En el corazón del bosque de Lunasombra, dos clanes de lobos han estado en guerra durante generaciones: los Luminara y los Sombraluna. La historia sigue a Lyra, una joven loba del clan Luminara, que es valiente pero ingenua, y a Kael, el heredero del clan Sombraluna, cuya vida ha sido marcada por la venganza.
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Capítulo 10: La Prueba del Corazón
Con la ayuda de Maia y Orin, Lyra y Kael sintieron una renovada determinación para seguir adelante con su misión de buscar la paz entre los clanes Luminara y Sombraluna. Sin embargo, los obstáculos no dejaban de aparecer, y el camino hacia la reconciliación parecía más difícil que nunca.
Una noche, mientras Lyra caminaba por el borde del bosque, reflexionando sobre los últimos eventos, fue sorprendida por una figura oscura que emergió de entre los árboles.
—Lyra... —dijo una voz suave y conocida.
Lyra se giró, encontrándose con los ojos preocupados de su padre.
—Padre, ¿qué haces aquí? —preguntó Lyra, su sorpresa palpable.
Su padre suspiró, acercándose a ella.
—He estado pensando mucho desde la reunión secreta —dijo él—. He visto cómo te esfuerzas por buscar la paz. Y aunque no estoy de acuerdo con tu elección de aliados, sé que lo haces por el bien de nuestro clan.
Lyra lo miró con cautela, aún sin saber qué esperar.
—Padre, Kael y yo creemos que podemos detener esta guerra —dijo Lyra—. Pero necesitamos tu apoyo.
El padre de Lyra pareció reflexionar durante un largo momento.
—No sé si puedo apoyar esta alianza, Lyra —dijo él, con sinceridad—. Pero te prometo que pensaré en lo que has dicho.
Lyra asintió, agradecida por la apertura de su padre.
—Gracias, padre. Eso es todo lo que puedo pedir.
Su padre le dio una mirada significativa antes de desaparecer entre los árboles, dejando a Lyra con sentimientos encontrados pero esperanzadores.
Mientras tanto, Kael se enfrentaba a su propia prueba en el campamento Sombraluna. Después del incidente con Damon, la desconfianza hacia él había aumentado entre muchos lobos. Se encontró con Thane en la caverna sagrada, buscando consejo.
—Thane, necesito hablar contigo —dijo Kael, su voz cargada de preocupación.
Thane lo miró con seriedad.
—Kael, sé que estás luchando por la paz. Pero muchos en nuestro clan no están convencidos de tus intenciones.
Kael suspiró, sintiendo el peso de las expectativas.
—Lo sé, Thane. Pero necesitamos encontrar una manera de unir a nuestros clanes. No podemos seguir así.
Thane asintió lentamente.
—Es cierto que la guerra nos está consumiendo. Pero cambiar las mentes de aquellos que han sido criados en el odio no será fácil.
Kael apretó la mandíbula, decidido.
—Lo sé, Thane. Pero no puedo rendirme. No cuando estamos tan cerca.
Thane lo miró con respeto.
—Entonces debes demostrar con acciones, no solo palabras, que estás comprometido con la paz.
Kael asintió, agradeciendo el consejo de Thane.
—Lo haré, Thane. Gracias por tu apoyo.
En los días siguientes, Lyra y Kael se dedicaron a ganar más apoyo entre sus clanes, enfrentando desafíos tanto externos como internos. Cada pequeña victoria era un paso hacia adelante, pero también había momentos de desaliento y frustración.
Una tarde, mientras Lyra buscaba a Evelyn para discutir estrategias, encontró a su amiga en la enfermería del clan Luminara, cuidando a un joven lobo herido en la última escaramuza.
—Evelyn, ¿cómo está él? —preguntó Lyra, preocupada por el estado del lobo.
Evelyn suspiró, mirando al lobo con tristeza.
—Está grave, Lyra. Esta guerra está cobrando un alto precio en ambos clanes.
Lyra asintió, sintiendo una oleada de determinación.
—Es por eso que debemos encontrar una solución, Evelyn. No podemos permitir que esto continúe.
Evelyn la miró con gratitud.
—Lo sé, Lyra. Y te apoyaré en todo lo que pueda.
Las dos amigas se tomaron de las manos, fortaleciendo su resolución de seguir luchando por la paz.
Mientras tanto, Kael se encontraba en el campo de entrenamiento, practicando junto a otros lobos jóvenes. A medida que lanzaba golpes y patadas, pensaba en las palabras de Thane y en cómo demostrar con acciones su compromiso con la paz.
De repente, vio a Damon observándolo desde la distancia. Sus ojos se encontraron por un breve momento antes de que Damon se diera la vuelta y se marchara.
Kael sintió una punzada de dolor por la pérdida de la amistad de Damon, pero sabía que debía seguir adelante, incluso si eso significaba enfrentar la desaprobación de aquellos que alguna vez consideró amigos.
Esa noche, Lyra y Kael se reunieron en su lugar secreto, compartiendo sus preocupaciones y esperanzas.
—Está siendo más difícil de lo que pensé —dijo Lyra, su voz llena de cansancio—. Pero no podemos rendirnos ahora, Kael.
Kael la miró con determinación.
—Lo sé, Lyra. Debemos seguir adelante, por nuestro futuro y el de nuestros clanes.
Lyra asintió, tomando la mano de Kael.
—Juntos podemos superar cualquier cosa.
Kael sonrió, sintiendo el apoyo y la fortaleza de Lyra a su lado.
—Sí, Lyra. Juntos.
Con cada obstáculo superado, Lyra y Kael se acercaban más a cumplir la profecía de los lobos destinados. Aunque el camino hacia la paz era difícil y lleno de desafíos, sabían que su amor y su determinación los guiarían hacia un futuro mejor para todos.
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