Diosa Reencarnada

"Salve Dios Abaddon, Dios de las profundidades del infierno, resucita el alma de Larisa Popov en el cuerpo de Alayne Virgulilla, para que sea tu instrumento de destrucción en la Tierra, muerta en vida". Los cinco hombres poseedores de los anillos de los Morlos, rodeaban el mesón de sacrificios tomados de las manos, llevando la energía de Abaddon hacia los cuerpos recién fallecidos.

Una sombra oscura, sale del espejo y se introduce en el cuerpo sin vida de Alayne. Al cabo de unos minutos, Alayne busca desesperadamente inspirar aire, haciendo un ruido de angustia, llevándose ambas manos al pecho y la garganta, abriendo la boca, sonidos guturales salen ininteligibles, hasta que finalmente,  puede abrir los ojos, pero el brillo de esos ojos azules ahora tienen destellos amarillos, le pertenecían a Naameh, una Morlo.

Al igual que en el pasado, cuando la transmigración se hizo, pero esa vez el recipiente para Naameh, fie el cuerpo de Larisa, ahora era Alayne.

-Ya se logró la transmigración de las almas, desafortunadamente, el espíritu de Alayne ya no estará con nosotros, ¿Larisa eres tú? - pregunta cautelosamente, Rigoberto.

- Sí, so yo- miente Naameh, ella escucha su voz diferente, se mira las manos y la ropa, dirige su mirada al cuerpo sin vida de al lado, ve muerta a Larisa, luego una risa de ultratumba sale de su boca:

-¡Gracias al Dios Abaddon, estoy viva! ¡El intercambio de almas ha sido un éxito! ¡Ahora nadie podrá detener nuestros planes de conquista!, ja, ja, ja ja -

- Agradecemos también al Rey Pancracio por ofrecer el alma de su hija, como valiosa ofrenda al Dios Abaddon, en esta noche jubilosa. Ahora vamos a cenar- le ofrecen una opípara cena a Pancracio, quien bajo el hechizo de Abaddon, no le presta atención a lo que le hicieron a su preciosa hija, después de todo, el cuerpo que fallece es el de Larisa, una plebeya que a ninguno de los nobles presentes, les importa en lo más mínimo.

Durante la cena, Rigoberto empieza a explicar la segunda parte del plan, el cual previamente, fue sembrado en su mente por el hábil Rey Abaddon.

- Como dije antes, lo primero que haremos es el anuncio de rendición, retiraremos nuestras tropas, y enviaremos al nuevo Emperador Egor, una invitación para firmar la paz en el Reino de Baldunia, le entregaremos el cuerpo de Larisa Popov, hay un alerta para atraparla viva o muerte, ya se descubrió que fue Larisa, quien le daba veneno a los Emperadores Pável y Yulia; entregándole su cadáver, con eso, conseguiremos ganarnos la confianza de Egor. El muy idiota jamás sospechará, que Larisa ahora es Alayne- ríe maléficamente, expresando sus planes Rigoberto, sin imaginar que ellos eran los peones de Abaddon, porque el cuerpo ahora le pertenece a Naameh, la hija de Abaddon.

- En la mesa de la firma del acuerdo de paz entre los dos Imperios, propondremos a Alayne como esposa para Egor, no se opondrá ante la belleza de Alayne, ya que permanece soltero y es conocido como un mujeriego empedernido - sin borrar la sonrisa, sigue explicando el plan, Rigoberto.

- Pero, eso no será posible, hay un gran problema... - anuncia Tobías

-¿Cuál es el problema? ¿No crees que Alayne sea capaz de conquistarlo?- con sarcasmo pregunta Carl.

- ¡Por supesto que soy capaz!- se apresura Naameh en contestar. Tobías explica, lo que Larisa había descubierto:

- El asunto es que es bien conocido por todos, que el viejo y astuto Emperador Pável, dejó un testamento donde impone a la Princesa Irina, una gorda del reino Valkovia,  como esposa de Egor, siendo exclusivamente vinculante, para que pueda ascender al trono, de lo contrario quedaría en manos de su hermano bastardo, Gareth-  con detalles informa Tobías.

-Eso, no nos detendrá, propondremos a Alayne como concubina, al fin y al cabo, tu función no es llegar a ser Emperatriz junto a Egor, tu objetivo es envenenarlo lentamente a él y a su futura Emperatriz Irina, sin levantar ninguna sospecha, como ya tienes experiencia con los antiguos Emperadores, cuando eras Larisa - replica Rigoberto

- ¿Y cuáles son nuestros beneficios?- pregunta dando un gran mordisco a un muslo de pavo, el Rey Pancracio.

-Todos obtendremos beneficios, Pancracio se quedará con Cretonia, Tobías será el Rey de Valkovia, Carl obtendrá el trono de Morozovia, por supuesto, bajo mi mandato; y el Duque Tiburcio, se quedará manejando el negocio de la explotación de las piedras de maná, con jugosos bebeficios- todos aceptan. Alayne se queja, haciéndose la víctima, para indagar los pensamientos de esos humanos:

-Yo haré el trabajo sucio ¿Y cuál será mi beneficio?-

- Ahora eres una Princesa, así que te nombraré esposa de mi hijo Carl y, juntos serán los Emperadores de Morozovia- con una gran sonrisa Alayne acepta la propuesta, después de todo su único objetivo, es hacer que los humanos destruyan el volcán Averno. Carl asiente con seriedad, como un soldado, dispuesto al sacrificio, aunque Alayne es realmente muy bella. Y no puede negar que le gustaría poseerla.

-¿Y si Egor no me quiere aceptar como concubina?- pregunta haciéndose la insegura, Alayne.

- ¡No parecen cosas tuyas! ¿Acaso no puedes darle uno de tus brebajes para llevarlo a la cama?- pregunta con sarcasmo, Tobías.

Rigoberto, se apresura en responder:

-Después de la firma del acuerdo de paz en la capital de Baldunia, se ofrecerá una cena en el Palacio Real, como celebración del solemne acto, allí en el vino del brindis, le pondremos a Egor el brebaje, te lo llevas a la cama y al rato iremos el Rey y yo,  los sorprenderemos en pleno acto. Al quitarte tu virtud, no le quedará otra opción, que aceptarte como concubina, después de todo serás una inocente princesita agraviada, a quien le robaron su virginidad. Luego, con tus encantos y experiencias previas como Larisa, deberás enamorarlo, para que haga tu voluntad- propone Rigoberto. Todos finalmente aceptan.

De pronto, el Rey Pancracio temeroso, revela el secreto de los extraños guantes de Alayne...