Sahara es una chica dulce y amable, que para salvar la vida de su hermana tuvo que entregarse a un mafioso; pero ella se equivocó, da todo por una familia egoísta y esa decisión cambia su vida, ahora ella tiene que empezar a vivir sola, a valerse por si sola, sus problemas empiezan con esa desicion.
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CAPITULO 03. ¿ACEPTAS O NO?
Sahara no sabía que responderle, pensó en salir de ahí, ver como salvar a su hermana, pero su cuerpo no se movía, se negaba a moverse, solo se le quedó mirando con miedo y en ese momento llego Penny con el medicamento; ella escucha la voz furiosa de Nil, que le dice.
· Entonces, ¿qué vas a decidir? Me calmas tú o me pones el medicamento.
Sahara agachó la cabeza y una lágrima salió por sus ojos y con un susurro de voz dice.
· Yo lo voy a clamar, pero cumpla con su promesa, no le hará nada a mi hermanita.
Nil le hizo una seña a Penny para que saliera y ella al ver a la joven tan triste niega con la cabeza, en desaprobación; pero ella siempre decía cada quien se busca sus males y se da media vuelta para dejarlos solos, sale de la habitación, cierra con seguro para que nadie los molestara, deja dos de sus hombres en la puerta para que lo protegieran mientras se desahogaba.
Nil no perdió tiempo y se levantó, salió de la tina, la tomo del brazo para levantarla, cuando la tuvo frente a frente, mirando su rostro, sin importarle nada de lo que miraba, la beso con una pasión, una desesperación; ya no solo era la droga la que lo controlaba, sino que también era su propio deseo de poder tenerla y mientras la besaba la saco del baño, la llevo hasta quedar a un lado de la cama, empezó acariciar sus piernas, a tocarla sin piedad, hasta que sintió que el vestido le estorbaba y empezó desgarrarlo, termino quitándoselo en pedazos.
Sahara al escuchar como la tela se desgarraba, se fue alterando, empezó a temblar más y más, el miedo la invadió tanto que no sabía qué hacer, solo se quedó quieta tratando de soportar ese miedo que la empezaba a invadir; pero no era solo miedo lo que sentía, había algo más, curiosamente ese beso lleno de pasión y desesperación, le empezaba a gustar y su boca se empezó a mover torpemente, tratando de seguir sus movimientos. Era su primer beso, ella toda su vida la había dedicado a estudiar, a estar con su padre, nunca se había interesado en tener un novio, su pasión era leer libros de medicina, aprender a salvar vidas, ayudar a los demás; este era su primer beso y empezaba a gustarle, empezaba a sentir cosas extrañas, que iban desapareciendo su miedo.
Nil la dejo completamente desnuda y sus manos parecían tentáculos, tocando cada parte de ella; dejo de besar su boca, paso a su cuello, que empezó a besar con desesperación, con deseo, no podía controlarse y sin querer fue dejando las marcas de sus besos en su cuerpo, en ese momento él empezó a quitarse la ropa mojada, que sentía que ya le estorbaba.
Cuando estuvieron completamente desnudos, él la recostó en la cama mientras volví a besar sus labios, ya no podía esperar más, la droga lo había consumido completamente y necesitaba desahogarse, quitarse ese deseo tan desesperante que tenía encima, sin control entra en ella; Sahara en ese momento que entro en ella, con una fuerza y una desesperación, sintió el dolor más grande de su vida, sentía que se partía en dos, pero no grito, lo soporto, solo se abrazó a él, con tanta fuerzas, que no se dio cuenta de que sus uñas se encajaron en su espalda, escondió su rostro en el cuello de él, sus lágrimas salieron con más ganas, mordió sus labios con tal fuerza que termino sangrando, pero ni ese dolor, calmo el dolor que sentía en su feminidad.
Nil se sentía en la gloria, estar dentro de ella, era lo mejor, lo apretaba y succionaba de una manera, que lo hacía querer más de ella y descontroladamente la tomo, no se detuvo a pensar en ella, no le importo nada, solo quería gozarla; ella sentía sus movimientos tan bruscos y dolorosos, que sentía que eso nunca iba a terminar, fueron segundos que para ella parecieron una eternidad, hasta que de un momento a otro, el dolor empezó a disminuir, su cuerpo se empezó a relajar y por un instinto, se empezó a mover al ritmo de él. Ella no podía creer lo que empezaba a sentir, se empezaba a sentir bien, esos movimientos rudos, feroces, le empezaban a gustar.
Ella aventó su cabeza hacia atrás, disfrutando de lo que sentía, aunque presionaba su boca para no hacer algún ruido extraño, su cabeza empezó a ser un desorden de emociones agradables, de deseo y al sentir nuevamente los labios de él en su cuello, en su boca, la hicieron perderse en ese mar de placer; estaba tan sumergida en lo que sentía, que en el momento que él se separa, la hizo sentir confundida, lo miro algo autoridad, pensando que todo había terminado, pero en ese momento, él le dio la vuelta, tomo su cabello y volvió a entrar en ella.
Sahara se sorprendió, su cuerpo se volvió a tensar, se sintió extraña en ese momento, pero lo que siguió la hizo disfrutar mucho más; ella ya no podía pensar, su cuerpo se acostumbraba a él, disfrutaba de lo que le hacía y en ese momento de liberación, por fin la escucho exclamar un sonido de placer, de que lo estaba disfrutando, eso lo hizo salir más de control y empezó a moverse con más fuerza. Nil la hizo tener esa liberación más de una vez, al igual que él, no solo era su deseo en ese momento, tenía también que sudar esa droga que tenía en su sistema y eso hizo que fuera una noche llena de placer, los hizo tener una noche inolvidable.
Sahara no pudo con tanto y termino quedando inconsciente, era demasiado para su primera vez, la rudeza con la que la tomo, todos esos sentimientos tan abrumadores, su cuerpo no pudo resistirlos hasta el final; Nil fue un tonto que no se dio cuenta, hasta que por fin termino por última vez, por fin su cuerpo se relajaba, se dejó caer aún lado de ella, cerro sus ojos, estaba satisfecho y esa tranquilidad lo hizo quedarse dormido.
Eran las 9 am cuando Nil despertó, se sentía algo aturdido y la cabeza le dolía un poco, se incorpora, quedando sentado en la cama, cuando voltea a su lado y la mira dormida, recostada de lado, se miraba tan inocente, tan pacífica, que lo hizo sonreír de satisfacción; empezó a observarla, estaba destapada, completamente desnuda, en su cuello y pecho tenía sus marcas de besos, haciendo más real lo que había pasado esa noche, mordió sus labios por el bajo recuerdo que tenía, de lo que sintió al hacerla suya, sus piernas tenían sus manos pintadas. Verla así era placentero y su mente, su hombría, solo quería volver a tenerla, volver a sentir lo que sintió, pero el acuerdo era una noche y ya la había tenido, de mala gana se movió para tomar la sabana y taparla, en ese momento mira la mancha roja debajo de él, que estaba en la sabana, eso lo altero.
Nil no podía creer lo que miraba, eso tenía que ser una maldita broma, voltio a verla con coraje y con brusquedad la despertó, la tomo del brazo haciéndola que se levantara, quedando frente a él, viéndola a los ojos, le dice.
· Tú, dime, ¿esta era tu primera vez?
Ella lo viro confundida, algo aturdida por la forma en que la despertó y sentir su agarre tan fuerte, la estaba haciendo sentir dolor; pero lo que más la desconcentro fue su mirada que parecía la de un demonio, se miraba furioso, molesto y eso la hizo sentirse intimidada, nerviosa, no entendía su enojo.