendo por todas partes.
Su hombro fue sostenido por una mano que enterró levemente las uñas en ella.
“Auhh”
Giró su mirada para ver quien era y la vio allí nuevamente.
Esos ojos grises disonantes con su cabello y Qipao rosados, sus tacones rojos que tampoco tenía armonía alguna con su vestido con estampados florales, pero, lo que más llamaba la atención de ella no era solo ello, sino su altura, su exagerada altura.
“¿Qué es lo que quiere?”
“¿Qué te tiene tan dudosa Amelia?”
La mirada de la mujer no era de alguien serena, era una expresión entre rabia y al mismo tiempo preocupación.
“Nada que te interese, ni siquiera me has dicho como te llamas”
“Llámame Xiu Li, mi apellido no te interesa. Ahora dime, ¿Que te esta haciendo dudar a estas alturas?”
Ella tenía razón, el apellido no le interesaba, pero que mantuviera cierto secretismo hacía nacer cierto interes en Amelia.
“Lau... la Princ... Ella, ¿Puede cambiar?”
La expresión de Xiu Li cambió de preocupación a resignación.
“Mejor ni lo intentes, ella ya no tiene cambio”
“Pero si ella es capaz de acompañar a Lena en su dolor, ¿Como es que no tiene cambio?”
“Porque ella ya no va a cambiar ni siquiera por su novia. ¿Como esperas que una mujer que envió a su novia al infierno cambie?”
La resignación de Xiu Li se volvió una completa seriedad al ver la duda de Amelia que no desaparecía de su expresión.
“Amelia, ella no va a cambiar, sin importar cuanto intentes, cuanto le hables, cuanto le muestres un camino diferente. Parece que aún eres muy joven para entenderlo, pero en su momento lo tendrás más que claro. Lastimosamente la que esta cambiando eres tu”
“¿A que te refieres?”
Xiu Li no dio respuesta alguna.
“Auch”
Hundió levemente sus uñas en el hombro de Amelia hasta que esta dio un grito, para luego soltarla y darse media vuelta e irse caminando entre la multitud.
Cuando Amelia estaba por ir tras ella, no pudo ver ese Qipao rosado que vestía Xiu Li.
Se acercó lentamente hacía Laure y Lena mirando a los alrededores por si se encontraría nuevamente con Xiu Li, pero por más que lo hizo, no hubo rastro de ella.
“¿Donde estabas?”
“Solo quise dar una vuelta”
Frente a ella, estaba Laure como si nada y, a su lado, una Lena con una sonrisa pero que en sus mejillas se veían los rastros de las lagrimas.
"Lena, ¿que tal si damos un vuelta por el lugar? Y a la vez para que sepamos donde queda la academia”
“¡Si!”
No dudo en responder a la oferta de Amelia.
Rápidamente Lena se levanto de la fuente y comenzó a caminar seguida de Laure y Amelia.
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