El Viudo Impiedoso y la Niñera

Lorenzo: Respiro profundamente varias veces buscando toda la coraje que me queda y comienzo a leer.

Hola mi amor, bueno, pensé en un millón de cosas que podría escribir aquí, pero voy a empezar diciéndote que no escribí esta carta porque me rendí, no voy a rendirme, voy a luchar cada vez que tenga que tomar aire para respirar hasta mi último suspiro, porque la verdad es que estoy enfadada con el mundo ahora por tener que despedirme de ustedes. Yo sé, sé que cada día fue un regalo, que tuvimos los mejores años de nuestras vidas compartiendo un amor único y no puedo permitirme ser ingrata ahora. Quiero agradecerte, tú Lorenzo eres un hombre extraordinario y junto con tu maravillosa familia me han dado más tiempo. Cuando conocí a Júlia, era una "infiltrada" y ella me dio una oportunidad, mi vida cambió desde ese día. Presencié los más hermosos milagros gracias a ustedes. Tú me conociste enferma y estoy segura de que no habría tenido más de un año de vida de esa manera que llevaba, pero tú con tu amor y tu paciencia me diste más tiempo, vi a mi madre curarse del cáncer, a mi padre salir de la cárcel, a Suellen casarse, graduarse y formar una familia, nuevamente presencié otro milagro, mi madre superó su cuadro de depresión y fue increíble. Nuestro matrimonio fue un verdadero cuento de hadas y tú me amaste de una forma tan intensa que me siento privilegiada, no todos tienen un amor como el nuestro ni siquiera en una vida de 100 años. Por último y más importante tuvimos a Theo, nuestro pequeño milagro, nací de nuevo el día que escuché que lloraba por primera vez, cómo me hiciste feliz Lorenzo y justo yo que no esperaba nada bueno de la vida. Tengo que apurarme ahora porque tomaste en serio el "en la salud y en la enfermedad" y estás viviendo en este hospital conmigo, gracias por no soltar mi mano mi amor. Tengo dos cosas importantes que debo decirte, la primera es que tu sonrisa es hermosa, así que no dejes que la tristeza te consuma, cuando creas que no puedes más, solo respira por mí, recuerda que daría cualquier cosa por estar allí a tu lado, pero no puedo decidir eso, así que vive por mí amor. Tú fuiste mi vida, y yo solo un hermoso capítulo de la tuya. La segunda cosa es que voy a estar lejos, así que debes hacer sonreír a Theo, hacerlo reír en voz alta para que pueda escucharlo desde donde esté. Amo sus carcajadas amor y no quiero quedarme sin escucharlas, cuida de nuestro bien más preciado, cuídalo por ambos y no cierres tu corazón. Permítete ser amado y amar de nuevo, deja que nuestra familia esté completa otra vez, tú eres joven y Theo es tan pequeño. Merece saber qué es el amor de una madre, no lo prives de eso, me entristecería mucho si no pudieras ser feliz otra vez. Pero, elige con cuidado a quien ocupará ese corazón tan precioso, tiene que ser alguien que cuide de ustedes dos y los ame incondicionalmente. Observa cómo es con Theo, él necesita alguien que tenga paciencia y amor para guiarlo, que juegue y converse con él, que lo haga reír a carcajadas, que lea y cante para él, que lo defienda y lo abrace cuando llore, y por último que lo ame como si hubiera sido concebido y nacido en su corazón. Tú eres especial y sé que encontrarás a alguien igualmente especial. Siento y es algo que nunca podré explicar, que esa persona llegará a tu vida cuando más la necesites, estate atento a las señales y sé con ella como lo fuiste conmigo, que conquistaste fácilmente su corazón. Pensar en esto me da esperanza, esperanza de que serás feliz de nuevo mi amor. Te amo Lorenzo, te amaré hasta que mi corazón deje de latir. Amo todo lo que vivimos y amo a nuestro hijo, cuídalo por mí, deja que él sea tu fuerza y sé todo lo que él necesite. Sepa que los cuidaré desde donde esté. Firmado: tu amada esposa que te ama, Suzi.

Leo la carta varias veces, voy a la terraza y allí está Alice, sentada en el frío como todas las noches. Intento reponerme, y leo la carta una vez más y me quedo dormido sin darme cuenta.

Alice: Me siento y disfruto del cielo hasta que mis dedos ya no los siento. Entro exhausta, abro las ventanas y me duermo. Me despierto temprano y decido salir a correr, estoy muy quieta aquí. Llego, me baño, me cambio y voy a despertar a Theo, encuentro a Lorenzo mirándolo, perdido como si no supiera qué hacer.

Buenos días, señor Lorenzo. Lo despierto acariciándolo, va a asegurar su sonrisa y su buen humor, porque es muy perezoso por la mañana.

Lorenzo: Miro intensamente a Alice en silencio, después de la carta de Suzi, mi cabeza es un desastre, simplemente salgo de la habitación sin poder decir una palabra.

Alice: Acaricio cariñosamente la pequeña cara de Theo y despierta lentamente con una hermosa sonrisa. Lo lleno de besos y él sonríe.

Buenos días, cariño.

Theo: Buenos días. Alice...

Alice: Hola...

Theo: Te amo.

Alice: Pongo la mano de Theo en mi pecho y aguanto las lágrimas.

Te amo con todo este corazón pequeño.

Theo: ¿Enterito?

Alice: Enterito, mi amor.

Beso y abrazo a Theo, ganó mi corazón el día que lo conocí, pero tuve miedo e intenté frenar todos los sentimientos que me hizo sentir de nuevo. Es imposible no amarlo y estoy completamente rendida a este pequeño.

Theo: Tengo hambre.

Alice: Yo también, vamos a cepillarnos esos lindos dientes y cambiar ese pijama para desayunar.

Ayudo a Theo y bajamos juntos, Lorenzo está muy extraño hoy. Él mira intensamente a Theo.

Lorenzo: Buenos días, hijo.

Theo: Buenos días. Saluda también a Alice, Lorenzo.

Lorenzo: Buenos días, Alice.

Alice: Buenos días, señor Lorenzo.

Contesto muy incómoda, Lorenzo es tan serio e intenso que ni siquiera puedo mirarlo a los ojos. Evito el contacto visual en lo máximo.

Theo: ¿Alice, vamos a nadar hoy?

Alice: Solo si tú quieres.

Theo: ¡Sí quiero!

Lorenzo: Termina el desayuno y me detengo frente a Theo, me agacho y beso la parte superior de su cabeza.

Hasta luego, hijo.

Theo: Vuelve pronto.

Lorenzo: Me detengo en la puerta y veo a Theo saliendo de la sala, esas dos palabras fueron increíbles de escuchar. Me voy a trabajar y veo a Alice despertando a Theo durante el trayecto por el celular, fue hermoso verlos decir que se aman.

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¡Hola, mi gente hermosa!.

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