...CAPÍTULO 11...
Dicen que en el comienzo de los tiempos el creador se sentía tan miserable por haber hecho sólo un mundo donde vivía sin compañía, que la soledad le hizo pensar en la posibilidad de crear algo más.
Tres seres de apariencia idéntica al creador nacieron de su bendición en las flores que retoñaban a plena primavera. Justicia, fue lo primero que creó, llamándolo así debido a que cuando los animales peleaba entre ellos este siempre era justo al dar un vencedor. Amor, una hermosa creación que donde se paraba la luz iluminaba a su paso, ayudando así a que toda vida en el mundo extendiera sus años. Por último Odio, era tan pequeño cuando el creador pereció dando su vida por el mundo que él mismo había hecho debido a su próxima extinción que creció sin ser escuchado o amado, mientras que los otros dos hijos ayudaban a su padre con el deber que había dejado sobre sus hombros el más pequeño sólo se divertía entre las sombras bajo la sola mirada de los animales que vivían ahí.
Poco tiempo después, cuando el mundo logró estabilizarse y mantenerse vivo por si mismo el amor y la justicia decidieron buscar al más joven. Una vez que lo encontraron fueron inseparables, por fin la felicidad era lo máximo para ellos, hasta que su creador volvió a nacer, dándoles como objetivo la creación de más vida para hacer más fuerte al mundo.
Los tres otorgaron sus bendiciones, pero no todos corrieron con la misma suerte, las vidas que crearon el amor y la justicia habían dado más frutos que la vida del odio, este como padre se sintió celoso al haberlo dejado solo al igual que a sus creaciones y optó por haber algo que nadie más se atrevería.
El creador en un principio de una estrella creó el mundo que ellos conocían y escondió su luz en el centro del mundo para que esta pudiese iluminar a todos, una llama eterna que jamás se extinguiría fue robada del lugar donde descansaba provocando que el mundo entrará en un desequilibrio poco a poco. El odio, en sus no tan exitosos intentos por escapar del lugar una de las hijas del amor quien pasaba por el lugar se topó con este de manera accidental, provocando que ella la absorbiera de manera involuntaria. El mundo que todos conocían cayó en un caos y se sumió en una penumbra durante cientos de años.
El creador estaba demasiado preocupado debido a aquél accidente temiendo que su enemigo eterno retornara para tomar lo que por muchos años había anhelado, la oscuridad aprovechó la situación y logró retornar obteniendo más poder.
...****************...
BONIEN REINO DEL NORTE
Un niño de apenas unos cinco años caminaba por los jardines de su hogar, su sonrisa era demasiado radiante y el color en sus ojos parecían esmeraldas brillando en todo su esplendor. Los cabellos negros de este regalaban un toque de la noche que increíblemente daban paz.
A lo lejos una mujer de ojos idénticos a los del pequeño lo observaba con desprecio, ese engendro había salido de su vientre quitándole lo que más apreciaba ella, su fuerza. En el norte se les caracterizaba por tener fuerza impresionante al igual que la mayoría eran bien parecidos, pero una vez que se da a luz tu fuerza es transmitida a tu primogénito, por eso sólo puedes procrear un solo hijo.
El niño notó que alguien lo observaba, al girarse y ver a su madre quien hacía muchos meses no veía corrió feliz hacia ella gritando con demasiada euforia.
— ¡MAMÁ!
De un momento a otro, en cuanto este se acercó la mujer levantó su mano lo más que pudo y con todas las fuerzas que le quedaban aún logró impactar la mejilla de este logrando hacerlo retroceder ligeramente unos pasos, no por el dolor, era más bien la sorpresa.
— ¡Es tu culpa que yo haya terminado de esta manera! Yo sólo amaba al emperador, no quería tener un engendro del demonio como tu.
El niño se sentía profundamente herido, tanto que deseó no haber nacido para así hacer a su madre feliz. En un instante la reina sacó una daga apuntando hacia el príncipe. Los sirvientes cercanos notaron la acción pero no pudieron acercarse mucho debido al miedo que tenían de que le hiciera daño a su propio hijo.
— Mamá, ¿Tanto odias a tu hijo como para matarlo?
El joven príncipe a pesar de tener una edad bastante corta era bastante listo y consciente, la reina comenzó a reír de una manera determinada.
— ¿Matarte? Jajaja, no me hagas reír niño, yo no podría aunque quisiera. Espero que la maldición del primogénito que se convertirá en rey caiga sobre ti y haga que mueras lentamente sin saber quien eres, sobre todo, sin amor.
La mujer cambió la dirección del filo hacia ella clavándolo directo en su corazón, al fin podía ser liberada de aquel dolor que la aquejaba día tras día, el niño vio como su sangre era derramada, segundos después el cuerpo de su madre cayó a sus pies con una sonrisa en su rostro dictando que había muerto feliz.
Este se arrodilló ante ella ofreciendo perdón, uno que jamás obtendría de un cadáver. Sólo esperaba con sus últimos deseos que fuera feliz a donde sea que haya ido. Quizá en otra vida lograría obtener lo que quería.
El rey observaba a la distancia como su amada se suicidaba, ¿Qué podía hacer? Era un hombre cobarde que jamás hizo algo apropiado de un rey, amaba la paz, los animales y simplemente aborrecía las guerras debido a su padre, quien había sido conocido como el tirano de la lanza. Debía resignarse a no ser feliz, aunque todavía le quedaba su hijo. Ese niño sería su salida a todos los problemas que se avecinaban.
— Príncipe, su alteza el rey desea verlo, nosotros haremos los preparativos para la despedida de su majestad la reina, mientras usted debería descansar en cuanto termine de hablar con su padre.
El príncipe caminó en silencio hasta el despacho de su padre quien lo esperaba con brazos abiertos para darle un cálido abrazo, ahora se tenían solo ellos dos.
— Lamento tanto lo de tu madre Balakan, pero debemos ser fuertes, un príncipe jamás demuestra sus sentimientos abiertamente por más dolorosos que estos sean.
El rey en realidad lo amaba, pero sabía que debido a la maldición tarde o temprano se haría más fuerte o en el peor de los casos terminaría por perderlo.
— Lo entiendo perfectamente padre, gracias por nunca dejarme solo.
El funeral duró una semana como dictaban las leyes en Bonien, la reina sería recordada por su increíble fuerza y rareza en sus facciones, siempre amorosa con el rey, aunque con algunos detalles en su contra seguían rondando por el reino, como el simple hecho de haber sentenciado a muerte a un matrimonio que provenían del oeste en busca de respuestas sobre el repentino cambio de su amada hija al igual que venganza al ser el carruaje de la reina culpable del accidente.
El niño fue enviado a la mejor escuela de Bonien para ser enseñado por maestros especiales en cada rama, incluyendo la magia de manera oculta pues estaba totalmente prohibida en la tierra debido a las malas lenguas que hacían de eso un horror.
Balakan sería un rey excepcional, no cualquier niño de esa corta edad dominaba la espada así y tampoco conocía ni la mitad de lo que este ya dominaba. Sin duda sería un excelente rey para Bonien, sin embargo a pesar de ser un príncipe con bastas cualidades este no tenía un solo amigo genuino, todo aquél que se le acercaba era para arrastrarse a sus pies como las viles lombrices que eran o buscaban estar en buenos términos para en algún momento cobrar el favor de aquel apoyo incondicional.
Mientras el rey alejaba a su hijo de todos los problemas en su reino, él se encargaba de mantenerlo a salvo y averiguar más sobre la maldición que le aquejaba a todo aquél que fuera rey del Norte. Tenía ya muchas pruebas contra algo oculto, un ente maligno del cual sólo había leído en los libros de plebeyos.
El rey se encontraba en las puertas del palacio esperando con tranquilidad a los caballeros especialmente enviados aún más al norte donde se creía era el fin del mundo. Habían pasado más de seis meses desde que estos partieron y ya era hora de que regresaran y entonces este se llevó una tremenda sorpresa. No llegaron los carruajes, tan solo atravesó la puerta un caballero delgado, sin armadura, con las ropas hechas añicos por el sol y con algo llamativo a su espalda.
Los caballeros se pusieron en guardia defendiendo a su rey quien a simple vista corría peligro, con la firme creencia de que todo aquel numerito era una trampa de parte de algún reino, entonces cuando el hombre sobre el caballo se retiró la ropa que cubría su cara notaron que efectivamente era uno de los suyos.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Comments
✯Yurio✯
¿Este niño será el amor de Liebe en el futuro? Esto se pone cada vez más interesante.
Dejando la historia de lado, la verdad es que me has dejado asombrada con tu enorme imaginación. ¿Cómo podés crear tantos reinos e historias? Es impresionante.
2021-09-04
3