16.

...CAPÍTULO 16

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El tiempo pasaba lento, no se sabía si era de día o de noche pues sólo había nubes que impedían el paso de cualquier luz, ella sabía que tenía ya varios días en ese nido en la punta del árbol más alto. En cuanto el ave se marchaba para buscar comida ella buscaba la manera de bajar; lo que eso traía eran animales vivos, algo que para ella era asqueroso porque siempre había cocinado sus propias comidas. A ese paso terminaría muriendo por inanición y su objetivo no lo cumpliría. Aún no tenía idea de por dónde comenzar, al no haber encontrado al príncipe del Norte era claramente una derrote pero no era suficiente para darse por vencida.

De un momento a otro el árbol se sacudió logrando que esta terminará colgando del nido. No podía ver que sucedía pero tendría que ser algo grave como para mover aquél enorme tronco de varios metros. Sacó su espada y la clavó entre las ramas del nido, una vez segura observó hacia abajo donde varias personas se hallaban ahí con espadas, hachas y antorchas, anteriormente cuando llegó al lugar era como si nadie conociera la palabra fuego, sin embargo ahora todos alumbraban el lugar.

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Liebe se sentía culpable al recordar lo sucedido, lágrimas comenzaron a recorrer por las mejillas de esta e inevitablemente se arrodilló ante ella.

— ¡Perdón! En verdad, necesito encontrar el perdón, yo jamás deseé hacerle daño a alguien.

Sin darse cuenta había activado su escudo nuevamente, a pesar de saberlo controlar sus emociones para ese momento estaban descontroladas, Balakan intentó acercarse con éxito mientras que Emlet hizo lo mismo y terminó en el suelo.

— Yo, tengo prohibido decir esto, pero en verdad no quiero sentirme más culpable. Soy hija de la princesa del bosque de las bestias, en ese lugar existe la magia de regeneración y preservación de los cuerpos, por eso no envejecen al igual que viven por miles de años, ese día mi ira era tanta Que el tío Loben terminó por decirme aquél secreto para que no colapsara así que le rogué por permitirme ayudarlo.

Para la mujer eso era una señal, su hijo podría estar vivo y esa niña no tenía la culpa de nada, al igual que el rey. El escudo desapareció debido a su libertad, ya no sentía dolor por aquél suceso y también agradecía poder liberarse de la carga.

— Con gusto la llevaré con él, pero por favor perdóneme, llevo mucho tiempo sin poder dormir correctamente por la culpa, ahora déjeme enmendar mi error. También papá estuvo enojado conmigo por semanas debido a que hice desaparecer el cuerpo del pequeño sin su autorización, eso lo metió en demasiados problemas.

Emlet se sentía muy bien, esa niña lograba sacar los sentimientos de cada uno de los que se acercaban a ella y esa no era la excepción.

— Yo, lamento tanto haber hecho eso, el odio nubló nuestros pensamientos y terminamos por — soltó un suspiro pesado —. Ya no importa, ahora lo único que le pido es que no se vuelva a arrodillar de esa manera ante nadie, yo también tengo sangre real por lo tanto entiendo el peso que lleva sobre sus hombros.

— No se preocupe caballero Emlet, era algo que me correspondía hacer. Entonces, el niño a su lado ¿podría decirme quién es y de dónde proviene?

Balakan había permanecido en silencio, todo sucedió tan rápido que no pudo reaccionar cuando él hechizo que puso la mujer en el se desvaneció dejando al descubierto su verdadera forma. El miedo lo inundó, para ese momento deseó desaparecer y regresar a su reino.

— Este niño me liberó de los calabozos de su reino, a cambio de mostrarle el mío. Pero el tiempo entre ambos lugares es muy distinto, algo que olvidé mencionarle. Ha pasado ya un año en su reino.

Liebe pensó en varias posibles soluciones, entre las que ideó hubo una que le dio mucha risa, se imaginó que Balakan vivía en ese lugar con ella y era su compañero de juegos.

— ¿Qué es tan gracioso princesa?

Ella dejó de reír para ponerse seria, ya no tenía mucho tiempo antes de que comenzarán a buscarla así que debía actuar de manera rápida. Creó un círculo mágico que llevaría a Emlet hasta el bosque de Wald y otro que daba hacia la barrera entre el reino de las sombras y el terrenal.

— Emlet, usted irá hacia el reino de Wald, en ese lugar sólo pueden entrar las personas que tienen acceso o magia igual por lo tanto lo único que deberá decir es que va ahí por mi a buscar al pequeño. Yo llevaré a Balakan hasta su mundo donde abriré la barrera.

Unos minutos después Liebe y Balakan ya estaban frente a la barrera, sin embargo el lugar era un poco más al sur de donde él con Emlet habían llegado.

— Aquí no es el lugar, no se a donde me llevaría este camino en mi mundo. Pero aun no quiero volver.

Él de manera inconsciente había tomado la mano de la niña, mientras está sentía que el corazón le palpitaba.

— Buen, buscaremos el lugar correcto, sólo dime hacia que dirección, abriré otro círculo.

— Antes de que me vaya quiero saber más, tú ¿qué eres? ¿cómo es que tienes magia y esas alas? ¿por qué no sabemos sobre su existencia?

Ella recordó que en el reino de Rohena nadie hablaba sobre el reino prohibido, claramente en Bonien tampoco lo harían y si ese niño era de la realeza mucho menos se enteraría. Sin embargo tampoco podía responderle eso pues haría demasiado evidente que ella también venía de aquél reino.

— Soy un demonio, tenemos magia, alas, poder sobre humano y no tengo ni la menor idea de por qué no saben de nuestra existencia. Ahora por favor dime hacia dónde.

Balakan aún no podía marcharse, había llegado tan lejos y al fin pudo encontrar a la persona que rompería su maldición, era ella, claramente pues podía ver esa luz de la que los libros de reyes anteriores hablaban.

— Es hacia el norte, ¿Qué edad tienes?

Haría todo lo posible por distraerla, tenía que averiguar un poco más y sobre todo saber si ella también había sentido lo mismo.

— Ocho años.

El círculo mágico fue activado logrando llegar justamente al lugar, una vez ahí Liebe abrió sólo un poco de la barrera para permitirle al niño entrar.

— Que bien, yo tengo cinco ¿o seis? No sé qué edad tengo ahora porque según, bueno el tiempo es distinto, quiere decir que eres mayor que yo.

— Ya vete, debes regresar a tu casa, con tu familia — la tomó de la mano nuevamente —. Niño, no hagas las cosas difíciles — Liebe empujó a Balakan hacia el que alguna vez fue su mundo.

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De nuevo había pasado un tiempo hasta que llegó por fin a su hogar, Balkien el rey de Bonien estaba devastado por la partida de su hijo que se encerró en un círculo donde sólo trabajaba hasta altas horas de la noche, sin dormir y sin aparecer de nuevo ante la sociedad.

Su hijo había desaparecido el mismo día que el monstruo aquél también huyó, pero sin éxito en la búsqueda, nadie los había visto y su rastro llegó hasta el fin del Norte donde habían capturado y peleado contra aquellos monstruos. Se habían dado por vencidos y declararon muerto al príncipe, casi dos años habían pasado desde su partida sin embargo no hubo un día en que se lamentara su perdida y ahora el niño regresaba con ocho años, más maduro, con los ojos llenos de felicidad, ahora abrazaba a su padre quien lloraba con consuelo de tener a su hijo. Así serían los años siguientes, llenos de prosperidad, paz y sobre todo felicidad.

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