...CAPÍTULO 12...
Sólo los exiliados del reino de las sombras serán capaces de cruzar la frontera entre su barrera mágica y el mundo mortal, a no ser por el rey o descendientes de la familia real quienes tienen el poder de manipular cualquier magia.
Durante la primer guerra que se disputó donde el odio perdió la luz que guiaba al mundo; aquella que fue llamada la Guerra de la Noche Oscura, el creador decidió mandar al abismo a su creación, el odio terminó por ser olvidado mientras la justicia y el amor disfrutaban de los placeres carnales, aunque no todo se perdió pues muchos descendientes del odio habían quedado regados en el mundo mortal. El creador jamás pensó en lo que sucedería después.
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Al observar con detalle todo su cuerpo pudieron notar la carencia de una extremidad, así como también el hecho de que no tenía un ojo. Nadie se había percatado de la presencia del príncipe quien se había escondido detrás de unos arbustos por simple curiosidad, este regresaba después de seis largos meses en los que tuvo que aprender a usar su espada y entender asuntos políticos, debido a su gran avance la escuela le había permitido salir una semana antes que cualquier aristócrata de vacaciones y este pidió no decir nada para sorprender a su padre, sin embargo quien se había llevado una gran sorpresa había sido él.
— Soy caballero de Bonien enviado en la expedición número tres del rey Balkiem Drayton Bonien del reino Norte, partimos veinte soldados, amigos y compañeros que cayeron ante un monstruo inhumano en el fin del mundo. Como prueba de mis palabras aquí hay algo que puede comprobar mi historia.
De pronto tomó a lo que parecía ser un cuerpo humano que traía atado y lo lanzó hacia el suelo logrando que soltara un quejido, mismo logró llamar la atención a todos. Al retirar todo en lo que venía envuelto encontraron algo que jamás se habían imaginado. Una criatura de tez pálida como si estuvieran viendo un muerto lleno de cicatrices y carente de ambas extremidades inferiores.
— Esa cosa que ven ahí fue lo único que pude salvar de aquel suceso, fuimos masacrados por seres con enormes alas negras y apariencias decadentes, parecían ser expertos en magia negra y eran bastante buenos con las espadas y los escudos, tanto que eran sólo dos contra nosotros veinte. Mis amigos acabaron con uno que se hizo polvo al instante en que tocamos su corazón, pero este no pudimos matarlo, logramos cortar toda la parte inferior sin éxito, pues aún seguía con vida. En el transcurso del viaje los pocos caballeros que quedaban fueron cayendo uno a uno, entre que se encontraban malheridos y otros murieron simplemente de hambre o desesperación debido a la manipulación de esta cosa.
Todos escuchaban atentos la historia inedita del hombre quien se veía bastante enfadado, agotado y mentalmente quebrado por lo que sea que estuviera frente a ellos. El rey terminó por suspirar sin entender qué podía ser esa cosa.
— El caballero necesita descansar, se quedará aquí en el castillo hasta su recuperación y si tiene familia deberán traerla a la torre sur, en ese lugar se quedará para sanar. A partir de este momento queda relevado de sus obligaciones para convertirse en dos opciones, ya sea caballero de la guardia real o caballero del príncipe. Los demás, tomen a esa cosa y lleven lo a los calabozos, en ese lugar intentaremos sacar algunas respuestas de lo que sea que esta cosa sepa.
El príncipe seguía mirando sorprendido a la criatura en el suelo, sin embargo no tenía miedo, al contrario, sentía una terrible curiosidad por saber más sobre ello. Tanta que terminó por seguir a los caballeros que lo llevaban al lugar donde los calabozos se encontraban, sinceramente no era demasiado bonito ni el lugar más limpio, pero ya tendría tiempo para darse un baño antes de que el olor delatara su estadía en ese lugar.
Una vez que ambos hombres salieron y al notar que los guardias estaban completamente dormidos en sus respectivos asientos procedió a entrar sigilosamente. El niño era demasiado pequeño como para hacer algún ruido a pesar de que todo ese lugar era bastante viejo. Al estar cerca de la última celda donde metían a los peores prisioneros optó por sacar un bocadillo que había guardado para más tarde. Necesitaba saber muchas cosas en las que se interesaba pero sobre todo, conocer el lugar de donde venía y que sólo había leído en libros prohibidos.
Lanzó el primer pedazo esperando que la cosa que se hallaba dentro lo tomará pues estaba demasiado cerca pero no hubo ningún movimiento, al lanzar un segundo trozo una voz muy extraña proveniente de aquél lugar le erizó la piel a Balakan, quien retrocedió inevitablemente dos pasos, pero que acto siguiente se encontraba frente a la celda y al extraño ser.
Durante unos cinco minutos este lo observó con detenimiento, no hubo palabras, simplemente un escaneo de pies a cabeza por parte de esa cosa, el príncipe observó también en cuanto notó que no lo dejaría moverse y pudo ver que no era para nada fea la criatura, a decir verdad eso que no se sabía ni su género evidente en algún momento había sido extremadamente hermoso.
— Eres demasiado curioso, eso no lleva a nada bueno, tus actos pueden traerle problemas a tu rey y no sólo a él, también a tu pueblo. Aunque para ser sincera no me molesta que un niño tan bonito me vea, tú me recuerdas a aquél hijo que ese rey asesinó.
— ¿Entonces eres mujer? Tengo muchas preguntas pero no sé por dónde comenzar.
La aparente mujer miró de manera extraña al niño, quien después comenzó a reír acercándolo a lo que quedaba de esta dentro de la celda. El niño no sabía la manera en que había atravesado aquellos barrotes de metal o el seguro en la puerta, pero de lo que sí estaba seguro era que esa cosa se encontraba ahí por su cuenta.
— Eres demasiado metiche, ¿Nunca te enseñaron tus padres que el que sabe de más muere por glotón? Aunque eres un niño muy lindo hay cosas que no puedo revelarte, sin embargo por ser tan amable de haberme traído tan siquiera un poco de comida haré una excepción. Soy una traidora del reino de las sombras y me encontraba en la frontera junto a mi esposo buscando refugio en tus tierras, hasta que esos locos caballeros de armaduras brillantes y fuerza extremadamente grande aparecieron y nos apuntaron con sus lanzas. No soy fanática de la guerra, pero ellos atacaron primero al vernos, nosotros sólo nos defendimos y aún así terminamos por perdernos.
La mujer rio por la bajo sintiéndose extraña por hablar precisamente de su amado esposo con un niño de menos edad que el suyo. Se sentía estúpida al creer que este le ayudaría a escapar o simplemente a encontrar resignación.
— La verdad hay cosas que aún me hacen falta por entender, entre ellas lo que es el amor pero, usted no se ve como una asesina o monstruo como le llamaron los demás — hubo un pequeño silencio que de inmediato llenó el pequeño de nuevo con sus palabras —. ¿Qué le parece esto? Si yo le ayudo a escapar usted me lleva al lugar en donde entró y ambos ganamos….
Esta no podía creer que el niño la ayudaría así que comenzó a reír aún más fuerte logrando despertar a uno de los guardias, mismo que se levantó molesto por el ruido.
— Eres un prisionero, no una rata de circo, deberías entender tu lugar aquí.
A pesar de haber tenido frente a frente al príncipe este no pudo verlo, tan solo veía al monstruo que habían capturado minutos atrás.
— Bien, aceptado. Pero necesito tiempo para recuperar mi fuerza pues no podré regenerar mi cuerpo a menos de estar dentro de las tierras de mi reino, nuestro poderes disminuyeron considerablemente al cruzar y sólo puedo utilizar hechizos básicos al igual que un poco de mi magia.
— Entonces no se diga mas, te llevaré a mi alcoba, en ese lugar entran las personas que yo permito y no preguntaran nada si meto comida extra a ella.
Los minutos siguientes fueron en extremo peligrosos pues el niño tuvo que cargar en su espalda a la mujer y esta activar un hechizo de invisibilidad para pasar desapercibidos ante los guardias. Lo que no se imaginó fue que el trayecto a la habitación fuera más largo de lo que había imaginado, en cuanto iban a la mitad este se tuvo que esconder detrás de unos árboles para descansar, no por su falta de fuerza, fue ella quien no aguantaría con el hechizo activo. Mientras se tomaban un descanso de cinco minutos ella seguía teniendo curiosidad sobre el niño. Y los motivos por los cuales había ayudado a una desconocida.
— ¿Por qué deseas ir a mi reino? Según entiendo nuestras tierras has estado separadas por guerras pasadas, mismas que su gente probablemente haya olvidado y no quisieran recordar, entonces ¿Hay algún motivo en especial?
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