CHOQUE DE ORGULLOS.

Arturo y César al día siguiente de la boda salieron del país por unos problemas de sus empresas, pasaron dos semanas después y llegaron Manuel y Paty que subió de inmediato al cuarto de su hermana, al escuchar lo ocurrido se indignó

Patricia: Mi luna de miel fue de hiel, no sabes cómo Manuel me trató mi viaje de bodas se redujo a un simple cuarto de hotel, había pedido reservaciones con dos habitaciones, se iba antes de que yo despertará y regresaba ya entrada en la madrugada.

Elena: Pero no te revelaste debiste pedirle una explicación de su comportamiento.

Patricia: Hermana él solo está buscando divorciarse por cualquier motivo, la única vez que estuve con él había llegado totalmente ebrio yo lo amo y accedí a sus caricias y sus besos me daba asco olía a cigarro y vodka solo 2 frases salieron de su boca "te deseo, te amo."

Elena: Bueno te dijo que te amaba.

Patricia: Sí para luego decir... tú nombre "te deseo Elena, te amo mi amor."

Elena: Hablaré con él y le pediré una explicación.

Patricia: No Elena te lo ruego, ahora está muy enojado conmigo todos los días me decía que me odiaba y que solo un año estaría conmigo para guardar las apariencias, y además viviremos aquí.

Elena: ¿Por qué?

Patricia: Los papás de Manuel no me quieren en cuanto llegamos solo se dirigían con él y le dijeron que a su casa solo entrarías tú pero como su esposa después de que se divorciara de mí.

Elena: Mira Patricia yo te prometo no toparme con él ni dentro, ni fuera de la casa evitaré en todo lo posible hablar con él no te preocupes ya verás que cuándo se de cuenta de tu amor el te va a corresponder, me tengo que ir pero estaremos en contacto.

Me siento una hipócrita, pero al saber que Manuel aún me ama me emociona y me siento tan culpable por Patricia pero ella tiene la culpa quiso casarse con él a pesar de que sabía que no la amaba, ahora mi amor por el está prohibido para mí - Con estos pensamientos salió Elena hacía el club para montar a su caballo relámpago era el único que la relajaba.

Ricardo: ¿Y cómo les fue Manuel?

Manuel: Bien pero regresamos por qué, deje unos pendientes con el señor del Villar por lo del proyecto.

Ricardo: Ellos ahora no están salieron al día siguiente de la boda por una urgencia en sus negocios confía en ellos y deja que yo hable con el señor Durán.

Abuela: La comida esta lista dejen de hablar de negocios yo aún no me acostumbró a tanto ruido de máquinas y de las minas.

Ricardo: Pero todo eso es para mejorar mamá los cambios serán buenos para todos, sabes Manuel que Durán pidió que los primeros trabajadores deben ser los de la ciudad.

Manuel: ¿Y dónde está Elena?

Abuela: A ella no la esperen se fue al club a montar a ese enorme animal, y dijo que comería ahí.

Ricardo: Bueno pasemos a la mesa, necesito regresar a la constructora.

Manuel: ¿Puedo acompañarlo?

Ricardo: Seguro que sí.

Había en el ambiente mucha tensión a la llegada de Manuel el ambiente era pesado y se avecinaba un tiempo de oscuridad.

Pasados dos meses regresaban Arturo Durán y César del Villar a la ciudad donde darían una fiesta por el cierre del contrato con la constructora de Ricardo Salgado, arribaron al hangar desde su JET PRIVADO iban en la camioneta camino a su casa donde desde que salieron de Dubai César no hablaba más que lo esencial.

Arturo: Bueno ya, suéltalo ese silencio tuyo me desespera ¿qué tienes?

César: No tengo nada.

Arturo: Desde que salimos casi no me hablas, es más no hablas.

César: Déjame en paz ya te dije que no siento nada.

Arturo: ¿Por qué me hablas así?

Cesar: Solo te diré esto una vez más, esa... mujer ya te ha destrozado la vida, casi pérdidas la vida por esa y te fuiste a revolcar con ella en cuánto la viste.

Arturo: Sabes que no es mujer para mí y lo entendí tú me salvaste y te jure que antes que una mujer tú estarías primero eres mi hermano y te respeto y te quiero, tú lo dijiste nada más fue una noche con ella.

César: Dime por favor que te cuidaste.

Arturo: Sí, César no soy un niño de cinco años, ¿Crees que no la conozco?, no quería que lo hiciera que según ella quería sentirme pero no soy idiota.

César: No quiero que te lastimen de nuevo.

Cesar derramó unas lágrimas y Arturo lo abrazó, sabía que por esa mujer se quitaba la vida y de no ser por César lo habría logrado.

Arturo: ¡Oye creí que yo era el llorón desde niños!, ven aquí eres mi hermano mayor y a veces te comportas como el menor.

César: No quiero perderte eres mi hermanito menor y te cuidaré con mi vida carbón.

Arturo: Y yo daría la vida por ti.

Pedro: Llegamos señores.

Ambos bajaron de la camioneta y vieron la enorme casa, su casa, una nueva propiedad la casa del lago. Cesar se había quitado un peso de encima mientras que dentro de Arturo aún había oscuridad.

UNA FIESTA LES ESPERABA.