Se dice que cada cien años la madre de todos los lobos reencarna para vivir una vida plena en la tierra por cierto tiempo, pero no se le a vuelto a ver a lo largo de quinientos años, ahora todo parece leyenda y escuchar sus historias pareciera un cuento de adas, pero todo eso cambiará con el nacimiento de Talisa.
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Capítulo 16
Sea cual sea la razón para que ella esté de rodillas limpiando el piso me hizo darme cuenta lo infeliz que me hacía sentir.
Astrid era igual de hermosa, ahora no sabía a cuál de las dos debía marcar, las dos fueron mucho de mi agrado, pero ahora que lo pienso..., podría marcar a las dos. El alfa Saac dijo que de los tres solo uno pudo marcar a su compañero, pero yo no tengo competencia. Tendré que analizarlo un poco más.
"Dime Elin, que harás después que termines" Oh mi diosa, podía sentirme aún más nerviosa, el era muy peculiar.
"No necesitas ayudarme, yo puedo hacer esto por mi cuenta" Intente arrebatar la esponja de su mano, pero fue imposible y ahora mi mano había rozado la suya. "Lo siento, no era mi intención" Estaba muy apenada.
"¿Siempre te disculpas por todo? Deberías ser más valiente y darte algo de crédito. Mírate, te ves agotada, ya casi anochece."
Quería responder, pero las puertas de la entrada hicieron mucho ruido, podía oír a mi hermana quejarse del viaje con mi padre.
No sé cómo ni en que momento, pero Manu había desaparecido, casi igual como el viento.
Volteé para intentar buscarlo alrededor de la sala, pero su olor había desaparecido.
"¡Qué buscas! ¡Ven rápido!, lleva mis maletas a mi habitación. ¡Muévete apestosa, más rápido!"
No fui lo suficientemente rápida, Astrid lanzó con fuerza una de las maletas y terminó golpeando mi rostro. "Aajh" Me queje del dolor, y esto parecía agradarle a papá.
"¡Alfa! Alguien se infiltró a la manada, y huele igual que los nuestros" Dice un guardia. "Quién sería tan estúpido para venir de esa forma, solo un tonto mete la cabeza en la boca de un lobo" Se ríe el alfa.
Podía olerlo, definitivamente es él. ¡Cumplió con su palabra! ¿Qué hago, que hago? "Tú, vete de aquí, llego visita y no debe verte. ¡Pero rápido! Que lenta"
"¿Cómo te atreves entrar a mi manada sin recibir invitación? ¡Ee..!"
"Dígame alfa. ¿Me invitaría si tocó su puerta? Esa pregunta se contesta sola. Pero descuide, nadie sospecho todo el día de mi presencia, llegue antes que usted, y si le parece descarada mi visita le pido perdón por el atrevimiento."
"Dime dragón. ¿Quieres morir? Déjame adivinar. ¿Por eso estás aquí?"
"Debe de estar cansado por el viaje. Que le parece si lo discutimos en el comedor. La comida ya está servida, además, sería amable de su parte si le ordena a sus guardias que dejen de apuntarme. Aunque quisieran no podrían matarme, mi piel es tan dura que una simple espada se rompería en dos si chocará contra mí" El viejo no era tonto, y armar una pelea en un lugar encerrado sería perjudicial para él.
"Bajen las armas, pueden descansar. Vamos al comedor, luego decidiré que hacer contigo" Ya veremos si sigues riendo después de la cena, maldito dragón, pensaba el alfa.
"A que hora piensas comer. ¡Ven toma asiento!" Ahí estaba ella, llevando el vino para el alfa, podía notar como sus manos temblaban cuando la invite a cenar, aun así no respondió.
"No hay lugar en la mesa para ella, incluso un perro o mi cabello podrían comer a mi lado, pero ella no"
"Hizo algo que le molestará? ¿Acaso rompió una regla?"
"Dime, porque estás aquí. No creo que solo vinieras para cuestionar como trató a mi esclavo"
Ya no podía ser tan amable, así que mi voz sonó un poco más duro de lo habitual.
"Cuando dije que también era un lobo, no estaba bromeando. La razón por la que tanto lo veo preocupado es por mi olor. ¿No es así?"
"Habla. Como lo conseguiste"
"Fue mi madre, la diosa de la luna. Descuide, una vez que salga de su manada el olor desaparecerá."
"Ja. Me estás diciendo que hablas con la diosa, ingrato, ya quisieras"
"No sé por qué están difícil hablar con ustedes, pero tampoco espero a que crean. Seré breve, mi pareja se encuentra en su manada, y lejos de aquí al noroeste levantaré mi reino"
Todos toman por burla mis palabras, pero mi lobo ya no tenía paciencia alguna, también podía notar lo incomoda que se veía Astrid y lo asustada que se mostraba Elin. La sangre en mis venas bombeaban más rápido de lo normal, mi paciencia había llegado a su límite, había sido muy paciente con este alfa y sus guardias. No fue hasta entonces que mi lobo tomó el control de mi cuerpo y mis huesos comenzaron a romperse frente a todos. Para mi sorpresa, esta era la primera vez que podía apreciar mi transformación, y el peso de mis patas delanteras había roto la mesa haciendo caer toda la comida.
"¡Pero qué rayos! ¿Cómo, como es que hiciste eso?"
"Ahora escuche maldito anciano arrogante. Me llevaré a nuestro compañero y será mejor que lo deje ir con buenos términos, si no, lo comeré y me la llevaré de todas formas"
"¡Tú, tú puedes hablar! ¡Por la diosa, esto, esto es mucho por procesar!"
Podía notar lo asustados que se mostraban todos. ¿Qué tiene de malo que mi lobo hable? Según se es algo normal.
"Ningún lobo en la historia ha podido salir palabras de su boca, cuando nos transformamos lo hacemos por enlace mental. ¡Tú eres un fenómeno!"
"¡Papá, no seas tan grosero!" Si esto sigue así, mi padre jamás me dejará ir con él.
"Si, mi hija tiene razón, perdóname la vida por favor. Y dígale a su madre que perdone mi insolencia por no creer en su palabra"
"Basta, ya los asustaste lo suficiente, dame el control, prometo hacerme cargo" Tenía que calmar a mi lobo, estaba fuero de control y aún no me acostumbraba a que lo resolviera por mí. "Está bien, pero si lastima de nuevo a nuestro compañero, lo mataré" Sabía a lo que se refería, Elin tenía un golpe en la frente y aún sangraba un poco.