14

...CAPÍTULO 14...

Una vez que la mujer en del reino de Rohena emprendió marcha recorrió un camino bastante largo, donde se encontró demasiados peligros, aunque por fortuna tuvo ayuda de varios mercenarios bondadosos.

Al llegar a Bonien se encontró con algo peor de lo que creía, ya no había algo que ella pudiese hacer en ese lugar, este se hallaba en completa penumbra y no tenía manera de encontrar el origen. Unos días después, al casi estar entre ambas fronteras una enorme masa negra apreció frente a ella impidiéndole el paso y haciendo que su caballo se asustara y huyera.

...****************...

Balakan tenía curiosidad sobre lo que había dicho, él no entendía como un alma podía ser de esa manera.

— ¿Pero las almas son así? Parecen cadáveres en realidad.

La mujer rió por lo bajo, este niño era más curioso de lo que pensaba y sólo se la pasaba preguntando.

— Las personas arrojan muchos muertos ahí desde hace mucho tiempo, como príncipe deberías saber que en su reino no hay un lugar ni siquiera para sepultar a tu gente.

— ¿Sepultar?

— Si, para que el cuerpo sea absorbido por el suelo y tengan prosperidad gracias a dar tus años restantes al mundo, en el reino de las sombras por supuesto eso no es nada parecido a lo que hacemos debido a que vivimos cientos y hasta miles de años, una vez que nuestra vida llega a su fin nuestro recipiente se vuelve piedra y nuestra alma va hacia tu mundo como segunda vida. Así el ciclo nunca termina, aunque no todos tienen sus recuerdos intactos, la mayoría decide olvidar.

La pila de cadáveres era impresionante, sin duda pensó en el futuro, una vez que fuera rey nadie impediría que se hiciera el ritual antiguo nuevamente o tener un lugar para darles sepultura. Mientras este pensaba en ello un par de demonios con armadura se acercaron volando, en un abrir y cerrar de ojos la mujer ya había cambiado de apariencia, esta ahora tenía cabello amarillento.

— ¿Quiénes son y qué hacen es este lugar? Aquí está estrictamente prohibido venir.

Em aguardó unos segundo antes de responder, necesitaba pensar en alguna estrategia pues ella sola no ganaría contra dos portadores de las armas reales. Entonces una pequeña incógnita apareció en su mente, ese lugar en la barrera no era custodiado por ningún soldado debido a que el rey solía estar solo cerca de ahí pasando tiempo en su castillo junto a la princesa, por lo tanto los Caballeros y cualquier demonio ordinario tenía prohibido ingresar a la zona, aunque en su estadía los únicos que debían quedarse eran algunos sirvientes.

— Soy una de las sirvientes de la princesa Liebe Viershein Dunkelheit, salí a buscar algo que me encargó personalmente pero debido a que mi caballo salió corriendo no pude seguir avanzando como quisiera.

Los dos hombres no podían creer tan fácilmente la historia de esa mujer, menos al ver a un niño extraño a su lado.

— ¿Ese quién es? — ella ya sabía que preguntaría, pero su coartada era perfecta para engañar a cualquiera —. No parece ser de por aquí.

— Oh, mi hijo nació distinto, por eso debo cuidarlo yo misma en la cocina del palacio.

Las dos figuras masculinas se miraron entre sí, no tenían objeción ni manera de negar lo que habían visto por lo tanto dejaron ir a ambos. Ella comenzó a reír en cuanto estos se alejaron del lugar.

— Levántate, tienes suerte, el rey y la princesa están considerablemente cerca, podrás verlos siquiera.

El niño aún se sentía mal, el oxígeno era muy poco y sin duda el olor no ayudaba mucho. Las piernas del pequeño flaqueaban bajo la mirada de Em.

— Aquí eres un año mayor que en tu tierra, por lo tanto así te verás a los seis o siete años, por eso te sientes tan afectado. Antes de poder seguir niño, deberás oler como yo y parecerte a mi — hizo un corte en su muñeca algo grande, cosa que asustó a Balakan —. No te preocupes, debes beber un poco de mi sangre para no oler a humano.

Este hizo caso, ya había llegado hasta ahí y no precisamente para ser asesinado como un forastero, en cuanto esté bebió un poco de la sangre su cuerpo se sentía más poderoso, el poder que poseía triplicó su magnitud y ya no tenía dolor de cabeza por el olor putrefacto.

— Vaya, serías un buen demonio. Vamos, el tiempo aquí pasa diferente que en tu mundo y antes de seguir avanzando debes saber que tu padre buscará mínimo el cuerpo de su hijo, allá en el reino mundano han pasado meses desde tu partida.

El niño no entendía de que manera habían pasado meses si sólo había estado fuera unos días pero tampoco hizo el mínimo intento por preguntar pues él así lo quiso. Ya pensaría en una coartada una vez que volviera.

A lo lejos observó un castillo, en ese lugar todo se veía en tonos rojos y sin luz, no había nada parecido a plantas saliendo del suelo y las pocas que se veían eran sólo ramas secas. En el camino se habían encontrado varios animales, de los cuales en su mayoría eran enormes. Afortunadamente ninguno les puso demasiada atención. Una vez entraron lo que parecía ser un jardín del castillo ya se podían ver más guardias, unos observando a la lejanía como si estuvieran perdidos en algún punto, otros hablando entre sí y unos pocos en verdad haciendo su trabajo.

— ¿A dónde vamos? Sólo quiero ver al rey, pero supongo que debemos entrar al castillo ¿O me equivoco?

Balakan estaba en lo cierto, el rey escasas veces salía a dar paseos, por lo regular no salía del castillo debido a su reciente perdida y sólo recibía a aristócratas de alto rango.

— Hay una manera de entrar, en la cocina casi nunca hay personal debido a que el rey durante sus viajes no come y la princesa tiene su propio chef.

Caminaron agachado hasta que antes sus ojos apareció una puerta pequeña de madera, podían entrar por la más grande pero la intención era pasar desapercibidos. Ella tuvo un poco de problemas al entrar primero, una vez que su cuerpo pasó extendió su mano para ayudar a Balakan. Estando a punto de dársela un ruido proveniente de un lugar donde había una pequeña casa de madera, la curiosidad lo llevó a intentar averiguar de qué se trataba así que no tomó la mano de esta y se dirigió a donde el ruido lo guió.

— ¡Balakan! ¿Qué crees que estás haciendo? — gritó susurran te la mujer —. Niño, si te alejas más estarás muerto.

Este hizo caso omiso y siguió adelante, ahora el ruido al parecer ya tenía nombre, era el sonido que hace la madera al chocar con algo, era demasiado familiar para él pues entrenaba más de tres horas al día con la espada de entrenamiento. Al llegar a la casa de madera asomó un poco su rostro para observar qué se encontraba al otro lado, pero contrario a lo esperado el lugar estaba vacío.

Salió de ese lugar y caminó temeroso hasta donde se encontraba el muñeco de entrenamiento, no se parecía en lo absoluto a lo que había visto en su reino, ese era mucho más duro, con una apariencia extraña y de colores igual de raros. Rodeó la figura hasta llegar de nuevo al frente y sólo entonces notó que en el suelo había un par de zapatos, eran demasiado pequeños para ser de un adulto.

Su atención se vio dirigida hacia una sombra un tanto peculiar, ese lugar no tenía mucha luz pero la que había era suficiente para creas R sombras. La mujer aún intentaba salir de nuevo por aquella puerta, pero había sido completamente inútil, se quedó atorada en cuanto pasó la mitad de su cuerpo. Balakan por su parte siguió la sombra que se movía hacia todos lados, sin duda era demasiado gracioso pues parecía un pequeño gato persiguiendo un juguete.

Una risa angelical resonó por encima de su cabeza, la mirada de Balakan fue dirigida hacia arriba de él, donde se encontró con unos ojos que jamás había visto, una niña de cabellos blancos y tez pálida lo miraba divertida.

— ¿Qué hace aquí? Está prohibido la entrada a cualquier persona en esta área.

Ella era claramente demasiado amigable como para hablar con un extraño, quizá sólo se estaba dejando llevar porque era un niño.

— Yo, ¿Me perdí?

La risa de la niña se hizo cada vez más fuerte, según Em la mujer que casi salía de esa puerta donde estaba atorada le ha dicho que en el reino de las sombras los demonios eran seres sin escrúpulos ni sentimientos, pero esa niña tan extraña no era para nada similar a lo descrito.

— ¿Me está preguntando si se perdió? — suspiró, pues ella sabía que si su padre se entraba sobre aquel intruso no lo dejaría vivir —. ¿Sabe qué? Será mejor que salga del palacio, si papá llega a verlo no seguirá con la cabeza pegada a su cuerpo y si aparecia su vida hará lo que digo.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play