Kristen pertenece a una familia de asesinos y para poder sobrevivir tendrá que matar. Experimentará todo tipo de dolor hasta perderse a si misma, olvidará quien fue alguna vez y comenzará a matar a todos sin importar quienes sean.
Pesadillas, voces y un sujeto que siempre está a su lado. ¿Cómo será el final de Kristen?
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Oscuridad
Cuando regresó a su «casa» Kristen fue a la oficina de su padre, le entregó la respuesta enviada por el marqués y retornó a su habitación. Anne le preparó un baño aromático y con burbujas. Se sumergió en el agua y solamente dejó afuera su cabeza, sintió una paz con ese baño.
Luego tomó una siesta, unos treinta minutos.
Las puertas se abrieron con brusquedad, eso despertó a Kristen, ella se frotó los ojos sin entender nada. Al parecer se había hecho costumbre despertarla de ese modo.
La mujer de pelo negro hizo que Kristen sintiera miedo, Isabela, esa mujer que la había maltrato desde que tenía memoria, pero, sabía que era estúpido quejarse, ya que, ella pertenecía a la familia Russen, unos asesinos despiadados.
—Últimamente te veo cerca, no entiendo. ¿Qué hacías en la oficina de mi esposo?
Kristen se sintió extraña, la forma en cómo Isabela se refería a ella le provocaba náuseas. Puso una cara de disgusto e Isabela se enojó más de lo que ya estaba.
—¡Responde! ¿Quieres que te mate hoy?
Kristen se arrastró sobre la cama, no había ningún lugar para esconderse, su respiración aumentó más y parecía quedarse sin aire. Respiró con dificultad. Y entre tartamudeos le respondió a Isabela.
—El líder me ordenó no hablar de nada, no puedo revelar nada.
Había varias tazas sobre la mesita, eran del té que Kristen bebió antes de dormir. Isabela agarró la taza y la arrojó a la cabeza de Kristen. La sangre goteó como gotas de lluvia sobre la cama.
Anne estaba apretando los puños, que impotencia sentía, no podía ayudar a su «hija».
—¿Cuándo conociste a Kristian?, ¿Ya le eres leal? Qué no se te olvide quién es tu madre, te creé y te moldeé con mis propias manos, tu única función es ser mi arma.
Kristen tuvo ganas de llorar, pero, las lagrimas no salían. Su madre, Isabela la trataba con un arma, un objeto la cual ella podría usar cuando quisiera.
—Mirian, llévala a la habitación de confinamiento. Sólo saldrá cuando tenga que hacer el examen de la primera etapa.
Kristen bajó con prisa la cama, quería saltar y escaparse por la ventana, no iba a volver; no podía volver a estar en esa oscuridad. De solo pensar en ello le daba miedo.
Pero, esa mujer llamada Mirian, era una asesina y guardia personal de Isabela, en menos de cinco segundos ya había atrapado a Kristen, quién tiraba patadas y se movía con brusquedad. Anne se mordía los labios de la impotencia, quería ayudar a Kristen, sin embargo, no podía.
—¡Por favor, por favor! ¡No quiero ir a ese lugar!
Isabela la miró con las cejas arrugadas, sin comprender porqué Kristen «exageraba» tanto. Levantó la mano para callar a Kristen.
—¡Mamá, por favor! —Eso detuvo a Isabela, por unos segundos, porque volvió de nuevo en sí, la mano levantada bajó con fuerza en el rostro de Kristen.
—Rápido Miriam, no quiero ver su maldito rostro. Y tú, no pienses hacer una tontería a menos que quieras morir. —Amenazó a Anne al ver el rostro que tenía. La sangre se notaba en los labios de Anne debido a que se mordió tanto.
Miriam agarró con fuerza a Kristen y la sacó de la habitación. Isabela suspiró y se enojó consigo misma por flaquear frente a una palabra sin valor.
*
La puerta se estampó cerca del rostro de Kristen, ella golpeó con fuerza el metal, dando gritos pidiendo ayuda.
Podía ser valiente más que cualquiera, pero, jamás dejaría de tenerle miedo a esos ojos que la observaban en la oscuridad.
—No hice nada… ¿por qué me dejan aquí… sola? —Su boca temblaba, su garganta dolían mucho y con mucha razón, había gritado tanto.
—Los voy a matar… los voy a matar ¡Los voy a matar! ¡Los mataré! ¡No dejaré ni uno vivo! ¡Ahhhhh!
Volvió la secuencia de golpes al metal, las manos de Kristen se mancharon con su propia sangre. Ya no sentía dolor, ahora solo era odio, mucho odio.
Cuando se cansó, cerró los ojos para no ver las sombras que la observaban en la oscuridad. Durmió muchas horas en el suelo duro y frío, no había ni una manta con la que arroparse.
Al día siguiente vio un vaso de leche y un pan, lleno de suciedad, ya que, lo soltaron en el piso. Era tanta su hambre que no le importó ver el pan sucio, solamente comió grandes bocados con prisa.
Sabía lo que venía después, Kristen ya había estado una vez y salió medio muerta de ese infierno, está vez no cree poder salir viva.
La puerta se abrió, Kristen se levantó y corrió a la puerta, pero, una patada frontal le hizo retroceder. Con una mano ella sostuvo su vientre.
—¿A dónde vas hermanita?
«¿Es otra personalidad?» Kristen retrocedió, esa no era Ruth.
—¿Q-Quién eres?
—Tontita, quién más, Ruth Russen, tu hermana mayor. ¿Me extrañaste? —Vaya voz de mierda tenía esa personalidad.
Kristen se pegó a la pared, no había a donde huir. Y sabía bien, que no podía pelear con Ruth. Esa mujer estuvo en la guardia real. A los 20 años era la Russen con más influencia en la sociedad, después de Isabela. La más cercana a Isabela y a Kristian. Y la asesina más psicópata de los Russen.
—Acabo de despertar de un sueño, hace tiempo que no salía. Deberías estar contenta de verme. —Ruth hizo una expresión como esperando una idea. —Ah… juguemos un juego.
Ruth se acercó y Kristen sintió su pecho latir con tanta fuerza que los escuchó en sus oídos.
—Siéntate. —Kristen obedeció. —Como sabes me gustan las agujas, es una pena que nadie quiera jugar conmigo. Pero eres una rata encerrada, así que puedo experimentar contigo.
Ruth comenzó a reírse a carcajadas, Kristen quería correr, escapar o morir y fin con todo.
—Perdón. Te odio más ahora, por tu culpa padre me comienza a ver con asco. ¿Tenía que bañarme con sangre? Es un gusto… —Susurró lo último. Kristen no entendía nada, Isabela la odiaba y también Ruth, lo único que hizo fue acercarse a ese hombre y todo se puso peor.
—Dame la mano… derecha. Escuché que en el extranjero se practican tatuajes con agujas, tienen una tinta, ¿Aceite y carbono? No importa, no tengo tinta, pero te haré algo genial ¿Qué diseño prefieres?
Kristen no respondió. Ni siquiera sabía que responder, Ruth estaba tan rara. Ni estaba segura si esa era Ruth, o otra de sus tantas personalidades.
—Me estás aburriendo. —Clavó una aguja con fuerza en la piel de Kristen. Ruth lo sacó y lo enterró de nuevo en su cuerpo. Kristen intentó alejar su brazo pero, le fue imposible. Y sin poder contenerse gritó con toda su fuerza.
Ruth le introdujo un montón de agujas la piel de Kristen.
—Que hermoso te he dejado, debería ser diseñadora o modista. Tengo unas ganas de matarte, pero seré regañada si lo hago.
Sacó una daga de su cintura y sostuvo con más fuerza a Kristen, la presionó contra el piso, destapó su espalda y con la daga escribió «Rata».
Y la tortura siguió hasta que Kristen se desmayó por todo el dolor.
El mundo era una mierda, todo era una mierda, su vida, su familia. No veía razón para vivir, lo único que la mantiene en pie era ese odio, ese deseo de cortarles el cuello a todos los Russen y más a Isabela, su madre.
Kristen se despertó y observó sus uñas destrozadas, no parecían poder crecer nuevamente. Rió fuerte mientras las lágrimas caían por su rostro.
—Los voy a matar a todos.
El hombre asintió sonriendo.
La habían dejado sola en esa habitación oscura, no sabía como ese hombre entró, pero, tener a alguien cerca le ayudaba a distraerse y no poner atención a los ojos de la oscuridad. Aunque también ese hombre la observaba de la misma forma que esos ojos.
Se volvió lesbi? O es bi?