Diana es una chica que fue criada en un orfanato, donde al cumplir la mayoría de edad debe emprender su camino. Mientras tanto fue ocultada del sacerdote del orfanato por una monja, ya que aún no era capaz de alzar el vuelo sola. Veremos qué le dejará el futuro a la joven Diana
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Capítulo 10
Luego del incómodo momento la situación se enfrió un poco, transcurrieron pocos minutos después Diego la llevó al orfanato. Al llegar Diana se bajó y al devolverle el casco este la beso desprevenida, fue un roce nada más, un beso robado como se dice, ella lo miró con unos ojos asombro y Diego solo sonrió ante tanta inocencia.
- Nos vemos mañana, le dijo, arrancó la moto y hecho a andar.
Diana se quedó con cara de tonta, ese fugaz beso, insignificante había sido su primera experiencia en el amor, luego de volver a la realidad miro hacia todos lados para ver si había sido vista en semejante escena, al notar que no había nadie, ingreso en el orfanato, fue hacia su habitación y cayó rendida automáticamente.
Al amanecer Diana estaba feliz, era una felicidad repentina, influenciada con el beso que le dio la noche anterior, se sentía bien ser querida por alguien más, aunque fuera por Diego, claro qué a ella le gustaba, pero no cedería, eso lo tenía bien claro. Esa mañana ella comenzó a vestir diferentes, sin notarlo. Era la misma ropa de siempre, pero la convino de tal forma que su apariencia era sexy, tal vez su nuevo maquillaje ayudó un poco en el efecto visual.
Esa mañana Diana llegó con una pizca de esperanza de ver a Diego, pero por más que espero no pudo ser no se presentó en el trabajo. Se enfocó en sus masajes y el día pasó rápidamente, hasta se alegró un poco de que no fuera por allí, ya que como tenía los sentimientos luego de la noche anterior estaba muy susceptible ante él, no lo tenía muy claro que fuera a resistir mucho.
Al llegar a casa tomó una ducha y cenó, hablo un poco sobre su día y la salida de la noche anterior con Diego con la hermana sol Inés y fue hasta dónde estaba el sacerdote. Al llegar él la estaba esperando.
- Buenas noches, dijo en cuanto entro.
- Buenas noches, contestó ella.
- Pensé que no vendrías hoy.
- ¿Por qué no vendría? Dijo más preocupada que otra cosa
- No sé, por tu novio,, creí que saldrían hoy. Dijo sin más el sacerdote.
- No tengo novio. Contestó casi a la defensiva Diana.
El sacerdote la miró y juraría que hubo una leve sonrisa en su rostro, el resto de la noche transcurrió en silencio, en esta ocasión el sacerdote no se marchaba, se quedó para ayudarla en todo. Cuando ya el reloj marcaba las diez Diana se dispuso a marchar deseándole buenas noches al sacerdote y este le pidió que esperase para beber un té antes de dormir, ella aceptó y así lo hicieron.
Fueron hasta la cocina juntos, el orfanato estaba en silencio, ya todos dormían. Al llegar ella tomó la tetera y colocó agua para ponernos en la estufa, él fue a por el té y unas galletas, una vez servido tomaron asiento en una mesa. Luego de unos segundos comenzaron a conversar, de sus cosas para conocerse un poco más, ella se sintió cercano al saber que él también había sido criado en un orfanato.
Ya sin darse cuenta eran las doce, la conversación era amena y tenían mucho en común. Se sentían cómodos el uno con el otro como si se hubiesen conocido en otro lugar. Todo el temor que Diana sentía hacía el sacerdote Alexandro había pasado a un segundo planos, aunque aún debía respetarlo. Luego él la acompañó hasta su habitación, se despidieron u desearon buenas noches.
Diana cerró la puerta con una sonrisa en su rostro, nunca creyó que el sacerdote fuera tan buena persona, la verdad había disfrutado la compañía, pero ya debía descansar o llegaría tarde al trabajo, donde también debía ser muy fuerte para no caer en la gran tentación de Diego.
Que quedarce con el sacerdote siempre algunos siempre les gana la tentación.
esta buena la novela