...CAPÍTULO 8...
El poder es un arma de doble filo, cuando lo posees y controlas puede ser de ayuda en cualquier ocasión, en cambio si tienes un poder del cual no eres ni la mitad de capaz para controlarlo será catastrófico. En un día cualquier situación puede cambiar el futuro, la luz fue robada por un poder distinto y nadie pudo ser capaz de evitar la desgracia que esto conllevaba.
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Entre los espectadores no había uno solo capaz de alcanzar el poder desatado de la niña con cabellos blancos que estaba cegada por el enojo. La estructura poco a poco amenazaba con desprenderse del techo y con lentitud lograba llenar de polvo a todos en el lugar.
Mortien había sido acorralado a dos decisiones, la primera, soltar al traidor o la segunda, entregarse él para ser devorado por la ira de Liebe. Este a pesar de ser un demonio con experiencia y sin sentimientos no deseaba perecer de una manera tan simple como lo era el hecho de ser derrotado por una niña.
El caballero soltó al hombre de orejas extrañas lanzándolo hasta los pies de ella, así como tocó el suelo se soltó de la magia con la que lo habían atado, tomó a Liebe y desapareció ante sus caras. Nadie podía creer lo que había sucedido y menos lo estúpido de la situación, Mortien pudo haberlo lanzado lejos, pero decidió jugar un poco más.
— ¿Qué te sucede? Por tu culpa desapareció, más vale que tú mismo la recuperes porque si le llega a pasar algo a la princesa Liebe, te aseguro que tu cuello estará en mi escritorio de adorno.
Viertel en ocasiones era extremadamente temperamental, con un carácter fuerte, pero está vez había sido intimidante hasta para un hombre que tenía fuerza sobre humana.
— Sí mi rey.
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En un bosque cerca del mediodía el sol llegaba a su punto más alto dando vida a plantas y animales que se encontraban en ese lugar. Murmullos se alcanzaban a escuchar a lo lejos, eran por parte de las criaturas habitantes de este, el miedo era un sentimiento poco común en ese lugar donde la paz reinaba.
Una niña era depositada con suavidad en una cama repleta de flores vigilada por una mujer de cabellos rubios que llegaban hasta el suelo, una corona adornaba su cabeza e igual tenía orejas puntiagudas como el hombre al que aquella niña había salvado.
— ¿Qué hace aquí esa niña? Huele claramente a ese demonio asqueroso, ¿Cómo osas venir a este lugar después de meses y traer a una persona de la realeza? ¿A caso no recuerdas lo que nos hizo ese hombre?
La mujer se veía considerablemente furiosa, sus alas fueron extendidas en todo su esplendor para sacar a ese joven, del cual no quería ver ni su sombra. Este también realizó la misma acción dejado ver que una de sus alas estaba considerablemente herida y que de ella emanaba el olor al rey de las sombras.
— ¿Por qué lo hiciste Loben? Te advertí que no jugaras con su fuego porque podías quemarte y salir lastimado, ¿A caso no entiendes que eres el único que queda?
El joven guardó sus alas nuevamente arrodillándose ante su reina y madre mostrando sus respetos, el arrepentimiento era sólo uno de los sentimientos que lo agobiaban, no entendía como podía ser tan sabia y de todas maneras aún deseaba hacer pagar al hombre por la muerte de su hermana.
— Madre, ni usted ni padre hicieron algo para evitar que Liebena se fuera al reino de las sombras y tampoco para que se embarazara de ese hombre carente se sentimientos, lo peor de todo fue que nos ocultó la existencia de esa niña quien es primogénita de mi hermana.
La reina no podía creer que aquella bebé siguiera con vida, según las palabras escuchadas de la boca de Viertel, habían muerto ambos en el parto, de tan dolido que se encontraba decidió enterrar los cuerpos en el palacio y ahora entendía el verdadero motivo por el que no dejó ver por última vez a su amada hija.
— Ese demonio, nos ha engañado. Debemos marchar hacia la frontera entre el Wald y su reino, Liebena debe descansar en donde nació, así su cuerpo no se hará cenizas, quizá para estos momentos ya haya envejecido un poco, de toda manera aún podemos recuperar su alma.
Liebe quien hasta ese momento se había mantenido en silencio escuchando toda la conversación se levantó pensando en que al fin alguien mencionaba a su madre frente a ella, Viertel jamás habló de esta y tampoco sabía quien era el hombre al que había salvado, sentía curiosidad. Loben miró hacia la izquierda de su madre donde una melena blanca asomó sus ojitos brillosos de manera curiosa.
— ¡Al fin despiertas mi princesita! Por un momento creí que no soportarías tanto poder, mi hermana tardó años en controlarlo y tú en instantes lo lograste.
La mujer se mantenía en silencio observando como su hijo había recuperado aquella única y hermosa manera de sonreír feliz al ver a esa niña, desde la muerte de su hija este se sumió en una total oscuridad y cuando por fin salió de casa lo primero que hizo fue buscar al maldito rey culpable de la muerte de su amada hermana logrando ser capturado por estos pero también encontrando una verdad bastante satisfactoria.
— ¿Poder? — susurró sin entender por completo las palabras de ese hombre.
La princesa en realidad no recordaba todo con bastante claridad, era muy confuso entre el hecho de que había mentido a su padre y lo que sucedió después de enfrentar a Mortien quien apuntaba con la espada al hombre que no paraba de hablar en esos momentos.
— Así que mi querida sobrina no recuerda nada — se acercó a ella y acarició sus cabellos bajo la atención de su madre —. Tú preciosa estuviste a punto de destruir el palacio real, de no haber sido porque el hermoso pelirrojo dejó su espada, los habrías mandado al otro lado del mundo.
El joven de cabellos amarillos hasta la cintura era bastante gracioso, le gustaba jugar bromas a sus familiares y se le conocía por ser siempre bastante risueño, no fue hasta la muerte de su hermana que la sonrisa radiante desapareció de su rostro.
— Lo siento tanto, mi intención sólo era hacer que no lo asesinaran, a decir verdad no sabía si lo conocía o había visto su rostro alguna vez pero mi corazón se sintió dolorido al ver como era apuntado con una espada; siendo sincera, tampoco quería ver a mi padre en ese tipo de situación.
La mujer de cabellos rubios hasta el suelo que sólo no lo tocaban por la capa que lo impedía colocó su mano sobre la cabeza de esta, recordaba cuando su hija estaba con ella, extrañaba los besos, caricias y amor de su pequeña, tenía bastante clara la necesidad de ser abrazada de nuevo, pero no sin antes ganarse el cariño de su nieta.
— No debes preocuparte, aquí te mostraremos como utilizar el poder que tienes. Después de todo eres mi nieta y princesa del bosque de las bestias.
Liebe no tenía la más mínima intención de quedarse en ese lugar, ya se estaba acostumbrando al cariño y amor de su padre e igualmente de las personas a su alrededor, no quería iniciar de nuevo.
— En realidad quiero regresar a casa, yo no sé quienes son ustedes y tampoco quiero incomodar. Papá jamás me ha hablado de mamá por lo tanto lo que sea que ustedes digan primero deberá desmentirlo el rey Viertel. Aunque también tengo la necesidad de saber quienes son ustedes asique me daré el tiempo de escuchar ambas versiones.
Loben no entendía como en una niña tan pequeña cabía tanta cordura y sensatez, así que deseaba conocerla aún más. Un ruido proveniente de la frontera entre el bosque de Wald y el reino de las sombras hizo que la pequeña se sobresaltara, mientras que un hombre con cabellos verdes entraba rápidamente a la habitación.
— Mi reina, lamento interrumpir pero un demonio está atacándonos con fuego, es demasiado poderoso y ya hay varios heridos.
La reina se enfureció tanto que hizo aparecer su cetro mostrando la imagen de esa persona que era responsable de aquél suceso horrible. Un joven de cabellos rojos con una espada en mano había atravesado la barrera entre ambos reinos, no sólo arriesgando su vida sino también el hecho de haber quebrantado la paz que durante más de cien años no había sido incomodada.
— Quien ose perturbar la paz de nuestras tierras deberá ser sentenciado a un juicio de combate. Este demonio jamás debió haber cruzado.
Loben se acercó para observar quien era la persona de la que hablaba su madre. Vio que era el mismo joven pelirrojo, aquel que lo había flechado, esos músculos, su carácter y sobre todo esa falta de educación al portar esa camiseta que remarcaba sus atributos.
— Es quien apuntó su espada hacia mí, el mismo que dejó que escapara y que deseaba que yo tomara a mi hermosa sobrina.
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Comments
✯Yurio✯
Esto ya captó toda mi atención 😏
2021-09-04
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