Atada A Mí (Bilogía)

Carlota oprimió un gran gritó encolerizada al mirar la foto de Olivia, besándose con aquel ingrato jardinero sus ojos rojos se clavaron en Olivia saliendo del baño que intento cerrar su laptop para que Carlota, no mirada, pero era demasiado tarde.

-No, es lo que parece. Trato Olivia de explicarse.

-¡Plaaaaz!

El golpe seco de la cachetada de Carlota, sobre Olivia resonó en la habitación.

Antes de que Olivia pudiera reaccionar Carlota se aferro a sus hombros sacudiéndola frenéticamente tan fuerte sus uñas encajada con odio en su piel dejaron un pequeño hilo de sangre.

-¡Ahhhhhh! Olivia, se quejó apretando fuerte su mandíbula para soportar el dolor.

-Zorra desgraciada tú será la causante de la muerte de todos nosotros. ¿Cuando comprenderás que tú ya eres propiedad de Brian? Gruñó tan enojada a punto de estallar.

-Sueltame Carlota, me lástima.

-¡Lastimarte, desgraciada! Esto es nada comparado con lo que nos hará Brian, si tú pierdes tú virginidad antes de su matrimonio.

-Yo no me casaré con ese anciano decrépito. Mi tío no lo permitirá.

-Tu tío es otro insensato que no está siendo razonable, muy condescendiente ha sido Brian, al esperar que tú cumplas tú mayoría de edad.

-Ahora muévete y termina de arreglarte que los invitados te esperan y ni una palabra de esto a Oliver, recuerda que está delicado de su corazón, no sea la causante de otro infarto.

Olivia lanzo una mirada despectiva sobre su vestido el cual no dejaba nada a la imaginación se sintió avergonzada de usar algo así para su celebración de quince años. Le parecía algo tan indecoroso.

-Carlota, espera. No, pretenderás que salga así! Mostró su vestido.

-Estoy a medio vestir soy una quinceañera no una prostituta tratando de venderse.

-Ese fue el que Brian, eligió y es el que usarás. Si, es bastante vulgar, pero no te queda de otra.

-¿Carlota?

-Basta Olivia. Levantó su mano para volver abofetea, pero Olivia, retrocedió.

Carlota, la odiaba con todas sus entrañas por le recordaba a la desgraciada de su madre y al bastardo de su padre.

Nunca estuvo de acuerdo con que trajeran a Olivia, a vivir con ella cuando sus padres murieron, pero por primera vez Oliver, se lo impuso el protegería a su sobrina como si fuera su propia hija.

Sus ojos se humedecieron antes la frialdad de Carlota, era la esposa de su tío Oliver, quién la acogió luego del asesinato de sus padres hace dos años...

El portazo de Carlota, al salir de la habitación le dio una gran liberación a los pulmones de Olivia que oprimía con todas su fuerza su lágrima.

Sin tener tanto tiempo busco alcohol y algodón para desinfectar los rajuños en sus brazos a penas comenzaban a cicatrizar los de la vez pasada y ya tenía otro nuevo que sanar algún día terminaría dejándola sin brazos con esa uñas que parecían garras afilada, siendo la tipa de bruja que era lógico...

Su sangre se helo al estar al pies de las escaleras lista para ser recibida en su celebración de quince años por Brian, una lágrima deslizó por su mejillas sus ojos recorrieron todas las caras del salón buscando a su tío que la protegiera como siempre solía hacerlo, pero no lo encontró. aún no regresaba de su viaje y seguro Carlota, lo sabía por eso la había obligado a vestirse como a una prostituta su tío no fuera apoyado esa aberración bajo ninguna circunstancia.

Los aplausos iniciados por Carlota, con una sonrisa obviamente fingida que la regresaron a la realidad sacándola de sus pensamientos.

Respiro con dificultad al mirar a Brian, caminar por las escaleras para buscarla su sola presencia le causaba repugnancia como podía sentirse atraído por ella cuando podría ser muy fácilmente su nieta.

Miro su brazo tendido para ayudarla a bajar y dudo por segundo en tomarlo, pero no tenía de otra opción delante de todos los invitados no se atrevería a mostrarse como el asqueroso sadico que era.

Sintió el tacto de sus manos frías sus ojos gritaba ser rescatada. Lanzo una mirada rápida por todo el salón nuevamente y se percató de la presencia de Denny, que le hacía un leve movimiento con su cabeza para que lo siguiera.

-Te ves exquisita, susurro cerca a su oído Brian, se sintió acechada, asqueada.

-¡Ahhh! Se quejó al sentir el agarre de Brian, fuerte en su mano.

-Hoy no aceptare tus desplante o te comportas o pienso reconsiderar mi decisión de seguir esperando por tí. Muéstrame tú gratitud ante mi generosidad... Si, comprendieras lo mucho que te deseo entenderías mi sacrificio.

Olivia, trago grueso forzando una sonrisa débil...

-Asi está mejor muñequita.

Su mirada lujuriosa se desvío lascivamente por su pronunciado escote.

Olivia, avanzó su paso para desviar su escudriñó y finalizar con aquella tortura.

Sus fosas nasales se abrían grande tratando de contener las lágrimas, las manos de Brian, en su espalda descubierta más abajo de donde consideraba lo adecuado su olor a tabaco y chimo le causó repugnancia, pero no podía permitirse un berrinche no sin su tío presente para defenderla.

El vals, al fin finalizó con la excusa de saludar a sus invitados se alejo de Brian.

Estaba a punto de entrar en pánico saliendo con su paso apresurado, pero firme corrió al estar en el jardín en busca de Denny.

Rápido tapo su boca, Oliva forcejeo, pero se relajo al sentir el arrullo como para un bebé y supo que era él.

-¿Bebé?. Volvió a exhalar con profundida y aliviada.

-Te lo suplico sacame de aquí.

Denny, enlazó sus manos llevándola por la salida del personal de servicio.

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-Para bebé, no bebas tanto.

Olivia, golpeó a Denny.

-Basta Denny, deja de mirar mi escote.

-Oli, tienes un cartel enorme que grita mírame. ¡Eso no es un vestido de quinceañera!

-Sabes que yo no lo usaría si no fuera sido obligada. Brian, fue quién lo escogió.

Denny, escupió su trago al sentir repugnancia.

-Maldito depravado. Su mirada se ensombrevecio por los recuerdos.

Olivia, apretó su mano sobre la mesa su ojos se encontraron con ella.

-¡Estamos juntos! Denny, sacudió sus recuerdos sonriendo con calidez.

-¡Siempre! Unieron sus dedos como una promesa.

Los ojos de Olivia divagaron por aquel pequeño bar con chicas bailando insinuosa sobre algunos clientes otra bailando en el escenario de una manera erótica.

-¿A donde me has traído? pregunto Olivia juguetona.

-Al único lugar donde nos dejarían entrar sin identificación.

-¿Es él? Los ojos de Olivia, se clavaron lujurioso sobre el bartender que no les quitaba ojos de encima.

-Zorra, buscate el tuyo, ese es mío.

Olivia, rio escandalosa captando la atención del grupo de chicos que pasaban por su lado