Lilith, que trabaja en un club exclusivo como mesera, un día llama la atención de un cliente muy importante, ¿qué pasará ahora?
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CAPITULO 2
Camine por un largo tiempo en la madrugada fría, era difícil llegar del trabajo a la casa, y más que, se le prohíbe a los empleados, quedarse después de su turno, el gerente dice, que la gente oseosa, suele hacer estupideces, y más las mujeres que creen que si consiguen un hombre con dinero, pueden cambiar de vida, en eso él está equivocado, una mujer puede cambiar de vida, si se vuelve la observación de un hombre con dinero, pero eso solo sucede si era mujer, sabe como dominar a ese hombre, de lo contrario será otra más en su lista, cosa que quiero evitar a toda costa, además, lo único que me interesa es ganar dinero para el tratamiento del cáncer de mama de mi abuela, nada más, pronto se podrá hacer la cirugía, he estado ahorrando todo lo que tengo para eso, por eso vivo en una ratonera, en el peor, barrio de las Vegas, no llevo dinero a casa, desde que conseguí mi primer sueldo, conseguí en el banco una caja, llevo en el cuello, la llave, así solo manejo a diario unos pocos dólares para el transporte, temo perder mi dinero, más ahora que lo necesito tanto, las calles de las Vegas, nunca están solas, no importa la hora, la noche y el día son casi iguales.
Cuando llegue al edificio donde vivía, eran las 5 de la mañana, yo camino una hora del Club al edificio, es un poco cansado, pero es necesario, me ahorro el dinero del autobús, es increíble, todo lo que una persona tiene que hacer para ahorrar unos dólares, por suerte, cuando me quito el uniforme de mesera que se usa en el club, y no uso zapatos, sino tenis, son más prácticos para caminar largas distancias.
El frío del desamparo, es igual al frío de las calles en las Vegas, cuando estoy en el Club me doy cuenta, las diferencias entre los mundos de los ricos y los pobres, lo que no tienen que comer, y los que por capricho se toman botellas de vino de más de 100 mil dólares en una noche, es triste ver a las chicas que se dejan envolver por la ilusión del dinero, y luego terminan siendo destruidas, por su propia ambición, llegando a mi edificio, subí las ruidosas escaleras, hasta que llegue al tercer piso, donde estaba mi pequeño apartamento.
Abrí la puerta, había colocado muchos cerrojos, para que si alguien intentaba entrar, por lo menos, le resultara más difícil, hacerlo, al entrar, puse todos los seguros por dentro, las paredes eran muy finas, y el piso era compartido por 4 apartamentos, mis vecinos, son, el apartamento 3A, la Señora Stone, amiga de mi abuela, me consiguió este lugar cuando tuve que vender la casa, ese dinero, fue el que se utilice para su hospitalización, además de otras pequeñas cosas, que hicimos con ese dinero.
En el apartamento 3B vivo yo, en el 3C una pareja que pelean todos los días y en la noche se reconcilian con sexo, no dejan dormir con sus gemidos y gritos, en el apartamento 3D vivía Mónica, ella me consiguió el trabajo en el club, pero ya no vive aquí, después de un tiempo se fue con un tipo que conoció en el club, pienso que es un error, pero espero que le vaya bien.
Abrí la nevera, y tomé una botella de agua, casi no tengo nada aquí, suelo comer de la comida del restaurante donde trabajo los días que no voy al club, trabajo en unos de los mejores restaurantes de la cuidad, comencé lavando plato, pero después de meses, soy mesera a prueba, yo voy al Club viernes, sábado, y domingo, el resto de la semana, lunes a jueves trabajo en el restaurante suerte que solo trabajo en la noche, en el día, puedo dormir, hoy ya es lunes, puse la alarma en el celular, para despertar a las dos de la tarde, y me tiré en mi cama, era muy incómoda, pero con todas las corchas que le ponía era pasable dormir, me acomode como puede y me dormí con la ropa puesta.
Me desperté cuando el teléfono sonaba locamente, me moví en la cama, y luego tomé el teléfono de la destartalada mesita de noche, miré el teléfono y tenía varias llamadas perdidas, miré la hora y eran la una de la tarde, todavía me quedaba una hora de sueño, revise todas las llamadas eran del Gerente del Club, me daba curiosidad saber porque me llamaba, pero no quería llamarlo para atrás, me dispuse a dormir, cuando el teléfono sonó de nuevo, tomé la llamada,
- Hola,
- ¿Lilith?
- Si, señor.
- Te he llamado muchas veces, puedes venir a trabajar esta noche.
- No, señor, yo tengo un trabajo en un restaurante de lunes a jueves, no puedo ir al club, además yo tengo un contrato.
- Lo sé, pero es importante que vengas, un cliente importante, quiere que solo tu le sirvas y vendrá hoy.
- Lo siento Señor, no puedo hacerlo.
El gerente parecía agitado, pero no podía, dejar de ir al restaurante y más ahora que voy hacer mesera, si logro ser una empleada estable en el restaurante y puedo ganar bien, de las propinas y el sueldo, puedo dejar de ir al club, eso sería muy bueno, como voy a dejar el restaurante para ir al Club donde entre por necesidad.
- Te pagaré el doble.
La oferta es atractiva, pero por más que necesite el dinero, no quiero quedarme en ese club, solo quiero salir de ahí, así que no me comprometere más de lo que ya estoy, además no puede despedirme aunque le diga que no.
- Señor, no es el dinero, de verdad no puedo ir, lo siento.
- Bueno, no puedo obligarte, espero que el cliente entienda.
Me colgó, quería dormir un poco más, pero si me duermo, temo llegar tarde, lo que me sorprende un poco lo del Gerente, por suerte ahí muchas chicas, así que seguro encuentra una mesera adecuada para el cliente, debí de preguntar quien era el cliente.