6.

...CAPÍTULO 6...

Dentro de la historia de la humanidad siempre existió un rey lleno de maldad y otro rebosante de bondad pero justo en medio de esos dos una luz que los guiaba a la victoria alumbraba con intensidad. El amor era un paso simple para llevar a cabo, sin embargo el odio y la justicia siempre han sido enemigos aunque tampoco es imposible que sean amigos.

...****...

El lugar donde se encontraban comenzaba a parecerse a los caminos por donde habían pasado antes, todo era oscuro, sin luz o una pizca de color, en tonos grises y negros, hasta las nubes formaban parte del paisaje lúgubre. Caminaron por bastante tiempo hasta llegar a una taberna que se veía muy cerca.

— Doran, tú te quedas aquí a esperar. Al lugar en que vamos a entrar sólo pueden acceder aquellos que tengan sangre real.

El rey y Liebe atravesaron una puerta de madera con adornos de huesos, ella creyó que estaría cerca pero el camino parecía no tener fin. Los pasillos se volvían a cada segundo más estrechos y un sonido agudo penetraba sus oídos. Viertel había ido varias veces a ese lugar y aún no podía acostumbrarse a su absurda forma de recibir invitados.

— ¿Pero qué tenemos aquí? Nuestro rey Viertel el caballero de la Estela parado frente a nosotros, ¿A qué debemos tu visita? Recuerdo que la última vez no te fuiste muy contento.

Las cosas que estaban sobre los árboles sólo podían ser vistas por aquellos de corazón corrompido e impuro, eran unas criaturas bastante extrañas con alas secas y una enorme cola asemejando a una serpiente.

— Deseo hacer una consulta con su ama y señora, el pago es bastante alto si cura a esta niña que está aquí o me da respuestas.

Una de esas cosas se acercó a la pequeña quien sólo veía hablar a su padre con la nada. En la cola tenían un aguijón que permitía saber todo sobre la persona a quien picaban, estando a punto de herir a la joven de cabellos blancos el rey se interpuso.

— Está bien — dijo la criatura —. Ella te recibirá.

Ambos caminaron un poco más, ella sintiéndose algo exhausta pues habían estado de pie por horas. Los caminos se hacían más estrechos a medida que avanzaban, el aire era demasiado para soportarlo y la oscuridad no permitía ver por donde pisaba. El peli blanco seguía avanzando sin hacer ningún esfuerzo, no se había percatado de que la niña ya no podía dar un paso más. Desde un poco más atrás la soltó debido a que en el camino unas enormes ramas impedían el paso, Liebe intentaba con todas sus fuerzas avanzar sin demora hasta que una de las ramas en el suelo recién cortada hizo que cayera. Viertel no se dio cuenta de que la niña ya no avanzaba a su paso y que era rodeada y amenazada por las mismas criaturas de la entrada, sólo que más pequeñas.

Su vestido fue rasgado, en sus mínimos intentos por sacarse a esas cosas de encima perdió sus zapatos. No fue hasta que una mujer de cabellos azabache apareció frente a ella dándole la mano, esta se veía radiante en ese increíble y exuberante vestido llena de joyas y ojos negros recreando la noche misma. Sus manos tersas hacían sentirse en calma e incluso eran tan suaves que se resbalaban.

— ¿Qué hace una niña tan linda y pequeña en este lugar? Aquí sólo pueden entrar las personas descendientes del rey, por lo tanto tú debes ser algo para ese tonto.

Liebe no podía mantener el paso, sus zapatos se habían quedado en el lugar donde las criaturas la atacaron, ahora sólo tenía sus medias blancas que ya se habían vuelto cafés debido al fango. Sus piernas eran tan delgadas que fallaron sin querer y cayó de nuevo al suelo lodoso.

— Siento tanto que los caminos en este lugar sean así, pero es por seguridad.

La mujer se acercó a ella siendo ligeramente brusca la tomó por el lazo que adornada el vestido y la llevó colgando como si de una bolsa se tratase. Viertel se encontraba un poco más lejos intentando encontrar a su pequeña, la incertidumbre de que estuviera en peligro lo estaba carcomiendo y se sentía realmente culpable por no haberla vigilado.

— Nadie creería lo que estoy viendo ahora, que el rey que todos temen tenga miedo de perder a una niña maldita que asesinó a su madre al nacer. ¿Qué ironía no? Amar aquello que juraste destruir es una cachetada que te regresa la vida.

Viertel era consumido por sus pensamientos, la muerte de su esposa fue a manos de esa bastarda a la que había casi asesinado al nacer ejerciendo su forma inhumana creyendo solucionar ese vacío que se hallaba arraigado en el corazón roto. El tiempo no hizo nada más que abrir la herida recordándole día tras día al ver el rostro de esa niña a su amada esposa.

— Tú decidiste. La vida y la muerte de esa niña estaba completamente en tus manos; aún teniendo esas opciones preferiste ignorarla, permitiendo que viviera de la manera más cruel al no ser amada. Dejaste que una maldición involuntaria cayera sobre su alma logrando mandar a tu verdadera hija a otro cuerpo. Aquella niña de ojos rosas que no sentía, no amaba y era infeliz, terminó dentro del cuerpo de una joven quinceañera llena de defectos. Lograste hacer que una extraña entrara dentro del cuerpo de tu verdadera hija sin conocer el daño a largo plazo.

Viertel se quedó sin palabras, la culpa había recaído sobre su persona. Este nunca imaginó ser el culpable pero se sentía curioso y muy convencido de poder sobrellevar la vida nueva dentro de aquella niña. Ya no tenía el recuerdo que le llevaba a pensar en su amada esposa, ahora podía querer a esa pequeña sin ningún impedimento y enseñarle todo para que reclamara en algún momento el trono.

— Ahora que tienes tu respuesta vete y no vuelvas hasta dentro de doce años, en ese tiempo necesitarás toda la ayuda posible.

Toda aquella ilusión que había creado la mujer se esfumó junto con las criaturas, se encontraban parados frente a la misma taberna como si el tiempo no hubiese pasado.

— Mi rey ¿Se encuentra bien?

Viertel observó a su lado derecho donde la pequeña aún sostenía su mano, esta seguía perdida dentro de aquella ilusión pues la bruja con quien se encontró era en extremo una mujer con curiosidad así que decidió llevarla de nuevo a su antigua casa para observar la manera en que vivía.

— Así que eso fue lo que pasó, ahora comprendo por qué no morí ese día.

Su alma seguía siendo la misma joven de quince años, tocaba cada mueble en los que había creado algún recuerdo hasta que por la puerta vio entrar a una mujer de cabellos castaños y un enorme vientre abultado. No podía reconocer quien era, quizá sus padres vendieron la casa y ahora sólo quedaría el recuerdo pero aún estaba todo su sitio, con la única y minúscula diferencia de que las fotos eran distintas.

Observó como la joven se movía de un lado a otro arreglando donde aparentemente comerían dos personas, de pronto un quejido la alertó, vio como la misma joven se inclinó apretando un vaso y dejando caer la vajilla. De a poco parecía disminuir el dolor permitiéndole avanzar hasta una silla. La puerta principal volvió a abrirse dejando ver a un joven con bastante barba y cabellos largos color castaño, su imponente figura hizo retroceder a las dos mujeres que observaban la situación sin poder comprender.

— Ya estoy en casa Aladia, ¿Dónde estás?

El hombre se acercó a ella poniéndose en cuclillas para besar su mano mientras ella aguantaba la respiración.

— Es hora Ilden, el bebé va a nacer debes traer a la partera.

Caos, su cabeza era un completo caos, dentro del cuerpo de Aladia se encontraba la princesa Liebe pero aparentemente había tenido una vida completamente distinta. De nuevo la puerta fue abierta, los padres de Aladia entraron junto a una mujer que se veía bastante arisca. El ver a sus padres fue un alivio para ella pues el físico no había cambiado en absoluto.

— Está dando a luz, los hombres deberán esperar afuera y usted ayúdeme aquí. El parto es más difícil cuando son gemelos y más que esta niña apenas tiene dieciseis años.

Entonces el tiempo transcurría diferente para amabas, ella sólo estuvo unos días en el reino de las sombras mientras que la princesa ya había vivido un año dentro del cuerpo de Aladia. Ahora sería madre y ella no estaba preparada para ver como de su cuerpo salían dos bebés.

— Por favor, sácame de este lugar. Te lo suplico no quiero volver.

Al abrir los ojos estaba de pie frente a la taberna, su experiencia había sido aterradora y asquerosa. Aunque lo peor de todo es que no podía entender como una niña de cuatro años haya avanzado tanto en acostumbrarse a ese cuerpo mucho más grande que su alma. Sería madre de un hombre aparentemente mayor que ella y de gemelos.

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Comments

✯Yurio✯

✯Yurio✯

Oh, todo el tiempo creí que la verdadera princesa había muerto al igual que el cuerpo de Aladia.
Esto me dejó totalmente sorprendida.

2021-08-27

1

Noemi Garca✏

Noemi Garca✏

§habia leido novelas de reencarnacion perono así§

Osea que su cuerpo era ocupado por la verdadera princesa©®

2021-08-17

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