Reina De Las Sombras

Reina De Las Sombras

1.

...CAPÍTULO 1...

...****...

Hace miles de años existían tres razas creadas por un solo dios, en el centro se encontraba la justicia, a su derecha el amor y a su izquierda el odio. Los tres eran inseparables debido a que su padre deseaba que se mantuvieran juntos para siempre y así siguieron por muchos años mas, la justicia otorgó su mayor bendición y tuvo seis hijos, el amor también decidió dar su bendición y tuvo tres hijos, al final el odio no le quedó más remedio que dar la suya para tener otros tres y así sus hijos se emparejaron para poder crear vida nueva, según el creador era para hacer más fuerte al mundo.

Mientras que la justicia y el amor se hacían uno mismo el odio sintió celos de ellos al haberlo dejado solo, este en un arrebato robó la llama que mantenía con vida al mundo, que era vital para este poder mantenerse hermoso.

En sus fallidos intentos por escapar del lugar donde se encontraba resguardada hubo un accidente, en el cual la llama fue absorbida por una hija del amor, entonces el mundo que conocían de pronto se apagó, el sol dejó de brillar y la obscuridad retornó de nuevo obteniendo más poder.

...***...

— ¿Entonces qué pasó con la hija del amor?

La niña observaba expectante a su madre quien ya estaba bastante cansada después de un largo día atendiendo las difíciles órdenes de la realeza.

— Ella no sobrevivió al poder que se le había dado, pero se dice que cada mil años renace para traer paz al mundo que conocemos, por eso debe haber siempre una mujer que se case con el rey amándolo, pues de otra forma la maldición del odio caerá sobre el reino para hacerlo sucumbir ante la oscuridad.

— Entonces la reina ama al rey, espero que algún día a mi también me amen así.

La niña estaba próxima a ser presentada en sociedad sin embargo no tendría oportunidad de poder amar pues en ese lugar el amor sólo era para la realeza.

— Sí hija y ya duérmete porque mañana deberás despertar temprano para ir a tu debut.

Esta se lamentaba mucho el haber crecido tan rápido, cumpliría quince años y en su corta vida no había hecho nada más que cuidar del ganado y ayudar a su madre a lavar ropa de la realeza. Deseaba poder hacer más, quería ayudar al pueblo de donde salieron pues este había sido olvidado por todos, pero desgraciadamente no tendría oportunidad.

Al día siguiente rumbo al baile fue acompañada por su padre, quien ya tenía el hombre perfecto para su hija. Antes de poder entrar al palacio el hombre se entretuvo platicando con un guardia sobre la llegada de un príncipe del norte, en ese instante perdió de vista a su hija quien entre tanta gente se había perdido.

No veía por donde estaba, caminó intentando hacer a un lado a la gente que le bloqueaba el paso y la vista; esa era una de las desventajas de ser tan pequeña, hasta que notó como las personas al fin le daban espacio para respirar.

Cuando se dio la vuelta por haber escuchado los gritos de susto que provenían de la gente a su alrededor observó que se encontraba en medio de la calle.

— ¡A un lado! ¡Carruaje sin rumbo!

Gritaron los campesinos, ella puso su vista en el caballo que se había detenido frente a ella y entonces todo el mundo que conocía se tornó oscuro.

...****************...

Al despertar sintió su cuerpo adolorido por el golpe que le había dado el caballo, intentó abrir los ojos pero fue detenida por una mano demasiado suave.

— No se preocupe señorita, usted estará bien, sólo hace falta que el mago cure sus ojos.

No estaba entendiendo una sola palabra, ¿Quién era esa mujer de manos tan suaves? Hasta ese momento en su vida sólo conocía las manos de personas que trabajan afuera en el campo o en el castillo de sirvientes y está claramente no era ninguna de las dos.

— Ha tenido un accidente bastante aparatoso, es un milagro que siga con vida, pero no se preocupe, el culpable será colgado por la mañana.

¿Qué decía la mujer? ¿A caso no había sido un accidente? ¿Quién querría atentar contra la vida de una simple joven que recién debutaría en sociedad? Eran algunas de las preguntas que se formulaban en su mente.

— ¿Cómo sigue Liebe?

La voz era bastante intimidante, gruesa y sin una pizca de consideración.

— Mi rey, no esperábamos tenerlo por aquí, la princesa Liebe se encuentra fuera de peligro, sólo debe esperar unos minutos más para que llegue el mago de la torre a que cure sus ojos.

Al escuchar aquellas palabras no entendió por completo lo que decía la mujer, ¿Quién era Liebe? ¿Princesa?.

— Espero que sea de esa manera, de otra forma todos ustedes terminarán colgados frente al pueblo.

Al salir el rey se pudieron apreciar varios suspiros, así que ella se dio cuenta de que la mujer que tomaba su mano no era la única.

— Pobre princesa, mira que ser envenenada a los cuatro años, ¿Quién haría semejante bajeza?

Ahora todo cobraba sentido poco a poco, el accidente de ella había sido a raíz de un caballo, no de veneno, eso explicaba el dolor en el estómago y la ausencia de su vista, pero nada le respondía qué hacía en ese lugar y porqué tenía otro nombre.

— Estoy aquí, a un lado todos.

Su mano fue soltada, esta tenía mucho miedo pero tampoco era como si pudiera mover todo su cuerpo, intentaba hablar y sin embargo de su boca no salía ningún solo sonido.

El hombre, que aparentemente era un mago de la torre colocó su mano sobre los ojos de esta diciendo unas palabras imposibles de entender. Momentos después ya no dolía, su cuerpo se sentía como en una nube esponjosa.

— Está bien princesa, ya puede intentar abrir sus ojos con mucho cuidado.

Esta no dudó más, quería saber quienes eran y donde estaba, la incertidumbre solo lograba pasarle factura, hasta que abrió por completo sus ojos.

La recámara era enorme, su cama tenía sábanas sobre ella, las paredes se encontraban llenas de color amarillo, cuadros por doquier, flores a su derecha adornando una mesa y a su izquierda un estante repleto de muñecas, frente a ella se hallaba un corredor largo que llegaba hasta otras dos puertas.

Las personas alrededor la miraban extraño pues sus ojos ya no eran rosas como cuando nació, era bien sabido que la princesa heredó los ojos rosas de su madre, de quien no se sabía mucha información salvo porque era una plebeya. Ahora tenía ojos rojos como su padre, el rey.

— ¡Por todos los cielos! ¡La princesa tiene ojos rojos!

Las sirvientas y el mago presentes comenzaron a hablar entre ellos sin poder creerlo, mientras ella seguía atónita observando el lugar. No sabía dónde estaba y su miedo se incrementaba cada vez más. No sabía como hablar, hasta que por fin decidió decir algo, mínimo quería poder entender el lugar en que se encontraba.

— ¿Quiénes son ustedes?

Llevó rápidamente las manos a su boca, sorprendida por escuchar su voz, era claramente la de una niña muy pequeña.

— ¡Oh por...! ¿Sabe quién es usted alteza?

Dijo una mujer vestida de una manera muy extraña, cuando su madre la llevaba al palacio las ropas de las damas de compañía que tenía la princesa y la reina eran similares. Esta negó rápidamente y sintió un ligero toque por parte del mago, entonces en ese punto sintió que era realmente peligroso y salió corriendo. Sentía como sus pasos eran realmente cortos sus piernas no daban para más, los pasillos parecían no tener fin, observaba las paredes a su alrededor llenas de cuadros como la habitación y vio su ropa, era de seda pura como las de la realeza. Iba tan asustada y desconcertada que no vio a la persona parada frente a ella dándole la espalda. Esta chocó y terminó golpeándose en el suelo, lo siguiente que sintió fue unas manos levantándola.

— Se supone que deberías estar en cama, ¿Qué haces corriendo por ahí?

Los sirvientes quienes la habían seguido desde su habitación vieron todo el acto, como su rey había levantado tan delicadamente a la princesa así que no se acercaron tanto, al menos hasta que este les habló.

— Tienen un solo trabajo y ese es cuidar de su princesa, ¿Qué hace fuera de la cama?.

La mucama mejor vestida se arrodilló frente al rey ofreciendo disculpas y una explicación de lo sucedido.

— Saludo a mi rey y cielo del imperio, lamentamos lo sucedido pero la princesa salió huyendo de nosotros debido a que parece no tener memoria, estaba tan asustada cuando la vimos a los ojos, como podrá ver son rojos majestad.

El rey no podía creer las palabras de la mujer, creyó que el objetivo de los traidores al fin se estaba cumpliendo, pues ellos querían a un príncipe o princesa legítimos, estando a punto de golpear a la mujer un toque en su mejilla lo detuvo.

— Por favor, no le pegue, es verdad que yo salí corriendo.

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Comments

¿No?

¿No?

Interesante historia!

2023-05-28

0

¿No?

¿No?

Loa dioses siempre tan norteños xD

2023-05-28

0

Dani Cuba

Dani Cuba

Es la primera vez que leo una novela de fantasía ,... y me gustó pensé que no lo haria pero lo hizo

2022-06-18

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