...CAPÍTULO 2...
Entre las ciudades posibles por existir se dividieron en cuatro, Bonien del Norte, quienes poseían una fuerza sorprendente gozaban de todas las comodidades siendo los más ricos entre las cuatro ciudades. En el sur Endara, tenían una gran belleza por sobre todas la ciudades. Los del Oeste, Rohena, eran amantes de la paz, tenían sentimientos y virtudes que los catalogaba como el amor en vida y por último los Drunan del Este, eran tan justos que terminaron siendo odiados por dos de las ciudades.
Dentro de los libros a través de la historia se hablaba de las cuatro ciudades, pero en aquellos estaba prohibido hablar sobre la quinta ciudad, en ese lugar sólo podía existir el odio, el rencor y lo maligno.
...****...
El hombre que tenía en sus manos a la pequeña niña observó con detenimiento los ojos que lo cautivaron en ese instante.
— Ella dice la verdad, me asusté cuando empezaron a hablar sobre mis ojos.
Sus ojos ahora claramente eran rojos, como los que veía él cada que se paraba frente al espejo, no entendía el motivo por el cual cambiaron.
— Entonces no recuerdas nada.
La niña afirmó asintiendo con su cabeza, aún estaba adolorida pero no quería demostrar su debilidad.
— ¿A qué se debe eso mago? Según usted ella estaría bien, pero ahora no recuerda nada.
El mago se arrodilló ante el rey quien se notaba a leguas que estaba enojado, las sirvientas retrocedieron un paso al ver el aura asesina del rey.
— Mi señor, yo curé completamente a la princesa sin embargo no entiendo que pudo haber sucedido.
— Malditos inútiles. Tú — señaló a la mucama más cercana —. Vienes conmigo y los demás llevarán las cosas de la princesa a mi recámara, hagan modificaciones para que esté sólo lo necesario, de hoy en adelante ella dormirá conmigo.
La niña sabía perfectamente que no era la princesa, pero en realidad no quería hablar sobre eso, por algún motivo había sobrevivido a una muerte trágica, entonces ella estaba decidida a encontrarlo.
— ¿Sabes cuál es tu nombre? — dijo el rey caminando hacia su habitación, la niña negó —. ¿Mi nombre? — volvió a negar —.
— No.
— Entonces empezaré por hablarte sobre mi nombre, soy el rey Viertel Viershein Dunkelheit del reino de las sombras y tú eres mi hija Liebe Viershein Dunkelheit princesa de las sombras. Nuestro reinado se llama Dunkelheit y se encuentra al norte del territorio mundano.
Ella en su vida anterior había escuchado algunas historias por parte de herejes, esclavos, piratas y brujas, eran los únicos tan tontos como para hablar del demonio de las sombras, así era como se le conocía en su ciudad.
Esta vivía como una ciudadana más del reino Oeste, Rohena donde la paz siempre estaba presente, su nombre dado por sus padres fue Aladia, sin apellido pues los únicos que podían tener era la realeza.
— Aquí es, en este lugar pasarás los siguientes días hasta que recuerdes tus memorias o hasta que aprendas a comportarte como una princesa, correr por los pasillos y hablar sin presentarse no son modales adecuados para ti.
Esta no podía hablar, de tan sólo recordar lo que había escuchado anteriormente su cuerpo temblaba sin poder detenerse, sabía que en el reino de las sombras había demonios malvados y eran tan odiados como las personas en el Sur.
— ¿Tienes alguna pregunta para mí? De no ser así te quedarás con tu sirvienta para que te enseñe lo básico.
Liebe no podía hablar, aún no asimilaba que era la princesa de las sombras. El rey la depositó con delicadeza en el sillón de su alcoba
— Mi rey, creo que la niña es aún demasiado pequeña como para comenzar con “lo básico”. Tiene cuatro años majestad.
El rey observó a la mujer que daba su humilde opinión a pesar de que nadie se la pidió, este le regaló media sonrisa.
— ¿A caso le pregunté qué es lo mejor para la princesa del imperio? No. Se hará como yo diga ¿Entendido?
El silencio reinó en la habitación hasta que una de las sirvientas abrió la puerta y varias más comenzaron a meter las ropas de Liebe en la alcoba. Viertel salió dejando sola a Liebe, quien aún tenía demasiadas preguntas por hacer, pero ya sería después, sus ojos se cerraban y no podía hacer nada contra eso. Al desvanecerse de la nada la sirvienta se acercó para tocarla, su princesa tenía fiebre y debían hablarle al mago de inmediato.
.......
...****...
Dentro del despacho donde el rey tenía trabajo apilado cuatro hombres hablaban y se preguntaban a donde había ido su rey.
— Creo que fue a ver a la princesa, desde hace unos días hubo un intento de asesinato contra ella, alguien logró poner veneno en su bebida, afortunadamente el culpable fue capturado y no pasó a más.
El más joven de todos se sentía bastante asqueado, este había crecido en varios hogares junto a su hermano donde el amor no era una posibilidad al igual que los demás, aunque era de esperarse pues en el reino de las sombras, todos son demonios.
— Esa niña le traerá problemas a Viertel si no se deshace de ella, yo no entiendo como desistió de matarla cuando ella mató a Liebena.
Uno de ellos puso su mano sobre la boca de este temiendo que alguien lo escuchara, ese nombre había sido prohibido volver a ser mencionado cuatro años atrás desde la muerte de la reina.
— ¿Estás loco? Si Viertel te escucha no se tentará el pulso para cortarte el cuello y ninguno de los tres podrá detenerlo.
En ese momento Viertel se abría pasó a su despacho, por desgracia no tenía tiempo para seguir perdiendo, al abrir la puerta observó a los cuatro hombres pertenecientes a su guardia personal.
— ¿Qué hacen? Se supone que deberían estar trabajando y no jugando entre ustedes.
Todos regresaron a sus lugares y pusieron su atención en el trabajo designado, a pesar de ser apodados los pilares de las sombras estos le temían a Viertel por ser un sádico tirano sin escrúpulos.
— Sí mi rey, nos tomamos un descanso pero ya casi terminamos.
El lugar volvió a estar bajo el silencio, pero ahora uno muy incómodo, Viertel no dejaba de pensar en su hija, la manera en que casi muere frente a sus propios ojos y su mayor preocupación, la falta de memoria.
— Dalon, ¿Cuáles eran los efectos secundarios del veneno?
Uno de los hombres se levantó de su lugar sólo para responder lo que sabía, aunque le era bastante extraño.
— Muerte en unas horas si no es tratado de inmediato con el antídoto y magia, pérdida de los sentidos de manera gradual sobre todo la vista, sangrado interno de los órganos vitales y perdida de movilidad en las extremidades.
Viertel se dio cuenta que la ausencia de memoria no era un posible efecto secundario así que debía haber alguna otra razón para que ella no recordara nada.
— ¿Hay algún veneno que haga perder la memoria?
Todos se miraron entre sí no entendiendo lo que su rey quería decir, era extraño para ellos que él hablara más de tres palabras.
— ¿Perdone? ¿Sucedió algo de lo que no estamos enterados majestad?
Este no quería dar más información, ya que sabía que a uno de ellos le desagradaba la idea de una niña alrededor del castillo.
— Olvidenlo, vuelvan a su trabajo. Mañana por la tarde saldré para dar un paseo, sólo me acompañará Dalon y Selion, los otros dos deberán gestionar al duque y su esposa, han estado moviendo dinero a base de otros.
Las subastas a media noche eran de lo más común para encontrar, sobre todo cuando eran de seres extraños, el rey odiaba cuando las personas eran vendidas contra su voluntad así que cuando aún era príncipe decidió poner un alto a esos actos, al menos cuando eran de ese tipo.
En una de sus salidas encontró un lugar donde subastaban criaturas del bosque de Wald, así que estaba bastante emocionado pues nunca había visto una de esas criaturas tan cerca. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un aviso en la puerta de parte del guardia.
— Lady Drianele pide una audiencia con el rey.
Adriele, el hermano mellizo de Drianele se preguntaba para qué su hermana buscaba al rey si ella jamás iba a ver a su majestad, algo debío pasar.
— Que pase.
Viertel se levantó para recibir a Drianele, la mucama principal encargada del bienestar de la princesa, quien había subido de rango después de que la sirvienta anterior pusiera veneno en el té de Liebe por meses.
— Yo Drianele Heliard saluda a su rey y cielo del imperio con mi honor — esta se arrodilló y antes de levantarse también saludó a los caballeros, quienes su posición era claramente más alta que la de ella —. Saludo también a los pilares de las Sombras.
— Basta de tantas muestras de respeto, ¿Qué te trae a este lugar?
El rey se encontraba impaciente por saber qué había pasado, pues esta no tenía ninguna razón más por la que pedir una audiencia que la salud de la princesa.
— La princesa tiene fiebre, en cuanto su majestad la dejó ella se desmayó de la nada y comenzó a llamar a su madre, el mago intentó aliviar su dolor pero la princesa activó su escudo.
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Comments
Dani Cuba
¿Escudo?
2022-06-18
2
Maferli
enganchada.com
2022-06-10
1
mari duque
esta muy buena tu novela
2021-08-17
4